D I E C I S E I S
Escuchar con Killing Me – ChungHa.
—¿No te gustó la carne? Ni siquiera la has tocado – Jingoo rió – oh vamos, ¿Te comió la lengua el gato, cariño?
MiNa estaba sentada en la mesa de aquel restaurante fino con los brazos cruzados, no había tocado un sólo centímetro de la comida que él pidió para ella, la rabia iba más allá del apetito que pudiera tener, sentirse amenazada, temerosa, nerviosa y ansiosa era algo que jamás había experimentado. Su padre había sido tan distinto con ella que ahora comenzaba a creer lo que Hoseok y Taehyung le habían dicho, el monstruo que todos afirmaban que era estaba saliendo a la luz lentamente, todo parecía volverse más confuso y misterioso, tanto así que se cuestionó a sí misma acerca de su existencia, ¿Para qué había sido engendrada? ¿Fue hecha con la intención de ser un títere más de Suk?
—Aquí tienen sus postres – un mesero se acercó a ellos recogiendo sus platos – buen provecho.
Jingoo asintió con una sonrisa y una reverencia en señal de respeto, comenzó a comer con delicadeza, deteniendo su actuar al verla tan ausente y perdida en su mundo, incluso podía percibir el odio en su mirada.
—¿Qué ocurre? ¿Todo bien? – no contestó, dejó su cubierto sobre el plato y esta vez cambió su semblante por uno intimidante – escucha, pequeña niña caprichosa, estoy pagando muy caro tu compañía, así que tan siquiera finge una sonrisa para mí.
—No tengo porque hacer esto – habló por primera vez desde que había llegado – los tratos que tengas con mi padre no me interesan, por lo que yo no tengo nada que hacer aquí.
Se levantó de su asiento acomodando su falda, tomó su bolso con la intención de irse del lugar, pero la mano del hombre apretando su muñeca le impidieron salir del lugar.
—Si aprecias tu vida, deberías quedarte – alzó sus cejas – no creo que quieras tener problemas con tu familia.
—Suéltame – también posó su mirada en la de él – o no respondo.
—¿Sabías que tu padre te está vendiendo al mejor postor? No hagas a tu papi tan inocente, MiNa – rió burlón – estoy pagando millones para desposarte pronto.
La mano libre de MiNa se estrelló en forma de puño en el pómulo derecho del joven, logrando abrir un poco su piel debido a los anillos de oro que portaban sus dedos.
—No quiero volver a verte en mi vida, patán asqueroso – se soltó bruscamente – por mí, puedes dejar de invertir millones en los casinos, tengo el suficiente valor y dinero para mantenerme sola y apartada de todos.
—Puedo darte los lujos que quieras – sonrió ladino – joyas, bolsos, autos, empresas. Lo que tú quieras te lo puedo dar, pero coopera conmigo, ¿Sí?
—Olvidaste que soy una mujer de negocios, cariño – sonrió descarada – yo hago los negocios, no soy el negocio.
Se fue de ahí apresurando su paso hacia su auto, Jingoo gritó con frustración captando la atención de todos a su alrededor, en especial de una persona, quien tomó su teléfono y le envió un vídeo a su primer chat fijado. Pronto recibió una llamada, la cual atendió por fuera del restaurante, se colocó nuevamente sus lentes oscuros y comenzó a caminar lejos de ahí, evitando ser escuchado.
—¿Debería anexarlo a las pruebas?
—Protégelo, pídele a Yoongi que lo encripte, así nadie podrá robarlo.
—¿Me juras que no hiciste nada que te pusiera en peligro, Jimin?
—No puedo estar más en riesgo yo que tú estando con Suk – el chico metió una de sus manos a su gabardina – así que descuida, todo está bien.
Colgó la llamada, guardando su teléfono en el bolsillo derecho de su pantalón, pudo divisar a la chica caminar hacia el estacionamiento del lugar para después quedarse parada sobre un poste mientras colocaba sus manos en su rostro, no le importó nada y comenzó a caminar con rapidez, intentando alcanzarla.
Semanas atrás, Hoseok había entrado de encubierto como el chófer de Suk, el anterior había renunciado por los malos tratos y mala paga, claro que no había tenido un final feliz, el hombre tenía que guardar sus secretos bajo tierra, así que de un sólo tiro terminó con su vida. Su suspensión se había extendido un mes más porque nuevamente enfrentó a su padre, advirtiéndole que si volvía a cuestionarlo, le iba a quitar cualquier cargo dentro de la policía.
Por su parte, Jimin había estado trabajando por fuera, vigilando de lejos los movimientos de la familia Kim, en especial los de su hermana, fue a las oficinas centrales de los casinos para pedir una cita con ella, sin embargo, su secretaria le informó que no sabía cuándo regresaría.
Él la cuestionó acerca de su ubicación, pero no quiso decir nada, por lo que tuvo que utilizar aquellos encantos naturales que había heredado de su madre para seducir a aquella joven a la cual no le calculaba más de treinta años.
Pronto con una sonrisa, le dió con detalle cada paso que daba la chica, enterándose de que Suk tenía planes de casarla con Jingoo para formar una supuesta alianza comercial, conocía la mente perversa de Suk, así que creía firmemente en que había algo detrás.
Logró alcanzar a MiNa, quien al ver al chico frente a ella limpió las lágrimas que escurrían por sus mejillas, tenía más que claro que era una figura pública, así que debía aparentar que todo estaba bien. Hizo una reverencia y sacó de su bolso las llaves de su auto, ignorando momentáneamente a Jimin.
—¿Estás bien?
—S-Si, todo bien – fingió sonreír – gracias.
Estaba por subir a su auto cuando de pronto Jimin tomó su mano suavemente.
—Vengo de parte de Hoseok, soy el teniente Park – tragó saliva antes de entregarle un nuevo sobre – me pidió que te entregara esto.
Ella lo recibió un poco confundida por la cantidad de situaciones que estaban sucediendo a su alrededor en menos de veinticuatro horas.
—¿Por qué tanto misterio? – MiNa frunció su ceño – ¿Por qué todos se empeñan en revelar todo paso a paso y no todo de una sola vez?
—Porque no conoces del todo de lo que es capaz tu padre – Jimin la soltó retrocediendo algunos pasos – sólo queremos ayudarte y evitar que sufras como lo hicieron muchos inocentes en el pasado.
Otra vez estaba esa palabra ahí, Hoseok le había dicho exactamente la misma idea sólo que de una manera más cruda, todo estaba siendo abrumador, cada momento de su vida parecía volverse más turbio a medida que transcurrían las horas del día.
—¿Debería confiar en ti? – notó como Jimin se tensó y su mirada cambió drásticamente – me siento tan acompañada y tan sola a la vez, que no se a quien creerle.
—Te aseguro que nadie va a ser tan sincero contigo como yo – tomó sus manos intentando no derrumbarse frente a su hermana – te prometo que te mostraré toda la verdad, pero necesito que nadie se entere de esto, tu vida y la mía correrían demasiado peligro si tu padre lo supiera.
Nuevamente sintió esa conexión tan extraña como la que tuvo con SeJoon cuando vió su foto en el periódico, su mirada guardaba muchas emociones, pero su voz denotaba dolor, aflicción, preocupación.
Había algo en él que le permitía confiar en su palabra.
—¿Te parece si nos volvemos a ver mañana? Aquí mismo en el restaurante.
Jimin sonrió.
—Hecho.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro