La campana sonó indicando el final de las clases y no dudé en separarme de jungkook para finalizar la sesión de besos.

—Debo irme— anuncié tras tomar mi mochila y ponerme en pie.

Jungkook me tomó del brazo y me atrajo hacia él para envolverme en un cálido abrazo que me tomó por sorpresa.

—Sé lo que intentas decirme, pero dame un poco más de tiempo— me pidió.

—Está bien— respondí evitando demostrarle que me siento demasiado feliz.

El abrazo finalizó y me sentí tan vacío.

—¿A dónde irás? — me preguntó mientras tomaba su maletín y saco.

—Iré a la casa de Tae. Tengo que hacer un trabajo en equipo con él— le informé.

—¿Quieres que te lleve?

—No, gracias. Será mejor no darle material de chisme a los estudiantes— me reí.

—Jimin, ¿podrías darme tu número?

Sin dudarlo, tomé su celular y añadí mi número a su lista de contactos. Le entregué su celular y no pude evitar acercarme a él para robarle un beso en los labios, el pelinegro sonrió y después me besó en la frente.

—Eres tan lindo— dijo tras darme un ligero pellizco en mi nariz.

—¿Solo soy lindo? — hice un puchero involuntario que fue oro puro para jungkook que no dudó en tomarme de la cadera para acercarme a él y dijo con voz seductora en mi oído—: Eres lindo, sexy, ardiente, increíblemente apetecible y tan delicioso.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo por completo y no pude evitar preguntarle—: ¿Estarás libre esta noche?

—Tengo que hacer una trasmisión.

—Lo entiendo...

—La cancelaré— me aseguró —¿Quieres ir al cine?

—¡Sí!

—Perfecto. Envíame tu dirección y pasaré por ti a las ocho. ¿Está bien?

—Me parece muy bien.

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—Taehyung me dijiste que haríamos un trabajo, no que haríamos una fiesta— me quejé tan pronto vi entrar a más de cincuenta personas a la casa del pelinegro que no dudó en sonreírme abiertamente para intentar tranquilizarme.

—¿Qué hay de malo con las fiestas?

—Sabes que no me gustan.

—Jimin, querido amigo... estoy a punto de ayudarte con tu tensa relación. ¿No es lo que querías?

—¿Y eso que tiene que ver con una fiesta?

—¡Taehyung! — gritó un chico apuesto tan pronto entró a la mansión. —¿Cómo estás, amigo?

—Más guapo que ayer— respondió Tae y no pude evitar resoplar. —Por cierto, este es Park Jimin, mi amigo que necesita ayuda... ¡Ouch! ¿Por qué me golpeas? — me miró con incertidumbre.

—¿Por qué le andas contando a todos sobre mi problema?

—Solo le conté que necesitabas ayuda para hacer caer a tu crush— me aseguró.

El chico atractivo me sonrió y no pude evitar sonreírle de regreso.

—Soy Kim Namjoon. Es un placer conocerte, Jimin. Taehyung no para de hablar sobre ti.

—¿Cosas buenas o malas?

—¿Eso importa? — preguntó Namjoon.

—No, para nada— rodé los ojos.

—Él está seguro de que son almas gemelas y que estarán juntos toda la vida. Nunca había escuchado que amara tanto a un amigo. Ni siquiera a mí— bromeó el peliblanco.

—Chicos, será mejor que comencemos con el plan— intervino Tae.