-¡ADRIANNA, VEN AQUÍ, MUJER!.

Saltó mi corazón en un solo pálpito cuando su alteza exclamó mi nombre en un llamado de urgencia. Los que me conocían rápidamente clavaron sus ojos en mi en una mezcla de confusión, sorpresa y enojo; mientras que que la mayoría sin agregar que obviamente no sabían de mi existencia, se miraron los unos a los otros preguntándose ¡Quién era yo!.

El empujón del ministro Bae me dió a entender que debo de temerle más al enfado del propio yoongi al no acatar sus órdenes a tiempo, que el dirán del resto..

-YA VOY MÍ SOBERANO- a más de uno se les desplomó la quijada al enterarse que la mencionada Adrianna soy YO, y al correr con velocidad donde el emperador se encontraba parado, fue notorio que cada uno de ellos me siguieron con esa expresión aún sorprendida, sin poderlo creer- Aquí estoy majestad, dígame ¿Qué se le ofrece?- al estar de espalda, el rubio se volteó para encararne. De un momento a otro agachó su cabeza, acción que no había podido comprender si él no había hablado.

-Quítame esto de la vista- su voz sonó tan apaciguada que me atrevo a decir que yoongi lo pidió más como un favor, que una orden directa. Me iba apresurar hacer lo que me dijo, pero en cuanto mis manos se aproximaban al envoltorio, Park me detuvo con tremendo bufido.

-NO TE ATREVAS A PONERLE UN SOLO DEDO ENCIMA, CIERVA- me regaño con su ceño fruncido. ¡Por los Dioses! Y ni pensar que empezaba agradarme el muchacho por sus apariciones de héroe. Lo miré sin ningún gesto en la cara, esperando por si le faltaba gritarme algo más..- SU VENDAJE TODAVÍA NO SE PUEDE QUITAR, Y QUE YO RECUERDE, TODAVÍA NO E DADO MI ORDEN PARA QUE SE EJECUTE.

-EL ÚNICO QUE PUEDE DAR ÓRDENES AQUÍ, ES EL MISMO EMPERADOR. TÚ MANTÉN LA BOCA CERRADA, QUE IGUAL QUE TODOS AQUÍ, ERES UN SIMPLE PEÓN - si Min no hubiera soltado esa risilla divertida y bajita, no me hubiera dado cuenta de lo insolente que estaba siendo. ¡Contestarle de mal modo a un individuo de un rango tan alto, es orden directa para que manden azotar hasta morir!

-Pero como osas a- ...le superaba tanto su furia contra mí, que incluso no fue capaz de terminar lo que iba a decir hasta qué- QUIERO QUE AZOTEN A ESTA ESCLAVA HASTA MORIR.- ahora sí me dió miedito con lo que dijo, y por mi garganta seca, una gran cantidad de saliva pasó- DEMEN UN LÁTIGO, YO MISMO LA AZOTARE- estiró su mano para que con rapidez le hicieran entrega de lo pedido. Un soldado no alcanzo a llegar, cuando la espada del soberano pasó como una ráfaga clavándose en el suelo. El arma quedó en medio del sumo mayor, y el asustado subordinado..

Nuevamente Min me sorprende ¿Como supo donde arrojarla,, y más con esa precisión?.

-SI SE ATREVEN A TOCARLE UN SOLO CABELLO ADRIANNA, NO VIVIRÁN PARA CONTARLO- con ojos abiertos de par en par lo miré. ¿Por qué me defiende? ¿Qué planea hacer conmigo?.

-Majestad, esa esclava se atrevió a enfrentarme con esos aires de grosería y rebeldía- Park se mostró tan ofendido e indignado- Perdone que le diga esto pero, no puede permitir que estos miserables se...

-TU NO ERES EL MÁS INDICADO PARA OPINAR CUANDO TUS ACCIONES TE INCRIMINAN- con eso solo bastó para silenciarlo- O ¿Ya se te olvidó que hace unos instantes te atreviste a salvar a los que se supone QUE YA DEBERÍAN ESTAR CONDENADOS?.

-No lo hice por ellos, su alteza. Lo hice pensando en usted, en que si continúa actuando de esta manera, los dioses lo seguirán castigando..-

-YA ME TIENEN HARTO CON ESA ESTUPIDEZ- su vena pareció estallar- ¿QUÉ MÁS CASTIGO PODRÍA RECIBIR YO, SI NO ES TENER A MI PRIMOGÉNITO? ¿QUÉ MÁS PODRÍAN HACERME SUS DIOSES? ¿EH? YA BASTA CON ESO, BASTA... EL QUE VUELVA A REPETIR ESA PUTA FRASE DE NUEVO, JURO QUE CONOCERÁN VERDADERAMENTE QUE ES SUFRIR..

-... Majestad.

-¡¡CÁLLATE!!- lo frenó de una vez- QUE ME CASTIGUEN TODO LO QUE QUIERAN ESOS DIOSES SUYOS. YOO SEGUIRÉ EN PIE DE GUERRA PARA ENFRENTARLOS, NO IMPORTA LO QUE ME HAGAN..

Un incómodo silencio nos embargó a todos por completo, donde permitimos que el viento pasajero sacudiera nuestras ropas, cabellera, entre otras cosas, y donde el emperador volvió a remontar lo que se había dejado estancado una vez se tranquilizó. Con mucha delicadeza le desenvolvi la venda que cubría sus ojos, le aplique tal cuidado que incluso el pálido se desesperó dejando salir un gruñido.

-Apúrate, ¿Quieres?-.

-Los siento mucho, mi soberano, pero tengo que hacerle con cuidado, no quiero lastimarlo.

-Estúpida cierva, solo hazlo. Rápido..

Su grosería provocó que rodara los ojos fastidiada, y armándome de muchísima paciencia, retiré por último el parche blanco que tenía pegado. En menos de un segundo me imaginé que vería en el rubio un cambio diferente, pensé en coseduras donde nacería otra enorme cicatriz, pero no, ahí estaba la misma cortada desde un comienzo, con la única diferencia que ya no sangraba.

Min empezó abrir sus ojos poco a poco, los tenía medio abiertos, ya que al parecer la luz le molestaba. Miraba en dirección hacia el suelo, parpadeó unas cuantas veces, y una vez se adaptó a lo molesto, elevó su vista mirándome fijamente.

De nuevo, casi se me sale el corazón cuando me miró, y no solo yo fui la única al reaccionar de esa manera, ya que todos los presentes exclamaron un gran "OH", cuando lo vieron. Su majestad imperial ni se bismuto en preguntar ¡Qué sucedía!, Él solo estaba allí, calculando uno por uno nuestros gestos.

-Majestad....su ojo...

-¿Qué tiene mi ojo?- así de frívolo preguntó. Ya no supe si responderle, si quedarme callada, o que hacer- UNA COPA- ordenó.

Con ella en mano, apresurado, y sin mirarle, el eunuco se acercó a Min para entregarle la más reluciente copa plateada. Se aproximaron también con una jarra con vino, pero como él no quería beber si no mirar su reflejo por medio de ella, entonces no se apuraron para servirle.

-Otra- el cambio de copa plateada por la dorada fue veloz. Min Yoon Gi seguía viéndose atraves de ella, y sonriendo muy tranquilo permitió que le sirvieran.

El ojo derecho del emperador no tenía ese café oscuro tan patente que tenía el izquierdo; el color le había cambiado, se le torno de un verde tan claro que hasta llegaba a opacar el gemelo. Se terminó su bebida en un sorbo, y después de aspirar, se dispuso a su retirada...

-Emperador..

Iba a seguirlo, pero él no me lo permitió.

-Quiero estar sólo.

(Min)

Las horas transcurrían, la noche caía, y el frío se hacía reconocer. Con mis nalgas aplastadas en el muro de la fuente del tigre blanco, medité en total concentración, con mis dedos entrelazados entre sí, con la espalda un poco jorobada a mi posición y los párpados cerrados. Las antorchas encendidas le daban al lugar un calorcito bastante cálido, debo admitir que no suelo rezarle a mi dios así sea en el único en que crea, pero si suelo alabarlo con cantos en mi lengua satoori. Una lengua que pocos saben, y que desde crío aprendí con una facilidad impresionante...

Dejándome llevar por la alabanza, le añado al canto movimientos con mi cuerpo que terminan por agotarme. Sudo, sudo, y sudo como un condenado. Pero no me importa desgastar parte de mi energía para brindarsela a el, sé perfectamente que más adelante seré recompensando por el mismo Dios que ahora alabo.

Suelo ser muy bueno en muchas cosas, pero hoy aprendí que también puedo serlo con la lengua, y más improvisando de la manera en que lo hago. No me da ni una pizca de miedo al pensar que mi ojo cambió radicalmente, ya que lo recibo como un regalo que el dios Tigre me a dado. Me bendijo con una vista más clara, efectiva. Activando mis demás sentidos convirtiéndome realmente en un verdadero peligro..

-Escucha, sé que es estúpido que un ser como yo ruegue por algo, pero....- se me escapó un suspiro- Yo sólo no puedo enfrentar a lo que sea que me esté atacando ¿Comprendes?- postrado ante mi dios me incline otro poquito más para mostrarle benevolencia- Ayúdame, te lo pido. Cualquier cosa que me pueda suceder avísame primero, para yo estar listo a contraatacar.. ¿Puedes?- tanto que me enfado cuando me insultan diciéndome cachorro, y lo cierto es, que ahora me siento como uno, uno muy asustado.

Otro respiro se me escapó. Cuando estoy en este templo magistral yo solo, puedo ser yo mismo, y no ese emperador recto que a nada le teme.

-¿Como sé que me estás escuchando? ¿Como puedo saber que me ayudarás?

.

-¡SOBERANO!,¡SOBERANO!- ante mis pies se hincó el de armadura roja- Un atrevido aldeano se atreve a rebelarse contra usted, mi señor. Dice que él no le obedece a nadie, y no le importa morir para defender lo que le pertenece.

-¿Qué dices?- enarque una ceja confundido- ¿De qué está hablando esa escoria? ¿Qué le pertenece a él?.

-No lo sé, su majestad-

Dirigiéndome para allá con pasos apresurados mi hanbock se batia de un lado a otro. Las antorchas de afuera estaban encendidas, y en mi pensar cruzó que es demasiada iluminación para enfocar un miserable aldeano. Al bajar las escalas y al asomar mis nariz afuera, fue que divisé la escena mucho mejor. Era de noche, no habían muchas estrellas en el firmamento pero si esclavos para castigar. En la mitad de la entrada me posicione, me faltaban escalones por bajar pero considere que está era la distancia adecuada para que se hiciera cumplir mi órden. A la fuerza acercaron al aldeano ante mi, uno de mis hombres lo obligó arrodillarse después de retirar su mano de la espalda del chico , y mientras trataba de descubrir su rostro cubierto, mi hombre alistó su arma esperando a que le diera mi señal para decapitarlo.

Detallé a un muchacho con vestimenta color verde lama, su cabello es negro y corto, si no está mal calculado, el aldeano debe de tener mi misma altura, además de que su complexión en figura, es idéntica a mí. No podía ver su rostro ya que su cabeza la tenía gacha, y hay que añadir también que aquél trapo visiblemente mugroso, lo tenía atado al rededor de sus ojos. Una soga rodeaba e imprimía todo su cuerpo a los lados; si sólo es un débil aldeano, ¿Por qué tanta exageración en atarlo?. No quise malgastar mi mente en algo tan estúpido; alzando mi mano en lo alto le indique al capitán del armamento que podía decapitarlo, pero en cuanto la iba a dar la señal, el piojoso ése comenzó con un bombardeo de venías de nunca acabar. Subía y bajaba la cabeza, una, otra, otra, y otra vez...como un lunático.

Noté enseguida que él no era el único que repetía las reverencias, ya que los demás esclavos que se encontraban ahí, igualmente lo imitaron.

-¡YA BASTA!- no atendieron a mi grito enojado, y continuando en en lo suyo como si yo no estuviese ahí, cabreado bajé las escalas. Me aproximé al aldeano totalmente iracundo, sin pensarlo ni una vez le proporcione tal bofetón en su mejilla izquierda que logré tumbarlo de lado- ¡Desatalo!- ordené por último. Mi hombre hizo lo que le pedí, y después de completarlo se retiró un poco de mí- Levántate aldeano.

El chico se tardó un poco en reincorporarse pero logró levantarse. Llevó ambas manos a desatar el nudo que unía el vendaje y al quitárselo de su vista, me miró directamente sin ningún miedo alguno.

Casi me voy para atrás ante semejante sorpresa, y tuve que sacar mí rostro de la fuente al sentir que me ahogaba. Trastabillando entre mis propio pisar chueco, caí sentado en el suelo con los ojos brotados.

¿Qué fue eso? ¿Una pesadilla estando despierto, o tal vez fue una visión que el dios Tigre me quiso enseñar?...

-Ese muchacho era yo... ¡YO!- con el pulso acelerado mire de un lado a otro identificando el lugar. ¡Imposible! Todavía me encuentro el templo magistral del Tigre blanco, ¿Entonces como me pareció aquello tan real?.

Yo tenía a ese chico ahí, ¡Ahí!, ¡Frente a mí!.... incluso lo abofetee, pero era mi misma cara que agredía ¿Como puede ser eso posible?.

-Tranquilo Yoon Gi- respiré profundamente para guardar la cama- Estás agotado. Últimamente no haz podido dormir bien y debe de ser por eso- me puse en pie con algo de dificultad- Solo fue una alucinación, eso es todo.

(Adrianna)

Kwan, Borick y Jim no fueron desterrados del palacio, tampoco fueron decapitados, pero si fueron drásticamente bajados de su alta categoría convirtiéndose en esclavos. Me parece una gran falta de respeto que se estén metiendo en las decisiones de su alteza cuando son ellos mismos que lo provocan. Sí yo hubiera estado en la posición de yoongi como gobernante, no me hubiera temblado el pulso para mandar a callar al sumo mayor por metido. Por hay derechito lo mandaba a decapitar para que le hiciera compañía a esos tres traidores y que deje sus aires de creerse un Salvador. Como Min no quería más conflictos con los monjes del templo fire, entonces dejó las cosas así, notoriamente ya estaba harto de esta situación, y siendo sincera, yo también lo estaría.

Volando entre mis propios pensamientos, automáticamente me dirigía a la misma alcoba que ahora comparto con el soberano. El jalar de mí cabello con brusquedad y el llevarme arrastras por todo un pasillo, desviaron mis intenciones que claramente era descansar en esa blanda cama. Taparon mí boca para que no pudieran oírme, y al llegar al sitio donde pensaban dejarme abandonada, de un empujón bastante rudo me hicieron entrar al lugar que más temo en mi vida.

Estás son acciones de mujeres heridas, lo que me confunde es que envés de ser las cuatro reinas imperiales que me estén haciendo esto, sorpresivamente fui atacada por las concubinas del harén. Todas son una bola de huecas que no planearian algo similar así les coloquen un cerebro nuevo, y al saber perfectamente bien que alguien más estaba detrás esto, me coloque en pie para enfrentarlo.

-Nos volvemos a ver, mi querida Adrianna.

Jimin sonrió malévolo mientras mi ceño se fruncia.

Hola lindas^_^

Les traigo un capítulo más y espero les guste.

Daechwita está empezando a relucir, y estoy dando lo mejor de mi para que se acople lo más posible en el vídeo.

Lo que yoongi está viviendo, son imágenes de lo que le sucederá más adelante.

¡Gracias por su apoyo!