O5 : inseguro.
៹🌷 para jungkook, taehyung
siempre será el hombre más hermoso
del mundo ¡!
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Cuando papi colgó la llamada y le dijo a su bebé que preparara una maleta, los ojos grandes de Jungkook brillaron casi tanto como la sonrisa de quien lo abrazaba con todas sus fuerzas y le daba vueltas en medio de la sala.
Taehyung estaba orgulloso, plenamente orgulloso de poder asistir a un evento tan importante y de renombre en el mundo de la publicidad, aunando además de poder llevar a su pequeño como su acompañante y, presentarlo como su novio después de un año. Su relación, como todo se vio plagada de momentos dulces, íntimos y algunas discusiones que no duraron demasiado, porque su amor fue más fuerte que todo y lo sigue siendo al día de hoy, cuando vuelan a Tokio para asistir a la premiación de los Clio Awards.
Apenas llegaron al hotel, Jungkook corrió las persianas para observar la vista de la ciudad iluminada por la noche, los rascacielos imponentes y tecnológicos, los anuncios neón y los autos tan pequeños desde el décimo sexto piso, como pequeñas figurillas de juguete.
Durmieron abrazados, hablando de todo y de nada, entre caricias y besos en toda la cara, risas cómplices y sinceras y sus piernas junto a las ajenas. La mañana los recibió con los toques del servicio a cuarto con el desayuno, se dieron de comer mutuamente y jugaron en la ducha, Jungkook cantando con su preciosa voz mientras su papi le enjabonaba el cabello.
Detras de la puerta del baño, Jungkook se mira por el espejo una última vez, revisando que nada le falte o le sobre. Quiere estar perfecto, impresionar a todos esos hombres importantes y mostrarle a su papi que puede ser un niño grande.
"¿Koo?" con la voz amortiguada por la puerta, Taehyung lo llama, ajustando las mancuerdillas de sus puños. "Cariño, ¿todo bien? Estas tardando mucho..."
"¡Sí, ya voy!" se pasa los dedos por su cabello y respira hondo, antes de abrir la puerta y dejarlo entrar. "Uh... estoy listo"
Taehyung boquea, parpadea muchas veces y mira de pies a cabeza al pequeño frente a sus ojos, pulcramente vestido de smoking, como un muñequito de pastel. Lo observa, tan elegante sin dejar de ser adorable y siente sus ojos llenarse de lágrimas, orgulloso de su novio.
"Wow... Te ves, es... Wow"
Sonrojado y cubriendo su boquita, Jungkook se levanta sobre sus puntas. "¿Te gusta? Me siento bonito"
"Eres él más bonito, precioso y encantador mi amor" se acerca a pasos tranquilos, arreglando un poco el moño en su cuello para rematar con un beso fugaz en su nariz.
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Jungkook se mostraba educado hizo bromas, charló con la gente indicada y tiró cumplidos sutiles a las damas, elogiando sus vestidos o su belleza, acompañadas del brazo de algún empresario o empresaria. Taehyung no pudo contener una sola sonrisa de orgullo al presentarlo como su novio frente a sus conocidos y algunas nuevas caras, elogiando su perspicacia y la forma en la que se desenvolvió, todos acertaron en una sola cosa: Jungkook era un chico precioso, único y sumamente encantador.
Aburrido como curioso sin freno que es, el pelinegro se recarga en un pilar del salón, ya habiendo visto todos los anuncios presentados alrededor del salón y con un martini en la mano derecha, a decir verdad, el segundo porque su resistencia al alcohol no es muy buena.
En algún momento perdió de vista a su papi y quiso darle su espacio, verlo desde lejos en esa faceta que le encanta de empresario, hablando con tanta clase y para qué mentir, lo estaba volviendo loco verlo en aquel traje, y no era para menos tampoco, su papi siempre se esmeraba en sus atuendos y hoy vaya que se había lucido, pues Taehyung llevaba un impecable traje blanco con bordes negros, una corbata y zapatos a juego, y destacando su atuendo con unos cuantos finos accesorios; anillos, aretes y una fina cadena con un pendiente.
Taehyung se veía tan jodidamente hermoso como caliente. Y Jungkook realmente se estaba esforzando mucho para no ir corriendo con el mayor y rogarle que lo follara usando aquel traje blanco, y quizás también pediría -de rodillas si fuera necesario- poder darle un buen uso extra a su corbata.
Mierda.
Jungkook mueve su cabeza en un intento de despegar su mente de aquellos obscenos pensamientos, dándole un sorbito al martini en su copa que mira sin demasiado interés, mas algo que no enfoca detrás, definitivamente si se lleva su atención entera.
Taehyung, charlando animadamente con un hombre más bajito y de facciones suaves, sostiene su mano, mirando sus dedos y acariciando sus nudillos. El otro se ríe, claramente sonrojado y se pierden en el mar de gente elegante, antes de que a Jungkook se le caiga la copa de la mano y se estampe contra el suelo.
Una señorita, Soojin, recuerda vagamente, se gira en su dirección alejada del brazo de su esposo, para mirarlo con ojos angustiosos. "¿Se siente bien, Jungkook-ssi?"
Jungkook parpadea mucho, antes de mirar a los ojos azules de la señorita Seo y asentir con una sonrisa fingida. "Disculpe..."
Corrió, en los lados más oscuros del salón esquivando miradas y preguntas hasta dar con el baño y empujar la puerta con la espalda, para abrir cualquier cubículo y descubrirse la boca, llorando amargamente. Pequeños hipidos escapan de sus labios, se talla los ojos con esmero y nada funciona, no cuando tiene en las retinas grabada la sonrisa que le daba Taehyung a ese hombre, como tomaba su mano y como se fueron lejos, solos. Jungkook patea la puerta con fuerza, se saca el moño del cuello y a pisotones, sale del baño y del edificio.
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Lo buscó, como un loco por todos lados. Preguntó por el muchacho de caballo pelinegro a todos quienes lo vieron y cuando finalmente la esposa del señor Lee le dijo que lo notó mareado y lo vió marcharse, a Taehyung se le fue el mundo encima.
La angustia se expande a su pecho de pensar a Jungkook solo, perdido, asustado o enfermo y lejos, lejos de sus brazos. ¿Mareado? Si no había bebido más de una copa, no era posible. Apenas lo perdió un momento de vista y cuando lo encontró por ahí curioseando los anuncios le puso un ojo encima, sutil y desde la distancia, dejándolo respirar y mirar a gusto.
Pero todo es culpa suya, si no se hubiese entretenido tanto con SeoJoon, pudo haber encontrado antes a Jungkook. Se siente tan irresponsable, imponente e idiota mientras atraviesa el lobby del hotel y sale en busca de su príncipe, a la noche de Tokio. El frío le golpea el rostro tan pronto atraviesa las puertas de cristal pero no se detiene, no pensando ahora que Jungkook va por ahí sin abrigo y no conoce la dirección del hotel donde se hospedan.
Su primer instinto no falla y después de pedirle al Ballet Parking las llaves de su camioneta, recibe las respuestas que necesitaba.
Taehyung corre hasta su camioneta, donde dentro espera Jungkook de brazos cruzados en el asiento del copiloto, tallando a veces su carita. Puede ver su nariz roja, sus grandes ojitos empapados y como su pecho sube y baja en hipidos constantes, el mayor se queda de pie frente al auto incapaz de mover un dedo al ver semejante escena frente a sus ojos.
Como puede, camina hasta la ventanilla, donde Jungkook le da la espalda tan pronto lo ve.
"Jungkook" toca tres veces el vidrio de la camioneta con sus nudillos. "Jungkook, abre"
"No"
Taehyung suspira, tratando de contener las ganas de romper el parabrisas y sacar a Jungkook de ahí para darle un sermón de preocupación por irse sin más y después, llenarlo de besos para que ya no llore. Sabe, oh, claro que sabe por qué su adoración está hecho un mar de lágrimas y tristemente, no puede explicarse como es debido a través de la ventanilla.
"Cariño, por favor, hablemos. Abre la puerta"
"Dije que no" continua en su trance, con la espalda hacia el mayor. "Me quedare aquí hasta que sea hora de irnos. Déjame"
"Nos iremos, pero tienes que abrir" insiste, con los ojos angustiosos. "Jungkook, abre la puerta, por favor"
Molesto pero sin dejar de lado su tristeza, Jungkook se limpia las lágrimas con los puños, frustrado de no poder dejar de llorar frente a Taehyung y peor aún, que no le pregunte que es lo que le pasa.
Un largo suspiró se escucha del otro lado del cristal, soltado con cansancio por el mayor. Jungkook se encoge, abrazándose así mismo y dispuesto a hacer oídos sordos.
"No es lo que tú crees... no lo es" recargado con la frente sobre antebrazo, Taehyung patea el suelo bajo sus pies. "SeoJoon, va a casarse y me mostraba su anillo" Jungkook traga saliva al escuchar el nombre de la relación anterior de su novio. "Me fui, a conocer su prometido y... somos, compañeros del trabajo quiera o no, es un trato que necesito tener con él ¡Va a casarse Koo! Ya... ya no tengo nada que ver con él, te lo juro"
El pelinegro suspira, encogiendo sus piernas en el asiento. Cierra los ojos y aprieta los puños, girando lentamente su rostro empapado hacia el interlocutor detrás del cristal. "¿Me lo juras?"
"¡Te lo juro! Se acabó, no me importa él, me importas tú, Jungkook tú eres todo lo que tengo, todo lo que desearía y mil veces más" sus ojos tiemblan, pupilas encendidas y pulso disparado escuchando cada palabra ser dicha con tanta necesidad. "Eres mi cielo, mi ángel, eres la razón de todo lo que hago, mi respuesta... eres..." Taehyung baja la vista, dolido. "Eres mi niño, Jungkookie... eres mi todo"
El sonido del seguro ser levantado lo regresa al mundo real, dos lágrimas escapan de sus ojos oscuros y mueren en sus mejillas cuando Taehyung observa a Jungkook sonreírle tembloroso tras la puerta abierta. Se apresura a abrir la manija, encontrando los brazos extendidos de su ángel que abraza contra su pecho, sujetando su cabeza en su hombro.
"Te amo, te amo con todas mis fuerzas Jeon Jungkook..."
Jungkook sonríe, con la mejilla en el hombro del hombre que ama. "Yo también te amo mucho Kim Taehyung..."
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