C A P I T U L O. 11.2
Con sus manos entrelazadas y sus pensamientos dispersos en cosas poco profunda el par de gemelas se desplazaba por los piso del pequeño edificio en busca de su local favorito. Uno que solían visitar con frecuencia. Con la emoción burbujeando en sus pequeños cuerpos el par de niñas levantaron levemente su mirada hacia su tía quien en los últimos minutos les había recordado que debían regresar a casa antes de la cena.
Consciente de que solo tendrían el tiempo necesario para escoger un juguete o al menos dos, Park Chaewon y Park EunChae continuaron su trayecto hasta que sus pequeños ocelos lograron divisar el letrero en forma de corona a lo lejos que instintivamente comenzaron a correr hasta la pronta principal del local. Sin embargo, para su mala suerte, parecía cerrada. Las luces en el interior de la tienda estaban apagadas y en la puerta había un pequeño letrero que la pequeña Chaewon se animó a leer.
—Re-ser-va-do.—la pequeña leyó la extensa palabra en sílabas.—Dice reservado, ¿Qué significa eso Chaennie?—preguntó a su gemela.
—No sé, tal vez dice cerrado.—EunChae respondió.—Recuerda que papi dijo qué hay palabras que se lee y escriben diferentes pero puede significar lo mismo que otras.
Para las pequeñas que aún no conocían el significado de muchas palabras y de muchas cosas en general, por lo que para Chaewon tenía sentido lo que EunChae había dicho. Tal vez se trataba de una palabra que dijera cerrado solo que escrito con otras palabras. Y eso solo provocó que los ánimos y la emoción que habían poseído instante atrás desapareciera por completo y que en sus pequeños rostros se formara una pequeña mueca de tristeza.
La tienda estaba cerra y ahora no podían obtener sus regalos de cumpleaños que su tía Ji y su Tío myung les pudieran dar.
Sin moverse de su lugar observaron el interior de la tienda y esperaron pacientemente a sus tíos quienes llegaron solo un par de segundos después.
—¿Qué pasó pequeñas?—MyungSoo preguntó con suavidad.
—Dice reservado, tío.—Chaewon señaló el pequeño letrero.
—Eso significa cerrado, ¿verdad?—Esta vez fue EunChae quien habló hacia su tía.
La pareja se dedicó una pequeña mirada cargada de complicidad.
—Veras, reservado significa que alguien pagó para poder usar el local por cierto tiempo y que por eso está cerrado a los demás.—Jiyeon trato de explicar el significado de la palabra lo más sencillo que le fue posible.—Pero, no creo que, quien lo reservo se enoje si entramos o si, ¿Tú que piensas cariño?—Pregunto a su prometido.
—Mmm, no creo que se enoje porque un par de princesas encantadas entren al local. Yo opino que entremos.—MyungSoo formo una pequeña mueca en su rostro como si tratara de convencer a las gemelas con una falsa inocencia.—¿Ustedes que opinan?
Las niñas dudaron levemente en dar su respuesta, pero con el deseo de obtener su regalo siendo aún mayor que cualquier otro pensamiento cedieron.
—Podemos entrar.—dijeron ambas pequeñas al unísono.
—Pero sin hacer ruido o seremos descubiertos.—EunChae murmuró. A lo que ambos mayores asintieron con levedad.
—Seremos lo más silenciosos posible, ¿les parece?—MyungSoo inquirió.
Las gemelas asintieron con levedad.
Sin decir más, Jiyeon se aproximó a las puertas del local para abrirla con lentitud, tratando de aparentar que intentaba seguir lo estipulado segundos antes; con la puerta abierta las pequeñas se dedicaron una pequeña mirada, y siendo capaces de comprender lo que la otra pensaba con esa simple mirada ambas asintieron antes de dar pequeños pasos inseguros y cautelosos hacia interior del local.
Para cualquiera que pasará cerca del tan conocido y llamativo local, le habría resultado demasiado curioso y divertido ver como un par de gemelas vestidas con un vestido tipo princesa y una diadema de corona ingresaban al lugar que aparentemente estaba cerrado.
Cuando las gemelas estuvieron en el interior del local, una distancia de casi un metro lejos de la puerta, todas las luces del local se encendieron de repente y un estrepitoso grito conformado de varios voces resonó por todo la estancia, provocando que las pequeñas se sobresaltaran en su lugar.
—¡SORPRESAAAAAAA!
Tras el grito lleno de euforia, la alegra canción de feliz cumpleaños comienza a ser cantada por todos los presente sorprendiendo aún más a las pequeñas que inevitablemente comenzaron a sentirse asustadas por no comprender la situación. Sin embargo, cuando sus ojos captan la figura de su padre y de koo entre la pequeña multitud comprendieron lo que está pasando.
Están en una fiesta sorpresa de cumpleaños. Una fiesta sorpresa para ellas.
Con sus cuerpos más relajados ambas niñas comenzaron a aplaudir y moverse al compás de la alegre melodía, hasta que esta llegó a su final.
—Feliz cumpleaños ChaeWon y EunChae.—todos los presentes dijeron al unísono con alegría.
Las mencionadas por su parte hicieron pequeñas reverencias en forma de agradecimiento antes de correr donde su padre, quien vestía un atuendo de acuerdo a la ocasión. Sin embargo lo que más resaltaba en él era la pequeña corona en su cabeza.
—Eres un príncipe, papi.—fue lo que EunChae dijo cuando estuvo entre los brazos de su progenitor.
—Si, soy un príncipe, ¿Te gusta?—la pequeña asintió efusivamente.
—Un príncipe guapo.—Jimin sonrío con levedad para seguidamente dejar un casto beso sobre el regordete moflete de su hija.
—Tú también eres un princesa muy hermosa.—EunChae sonrío en grande.—Tú y tu hermana son las princesas más hermosas de todo el mundo.
—¿De todo el mundo?—Jimin asintió ante la pregunta de su hija.—Eso es mucho papi. Koo dice que el mundo es muy grande.
Y ahí estaba nuevamente su pequeña recordando a la perfección los datos que él y JungKook solían darle cuando preguntaba algo. EunChae era una niña muy curiosa y con una extensa capacidad para recordar todo a la perfección. Y era tanta su capacidad para recordar que su pequeña aún era capaz de recordar todas las cosas horrorosas que había vivido con su madre. Porque, entre las dos pequeñas Eunchae había sido la que más sufrió y aún no podía comprender como alguien podía tener acciones tan deshumizadas con una pequeña de carácter tierno y dócil. Aún no era capaz de siquiera superar todo lo que había descubierto con la ayuda del detective privado y con la psicológica, y esta última había ayudado significativamente a EunChae a superar y sobrellevar el recuerdo de la forma más adecuada.
Sacudiendo su cabeza con levedad y de forma disimulada, se obligó a mantener al margen todo ese tipo de pensamientos. No iba a permitir que el sentimiento de dolor, irá y frustración se apoderaran de él. No ese día tan importante.
—¿Ya viste quien también es un príncipe hoy?—cuestionó hacia EunChae quien negó con levedad y con un puchero en su boca.
Antes de que la pequeña o Jimin pudieran decir algo la voz de la pequeña Chaewon capturó la atención de ambos.
—¡Channie, koo es un príncipe! ¡Un príncipe guapo!
Como siempre sucedía Jimin y JungKook intercambiaron gemelas. Con la pequeña ChaeWon en sus brazos, Jimin inevitablemente dejo un casto beso sobre los mofletes de su hija y dio inicio a una pequeña conversación con esta. Sin embargo, fue cuestión de minutos para que las pequeñas salieran corriendo en busca de jugar con sus invitados. Y así mismo disfrutando de su fiesta.
Jimin soltó un pequeño suspiro antes de comenzar a inspeccionar que todo estuviera en orden dentro de la fiesta. Y al parecer lo estaba. Los pequeños invitados se encontraban jugando entre sí y los padre o encargados de estos los vigilaban mientras disfrutaban de conversaciones banales entre ellos. Incluso pudo observar a sus amigos conversando y bromeando entre ellos.
Realmente todo estaba saliendo de maravilla y todo gracias a sus amigos y a su hermana y cuñada. Sin Seokjin no habría podido obtener ese maravilloso pastel bicolor de tres piso que en cada mitad tenía cosas que caracterizaba a cada gemela. Sin YoonGi no habría podido encontrar al servicio de baquetea adecuado para la ocasión. Sin TaeHyung y Hoseok no habría sabido que tipo de música escoger o que actividades recreativas llevar a cabo para ambientar la fiesta. Y sin su hermana no habría podido tener la fiesta como sorpresa para sus niñas. Pero sobretodo, sin JungKook no había sido capaz de repartir las tarjetas y organizar la fiesta sin entrar en crisis, pero lo que más le atribuía era que JungKook había sido quien le había sugerido rentar "the moon's princesses" para llevar a cabo la fiesta.
Todos absolutamente todos habían puesto su granito de arena para hacer posible esa fiesta. Y todo para que las pequeñas princesas tuvieran su día especial tal y como se lo merecían.
La fiesta de cumpleaños siguió su curso sin inconveniente alguno más allá de un par de niños levemente frustrados por no ganar los premios prometidos en cada actividad.
Cuando la hora de partir el pastel llegó, todos los invitados se situaron alrededor de la mesa del pastel, donde las pequeñas yacían paradas en un pequeño banco, para estar a la altura adecuada.
—¡Un momento!—Jiyeon exclamó captando la atención de todos.—Debemos tomar las fotos antes de partir el pastel.
La primera foto que Jiyeon tomó fue de las pequeñas junto a el pastel con una sonrisa en sus rostro. Y luego otra donde las pequeñas se abrazaban.
—Bien, ahora quiero una to de todos estemos.—seguidamente le paso el celular a uno de los invitados, para luego llamar a Jimin y JungKook. Como también a los amigos de estos.
En el cuadro de la foto aparecieron las dos pequeñas en medio, Jimin y JungKook a sus costados y tras de ellas se encontraban TaeHyung, YoonGi, SeokJin, Hoseok, Jiyeon y MyungSoo. Entre pequeñas muecas, risas y empujones se hicieron varías fotos de todos los mencionados con las cumpleañeras.
—¡Casi lo olvidó!—Jiyeon dijo.—Falta la foto familiar. Jimin y JungKook pueden posicionarse junto a las pequeñas, por favor.
Los dos mencionados se miraron entre sí antes de acatar la petición de la peli castaña. Colocándose a cada uno de los costados de las pequeñas, Jimin y JungKook sonrieron a la cámara en compañía de las cumpleañeras.
—Solo una última foto y cortamos el pastel.—la castaña anunció hacia todos los invitados que ansiaban su rebanada de pastel.—Jimin y JungKook cada uno cargue a un gemela y sonrían a la cámara.
Cuando Jimin y JungKook tomaron en sus brazos a las pequeñas y posaron para la cámara, Park Jiyeon se encargó de tomar varías fotos de la hermosa imagen que su hermano, cuñado y sobrinas estaban brindando. Sin duda alguna los cuatro juntos daban una vibra familiar.
Una vez la sesión de foto terminó, todos procedieron a cantar nuevamente el feliz cumpleaños. Tras ello, SeokJin y YoonGi se encargaron de terminar de partir el pastel y repartirlo entre los invitados con la ayuda de Jimin y TaeHyung.
Y fue así como la fiesta siguió su curso hasta que llegó la hora de que esta llegará a su fin.
Con la pequeña lamparita de noche en forma de nube iluminando la habitación, Jimin se encontraba apoyado sobre el marco de la puerta observando a sus hijas quienes yacían dormidas en sus respectivas camas.
Desde su posición y a pesar de la tenue iluminación de la habitación Jimin era plenamente capaz de observar las expresiones tan placidas que sus pequeñas tenían al dormir. Sin duda alguna se encontraban totalmente agotada que ni siquiera habían tomado su vaso de leche tibia antes de dormir. Y no era para menos, la gemelas habían tenido un día lleno de actividades y sobre todo juegos que como había sido de esperarse terminaron agotando hasta la última gota de energía que las pequeñas tenían en sus pequeños cuerpos. Por varios minutos Jimin se permitió observarlas con devoción.
No obstante, el observarlas había conllevado a que diversos pensamientos y recuerdos llegaran a su memoria de manera dispersa que apenas podía comprender el rumbo de todos estos. Había estado tan sumido en sí mismo que no fue capaz de captar la segunda presencia tras él, hasta que unos fuertes brazos rodearon su cintura con posesividad y como un mentón reposaba en su hombro derecho.
—Al parecer terminaron muy cansadas. Ni siquiera estuvieron detrás de mi para que les diera su vaso de leche.—la voz ronca y suave se JungKook resonó cerca de su oído.—Supongo que fue un día agotador para ellas, pero se que se divirtieron y disfrutaron de su cumpleaños.
Jimin asintió con levedad sin apartar la vista de sus hijas.
—Ven, hay que ir a la cama, mi amor. Mañana tenemos que volver a la rutina.—JungKook bisbiseó.
Antes de que JungKook pudiera hacer el amago de cualquier acción Jimin hablo.
—¿Crees que ellas sean felices con nosotros?—Jimin no podía decir a ciencia cierta si esa pregunta iba para JungKook o para sí mismo.—¿Estamos siendo buenos cuidando de ellas?
JungKook frunció levemente su entrecejo por la pregunta de su pareja. Sin embargo, comprendía de dónde venía esa pregunta y el motivo de ella.
—Amor, puedo asegurarte que ellas son felices con nosotros. Además, es algo que las pequeñas suelen demostrarnos día con día. Ellas son felices con nosotros y eso es un hecho del que ni tú, ni yo o cualquiera puede negar.—JungKook respondió con suavidad sin alejar su cuerpo del de Jimin.—Además, tus hijas te aman demasiado Jimin. Para ellas lo eres todo. Por favor no lo olvides y mucho menos lo dudes, ¿de acuerdo?
Jimin asintió con el sentimiento de alivio comenzó a florecer en su interior.
—Con respecto a si estamos siendo buenos cuidando de ellas.—Jeon hizo una pequeña pausa antes de continuar.—Por supuesto que somos buenos cuidando de ellas. Les hemos enseñado cosas, también las hemos ayudado a superar cosas y situaciones y ni hablar de que las hemos corregido cuando se requiere. Y es cierto que hemos cometido errores, pero también hemos tenido grandes aciertos con ellas. Pero, no somos Perfectos, Minnie.
Y tal vez esas habían sido las palabras que Jimin había necesitado para que todos los pensamientos autodestructivos que habían estado rondando en su cabeza en los últimos días se dispersaran por completo al punto de evaporarse como el vapor.
—Y-yo...—Jimin trató de decir pero fue interrumpido por las palabras de JungKook.
—Se de donde vienen esa preguntas y puedo intuir que en tu mente rondaron muchas más. Pero, todo eso quedó en el pasado, Minnie. Ellas ya no están viviendo una tortura. Ahora viven la vida digna que siempre merecieron.—JungKook agregó con firmeza.—Tú y yo..., todos los que las rodean nos estamos encargando de cuidarlas de cualquier tipo de peligro, pero sobre todo de darles todo el amor posible.
—Gracias. Creo que necesitaba oír eso.—Jimin confesó luego de un par de segundos en silencio.—A veces, es imposible no tener este tipo de pensamientos. Pero tú siempre te encargas de espantarlos y hacerme ver y otra vez todo lo que hemos logrando con ellas. Gracias JungKook, no sé que haría sin ti y sin ellas.
JungKook sonrío con levedad antes de dejar un pequeño beso sobre la mejilla de su pareja.
—Soy yo el que se pregunta a diario que haría sin ti y las pequeñas. Ustedes tres son todo para mi, pastelito de arroz.—inevitablemente Jimin se sonrojó ante el pequeño mote cariñoso que JungKook había utilizado para él.—Ahora, ¿Te parece si vamos a la cama y te doy mimos y besitos para hacerte dormir?
Jimin no dudo en asentir y darle una última mirada a sus hijas antes de emprender rumbo a su habitación donde sin perder tiempo se dejo caer sobre su cama junto a JungKook, para rápidamente buscar una cómoda posición sobre el cuerpo del último mencionado.
Y tal como JungKook lo había prometido esa noche le brindo mimos y besitos cargados de amor y ternura a Jimin, quien como un pequeño caprichosos se dejó hacer de las caricias hasta que ambos cayeron en los brazos de morfeo.
hice esta imagen—otras más—con IA:) nuestras pequeñitas con sus papis:)
nta: quiero informar dos cositas:) la primera que es el capítulo 15 también consta de dos partes. sin embargo, con ese capítulo tomé la decisión que lo subiré una parte una semana y la otra la siguiente semana:)
la segunda cosita es que he publicado una nueva historia kookmin omegaverse y enemies to lovers:) espero puedan ir echarle un vistazo por si la trama puede ser de su atención.
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