—Taehyung, Taehyung, despierta.

Las voces se escuchaban distorsionadas a su alrededor, su cabeza dolía y todo le daba vueltas, abrió sus ojos lentamente intentando acostumbrarse a la luz de la que reconoció como su habitación, colocó su mano en su frente, quiso levantarse pero una mano se posó en su pecho deteniendo sus movimientos.

—Ni pienses en levantarte, serías muy idiota si lo hicieras ahora.

Taehyung cerró sus ojos nuevamente respirando con tranquilidad, todo a su alrededor daba vueltas, tenía ganas de devolver lo poco que desayunó y su corazón latía mucho más fuerte de lo normal. No podía perdonarse no haber defendido a MiNa como ella merecía, su padre lo había noqueado en tan poco tiempo dejando a la chica a su merced, quizás en esos momentos la estuviera obligando a hacer algo que no quería, tal y como lo hizo con él durante toda su vida. Le resultaba aterrador pensar en lo desquiciado que estaba su padre, e incluso se sintió cobarde, él ya era un hombre, no debía seguir teniendo miedo de ese hombre, pero no podía evitar sentirse vulnerable ante la posibilidad de que por sus arrebatos de valentía, MiNa pagara con todo.

—Joder, todo me da vueltas.

—Te encontré sangrando de la cabeza en el piso del comedor, ¿Debería poner más seguridad? – colocó sus manos en la cintura suspirando – seguramente esos idiotas estaban distraídos cuando eso pasó.

—No fue culpa de los guardias ni de nadie, Jungkook...– Taehyung suspiró queriendo golpearse hasta perder el juicio – yo lo arruiné todo.

—¿De qué hablas? – frunció ligeramente su ceño – ¿Pasó algo malo?

—Mi padre nos descubrió a MiNa y a mí besándonos.

Jungkook miró fijamente a su amigo riendo nervioso, ambos se conocían desde que tenían memoria y a pesar de que Taehyung fuera dos años mayor que él, tenían una relación única y bastante estrecha. Suk le había brindado protección después de que su padre falleciera en un enfrentamiento con un proveedor de sustancias ilícitas cuando tenía siete años. A partir de ahí, Jungkook se había vuelto el mayor confidente de Taehyung, independientemente de que fuera su hombre de mayor confianza, era su mejor amigo y sabía todo lo que ocurría con MiNa, así que escucharlo confesar aquel acto hizo que su cerebro comenzara a trabajar en búsqueda de comprender todo.

—Júrame que esto no es una broma – su amigo guardó silencio – ¡Por favor, Taehyung! ¿Tienes hueca la cabeza? ¿Por qué carajos hiciste eso?

—Por alguna extraña razón, sabe de la existencia de su padre – suspiró – se enteró de lo que pasó y me cuestionó por mi padre, yo sólo quería hacerla olvidar.

—Pareces un maldito adolescente hormonal, si ya pudiste controlarte más de veinte años, ¿No pudiste esperar unos meses más?

—Fue por inercia, jamás creí que él estuviera ahí – suspiró nuevamente – necesito que me hagas un favor.

Jungkook guardó silencio, mirando a su amigo seriamente, ya sabía por dónde iba el asunto, lo conocía de sobra como para no intuir que es lo que quería que hiciera.

—¿A quién quieres que investigue?

—Quiero que averigües todo acerca de Yeo Jingoo – Taehyung abrió sus ojos – su infancia, su adolescencia, sus padres, todo.

—¿Ese no es el nuevo inversionista del casino?

—Lo es, pero hay algo en él que me hace dudar de sus acciones – chasqueó su boca – mi padre parece ceder demasiado a lo que le pide, así que algo debe esconder como para que lo trate de esa manera.

—De acuerdo, lo haré.

Jungkook palmeó su pierna, guardando silencio durante algunos segundos antes de seguir hablando.

—¿En qué piensas? ¿Tienes otros pendientes que resolver?

Él negó, fijando sus ojos negro en los avellana de Taehyung.

—Tae, creo que ya es tiempo de que hables con la verdad y dejes de temerle tanto a tu padre.

—Es que...– el pelinegro cerró sus ojos para después abrirlos y posarlos en los de su amigo.

—¿Cuándo te vas a permitir ser feliz? ¿Cuándo vas a darte la oportunidad de irte lejos de aquí e iniciar una nueva vida?

—Mi vida es pública desde el hecho de que mi padre es un empresario reconocido – él mordió su labio inferior – ¿De verdad crees que podré iniciar una vida desde cero?

—Podrás hacerlo cuando te quites todos los miedos de encima y luches por lo que amas.

—¡No quiero que salgan más personas heridas, Jungkook! – su voz se quebró a la primera palabra que salió de su boca – estoy cansado de vivir en esto, un temor constante de que mi padre atente con las únicas personas que tengo a mi lado y que con los múltiples contactos que tiene logre hundirme hasta que no tenga otra opción más que volver a él.

—Tarde o temprano, todos los que estamos aquí saldremos lastimados por el simple hecho de estar relacionados con tu padre – se levantó acomodando su ropa – así que toma al toro por los cuernos y termina de una vez por todas con esto, si quieres tener un final feliz y darle una vida digna a MiNa.

Taehyung lo vio desaparecer por la puerta, dejándolo con una semilla de duda en su interior, ¿En realidad era el momento adecuado para terminar con aquello que lo estaba matando lentamente? ¿Estaba dispuesto a perder a MiNa o a perder su vida por la libertad de ella?

No lo sabía, pero de lo que si estaba totalmente seguro era que nadie más iba a ponerle una mano encima a su chica, sea quien sea.