TREINTA Y DOS
—Estás más tranquilo de lo que esperaba —el alfa susurró cerca de su oido, sus manos afianzadas en su cadera mientras le ayudaba a realizar unos cuantos ejercicios que habían aprendido para la hora del parto, este le ayudaría a que el proceso de dilatación se acelerara.
Habian acatado las indicaciones del doctor, y fueron a casa a descansar algunas horas, en cuanto todo estaba siendo preparado en la clínica donde daría a luz, pasado el tiempo estipulado se dirigieron a la clínica donde ahora esperaban el momento indicado e intentaban a hacer el proceso de dilatación más ameno, faltaban apenas dos centímetros para que pudiera comenzar con el alumbramiento, Taehyung había soportado más de lo que él creía que podía, tratando de llevar el proceso con bastante calma
Seokjin le ayudaba sosteniendo su cadera mientras realizaba movimientos circulares, dando respiraciones profundas, podía sentir al alfa un poco agitado, pero tratando de mantenerse sereno, sabiendo que podría poner nervioso a Taehyung si demostraba demasiada ansiedad o preocupación y era lo que menos quería.
—Tú no te ves tan tranquilo —bromeó el chico, quien se sostenía de la baranda de la camilla de la habitación que le habían asignado, obteniendo más equilibrio —aunque trates de ocultarlo lo siento a traves del lazo.
Uh, había olvidado ese detalle, suspiró y dejó un beso en la coronilla del menor, por supuesto que no era fácil mantener la calma en ese precioso momento, el tan esperado cachorro estaba llegando, la mezcla de ansiedad y felicidad era casi palpable, a pesar de todo Tae estaba allí tranquilo, bromeando, y reflejando más serenidad que él, no era como se había imaginado que sería el día, pero agradecía que así fuera, resultaba gracioso que Tae fuera su soporte cuando se supone que sería al revés.
Esperaba que no se convirtiera en una anécdota graciosa que su omega contaría años más tarde.
—Tranquilo papá —continuó hablando el omega, esta vez imitando una voz bastante infantil, sacandole una risa al mayor —todo va a estar bien.
El alfa hubiera querido contestar pero en ese instante el doctor volvió a entrar, debido a que era la hora que tenían predeterminada para realizar un último tacto a Taehyung, Siwoon estaba casi seguro que ese tiempo sería suficiente ya que el omega había avanzado progresivamente y la dilatación ocurría de forma rápida. La pareja al verlo paró con sus movimientos, atentos esta vez a lo que este les diría, lo vieron ponerse los guantes y supieron de que se trataba.
—¿Qué tal? ¿está doliendo mucho?— preguntó interesado, en cuanto seokjin ayudaba a su esposo a subir a la camilla, seguidamente posicionandose como sabía que debía.
El omega negó, no estaba siendo tan malo después de todo.
—No, pero ya se está pasando el efecto de la epidural así que supongo que viene lo peor—expresó este, viendo como el doctor caminaba hacía él para hacer su trabajo, levantando su bata para realizar el tacto.
La sensación por supuesto que no era para nada agradable, por el contrario era doloroso para él, pero seguro no se asemejaba a lo que estaba por venir, seokjin mantenía el silencio, en cuanto acariciaba el cabello del omega que apretaba sus ojos fuertemente durante el proceso, son cosas que ambos sabían que sucederían y hasta el momento no se arrepentian, Taehyung sentía que pasaría por ese dolor las veces necesarias para tener a su bebé con él.
El doctor finalmente terminaba con el proceso, dejando al omega respirar y dejar de presionar sus facciones para mantenerse más atento a lo que el profesional estaba por decirle, Siwoon comenzó a retirar sus guantes, desesperando un poco a ambos que querían saber que procedía ahora, si era el momento o debían esperar aún más.
—Díez centímetros —respondió ante las expectantes miradas de los futuros padres.
El tiempo se detuvo unos milisegundos, entendiendo perfectamente lo que el obstetra quería decir con esto, dos corazones acelerandose más de la cuenta, seokjin miraba a Tae y este lo miraba de vuelta, sus manos se juntaron apretandolas entre sí, en cuanto el omega sentía una contracción, el efecto de la epidural había pasado completamente, el momento perfecto.
—¿Estás listo? —preguntó el mayor con una sonrisa, el chico solo asintió, sintiendo sus ojos humedecerse, la felicidad predominaba por sobre el horrible dolor.
—Ya saquenlo, por favor —respondió el menor, haciendo reír a ambos presentes, pero era muy en serio, ese bebé necesitaba salir ahora.
El doctor salió de la habitación luego de explicar que procedía, iban a transladarlo finalmente al lugar que vería al pequeño kim nacer, tenían los nervios de punta, pero ya necesitaban conocerlo.
Fue allí que Taehyung comenzó a recordarlo todo, desde aquél día que lloraba porque todas sus pruebas habían dado negativo, la felicidad que lo invadió cuando se enteró de que alfin sería padre, el mal humor que experimentó bastante seguido, queriendo asesinar a su marido, ver su panza crecer con cada semana y hasta ese precioso instante, por un momento sintió que extrañaría su panza, pero finalmente recapacitó, no era exactamente eso.
Yoongi había sido parte de él por mucho tiempo y quizás sentía que extrañaría la sensación de que así fuera, pero la verdad es que su bebé sería una parte de él toda su vida.
Taehyung entró en la tina con la ayuda de su esposo nuevamente, al instante pudo sentir el agua tibia rozar la piel de sus piernas, lo cual lo hizo sentir complacido y era una de las razones por las que había decidido que su parto fuese de esa manera, el agua podía ser un calmante natural, era bastante conveniente para él en ese momento, con cuidado se sentó, era lo suficientemente espaciosa brindandole comodidad.
Siwoon entró minutos después al lugar, acompañado apenas de una enfermera, tal como quería el omega que fuera, lo más íntimo posible, se sentiría menos nervioso, y el que fuera de ese modo lo hacía sentir más cálido, confiado y decidido, daría todo de sí para traer a su bebé, aun cuanto sentía sus manos temblar con un poco de miedo, pero eran sensaciones que no podían ser impedidas.
Seokjin le sonrió cuando estuvo a la altura de él en la tina, era espaciosa pero no lo suficiente para que los dos estuvieran adentro, rebuscó entre sus bolsillos algo que hasta esos momentos el omega no sabía que era, pero eventualmente supo cuando sacó su mano, dejando ver una liga para el cabello de color negro, se acercó a él sin pedir permiso, tomando con sumo cuidado sus cabellos, pasando sus manos varias veces asegurandose de no dejar alguno suelto, atandolos en un moñito y así evitar que sus largos cabellos estorbaran.
—Eres más fuerte de lo que piensas —susurró, dejando un beso en su frente despejada, tratando de transmitirle confianza a través del lazo que compartían.
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