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06|

La mañana amaneció fresca. La tormenta había cesado, y tras el ventanal el trinar de las aves se escuchaba cristalino.

Peter se restregó los ojos y cuando enfoco la mirada tras un desagradable mareo no reconoció ese lugar. Entonces noto que solo llevaba sus calzoncillos.

Otro fuerte mareo terminando en un destello, no estaba seguro de lo que había ocurrido. No lo podía asegurar. Solo habían imágenes difusas en su mente. Pero fue inevitable reconocer el aroma de las almohadas. Esas sabanas... el cálido cobertor. Todo era tan de él. A Quill se le apretó el pecho, sintió que no lograba respirar al comprender que se encontraba en la cama de Odinson. Esta vez al parecer no era un sueño.

En cuanto reacciono tomo esa musculosa, que fue lo primero que vio tirado, era la que llevaba Thor la noche anterior, luego de asearse al terminar ese paseo bajo la lluvia.

—Peter, el desayuno esta listo...—Vibró la voz del dios. Se había apoyado en el lindero de la puerta de brazos cruzados, esos perfectos músculos se remarcaron casi groseros. Pero maravillosos. De nuevo, el mitad terrano no había notado que se había acercado... estaba teniendo problemas con esa agudeza que tantas veces lo saco de problemas, o peor aun, ¿Aún no notaba que el Asgardiano debilitaba sus reflejos?

—Sabes...— Exhaló contrariado y nervioso...— Es tarde o muy temprano. No se que jodida hora.— Intento conectar sus ideas. Entonces adorable mientras buscaba su ropa, que olvido, fue a dar a la lavadora de Thor, sus mejillas se encendieron en rosa. Y no podía si quiera intentar mirarlo. Se sentía perdido.

El rubio de ojos de cielo asintió con amabilidad. Podía resultar decepcionante pero se lo iba a tomar con calma. Lo de la media noche, ahora le parecía un delicioso y precipitado arrebato. —Seguro.— Respondió suave y se encamino como si nada por el pasillo, a seguir con lo suyo en la cocina.

Un par de minutos mas tarde, Peter, con la musculosa de Thor, el hoddie y sus boxers se asomo sintiéndose ridículo.

—¿Tienes idea donde quedo mi ropa?— Se obligo a preguntar, a que le saliera la voz, y lo hizo en medio de un carraspeo.

—En la secadora.— Contestó sin voltear a mirar.—No, creo que aún en la lavadora.— La verdad es que no se detuvo en ese detalle, Thor estuvo mas interesado durante la noche en atender a su invitado.

Podría incluso haberse defendido. Pero no era necesario, porque aquella fue toda una visión. El olfato de Quill al parecer puso a funcionar su cerebro. En el sartén, huevos con tocino, en el horno terminaba de calentarse el pan y el café de grano. Peter cayo sentado en el mismo lugar que había ocupado en la noche anterior. Thor le levanto una ceja en cuanto lo vio.

—Creo que mis pantalones pueden esperar.—Comento bajando la mirada sin detenerse a pensar.

El Dios no se negó la carcajada. Ni la expresión agradable de tenerlo ahí, nuevamente. Llevo los alimentos a la mesa y le acerco el café recién preparado.

En ese mismo momento, escondido en uno de los bolsillos de su pantalón, el celular de Quill intentaba desde el canasto de la lavandería llamar su atención. Mientras Gamora volvía a maldecir por lo bajo.

Avanzada la noche anterior, Drax termino por aparecerse por la casa de las chicas suponiendo, tras la demora, que Quill estaría ahí. De hecho esperaba que Rocket también lo estuviera. La noticia solo empeoro las cosas. Nebula se quedo a cargo del arbusto en crecimiento. Drax, Gamora y Mantis salieron a recorrer las calles en medio de la oscuridad y la lluvia. A esa hora de la mañana, no solo el mapache estaba desaparecido. A antenitas parecía que se la había tragado la tierra.

Mantis se hubiera creido que ninguna criatura, la podría engañar en sus sentimientos. Pero, estamos hablando del dios de las travesuras. Loki se encontró con ella mientras vagaba, esta vez realmente ofuscado. Aquello se había salido de todos sus parámetros. Ver a Thor con Quill estaba generando una clase de dolor que desconocía. Estaba desconociendo a su hermano y a su Dios. El único ser en el universo por el cual. Tal vez. Solo tal vez... Primero la ira lo había paralizado. En otros tiempos sin pudor habría apuñalado al que fuera.
Pero esta noche, lluviosa... El maldito planeta tierra. Esa criatura patética.
No se había metido con Jane, claro. Ella nunca resultó un problema.
Y de pronto, se encontró con esos grandes ojos, atentos expectantes. Ella más que paralizada se veía curiosa ante el.

—¿Príncipe Laufiehhh?— Le hablo respetuosa.

—Loki Mantis. Loki— La interrumpió atajando la sorpresa y la sonrisa.

La extraterrestre asintió en medio de la lluvia.

—¿No es muy tarde?— Preguntó gentil.

Ella hizo esa mueca contrariada.—¿Quieres que te acompañe a casa?— insistió como un galán.

—¿A mi?— Fue a decir la inocente larva. Ya sabía que no era muy común que la gente se le acercara.

—Es muy tarde— Insistió Loki.

—Es muy tarde— Repitió dulce, incrédula intentando que no se le escapara el aire. Mantis asintió. Dejó que el príncipe de las travesuras la acompañara, pero ella no volvió a casa.

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Stark casi al medio día estacionó su convertible, un poco más alejado de lo habitual y arrugo el entrecejo reconociendo la máquina de Bucky mal acomodada. Prácticamente atravesada en su puerta. —¿Qué demonios?— Refunfuño haciendo saltar el agua de un charco que quedaba de la tormenta gracias a su paso enérgico.

Tony de inmediato recorrió las lujosas habitaciones de su casa sin encontrar respuesta alguna hasta que bajo hacia la sala de juegos ( su sótano, donde guardaba todos sus juguetes ) y se encontró a Bucky cómodamente tirado en el sofá, con los controles de esa consola y la grosera pantalla de juegos a todo volumen... De pronto todo parecía explotar en esa pared y al segundo siguiente todo se había ido a negro. Tony había apagado la pantalla sin aviso. —¿Sabe Roggers que estás aquí?— Le preguntó en cuanto noto que él estaba ahí.

—¿Por qué tendría que saber?— Respondió. Y de golpe desaparecía la serenidad del soldado que siempre disfrutaba haciendo explotar cosas. Fue cosa de segundos. Esa agria expresión se apoderó de su rostro.

—Porque tu novio debe estar histérico.— Contestó irritado. Mal enfocando su ira. Porque su presencia la sentía como una intromisión. Más bien una violación a su metro cuadrado.

Bucky apretó sus mandíbulas tan duro que sus muelas rechinaron. Se levanto del sillón y se encaminó a la salida.

—¿Tony?—  Llamo su atención Bruce ofendido apareciéndose todo mojado medio cubriéndose con una toalla, incluso aún había shampoo en su cabello.

—¿Entonces ahora eres la novia de Banner?— Insistió en molestarlo asombrado al ver a Bruce casi desnudo.

Bucky no iba a dar pie a más insultos. Ya había sido suficiente. Aunque no se detuvo tampoco del todo, dándole la espalda ya casi en la puerta levanto su brazo y también con todo placer su dedo medio.
Bruce no estaba contento. Aun así en su estado se asomó por la puerta pero ya era tarde. Bucky se alejaba en su moto.

Entonces. Todo se volvió más extraño. Porque Bruce, podría haber jurado, ver salir de la casa de los Odinson, a Quill. ¿Vistiendo como Thor en fin de semana?

Peter no se percató para nada. ¿Cómo iba a hacerlo?. Inmerso en el recuerdo de esa sensación que le provocó el seguro y lúcido contacto, esa lengua deliciosa adentro de su boca. La severa y dominante presión de sus brazos. Esa enorme mano sujetando su cabello.
—Calma... Calma, no ocurrió nada que no hubieras querido que pasara.— Había respondido con esa vibrante y baja entonación casi a su oído. Thor había terminado de tranquilizar esa inquietud que lo mantenía medio paralizado. —Te pasaste de cervezas, alguien te tenía que llevarte a la cama.—Se explicó. Eso era todo.

—¿Tu y yo...— Peter temblando balbuceo esa terrible idea — Nohhh...? — Sus ojos titilaron con sutil matiz frustración.

Thor se sonrió con un dejo de compasión. —Tranquilo— Insistió.

—¿Pero yo?— Exhaló todo el aire en medio de otro temblor y sus mejillas se llenaron de color atajando en silencio en esa depravada idea.

Thor se sonrió. Peter era tan adorable que hasta podía leer todos sus oscuros y autocensurados pensamientos en esa mirada maravillosa.

—No podría obligarte—  Explicó casi sin voz.

Si. Lo había tenido completamente a su merced. Peter de nuevo se había pasado de copas. Tal vez para envalentonarse. Pero Odinson no se iba a aprovechar de la situación está vez. Lo quería en ese postergado momento sobrio. Cuerdo. Hacía mucho que nada le provocaba esa clase de emoción. —<<Primero quiero escucharte suplicar >>— Pensó el Dios del trueno. Si. Era sencillo. Lo quería todo. No se iba a conformar a medias.

Aun así, no estaba del todo insatisfecho. Habían ocurrido demasiadas deliciosas cosas esa noche.

Peter se inclinó buscando la boca de Thor, rozo sus labios con una inquietante debilidad... Tan lento... Deteniendo el momento. A penas el borde, mientras respiraba profundo, como si comenzará a dudar. Peter intento hacerce hacia atrás. Thor lo sujeto con todo su cuerpo. Ya bastaba de jugarretas y pendejadas. Hundió con violencia su lengua en la boca del indeciso. Y una especie de electricidad pareció que recorrió todo su cuerpo. A penas respiraba, en medio de esa clase de posición. Peter terminó aplastado contra la muralla. Mientras sus manos se aferraban a la espalda de Thor y sus dedos se hundían entre sus costillas con cierta desesperación contenida.

Ya era hora de partir y no lo deseaba. A penas estaba respirando.

—Te veo en la escuela— Lo escucho decir, con esa voz vibrante y deliciosa, y Peter se dió cuenta de que su mano se encontraba sobre la ingle de Thor...
Impulsivo había acariciado esa tentadora polla recorriendola de extremo a extremo sobre el jean.

Ahora Peter estaba boquiabierto.
"Seguro. En la escuela". Pero ese temblorcito, el jadeo no lo dejaban pensar. Nunca antes de Thor, nadie besaba igual. Y ya estaba deseando verlo, más que en la escuela.

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Daddy You're Not My Crush CONTINUARA

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