12
"Vi directo a los ojos de una bestia, como si después de una infernal caída, vuelvo a levantarme ferozmente como un dragón. Una mirada tan imponente que me consumía fácilmente con la llamarada de un fuego impagable".
No puedo ignorarlo con pensamientos estúpidos, pues vuelve atacarme teniendo por completo mi plena atención. Era yo mismo a quien miraba, pero aún así, no era capaz de borrar mi propio rostro de la mente..
-¿Emperador?, ¿¿Emperador??, ¿¿EMPERADOR??- con ese tercer llamado en tono elevado fue que pudieron sacarme de pensamientos. Atontado dirigí mi mirar a quien me llamaba, y al caer en cuenta en todos los presentes del comedor, recordé que se suponía estar desayunando.
Han trascurrido tres días después de la confusa visión que tuve en el templo magistral de agua sagrada. Durante esos días Bae y Nam Joon reclutaron lo más sabios concejales y ministros en diferentes aldeas para servir a su soberano. Ancianos que para mí nada más son un estorbo, y si se les ocurre planear algo tras mis espaldas, tendrán el mismo final que hace tres días atrás.
Brote con las yemas de mis dedos en movimientos circulares mí cien. Esta migraña me estaba matando, o no sé si será el estar pensando en todo momento..
-Mi señor, ¿Quiere que mande a llamar a un médico? No se le ve muy bien de salud- en cuanto abrí mis ojos después de tenerlos cerrados al yo mismo darme un masaje, el ministro se quedó callado una vez lo fulmine con mi expresión.
Observé con detenimiento la gran mesa alargada. En presencia al comedor se encontraban todos los vejestorios del gabinete, mis cuatro esposas imperiales, el cocinero real que mandaba de un lado a otro a los eunucos que traían las charolas con comida. También vi al copero que sin más tardanza volvió a llenar mi copa con vino..
Tantas cabezas y no lograba alcanzar a ver la de la cierva, ¿Acaso no está? ¿Esa estúpida mujer no se hizo presente? Aquello sí se me hizo bastante confuso, por lo general la ojiazul ha sido la que más pendiente a estado de mi, ya que mis reinas solo sirven para nombre, vestidos costosos, y pelearsen por quien va a tener el mejor perfume.
-Bae, quiero hablar a solas contigo- bebí un sorbo de mi bebida. Muchos ojos se recrearon en el anciano que sin objeción se colocó en pie. Camino hacia a mí, y cuando estaba lo suficientemente cerca, aproximó su oído a mis labios para que pudiese susurrarle- ¿Dónde está la cierva?.
Arrugó su entrecejo algo perdido, su reacción me dio a saber que ni el lo sabía.
-No lo sé, alteza- respondió también en un secreto- Yo no veo a la muchachita después de que fue ella misma quien le quitó el vendaje de sus ojos.
-¿Cómo?.
-Señor , ¿Usted cree que algo le haya pasado?.- insinuó con esa leve sospecha, para hacerme dudar. El rastrilleo de la silla se hizo escuchar en cuanto la corrí con mi trasero para ponerme en pie. Todos me miraban interesados por saber lo que pasaba, o más bien por lo que pretendía hacer. Sin consultarle nada a nadie y dejándolos con la duda, salí del comedor lo más rápido posible ante un seguimiento que me hizo Bae.
(Adrianna)
Lloré tanto durante estos tres días encerrada en este oscuro calabozo, que ya no lo quería hacer más después de recordar lo que Park Ji Min y las concubinas me hicieron. Solo quería vengarme, pero mis posibilidades por cumplirse eran tan nulas, que hasta ganas de llorar me daban otra vez..
Con resentimiento limpie las gotitas cristalinas que bajaban orondas por mis pómulos así mis manos estuviesen mugrosas y aporreadas. Vague nuevamente dejándome vencer por los recuerdos, que se convertían en imágenes que nunca desaparecerán.
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-¿Están seguras que ella a sido la única a quien no le han quitado el virguito?-
Park imprimía mis mejillas con una sola mano, me tenía acorralada contra una de las paredes de este tétrico e inmundicia lugar, mientras su cuerpo se encargaba de ser un muro a lo cual no pudiese escapar. Forcejee por quitármelo de encima, pero él me devolvía otra vez, su fuerza varonil superaba por mucho la mía..
-A ella el emperador la consciente como una princesa, mientras a nosotras, a nosotras nos trata peor que cualquier animal- Hye enfoco toda su ira en mí, pero no solo ella me detesta, las demás igualmente no se quedan atrás- Sumo sacerdote Park ¿Sabía usted que vuestro soberano mando a 30 hombres para que nos quitara la virginidad a cada una de nosotras?.
-Fue lo que me dijeron hace poco- respondió el pelinegro mirándoles de reojo- Es un acto monstruoso. Algo que no tiene perdón por los dioses.
-Exactamente, y estoy segura que fue Adrianna..- me señaló apretando su mandíbula, y siendo su rostro iluminado por la misma antorcha que sostenía su otra mano -.. que le dió la idea al emperador para que cometiera tal acto, porque no soporto que nos escogieran a nosotras como sus concubinas, mientras ella es una cierva sarrapastroza.
-¡¡¡MENTIRA!!!- alcance a defenderme cuando conseguí apartar la palma de la mano de jimin, de mi boca- YO NO TENGO NADA QUE VER CON LO QUE LE SUCEDIÓ A USTEDES, YO NO SOY CULPABLE. DÉJENME IR...- el sumo mayor me cayó con un fuerte bofetón al rostro, uno que me hizo caer al suelo con dureza.
-Tu, guarda silencio, esclava- le faltó poco para que me escupiera. Mirándome rallado, desvío su mirada a las mujeres que tenía en frente- Mis hermosas chicas, USTEDES saben que mi religión no me permite cometer un acto tan impuro- llevó sus manos hacia atrás- El tomar una mujer a la fuerza es algo que no quiero cargar en mi limpia conciencia - pauso- Pero si quieren vengarse tanto como yo, allá afuera vigilando las puertas, hay varios soldados que si estarán dispuestos hacerlo con tal de que les paguen muy bien.
Mis párpados casi salen volando lejos de mis cuencas. El cuerpo me comenzó a temblar como no tienen una idea, y lágrima tras lágrima salía sin avisar. Es verdad que soy una mujer virgen, una que quería utilizar aquello como arma que más adelante tendría al emperador a mis pies, pero que me lo quieran arrebatar de esta manera, me hace temer, y más pensando que estos salvajes no serán considerados conmigo. Por la diosa "Siris", que suceda algo que me pueda ayudar a salir de esta.
-Sumo sacerdote Park, nosotras no tenemos que ofrecerle a esos hombres, ¿Qué podríamos hacer?- aportó otra de ellas preocupada el no poder encontrar una solución rápida.
-Ustedes no, pero YO si- sonrió aún más malvado- No se preocupen chicas, ustedes quedénse aquí con la cierva, aprovechen para darle un castigo breve, sin matarla por favor.... mientras yo voy y hago negocios con aquéllos hombres, ¿Les parece?- alzó ambas cejas. Todas asistieron muy felices- Perfecto. No me tardo- en cuanto ese maldito abandonó este sitio, rápidamente me puse en pie para escapar, pero un puño en la nariz me regreso entre los propios pasos que había avanzado. Adolorida tuve mi boca que empezaba a sangrar, mientras Hye sacudia su muñeca al haberle dejado la sensación de dolor al darme tal golpe.
-CON QUE QUERÍAS ESCAPAR ¿EH, MALDITA?- gritándome en el oído fuertemente, me sujeto del cabello para comenzar a sacudirme- TÚ NO TE IRÁS DE AQUÍ, ¿ENTENDISTE? NO TE IRÁS HASTA QUE OBTENGAS LO QUE TE MERECES POR QUITARNOS EL AMOR DE NUESTRO EMPERADOR.
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-EL QUE TE ESTÁ ORDENANDO AQUÍ SOY YO, ASÍ QUE ABRE ESA MALDITA PUERTA ANTES DE QUE ACABE CONTIGO- los gritos que provenían de afuera a las malas me hicieron regresar a la realidad. La oxidada cerradura se movió constantemente con intenciones de abrirse, y un mar de pánico volvió a invadirne..
-Perdoneme su alteza, yo solo..
-¡¡CÁLLATE Y ABRE!!- esa voz es de yoongi. Min está aquí, vino a sacarme de este calabozo y al parecer está muy furioso- Bae, más tarde manda azotar a este gusano por atreverse a no cumplir mi orden a tiempo.
-Asi va hacer, mí soberano.
De un momento a otro la puerta de madera se abrió. La luz que venía de afuera gracias a la brillante antorcha que el ministro Bae sostenía en su mano iluminó el lugar y encandiló mis ojos no permitiéndome ver muy bien, pero a duras penas logré distinguir cierto rubio de Hanbock oscuro que se acercaba a mí.
-¿Cierva? ¿Qué te pasó?- el pálido se cuclillo delante mí, mientras su rostro dibujaba un gesto de asombro- ¿Quién te hizo esto?.
Lo primero que hice fue arrojarme a sus brazos, se sintió tan rico tenerlo así. El experimentar tener su calorcito junto al mío y más que su alteza olía tan delicioso. No se supo a ciencia cierta si era él realmente el que desprendía un olor agradable, o era tal vez el trastorno por estar encerrada tres días en un agujero que solo se aspiraba mojadez.
Su alteza rompió mi abrazo en cuanto me separó de su lado. Ahora recuerdo que a él no le gusta que le toquen, y más si viene de una débil cierva como yo.
-¡Levántate!- al el ponerse recto delante de mí, quiso que yo hiciera lo mismo. Agaché la cabeza, pues no tenía fuerzas para levantarme- ¿Qué esperas, cierva? Te dije que te levantarás- me regaño.
-Majestad, Adrianna no tiene fuerzas para hacer eso- Bae salió a mi defensa- Recuerde que estuvo tres días encerrada aquí, sin comida, ni agua, y por lo que veo, está totalmente golpeada. Majestad, ¿Por qué no la carga usted y la lleva a su alcoba?- propuso sencillamente sin pensar el riesgo que tomaría al pedirle una barbaridad como está al menos indicado.
Min abrió sus ojos más como en un sonrojo que ofensa.
-GUSANO, ¿ACASO QUIERES MORIR DEGOLLADO POR MÍ ESPADA AL PEDIRME ESO? -le amenazó- ¿Quieres morir, anciano?-.
-Usted mismo lo ha dicho, emperador. Soy demasiado viejo para cargar Adrianna, en cambio usted está joven, y tiene la fuerza de un potro-
-Bae, por favor....- hablé con voz pausada- No moleste más a nuestro soberano. Él tiene razón, alguien tan importante como él no puede mezclarse con basuras como yo- con piernitas temblando, pude colocarme en pie, y aunque iba directamente para el suelo otra vez, Min me detuvo a tiempo.
Mis ojos se encontraron con los suyos, y aunque hechicería murmuran algunos por su alteza tener los ojos así, para mí se ve realmente atractivo. Me sentí desfallecer cuando el rubio me cobijo entre sus brazos al cargarme en ellos. Le repugna tocar a los esclavos, pero ahora es él quien me está tocando a mi, y aprovechando más la situación, escondí mi cara fundiendola en su cuello..
-Bae, quiero que averigües quién o quiénes se atrevieron hacerle esto Adrianna, ¿Escuchaste?.
-Si, su alteza.
MÁS TARDE.
(Min).
-¡Alteza!.
El de tes morena ingresa al salón del trono acompañado por dos soldados más. Kim Nam Joon me hace una venía, en lo que los otros dos se hincan hasta clavar sus frentes en el suelo.
-Y ¿Bien? ¿Qué reporte me tienen sobre lo sucedido con Adrianna?- interrogue seriamente.
-Majestad, estos dos soldados me confesaron que fueron pagados muy bien por el sumo mayor Park.- informó mi concejal medio mirándome.
-No entiendo.
-Mi soberano, ¿Nos permite decirle nuestra versión?- pidió uno de mis soldados de élite sin levantar su cabeza.
-¡Habla!-. Le permiti.
-Emperador, lo que sucedió fue que esa misma noche que a mi compañero y yo nos tocaba turno, el sumo sacerdote Park se nos acercó para negociar..
-¿Negociar?- repetí confundido- ¿Negociar qué? ¡HABLEN RÁPIDO!- me impacienta el que tenga que esperar.
-EL sumo sacerdote Park nos dio todo esto- arrojó frente al escalado del trono, una talega con monedas que al caer, se esparcieron por el suelo- Para que violaramos a la cierva.
Fue en un parpadeo que me levanté del asiento.
-PERO NO LO HICIMOS SEÑOR, SE LO JURO, SE LO JURO POR LOS DIOSES- al ver mi furia reflejada en la mirada, se defendió enseguida- CUANDO ENTRAMOS AL CALABOZO DONDE TENÍAN A LA CHICA ENCERRADA, SUS CONCUBINAS ESTABAN CON ELLA, LA TENÍAN TODA GOLPEADA Y..
-¿Concubinas?-.
-Las de su harem, señor- aclaró Nam aportando nuevamente, además de que los soldados estaban que se orinaban del miedo.
- Traelas ante mi, Nam Joon. ¡AHORAA!!
Hola bonitas.
^_^
Otro capítulo más que les traigo, espero les guste tanto como a mí al escribirlo.
¡Gracias por su apoyo!.
~Elenn Min~ 🍰
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