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TREINTA

Sentía las manos del alfa acariciar su espalda, podía también oir la risa de este, seguramente provocada por la emocional reacción que mostró al descubrir lo que habían preparado para él, aun mantenía su rostro enterrado en la unión del cuello y hombro de su esposo, justo allí donde brotaba su delicioso aroma alfa, ese que era capaz de transmitirle seguridad y calma en innumerables situaciones. Seokjin paró de reír cuando sintió la humedad en su cuello, debido a pequeñas lágrimas descendían de las mejillas de su omega, y no sabía exactamente que podían significar, podía ser un amé está sopresa seokjin te amo o un lo detesto, saca a todo el mundo de aquí, porque siendo sincero desde que las hormonas afectaban tanto a Tae no era capaz de saber como iba a reaccionar.

Aun podían escucharse los vítoreos de las personas a su alrededor, quienes se encontraban enternecidas por la imagen de la cursi pareja que en cuestión de semanas le estarían dando la bienvenida al nuevo miembro de su pequeña familia, dando inicio a la etapa que tanto estuvieron esperando y todos aquellos que verdaderamente los apreciaban estaban realmente feliz de ver todo eso acontecer.

—¿No piensas saludar? —una suave y dulce voz femenina llamó la atención del omega, casi paralizando sus movimientos, una mano se posó sobre su hombro, apretandolo levemente —uhm, osito de miel.

Su corazón latió fuertemente, miles de escenarios donde oía que le llamaban por ese apodo llenaron su mente, trayendole la calidez de aquellos días, recuerdos que eran imposibles de olvidar, que iban desde su niñez hasta el tiempo actual, donde aun apesar de su edad podía ser llamado de esa forma algunas veces y por dos personas muy especiales para él.

—Omoni —su voz casi quebrandose ante la emoción, enseguida deshizo el abrazo de su alfa, para refugiarse en los brazos de la omega que le dio la vida, la mujer le recibió con una sonrisa, mientras su hijo actuaba como un chiquillo que buscaba de su aroma para sentirse seguro, como solía hacerlo cuando era pequeño.

Los aplausos no tardaron en oírse, acompañado de silbidos y gritos, este tipo de reencuentros siempre causaban un cálido y agradable sentimiento.

Su madre acarició su cabello, revolviendolo un poco, no pasaron muchos minutos para que los ojos de esta también se cristalizaran, tenía algún tiempo sin ver a su progenitora, desde que había decidido hacer su vida junto a su alfa en Seúl verse resultaba un poco difícil, no podían viajar a Daegu con frecuencia, por lo que los reencuentros con las familias de ambos eran realmente escasos y por supuesto que aquello era un poco triste para la pareja y más aun cuando en un momento como ese querían tenerlos a todos serca.

—Tae-ah, es hermoso poder verte así —expresó la señora, separandose del abrazo, dejando sus manos tomadas mientras lo recorría con su mirada, avergonzandolo un poco —estás hermoso, hijo

El omega sonrió, pero la volvió a abrazar cuando sintió que sus ojos volvían a cristalizarse, dejando caer algunas lágrimas, quizás era el hecho de que pensó que su familia no lo vería en ese estado, no lo verían pasar por la hermosa etapa, era cuando se daba cuenta lo mucho que le hacía falta un abrazo de su madre.

—¡Tío taehyung va explotar! —una voz chillona e infantil logró sobresalir entre el bullicio de las personas en el local, captando completamente la atención de Taehyung.

Nuevamente se separó de su madre, soltando una carcajada sin creer que había oído esa pequeña vocecita, con el dorso de su mano intentó secar aquellas lagrimas que seguian bajando por sus mejillas, y escaneó el lugar, lleno de todos aquellos que él y su alfa consideraban importantes, hasta que vio a la dueña de esa encantadora voz correr hacía él, agarrandose a una de sus piernas casi de inmediato, haciendolo tambalear un poco, su madre tuvo que sostenerlo un poco asustada.

—Eh, Yeoni, con cuidado —advirtió seokjin, al ver como esta se aferraba a la pierna del omega, tirando de su pequeña mano, en un intento de separarla de la pierna de su omega, podría ser peligroso, la tomó en sus brazos, para que asi pudiera estar cara a cara con Tae.

—Preciosa, que alegría me da verte —le sonrió, apretando una de sus abultadas y adorables mejillas, nunca dejando de estar encantando con esos ojitos tan parecidos a los de seokjin, sin pensarlo mucho llenó su carita de besos, haciendo reír a la niña, en un futuro muy próximo se imaginaba a un pequeño revoltoso de abultadas mejillas también, riendo de todos los besitos que se iba a encargar se esperacir por su carita.

Cuando paró su tierna forma de saludar, vio a Geunjae, su cuñado, acercarse a él con una hermosa sonrisa, parandose justo al lado de su hermano que tenía a su hija en brazos, y su madre seguía de su lado acariciando su espalda, disfrutando de verlo tan feliz.

—Taehyung, siempre es un gusto verte nuevamente —dijo este con simpatía, aprovechando para abrazarlo y también felicitarlo, a ambos, por el cachorro en su panza —No sabes cuanto lloriqueó seokjin esperando este momento.

El alfa frunció el ceño y estaba dispuesto a reclamar por lo dicho, y lo hubiera hecho de no ser porque una pequeña se le adelantó.

—¡Yo quería verte a ti y a tío seokjin pero papá decía que no podíamos! —exclamó la niña en brazos de su tío, esta fijó su vista nuevamente en la curiosa panza dem omega—oh, tío Taetae, estás muuy gordo.

—Yeoni-ah, ya te expliqué que allí está su bebé, no puedes andar diciendo esas cosas a la ligera, no está bien—el hermano mayor del alfa, miró severamente a la cachorrita, que hasta ese punto estaba bastante confundida.

Taehyung se rio por ello, restandole importancia a lo dicho por la niña, estaba acostumbrado a ese comentario y más proveniente de la mente inocente de los cachorritos.

—No importa hyung, ella no está mintiendo —defendió sin borrar su sonrisa —No estoy gordo realmente, solo que aquí vive tu primito por ahora.

La pequeña abrió su boca sorprendida, cuando le dijeron que tendría un primito nunca imaginó que este estaría ahí, su tierna reacción hizo reír a los presentes quienes comenzaban a dispersarse, aun esperando el momento para acercarse y saludar al futuro padre, la niña se removió en brazos de su tío con la intención de que dejara que sus piecitos tocaran el suelo, seokjin la dejó ir, curioso de lo que pretendía hacer la cachorrita, esta simplemente dio dos pasitos hasta quedar frente la prominente panza del omega, sin dudarlo llevó sus pequeñas manos a esta, acariciando sobre el overall, notando la dureza.

—Oh —exclamó cuando pudo sentir un leve movimiento proveniente de la panza—¡Se mueve!

El omega no podía parar de sonreír, desvió su mirada de la pequeña niña que acariciaba con insistencia de sentir a su cachorro que al parecer estaba dormido, vio a su madre aun a su lado y la nostalgia volvió a llenarlo, tenía tanto tiempo que no la veía, ni a ella ni a Yeoni, se sentía lleno, y aunque no estaba toda su familia como quisiera el sentimiento era totalmente sincero, estaba realmente feliz de verlas, que compartieran con él las últimas semanas de su gestación.

—¿Yoongi? Tenemos que hablar, hijo —dijo su madre con una de sus cejas alzada, a la vez que señalaba los carteles donde se podía leer este nombre.

Oh, había "olvidado" mencionarle aquello a su familia, pero la verdad no quería a todos ellos insistiendole nuevamente que le colocara un nombre de generación, especificamente todos querían que se llamara Taeyong.

🌼🍃🌼🍃🌼🍃🌼

Taehyung se dejó caer en una silla, estaba un poco cansado, por más que quisiera su condición física no era la misma, se fatigaba con facilidad, sus pies hinchados molestaban a la hora de estar de pié por mucho rato, y luego de jugar varias rondas de "ponle el pañal al bebé" estaba agotado, así que se permitió tomar un merecido descanso en la silla acolchada que habían preparado para él, mientras algunos de sus invitados seguían jugando los diversos juegos que habían preparado, le resultaba gracioso verlos, pero le causaba más gracia aún la forma en la que hoseok regañaba a su alfa por ser una inútil que no sabía ni colocar un pañal al bebé falso.

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