El último recreo del día había finalizado y con ellos había llegado el momento en el que los pequeños regresaran a sus respectivos salones, donde recibirían la última clase del día; una vez los estudiantes del 1A ingresaron a su salón y tomaron sus respectivos asientos, la maestra con cierta autoridad les indicó que había llegado el momento de presentar las tareas que tenían para esa tarde.

La emoción comenzó a burbujear en sus pequeños cuerpos e inevitablemente comenzaron a ansiar el momento en el tuvieran que pasar al frente a explicar quienes eran las personas que ellos más amaban. Cuando la maestra llamó al primer estudiante para que hiciera su presentación el pequeño grupo prestó atención a su compañero, quien con una sonrisa en su rostro presentó a su gran familia y explicó el sentimiento que tenía por cada uno de ellos. Y cuando termino los aplausos no se hicieron esperar.

Y tras el pequeño otro niño fue llamado al frente y como el anterior explicó quienes eran las personas que estaban en su pequeño cartel.

La dinámica continuó hasta que cada vez quedaban menos alumnos por pasar.

—Jung Minjeong.—la maestra llamó a la pequeña de cabellos castaños y de rostro rellenito.

La pequeña mencionada se colocó de pie y con sus pequeñas manos tomó el cartel de color celeste con brillitos y bonitas pegatinas de gatitos y conejitos.

Con rapidez la pequeña se aproximó al pequeño caballete, para con ayuda de su maestra colocarl el carte del manera de que quedar completamente extendido, pero sobretodo para que no se cayera en medio de su pequeña exposición. Una vez todo estuvo listo, la pequeña pasó a presentarse con brevedad, para seguidamente tomar una bocanada de aire.

—En la primera foto tenemos a mi abuelito Kim SeokHyung.—la pequeña señaló la foto de su abuelito, la cual estaba enmarcada con purpurina dorada.—Yo lo amo mucho, porque mi abuelito me canta canciones cuando estoy triste y siempre me lleva a comer helado después de mi clase de ballet.—todos asintieron.—En la siguiente foto están mi mamá Jung YoungSu y mi mami Kim MinJi. Las amo mucho porque ellas siempre cuiden de mi y me dicen que me aman.

Y fue así como la pequeña continuó explicando quienes eran las personas que estaban en la demás fotos y la razón por la cuales las amaba, hasta que llegó a la última foto que mostraba a un conejito de pelaje totalmente blanco.

—Y por último este mi conejito. Se llama fresita, porque le gusta comer fresas como a mí. Fresita me hace sentir feliz cuando estoy triste.—la niña agregó con una sonrisa.—Gracias por prestarme atención.—y sin más hizo una pequeña reverencia hacia sus compañeros de clase y su maestra.

Sin embargo, antes de que la pequeña se marchara a su lugar, la maestra le indicó que aguardara un segundo.

—Bien. Muchas gracias por tu participación MinJeong.—la maestra dijo.—Pero, me gustaría saber, ¿Alguno de ustedes tiene alguna pregunta sobre la presentación de su compañera?

Varios niños levantaron sus manos y entre todos ellos se encontraban las gemelas Park. La maestra solo seleccionó a unos cuantos, para que hicieran sus preguntas.

—¿Dónde está tu papá?—uno de los niños del fondo preguntó con inocencia hacia su compañera.

—Yo no tengo papá.—fue la clara respuesta de la pequeña MinJeong.

A pesar de que el pequeño no estuvo satisfecho con su respuesta asintió, puesto que la maestra le había cedido la palabra a una compañera.

—¿Porqué no tienes papá? ¿Tu papá se fue de viaje como el mío?

—No. Mi papá no se fue de viajé. Solo no tengo papá.—fue la respuesta.

Con un par de preguntas más por parte sus alumnos, la maestra dio paso a la última pregunta.

—Bien, una pregunta más y pasamos con el siguiente compañero, para que pase al frente.—los niños asintieron.—Park Chaewon puedes hacerle tu pregunta a tu compañera.

La pequeña mencionada asintió.

—¿Por qué tienes dos mamás? Chaennie y yo solo tenemos una mamá, ¿Se puede tener dos mamás?—Chaewon y su hermana habían estado tan interesas en saber porque su compañera tenía dos mamas y sobretodo si era posible.

—Mmm, tengo dos mamás porque cuando nací mi mamá YoungSu conoció a mi mami MinJi y se aman mucho, pero mucho mucho así como el amor romántico que la maestra explicó que mi mami MinJi me quiere como su hija y yo como mi mami. —en su poco entendimiento de la situación la pequeña MinJeong trato de darle respuesta a su compañera quien junto a su gemela tenía el entrecejo fruncido y la cabeza ladeada, como intentarán poner en orden sus pensamientos.—Y si se puede tener dos mamás. Yo las tengo. Además mi mami YoungSu dice qué hay muchos niños en el mundo que tienen dos mamás y otros que tienen dos papás.

Y con esas últimas palabras la pequeña volvió a hacer una pequeña reverencia y agradecer por haberle prestado atención, para seguidamente encaminarse a su lugar y darle paso a otro compañero. Sin embargo, las gemelas Park no prestaron atención a su compañero, debido a que en sus pequeñas cabecitas rondaba una pequeña y nueva pregunta. Y tal vez, la respuesta sólo podía dársela su padre.

La clase continuó hasta que llegó el turno de las gemelas, quienes en su pequeño cartel habían incluido a su padre, koo y sus tíos ya que era con quienes convivían y hacían sus dias los mejores del mundo.

Cuando llegó la hora de retirarse a sus respectivos hogares, las pequeñas gemelas corrieron hacia su padre quien yacía esperando por ella en la entrada del colegio, para llevarlas a comer una pequeña golosina, para alegrarles el estómago.

Y mientras disfrutaban un delicioso pedazo de pizza, las pequeñas atacaron a su padre con preguntas relacionadas con lo visto ese día durante la presentación de su tarea. Sin embargo, una de ellas hizo que el rubor coloreara las mejillas de Jimin, pero a pesar de ello dio una respuesta sincera y clara para que las pequeñas pudieran comprenderlo.

Dos semanas y media habían transcurrido desde que se vio obligado a abandonar el país por asuntos de trabajo. Dos semanas y media habían pasado desde la última vez que había visto a sus pequeñas revoltosas y a su pareja. Y aunque las videollamadas antes de irse a la cama nunca faltaron, JungKook consideraba que no era lo mismo. Le hacía falta escucharlas en la mañana quejarse al levantarse, el verlas desayunar con ese cereal en forma de animalitos y la forma en la que se despedían de él antes de irse a clases o como lo recibían luego de una jornada de trabajo. Y ni hablar de lo mucho que extrañaba a Jimin. Extrañaba su calor corporal al dormir y la forma tan mimosa en la que se ponía cuando hacía un pequeño berrinche al levantarse.

Sin duda alguna los había extrañado tanto que, en la mínima oportunidad que se le presentó, para dar por término su viaje de trabajo, JungKook la tomó y horas después ya se encontraba abordando un avión directo hacia Seúl. Para su buena fortuna, cuando aterrizó el reloj marcaba las dos y media, lo que le daba el tiempo justo para llegar a su nuevo destino.

Tras hacer todo el proceso de desembargue, JungKook corrio lo más rápido que su equipaje y multitud le permitiría hasta la zona de taxis, donde sin mucho preámbulo tomó el que estuviera a disposición; el chofer se desplazó por las avenidas y calles de la capital tratando de evadir un poco el tráfico de esa tarde. Y tan solo una hora y media más tarde había llegado a su destino. Y tras indicarle al chofer que aguardará por él, JungKook abandonó el interior del vehículo, para correr hasta el bonito portón verde.

Con cierta ansiedad miro la hora en el reloj de su muñeca, percatándose que era cuestión de un par de minutos, para que su pequeño par de revoltosas aparecieran en su campo de visión. Por que si, estaba demás decir que al primer lugar al JungKook había acudido al llegar a Corea, había sido al colegio de las gemelas.

Y fue cuestión de unos cuantos minutos, para que todos los estudiantes comenzaran a salir en busca de sus responsables y entre toda la multitud, JungKook pudo observar a sus dos pequeñas, quienes al verlo no dudaron en correr hacia él. Jeon no tardo en colocarse de cuclillas y extender sus brazos cuando las pequeñas estuvieron a solo unos pasos de él.

—¡PAPÁÁÁÁÁÁ!—Las gemelas exclamaron con extrema felicidad al unísono al mismo tiempo en el que se lanzaban al cuerpo de JungKook.

Y tal vez fue el impacto de ambos cuerpos contra el suyo el que lo hizo tambalear y caer sobre el pavimento de la acera o tal vez fue la forma en la que las pequeñas lo llamaron que lo hicieron perder el equilibrio y el control sobre su cuerpo.

Estaba demás mencionar que JungKook sintió como el mundo se detenía y como sus corazón latía a un nivel descontrolado que era capaz de jurar que era capaz de salírsele del pecho en cualquier momento.

—¿M-me llamaron p-papá?—JungKook preguntó con un enorme nudo de emociones en su garganta.

Las pequeñas asintieron contra su pecho.

—¡Me llamaron papá! ¡Dios santo! ¡Me llamaron papá!—JungKook exclamo en un hilo de voz y con los inundados de lágrimas.—¡Soy su papá!

Las lágrimas no tardaron en desbordar de sus ojos y hacer un desastre total en su rostro. Pero, afortunadamente eran lágrimas de felicidad.

nta: si la historia llega a los 800 votos les subo tres capítulos seguidos. 🫣