V E I N T I N U E V E
—No nos invitaste a la fiesta, padre – Taehyung le quitó el seguro a su arma – ¿Acaso fue porque estaba preso o Jimin en cama?
—Creí que me había desecho de toda la basura de Seúl – Jimin imitó la acción de Taehyung – pero sólo me falta la basura mayor.
Se levantó de encima de la chica fingiendo alzar sus manos en signo de paz. Dirigió una de sus manos a su pantalón sacando un pequeño control.
—Tu padre y yo nos divertíamos mucho explotando bodegas – posó sus ojos en Jimin – o al menos eso parecía disfrutar.
—Él jamás se gozaría de la muerte de un ser humano por muy perverso que fuese, Suk – avanzó un paso – mi mente no es débil para creer en todo lo que dices.
Aquellas palabras cayeron sobre ella como un balde de agua fría, ¿Debía creer todo lo que Jingoo le había dicho?
Sintió como su cuerpo fue jalado hacia atrás para posteriormente recargarlo sobre una pared, la figura de Jungkook estaba ahí frente a ella con un pañuelo y un cinturón entre sus manos. Desvió su mirada y notó como los otros dos peleaban con él.
—¿Tienes más heridas?
Negó ahogando un grito entre sus manos cuando apretó el pañuelo en su pierna.
—¿Dónde están los malditos doctores cuando los necesitamos?
—Desalojamos el edificio, sólo estamos nosotros – suspiró – Suk está por explotarlo.
—Jodido loco de mierda...– masculló con dolor – debo matarlo.
—Taehyung me pidió tenerte a sal...– la mirada de Hyemin sobre sus ojos hizo que se callara abruptamente.
—En estos momentos, me importa una mierda lo que diga ese hombre.
Tomó el arma que el chico portaba entre su pantalón y su camisa levantándose con dificultad, quitó el seguro del arma y dio un disparo al aire. Dirigió nuevamente la pistola hacia el frente, esta vez apuntando hacia Suk, quien pretendía recoger el control que se había resbalado de sus manos al pelear con ambos jóvenes.
—Fue suficiente, Suk – su pecho subía y bajaba constantemente debido a su respiración agitada – fue suficiente sufrimiento, fue suficiente dolor, fueron suficientes las mentiras, ya no más.
—Si quieres reducir tu condena puedes entregarte ahora – Jimin lo miró – el dinero de tus casinos se congelará en una cuenta hasta que cumplas tu castigo.
—No cabe duda que de tal palo, tal astilla, los hermanitos Park son una grata sorpresa – rió – tu padre me dijo exactamente lo mismo y terminó tres metros bajo tierra.
No pudo contener más su rabia, dejando salir las lágrimas de sus ojos al mismo tiempo que una bala hacia su pierna. Su hermano le miró con sorpresa, jamás había visto tanta frialdad en sus ojos.
—Mi alma está tres metros bajo tierra desde hace meses – miró a Taehyung, quién no paraba de llorar en silencio – y no hay más culpables más que tú y tu hijo.
—¿Tan insatisfecha te dejó el pene de mi hijo que ahora lo odias? – rió mientras tomaba su pierna sangrante – fue lo mismo que hizo mi esposa con tu padre.
Esta vez, Taehyung disparó en su brazo.
—Si no respetaste a mi madre en vida, por lo menos respeta su memoria y deja de decir estupideces.
—¡Esa perra se acostó con Sejoon y lo sé porque yo los encontré en mi cama revolcándose! – explotó – ¡Esa mujer a la que llamas madre, es una cualquiera! ¡Además, tuvo el valor de darle datos confidenciales con tal de verme hundido en la miseria! ¡Por eso la maté!
De nueva cuenta una bala llegó a su cuerpo, esta vez en su ingle.
—Eso no te da el derecho de arrebatar vidas – Jimin le miró con odio – y arruinar familias.
Hyemin comenzaba a escuchar todo tan lejano que temió, el dolor la estaba rebasando, a pesar del cinturón haciendo presión sobre su pierna. Jungkook notó que su estabilidad estaba en duda, así que caminó hacia ella y le sostuvo de la cintura. Giró ligeramente su rostro y le sonrió con un poco de debilidad, al mismo tiempo que se percató que Hoseok y Yoongi estaban allí con ellos.
Cada vez se sentía más vulnerable y expuesta, todo se estaba convirtiendo en un circo, la prensa estaba lucrando con su dolor, con su desgracia, con la inocencia de la cual un día gozó. No podía soportarlo más, y si Taehyung o Jimin no hacían nada al respecto, ella lo haría.
Tomó una bocanada de aire y enfocando su vista lo más que pudo, apuntó, quitó nuevamente el seguro de su arma y sin más disparó en repetidas ocasiones en su cuerpo, incluso algunas gotas de sangre mancharon su rostro, pero su alma había obtenido lo que quería.
Venganza.
Desvió su vista hacia ambos varones frente a ella, alzó su arma de nueva cuenta, esta vez apuntando a Taehyung, quitó el seguro y ladeó su cabeza.
—Hyemin...– Jimin intentó acercarse a ella pero su voz le hizo detenerse.
—¿Mereces el mismo final que tu padre?
—Tú mejor que nadie conoces mi historia, Hyemin – su labio inferior tembló – si crees que lo merezco, aceptaré mi castigo.
—Me engañaste, Taehyung...– su voz comenzó a quebrarse – me mentiste, aprobaste cada uno de mis actos, haciéndome creer que hacía lo correcto cuando no era así.
—¡Porque estaba tu vida de por medio, Hyemin! – avanzó hasta donde se encontraba la joven – ¡Innumerables veces aposté mi vida por la tuya! ¡Tenía que obedecer para mantenerte a salvo!
—¿Había la necesidad de mentir sin medida aún cuando toda la verdad estaba saliendo a la luz? – las lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas – ¿Necesitabas seguir mintiendo a pesar de que sabías lo frágil que estaba?
—Tenia miedo de esto – sollozó – de tu rechazo, de tu frialdad, de tu venganza, de tu castigo.
—Te amaba al extremo...– su mano comenzó a temblar – ¿De verdad piensas que es fácil castigarte?
—Hazlo, porque merezco ser castigado por mis pecados – tomó ambas manos de la chica, acercando el arma a su frente – dispara, Hye.
Para ese momento, los dos temblaban, sollozaban y se veían fijamente a los ojos, los oficiales presenciaban todo en silencio, mientras que Jimin y Jungkook intentaban que nada se saliera de control.
—T-Taehyung...– su voz tembló al igual que sus manos.
—¡Hazlo, Hyemin! ¡Dispárame!
—¡No lo haré! Ya no más...– de inmediato soltó el arma dejándose caer al suelo sin soltar las manos del joven – por favor, basta.
—Kim Taehyung – la voz de Jimin resonó en sus oídos – estás arrestado por complicidad, fraude y asesinato. Deberás guardar silencio hasta que se te otorgue un abogado, todo lo que digas será usado en tu contra.
Las pequeñas manos de su hermano le separaron de las del chico, las voces de los reporteros diciendo su nombre, los flashes de las cámaras captando su sufrimiento y el bullicio a su alrededor lograron abrumarla haciéndole caer en una abrupta realidad, la cual estuvo evadiendo desde que se enteró de todo y que no quería aceptar.
Taehyung era un criminal y debía pagar por sus crímenes, aunque él también fue una víctima, había sido más un criminal.
El proceso que les esperaba era duro, necesitarían terapias psicológicas, sesiones constantes y periódicas en un tribunal y tener la fortaleza necesaria para no quebrantarse frente a una cámara que cuestionaba una vida que ni ella puede explicar con detalle.
Necesitaba fuerza para no odiar al amor de su vida.
Se vienen nuevas historias finalizando Daddy Issues, ¡Anticípenlas! ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro