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OCHO

El aroma a jazmines se extendió por toda aquella oficina, al omega ya le era casi imposible detener el incremento de sus feromonas, estaba muy sonrojado y apenado por la situación pero se sentía en la nubes, que uno de sus escritores- que además es muy guapo- sea su destinado era un completo sueño, siendo él un empedernido de las historias sobre las almas  destinadas y el amor entre sus Lobos.

Siempre soño con ese momento, en el que su alma gemela estuviera frente a él, el inicio de una de aquellas historias de amor que solía leer.

Pero su emoción empezó a disiparse al mirar la cara de seokjin, él no se veía para nada feliz, al parecer no era tan apasionado por los destinados como él.

-Hyung...¿también sintió lo que yo?- acercó su mano a la mejilla del mayor para dejar una caricia en la suave piel, el alfa suspiró.

Seokjin estaba siendo ligeramente afectado por las emociones de su alfa pero negó repetidas veces saliendo de detrás de su escritorio.

-No, no confundas las cosas jimin, yo... lo lamento pero esto no significa nada- habló con rapidez, trayendo a jimin nuevamente a la tierra, sacándolo de su ensoñación, el menor sintió su corazón doler.

El omega mordió su labio, ahora estaba más que avergonzado, había lucido como un adolescente luego de su primer celo, lleno de ilusiones, aúnque claro que no estaba muy lejos de lo que realmente era.

-Estoy casado y amo a mi esposo, hagamos como... como si esto no pasó- terminó de herir el corazón del menor-. Necesito aire.

Con el corazón oprimido soltó un leve jadeo mientras el alfa salía huyendo de su propia oficina.

Caminó sin deternerse a corresponder los saludos de sus compañeros o responder a sus preguntas, con paso acelerado encontró la salida al estacionamiento del edificio.

Suspiró pesado, la situación lo tenía abrumado, todo había pasado muy rápido, su corazón estaba acelerado y buscaba desesperadamente el aire puro pues su nariz picaba aún con los dejes del aroma de jimin, el dolor de cabeza comenzó a extenderse y de pronto se encontraba con mal humor, regañandose por su comportamiento, no podía dejar que su lobo volviera a su estado más primitivo.

Pensó en su esposo, que esperaba un cachorrito suyo, pensó en lo mucho que lo amaba, que no sería nadie sin él, taehyung era amor, cariño, comodidad y valor, temía que todo eso se fuera por la borda en sólo unos minutos, al menos conservaba un poco de raciocinio, no iba a dejar que sólo por un destinado la vida que llevaba fuera destruida.

Revisó en sus bolsillos buscando la llave  de su auto, necesitaba recostarse junto a taehyung y respirar su dulce aroma.

Pero su omega no podía saber nada de lo ocurrido ese día.

-Seokjin ¿que sucedió? Oí que saliste corriendo de la empresa, no eres de hacer esas cosas herma...

-Encontré a mi destinado- cortó la plática de Jungkook.

El alfa frente a él abrió sus ojos de sobremanera y tragó fuerte.

-Es jimin, el nuevo editor, Jungkook no ahora, taehyung y yo esperamos un bebé, estamos en la mejor etapa de nuestras vidas.

Jungkook colocó su mano sobre su hombro para tratar de calmarlo.

-Hyung, ¿Hiciste algo que no debías? Ya sabes...

-¡No! Sólo no sé qué hacer, taehyung- suspiró aquello último.

Jungkook palmeo el hombro dónde su mano reposaba, no sabía que decir en ese exacto momento.

-Amas a taehyung, seokjin- le recordó eso que él sabía muy bien- no dejes a tu lobo dominar por encima de lo que sientes.

No sabía que tanto podría impedir que su lobo dominará sobre él.

❤👄❤👄❤👄
Taehyung secó su última lágrima justo cuándo la puerta fue abierta, escuchó pasos sobre el piso de madera, segundos después su esposo estaba frente a él, frunció el ceño al verlo llorar, con rapidez se sentó a su lado en el sofá y tomó su mano.

El omega lo miró por unos minutos y rompió nuevamente en llanto, no entendía porque lo ponía tan sensible la noticia, debería ser feliz por tener a un bebé en su vientre.

-¿Por qué lloras?- preguntó con suavidad, aúnque su voz delataba su preocupación.

Tae recostó su cabeza en su hombro sorbiendo su nariz, no quería preocupar a su hyung, ¿pero cómo decirle que se sentía nuevamente como un fracasó de omega?.

-Tae...- llamó nuevamente secando las lágrimas que caían por sus mejillas.- ¿Pasa algo con él bebé?

Negó repetidas veces.

-No es eso, hyung - respondió finalmente.

Seokjin apretó su mano, sintiéndose como hace unos escasos meses atrás, donde tae se entregaba a la depresión y el no sabía que hacer.

-Dime que te tiene así- insiste.

-No podré tener otro bebé jin, luego de que nazca este quedaré prácticamente infertil-. Se quebró nuevamente.

Seokjin dió caricias en la mano del omega y se acercó a besar su frente, y aprovecho para llevarse del aroma del menor, aúnque en ese momento no era tan dulce como suele ser debido a la tristeza del menor.

¿Cómo podría el decirle sobre su destinado? Le rompería el corazón a su príncipe. Así que se dispuso a alentarlo, no convenía deprimirse estando en cinta.

-Tae, no hay problema, no estés triste por eso- levantó su cara y secó sus lágrimas con sus pulgares-. Se que querías llenar la casa de pequeños cachorritos, era uno de tus sueños.

Tae asintió.

-Hyung, no sirvo como omega.

-No digas eso tae, me haces sentir el peor alfa del mundo- respondió de inmediato aún con sus manos enmarcado su lindo rostro-. ¿Hasta cuándo te voy a decir que nada de esas cosas definen tu valor? Me parece horrible que no quieras ver más allá, tu potencial tae-ah, eres brillante, ¿Porqué te empeñas a verte como una incubadora? Yo amaría que llevaras a todos mis cachorros, pero entiendo si no es posible.

Tae sollozó escondiendo su rostro en el cuello del mayor.

-Soy una persona horrible, quejándome teniendo un bebé en mi vientre y el amor del mejor alfa. - nuevamente su voz temblorosa- es que estoy sensible hyung, también lloré porque en la máquina no había pockys de fresa, parezco un niño pequeño.

Seokjin sonrió buscando su cara para dejar un beso en sus labios, acariciando el vientre del menor, la verdad le parecía adorable cuándo actuaba berrinchudo, aúnque no en exceso por que su paciencia era limitada.

-Sólo no estés triste por cosas que no son tu culpa ni te menosprecies, se que no puedes verte como yo lo hago, pero si te vieras a través de mis ojos te aseguró que no estarías diciendo todas esas cosas sobre ti.

Taehyung hizo un puchero, ese alfa no se cansaba de ser tan lindo y complaciente.

-Eres un cursi cuándo te lo propones- habló y dejó un beso en su nariz-. Gracias por animarme, no se que haría sin ti.

El alfa asintió y se levantó del sofá, el hambre lo estaba atacando, eso sumado al extraño sentimiento de ocultarlo las cosas a taehyung.

-Oh, el doctor dijo que el bebé está desarrollándose plenamente, sus manitas están completas hyung ¡incluso lleva su pulgar a su boca!- expresó efusivo el omega, recordando aquella ecografía en su bolso.

-Me alegro de que este bien tae, te esforzaste para que así sea, nunca vi a nadie  cuidar de su cachorro como tu cuidas al nuestro.

Tae sonrió yendo nuevamente con él para abrazarlo desde atrás, colocando sus manos al rededor de su cintura y pegando su cata en la espalda.

-Oh, siento tu estómago en mi espalda, creo que alguien ha crecido estos días.

-Si, creció cuatro centímetros más, es pequeño pero sano- contestó dando un beso en la espalda- hobi, compró una pizza para mi sólito, iré a colocarla en el microondas para que comamos, debes estar hambriento, mi hyung es todo un trabajador, ¿fue largo tu día? ¿Todo bien en el trabajó?

Otra puntada en su pecho.

-Eh- se aclaró la garganta, estaba nervioso rayos- todo bien, él libro será publicado pronto.

No es como si hubiera hecho algo malo.

-Estoy tan orgulloso de ti seokjin, te mereces todo lo que está pasando, por eso iré por la pizza y algunos refrescos, debemos brindar- dijo con aquella echizante sonrisa.

No fue infiel, así que una pequeña mentira no afectaría en nada.

-Mmm... eh si, te espero.

-¿Todo bien, hyung? Pareces medio perturbado- bromeó el menor.

Seokjin tragó fuerte, no había ocurrido nada malo ¿por qué se sentía como si no fuera correcto? Sería peor decirle a su esposo sobre lo ocurrido aquel día, podría deprimirse y en definitiva no quería correr el riesgo.

Todo bien, tae- respondió con una sonrisa, de esas que no llegan a sus ojos.

-Bueno...

Taehyung se fue caminó de la cocina, rascando sobre su marca, había picado desde hace unas buenas horas.

Seokjin respiró profundo, estaba bien, podría sobre llevarlo.

Pero bien decían por allí que las mentiras tienen patas cortas ¿no?

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