1O : mimado koonejito.
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៹🌷 dulce koonejo saltarín ¡!
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En algún momento, casi sin pensarlo siquiera, Jungkook se enamoró de los conejos, irónicamente a esos animalitos a los que se asemeja. Y es realmente culpa de Taehyung, porque no puede decirle que no a esos ojitos brillantes y ese precioso puchero rosado que besa justo antes de decirle "Claro, mi cielo".
Y entonces, ahí está, con una diadema de orejitas de conejo sobre su cabello pelinegro, las manitas encojidas sobre su pecho, apuntando al piso, dando de brincos por toda la sala.
Taehyung observa, de pie y recargado sobre el marco de la puerta, a su pequeño conejito dar de brincos aquí y allá, jugando a mover el pompón pegado a los shorts blancos y arrugando su naricita. Jungkook sube y baja sobre sus pies, seguramente pensando que está solo en la habitación porque se supone que su papi estaría en el estudio, hablando por Skype con gente importante de su trabajo.
Cuando, exactamente, no sabe. Recuerda que una vez, de compras, vio en los aparadores una sudadera con capucha de orejitas de conejo y le gustó demasiado. Después le siguieron pantuflas, pijamas, un suéter azul estampado, peluches, figuritas, orejitas y hasta un pompón para pegarlo a la ropa. A todos lados, Jungkook cargaba un peluche de conejito bajo el brazo, demasiado apegado a él (poquito, porque él ama a todos sus peluches) y sin darse cuenta, se dejó llevar demasiado por esas adorables criaturitas esponjosas.
No tenía uno porque no lo había pedido, ciertamente.
Demasiado enfrascado en su mundo de juegos y libertad, Jungkook no se da cuenta de Taehyung observando sus ocurrencias desde la puerta, con una media sonrisa en los labios. El pequeño se tira en el sofá, soplando su flequillo, exhausto de ser un conejito saltarín.
"Jungkook" lo llama, con la voz suave. El pequeño da un respingo, tomado totalmente por sorpresa. "Cariño, ven un momento"
En pasitos lentos, con las manos tras la espalda y las mejillas coloradas, Jungkook avanza sobre sus calcetines blancos hasta donde su papi lo espera, con las manos en los bolsillos y su peso recargado en una pierna. "¿Sí, Papi?"
Los largos dedos de Taehyung se cuelan bajo sus mechones oscuros, sacándole una sonrisa al menor que le provoca otra más grande. "¿A que jugabas?"
"A ser un conejito"
Taehyung lo observa, de pies a cabeza y decide, que ese suéter rosa se le ve precioso pero definitivamente, se vería mejor sin él. Desliza sus dedos por el contorno del rostro de Jungkook, haciéndolo cerrar los ojos y seguir el tacto suave, inclinándose contra su mano. "Eres el conejito más bonito, Koo"
Jungkook arruga la nariz, sacudiendo su cabeza muy rápido de un lado a otro. Tiene muchas ganas de decirle no es cierto pero eso sería hacerse daño a sí mismo con comentarios despectivos, contradecir a Papi y además, decirle que no confía en él. Así que se limita a abrazarlo bien fuerte, hundiendo su carita en el pecho fuerte de su papi, percibiendo su delicioso perfume.
Taehyung se ríe en un suspiro al sentir el abrazo, pero se apresura a rodear a Jungkook, sujetando su espalda. Bajando un poco la cara, rozando su barbilla en la coronilla de Jungkook, comienza con los mimos que sabe, su pequeño necesita.
"Bebé..." el índice bajo el suéter, colándose sobre la piel suave, acariciando hacia arriba. "¿Puede papi jugar con su conejito?"
Jungkook se estremece por el frío tacto subiendo en su piel, reaccionando ante las caricias suaves, pequeñas líneas bajando y subiendo que le hacen cosquillas. "Papi siempre puede jugar con Googie"
"Mmm..." la palma rodea su cintura, sujetando con cuidado. "Pero papi quiere ver esas bonitas orejitas..." el elástico de su short baja, apenas para dejar entrar el índice y acariciar la zona con parsimonia, tentando de a poco. "¿Vas a dejarlas ahí, bebé?"
Jungkook asiente, con los dedos crispados en los antebrazos de Taehyung, quien tira hacia arriba de su suéter hasta apartarlo de su torso. El frío golpea su piel, erizando su poros y dándole placenteros escalofríos. "Sí, papi..."
"Buen niño" Taehyung acaricia, con la punta de su nariz, la mejilla tibia de Jungkook teñida de un precioso rosa. Sujeta con cuidado sus caderas, moviéndolo hacia arriba para que se deje cargar. "Vamos a jugar, conejito"
Entre besos lentos, se dirigen a la habitación de Jungkook, aquella llena de peluches, con acolchado azul cielo, almohadas en forma de dulces y muchos juguetes a elección del pequeño consentido. Taehyung deseaba tomarlo dentro de su ambiente, de su sitio personal y donde se desenvolvía en el estado más puro de su lado infantil, por supuesto, bajo consentimiento de Jungkook quien ya le había permitido entrar y amarlo sobre sus sábanas. Dentro, Jungkook tenía el control.
El menor es recostado con cuidado en la cama matrimonial, dejando Taehyung un camino de besos que bajan desde sus labios hasta su tobillos. Le acaricia las piernas, bajando entre besos el short blanco sobre sus caderas que termina en el suelo alfombrado. Jungkook aprieta los dedos de los pies, se aferra a las sábanas y jadea, al sentir como Taehyung sube sus besos, dejando una lluvia de pequeños besitos sobre su erección cubierta.
"Tengo un regalo para ti, dulce conejito" Taehyung le susurra contra el estomago, a milímetros de su ombligo. "¿Quieres que lo traiga?"
Jungkook asiente, incapaz de formular palabra cuando su papi le hace círculos sobre el glande, aún sobre la tela de algodón que poco a poco comienza a humedecerse.
Ciertamente, Taehyung había tenido esta idea desde que la obsesión con los conejos de Jungkook comenzó, pero fue demasiado cuando Yongsun lo terminó de maquillar como uno y tuvo que hacerlo. Dentro de la sumisión de Jungkook, existía su propio control: en su habitación, en su espacio, se cumplían sus reglas. Por ello, Taehyung debe ser cuidadoso, llevarlo a su zona de control y preguntar antes de proceder, ya que es su pequeño quien siempre tiene la última palabra.
Se separa un momento de esos dulces labios rosas, prometiendo volver pronto y lo cumple, llevando consigo un tubo de lubricante y el regalo de Jungkook. El pelinegro se sienta, observando ansioso como su papi mantiene las manos tras la espalda.
¡Ama las sorpresas!
Taehyung le besa la frente, enternecido al ver a Jungkook con los ojos cerrados y las manos extendidas mientras espera su regalo. No tiene miedo de que se niegue, pero a diferencia de la primera vez, esta no es idea de Jungkook.
Abre los ojos al ver el objeto entre sus manos, traslúcido, pequeño y con un bonito pompón en la punta. Un butt plug de conejito. Sin poder evitarlo, se le iluminan los ojos porque ¡Es muy lindo! Y no es grande, podrá soportarlo, él es un chico grande. "Me gusta, papi, me gusta mucho" Jungkook sonríe, jugando con el peluche entre sus dedos. Sus miradas se conectan y sin decirse nada, lo saben. "Quiero usarlo, ahora"
"A mi bebé, lo que pida"
Lo llenó de besos, siempre procurando su bienestar y comodidad cuando entraba lentamente, lubricando lo suficiente e incluso más. Siempre al ritmo de Jungkook y estimulando sus puntos erógenos para mantenerlo distraído y relajado, Taehyung finalmente termina de colocarlo y demonios, esa visión es preciosa.
Sonrojado, jadeante, con las orejitas sobre el cabello revuelto, respirando con los labios hinchados y la dulce cereza de ese pastel de crema blanca: un pompón asomando entre las nalgas de Jungkook.
"El más bonito de todos..." susurra Taehyung besando su cuello. "Mi dulce conejito..."
Se encargó de su erección, usando todo lo que sabe que hace delirar a Jungkook: lo masturba con calma, acaricia en círculos la goteante punta, besa su cuello, sus rosados botones, le pasa los dedos por cierta parte del cuello, enredando entre su cabello y Jungkook gime, se deleita de los cuidados y atenciones y empuja sus caderas hacia arriba buscando más de ese delicioso vaivén. Llevado al límite de la cordura y el control, Jungkook obedece como se le ha enseñado:
"Pa-papi... me, me voy... Ah...:
Taehyung besa sus labios antes de soltar su miembro, haciendo jadear a Jungkook. "Todavía no, bonito"
El menor respira con dificultad, delirando entre el séptimo cielo y la razón. "¿Por qué no puedo?"
"Si puedes, mi cielo" acaricia su mejilla, sacando el cinturón de su pantalón con la mano libre. "Pero antes, quiero pedirte algo, ¿lo harás para mi?" Jungkookie asiente. "Arriba..." y le extiende una mano, que toma sin pensarlo dos veces.
Taehyung se sienta en la cama, con la carilla lateral de su muslo sobre el colchón, sentado de lado hacia Jungkook. Baja sus pantalones, apenas lo suficiente para maniobrar sin problemas con la ropa interior y liberar su miembro, que sujeta en toda la longitud de su palma. "Ven aquí, dulzura"
Jungkook observa el subir y bajar de la mano de Taehyung sobre sí mismo, tomando la posición más cómoda sobre el colchón. Se sostiene sobre las rodillas, bajando al tope su torso, mientras levanta su trasero con las piernas juntas. La vista de Taehyung es demasiada, demasiado perfecto el deleite visual que significa la curvatura de esa espalda, ese trasero que lo enloquece coronado por un pompón y Jungkook subir y bajar, engullendo en delirantes y placenteras succiones húmedas su pene.
Jungkook sube, baja, lame e incluso se atreve a morder con extrema suavidad, imposible de mantener esa ansia de lado. Taehyung sisea entre dientes, le acaricia la espalda y se aferra de su cabello cuando da con un punto débil y el placer ataca sus sentidos. En algún punto, se asegura de ver a su papi a los ojos, mientras sus labios besan la rojiza punta.
"Ah, Jungkook..." Taehyung lo toma de la barbilla. "Más, Jungkookie..."
Orgulloso de ser así de deseado, Jungkook continua en su húmedo quehacer, dándole todo el placer que merece a su papi, escuchando su grave voz gemir su nombre, pedir por más y decirle lo bien que lo hace. La mezcla de sensaciones es demasiada, cuando Taehyung se separa para tumbarlo a la cama sin soltarle la espalda y fricciona, uno contra otro, sus miembros al borde del orgasmo. Piel caliente contra piel caliente, gemidos fuertes, siseos, besos apasionados y las fuertes manos de Taehyung masajeando sus nalgas. En algún momento lanzó los pantalones al suelo y ni siquiera es totalmente consiente de ello, cuando Jungkook comienza a desabotonar la camisa del mayor sin una petición y orden de por medio. No, es su deseo y su capricho dejarle en el pecho marcas que vea todos los días y recuerde que las hizo su bebé. No piensa pedir permiso para arañarle la espalda, ni piensa dejar de pedirle escuchar aquello que tanto disfruta.
"Papi..." gimotea, sus labios en las clavículas ajenas. "Papi, ¿soy tu conejito?"
Una suave succión en su piel y Taehyung gime entre dientes, tirando hacia atrás su cabeza, sujetando en la mano ambos miembros que se rozan sin freno. "Mío, mío, mi... Ahg... Mi conejito travieso"
Jungkook sonríe, llevado por el placer y la felicidad. Deja otra marca, en el cuello y se sujeta de la espalda de Taehyung asegurándose de dejar marca. Al escuchar el grave gruñido, procede, cerca del oído y siempre con un dulce y dependiente tono de voz. "Ah, Papi... ¿Te gusto así?"
"Me encantas, me fascinas Jungkook"
Tres líneas nacen en la piel pálida, rojizas e imponentes. Jungkook está al limite, puede sentirlo, sabe que Taehyung también lo está y lo hace, sólo una última vez y porque sabe que no hay frase más efectiva.
"¡Papi!" sus ojos nublados, sinceramente al borde y colmado de sensaciones y sentimientos. "Necesito... Ah, necesito correrme..." uñas en la fuerte piel, gemidos ahogados, un remolino de sensaciones y una petición final. "Por favor... ¿P-puedo, uhm, papi... puedo correrme a-ahora?"
Taehyung sella esos labios suplicantes con un beso apasionado, exigente y tirando del labio inferior del menor hasta el límite, conecta sus miradas, ardientes.
"Hazlo para Papi, mi cielo..."
Grita, gime, rasguña y arquea la espalda. Lo sujeta con fuerza, hunde sus dedos en la blanca piel de su cadera, le tira del cabello y culminan en un orgasmo arrasador, que se lleva todo de ellos, en una sinfonía de gemidos y latidos desbocados. Sus pechos son una mezcla de blancos, sus esencias calientes sobre el otro y apenas son capaces de respirar cuando aflojan de a poco, los dedos que sujetan la mano ajena.
Taehyung suspira, frente contra frente y sin saber realmente por qué, se ríe, liviano. "Me encantas, me vuelves loco..."
Jungkook besa su nariz fugazmente. "Lo sé, tú a mi también"
"Pero aquí, en tu habitación..." le aparta el cabello de la frente, mirándolo con devoción. "Aquí, mi pequeño, eres demasiado tramposo"
Jungkook se ríe, cubriendo su rostro con ambas manos. "Soy un pequeño travieso, Papi..."
Taehyung se ríe, absolutamente seguro de que tiene, de nuevo, la espalda marcada de mil rasguños y el pecho cubierto de chupetones. "Mi conejito, mi dulce y mimado conejito travieso..."
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