Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

D I E Z

Seis y media de la mañana, el frío era arrasador y la cama de Taehyung parecía llamarle para que se quedara dentro de las sábanas, sin embargo, con todo el dolor de su corazón se levantó dirigiéndose al baño, se desnudó, abrió la ducha y dió pequeños gritos al sentir la frialdad del agua caer sobre su piel. Se apresuró lo más que pudo y salió tan helado como una paleta congelada, así que fue a su armario, sacó el primer conjunto deportivo que encontró y se lo colocó emprendiendo camino hacia el pequeño gimnasio que había montado en un cuarto abandonado de la casa unos meses atrás.

Algunas rutinas de pesas, abdominales, lagartijas y un tiempo en la caminadora le hizo tomar un poco del calor que perdió cuando se duchó. Regresó a su habitación, esta vez solo para secar el sudor de su cuerpo y cambiarse a prendas más formales, tomó el maletín en el suelo acompañado de las llaves de su auto para después salir rumbo a la oficina.

Manejó tranquilamente debido a que era un horario en el que los coches y el transporte público apenas comenzaban a circular, por lo que tenía las calles libres para ir a su ritmo. Al llegar saludó a todos amablemente hasta llegar a su cubículo, comenzó a alistar todo para cuando el inversionista llegara todo estuviera en orden.

El tiempo pasó rápido para él, tenía tantos pendientes que ni siquiera puso atención a alguna otra situación en particular hasta que escuchó la puerta de su despacho ser abierta, dejando ver a su padre con una expresión de pocos amigos, como habitualmente la tenía.

—¿Dónde está tu hermana? – Suk caminó dentro de la oficina de Taehyung – debería estar aquí para atender a Yeo.

—Hola, hijo, buenos días, ¿Cómo te sientes? ¿Tuviste un buen sueño? – masculló con sarcasmo – claro, padre, gracias por preguntar.

Suk suspiró fastidiado por la actitud de Taehyung.

—Yeo hizo el trato con MiNa, no contigo.

—Lo haré yo, ella no vendrá a la oficina en todo el día – sonrió descarado – ¿Algún inconveniente?

—¿Por qué no vino? – cuestionó molesto – le indiqué que ella debía hacerlo.

—¿Qué más da si lo hace ella o yo, papá?

—¿Ahora tengo que darte explicaciones de todo lo que hago, Taehyung? – frunció su ceño – no te confundas, tu título en esta empresa sólo es una farsa, el jefe sigo siendo yo.

—Joven Kim – una secretaria tocó suavemente la puerta – el inversionista ha llegado, está esperando.

Taehyung se levantó de su asiento acomodando su traje con una sonrisa descarada en el rostro.

—Te pido que te retires, padre – esta vez acomodó su corbata – tengo una persona que atender.

—Claro – Suk fingió una sonrisa – suerte, hijo.

El hombre salió empujando ligeramente a la joven en la puerta, podía jurar que la tensión era grande y que entre ambos familiares había una especie de lucha silenciosa, sin embargo, no quiso ahondar más en ello, por lo que salió dándole el paso a Jingoo a la oficina de su jefe.

Taehyung tragó saliva y sin borrar una sonrisa en el rostro hizo una reverencia ante la persona frente a él, la cual no tardó en corresponder de la misma manera.

—Mi nombre es Yeo Jingoo, próximo inversionista de casinos Kim – sonrió – es un placer conocerlo.

—Kim Taehyung, también es un placer – señaló la silla – tome asiento, por favor.

—Tengo entendido que la señorita MiNa iba a atenderme hoy – aceptó la invitación de Taehyung sin despegar su vista del mismo – de hecho, con ella agendé la cita.

Un foco de alerta se encendió en su cabeza, nuevamente todo parecía sospechoso, era un hombre que jamás había escuchado ni visto y que repentinamente llega a su empresa buscando exclusivamente a MiNa para hacer negocios con ella, sumándole que su padre también mantenía esa insistencia en que MiNa se encargara de ello.

—MiNa tenía pendientes que resolver, por lo que yo me ofrecí a atenderlo – sonrió con falsedad – ¿Tiene algún inconveniente con ello?

Jingoo tragó saliva y comenzó a reír, estrelló discretamente su lengua en el contra el interior de su mejilla mientras bajaba la mirada para luego elevarla otra vez.

—Digamos que no puedo tratar los mismos asuntos con usted que con ella – enarcó una de sus cejas – además, no tengo opción, ¿Cierto?

—Hagamos que su viaje desde Jeju no sea inútil, ¿Le parece? – Taehyung extendió un folder sobre la mesa – firme pronto y váyase de mi oficina.

—¿Me está corriendo?

—No le quiero quitar más de su valioso tiempo, eso es todo.

Jingoo se acercó más al escritorio e intentó intimidar a Taehyung con su mirada, sin embargo, no contaba con que el chico también poseía una mirada profunda y penetrante, además de una firmeza tan parecida a la de su padre que ya sabía a lo que se enfrentaba.

—Vas a verme más seguido de lo que crees, Taehyung – rió – así que llevemos una relación cordial.

—¿Ves en mi rostro las ganas de llevar tan siquiera una conversación contigo? – fingió masticar un chicle – sólo quiero que firmes el maldito documento, deposites el dinero y te largues de aquí.

—¿Tan celoso te pone que tú hermanita tenga contacto con otros hombres? – Jingoo logró percatarse de como había cambiado la expresión facial de Taehyung, haciéndole sentir ganador – ¿Tu padre te detiene para poder tocar a tu hermana como lo deseas?

En cuanto Jingoo mencionó a Suk, algo dentro del cerebro de Taehyung le hizo entender que ese hombre era un enviado de su padre, no tenía otra vía de escape, ¿Quién lo detestaba más que su propio padre? Absolutamente nadie, además de que los sentimientos que tenía por MiNa no los sabía ninguna otra persona además de su padre.

—Escucha, Jingoo – suspiró – yo no sé que estás planeando con mi padre, pero te voy a dar un consejo.

—¿Uno que nunca te pedí?

—Suk es como un camaleón, se esconde hasta que los peligros se aproximan a él y a ti es a quien va a sacrificar cuando todo se complique y vea su nombre comprometido en la prensa.

—Tengo un padre que se comporta igual o peor que Suk – suspiró – así que no vengas a decirme lo que ya se, ¿De acuerdo?

Taehyung suspiró alejándose de la cercanía que había formado.

—Mi padre te está mostrando una cara amable sólo para sacarte provecho, y si tienen pensado utilizar a mi hermana como una ficha más en su tablero – alzó sus cejas – no saben ni lo que están haciendo, además, no me quedaré con los brazos cruzados.

—¿Me estás amenazando?

—Tómalo como una advertencia, Yeo, si MiNa sale lastimada de esto, vas a pagarlo y muy caro – una vez más señaló el papel sobre el escritorio – firma, tengo otras cosas más importantes que verte la cara.

Jingoo comenzó a reír sacando un bolígrafo de su saco.

—De acuerdo – acercó el papel a su vista fijándola en la línea que tenía escrita su nombre – ahí tienes tu contrato.

Taehyung suspiró recogiendo el papel para después guardarlo en el cajón de su escritorio.

—Bien, ya puedes irte y no volver.

Jingoo se levantó de su asiento acomodando las mangas de su traje mientras le dedicaba una mirada penetrante y una sonrisa ladina.

—Eso ya lo veremos, Taehyung.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro