1. Los primeros días de trabajo
Dicen que el primer día de trabajo es el mas bonito. Bueno, a Hoseok no le parecía nada lindo tener que hacer cosas imposibles para un empleado recién contratado.
La Universidad donde estudió tuvo el atrevimiento de recomendar al alumno más brillante a la empresa más prestigiosa de Seúl, entonces Hoseok comenzó a trabajar desde las seis de la mañana en un edificio que claramente le gritaba "somos todos millonarios" en la cara mientras apenas tenía cinco wones para pagarle al camión que lo dejó afuera de esa gran construcción.
Su primer impresión de la gente que participa en su sección no fue tan mala como habría imaginado, lo recibieron como si fuera su amigo de toda la vida, celebraron con un pastel y luego le dieron una pila de papeleo que debía terminar al final del día con las reglas complementarias de su contrato. No dudó mucho en firmar, le gustaba el ambiente de su trabajo, los demás días se acostumbraría.
Aunque eso no detuvo que el jefe de sección lo eligiera para organizar una agenda de entrevistas que debía realizarse la siguiente semana, una cosa que no tomó en cuenta fue que el ascensor estaba en mantenimiento por fallas eléctricas y la mayor parte del tiempo tenía que ir a los pisos más altos porque allí contactaban con los famosos o empresarios que se relacionaban con la empresa en general.
Le habría molestado más si no fuera porque se enteró que le pagarían más de la mitad del sueldo prometido en su primer día por cumplir las expectativas del jefe con su documentación, claramente no iba a quejarse de ahora en adelante.
Jeon's Entertainment era una empresa multimillonaria ubicada en Seúl desde los noventa, ambos dueños tuvieron fuertez lazos con países potenciales de la industria del vino y en poco tiempo ganaron un gran terreno de aprobación en casi toda Corea. Importaban vino a países mas lejanos a cambio de una suma importante de billetes, patrocinan con marcas de lujo, sus promociones son hechas por artistas del kpop, los actores hacen free-promo en sus trabajos, y por supuesto que cuando el hijo primogénito heredó la empresa los medios se volvieron locos al saber que era un hombre joven guapísimo, soltero además de ser visto en varios bares con muchas mujeres. Hoseok sabía muy bien que sería un desperdicio total rechazar la oportunidad de trabajar con una figura pública popular, significaba que probablemente su contrato no acabaría tan pronto si la gente que trabajó con los padres del señor Jeon sigue allí paseándose por los pasillos.
Aún no conocía al señor Jeon en persona pero podría asegurar que los rumores que ha escuchado de él en los pisos nuevos demostraban que todo de él es cierto. Que su oficina siempre está cerrada para todos los empleados, excepto los de confianza, o que se queda hasta media noche para irse a su casa con tal de que sus empleadas no le siguieran en busca de una cita con él. Hoseok piensa que en realidad el hombre tiene más de treinta años, era lógico que prefiera manejar su vida fuera del ámbito laboral si quería evitar una demanda por acoso sexual falsa de todas las chicas que quedaran resentidas por ser rechazadas para algo más serio entre ambos. A veces también cree que es un chico de buenos pasos cumpliendo el deber de aparentar ser el jefe fuckboy promedio de las películas en Netflix.
Hasta ahora sólo sabe por medio de sus compañeros que la última chica que trató de llamar la atención del jefe con ropa provocativa, y que está prohibida en el trabajo, recibió una orden de restricción en la que no podría acercarse ni al señor Jeon como al edificio entero junto a malas recomendaciones hacia otros lugares por si quería buscarse otro empleo. A Hoseok le parecía que el señor Jeon es un hombre demasiado responsable con su posición, lo admira sin dudar.
Si lo pusieran a compararse con su jefe, Hoseok sería un completo desastre.
Era tan torpe que su madre vivía con él para evitar que incendiara la cocina intentando hacerse el almuerzo. Le daba su lonche en un traste con dibujitos de dinosaurios, por lo que el pelirrojo evitó sentarse con sus compañeros durante los tiempos libres tratando de no pasar vergüenza con sus tenedores de gatitos. No era su culpa que mamá lo mimara tanto, nunca entenderían el cariño con el que han crecido.
Mamá lo crio completamente sola, a su padre no le gustó mucho la idea de ampliar su relación con un niño en casa, empacó sus cosas y se marchó a donde nadie supo más de su tonta existencia. Hoseok vio tantas noches a su madre llorando porque el dinero que ganaba no era suficiente para los gastos que conllevaba un niño pequeño, ella salía todos los días super temprano a buscar trabajo limpiando casas de gente adinerada esperando juntar lo necesario. Por más dinero que les hacía falta, mamá siempre le dio lo único que es gratis en la vida, mucho amor.
Vivían primeramente en un rincón de bajos recursos de Seúl, a cuestas les alcanzaba para pagar el alquiler de una pequeña casa. Cuando Hoseok empezó la preparatoria tuvieron suerte de que el Gobierno propusiera apoyos monetarios para personas de escasos ingresos, a él le dieron una gran cantidad para que siguiera estudiando y los movieron a un departamento en el centro de la ciudad para que no tuviera problema en moverse de un lado a otro por la escuela. Fue un milagro para ellos, muchas asociaciones de donación les hicieron llegar lo suficiente para vivir bien en lo que Hoseok entraba a la carrera y conseguía un puesto de trabajo. Mamá lo siguió apoyando hasta que finalmente se puso feliz de que Hoseok haya sido el seleccionado para la recomendación y que esté en la empresa más rica.
No se siente capaz de pagarle todo lo que hizo por él, por lo que este empleo iba a cuidarlo con esmero para enviarle dinero a diario y que se comprara cosas lindas, llevarla a dar un paseo en su lugar favorito, tal vez pagarle unas clases particulares de alguna carrera que quisiera haber estudiado.
Lo que sea estará bien, nunca les gustó ser muy orgullosos de lo poco que ganaban. Hoseok gustaba de ser sencillo y bondadoso ante todos que fingir arrogancia o ignorancia. Su condición de la infancia no tocaría nada de su futuro.
Solo debía soportar, como un chico maduro para su edad, lo que vendría después.
—Oye Jung, ¿porqué tu mochila es de Snoopy? —preguntó Xiaojun, el chico con el que compartía escritorio.
Las risas de los demás no tardaron en oírse a su alrededor, se encogió en su asiento al ver dicha mochila de su perro favorito. Era un regalo de su madre cuando cumplió quince años, se la pidió desde que tenía cinco y amaba tanto llevarla de un lado a otro.
Quizá debió comer en su parte de la oficina, pero insistieron tanto en que debía socializar con la 'clase alta' para sentirse más cómodo a la hora de atender algún proyecto en conjunto o solo para saludar en las mañanas donde la mayoría tenía un humor terrible y saber cuando es el momento en que puede ofrecerles un café de Starbucks como calmante que no pudo decirles que no. Empieza a retractarse de su puesto.
Por ahora solo conocía a Xiaojun, Yugyeom, Jisung y Jaeyoon. Esos cuatro idiotas eran el caos en vida propia, agradecía tanto su enorme paciencia porque desde el primer día que los vio supo que terminaría aventándose por una de las ventanas del décimo piso. Consideraba que seguro llevaban tiempo en el mismo lugar, a simple vista eran grandes amigos que compartían la misma neurona.
Xiaojun era el único que gastaba bromas o comentarios tontos para reírse solo, los demás podría decirse que eran normales. Jaeyoon lloraba a cada rato si lo regañaba un gerente, Jisung se tropezaba con todo, y pues Yugyeom comía sin parar. Si lo piensa bien, ¿Qué le hacía ser el raro del grupo? Una mochila infantil no se comparaba con lo que eran ellos.
—Vamos Hoseok, no te enojes, sólo es una pregunta tonta —se rió Jisung.
El pelirrojo simuló una sonrisa mientras volvía a su trabajo, su vida y la de su madre dependía de cuanto les pagara a los nuevos dueños del apartamento. Por lo que entendió se debía registrar una cantidad de ingresos a la cuenta bancaria del jefe, números que provenían de muchos de los inversionistas extranjeros.
De acuerdo con lo que la jefa de su sección esto debía estar listo mañana temprano que es cuando el señor Jeon se reuniría con unos nuevos socios de otros países en busca de expandir la marca. Hoseok en el fondo apreciaba que el hombre estuviera avanzando muchísimo en su vida, cualquier persona que se atreviera a competir debería arrepentirse antes de ser humillado por números honestos de un joven empresario jugando a crear un imperio de ganancias a diario.
Se estiró en su lugar luego de algunas horas pegado a la computadora, frotó sus ojos de cansancio y miró por un momento el gran ventanal que tenían en la oficina. El edificio estaba situado perfectamente cerca del puente de Seúl, se podía apreciar totalmente el azulado mar desde los pisos intermedios o los últimos, una vista que muchos disfrutaban en los pequeños recesos que los gerentes daban.
Por debajo de sus buenas esperanzas se sentía fuera de lugar en este edificio, la impotente imagen que daba a la ciudad por fuera no era nada comparado con estar dentro. El estar aquí sentado con un escritorio lleno de trabajo podría ser un sueño, quizá mamá y él murieron en la época de hambre que tuvieron, o un accidente lo dejó en un coma eterno. Quería agradecerle tanto a la escuela por la recomendación, a su jefe por poder aceptarlo. Sin duda pudo haber terminado trabajando en un bar o un lugar de mala muerte donde seguramente no ganaría más que perder la dignidad que le quedaba.
Bueno, era hora de tomarse enserio esto.
Admiró un tiempo más el paisaje antes de que un ruido sordo lo sobresalte a su lado, donde la supervisora Park Jihyo sostenía una caja de postres y jugos con figuras de Snoopy, una pancarta que decía "sea Bienvenido, joven Jung", y lo que parecía ser un conjunto nuevo del uniforme. A Hoseok le daba un poco de risa que en el uniforme fuera simplemente un pantalón de vestir negro con una camisa blanca con el logo de la empresa estampado. Ella lo miró con una sonrisa traviesa antes de señalar la nota que correspondía al emisor del curioso regalo, casi como si supiera el caos que vendría después.
"De: El CEO Jeon Jungkook
Para: Jung Hoseok"
Hoseok abrió la boca en grande, pero antes de poder contestar algo una cabeza apareció al otro lado del escritorio.
—Jisung, Jisung ven a ver lo que le trajeron a Hoseok —el chismoso de Jaeyoon se asomó por el divisor entre sus escritorios.—No sabía que el señor Jeon enviaba estos para los nuevos, a mi no me dieron nada cuando llegué.
—¿No se equivocó de Jung Hoseok? —el dueño del nombre en la tarjeta se sonrojó hasta las orejas, de seguro era una broma de esos tontos.
Jihyo se rió junto a los chicos como si Hoseok hubiera preguntado si la tierra era plana, al ser supervisora podría considerarse una persona cercana a la oficina del jefe y se sabía uno que otro secretito.
—Yo misma escuché cuando el Señor Jeon salió de imprevisto sin avisarle a sus guardaespaldas porque quería recoger algo en el estacionamiento, dijo que era demasiado importante como para mandar a alguien más. Me mandó a llamar porque le surgió un contratiempo con su familia y algunos socios interesados en la marca de perfumes, casi me amenazó con despedirme si esto no llegaba a su destino sin ningún rasguño —sus ojos se aguaron de la emoción—Jaeyoon tiene razón en algo, el jefe jamás ha enviado obsequios a los nuevos.
—Pero si tu no lo quieres, tíralo y dime donde lo tiraste—Yugyeom gritó desde la barra de comida.
Hoseok nunca fue bueno recibiendo regalos sorpresas, en si, casi no tenía amigos que le enviaran algo en especial por fechas tontas como su cumpleaños o navidad. Mamá era la que le compraba raramente un obsequio conforme juntaba dinero. Hurgó entre las cosas para ver que más tenía la caja, encontrando unos bonitos stickers de su caricatura favorita en el fondo.
—Le diré gracias por ti, nos vemos chicos, sigan trabajando.
El pelirrojo tomó los stickers para pegarlos en su escritorio, en lo más profundo de sus sentimientos cree que quizá esto podría traer buenas vibras para el futuro.
—¿Entonces no lo vas a tirar? —Yugyeom revolvió los fideos que se preparó.
—Ya cállate.
—¿Lo recibió, cierto? —habló con voz firme, desde su oficina.
La chica del otro lado afirmó.
—Gracias Jihyo, siempre puedo confiar en ti para estos asuntos —colgó la llamada.
El hombre se colocó de pie para admirar el gran ventanal de su oficina, encantado de la vista del mar por debajo de su edificio. Acomodó su corbata antes de revisar las carpetas que tenía sobre su mesa de trabajo, tomando uno de ellos con delicadeza.
—Eres lindo.
Sonrió mientras sus manos jugaban con el archivo de Jung Hoseok.
Dedicado a teteluvss Choi_Sang_Je-0424 Sun_ShineJ-Hope ElJunkook95 djsdyhh
Ahora si jjjj, ¡Primer capítulo publicado! Perdonen en verdad la demora, intentaré trabajar más seguido en los siguientes capítulos para evitar tardar tanto.
En cuanto a las dedicaciones, estaré dedicando capítulos conforme fueron dejando las fresitas y de 5 en 5 para que así todos alcancen un capítulo dedicado. Si no te menciono todavía no te preocupes, ¡este libro tendrá 45 capítulos donde puedes aparecer en dedicatorias!
¡Gracias por leer!
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