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Capítulo VI

I know how much it matters to you, I know that you got daddy issues.

Una mano se aferró a las blancas sábanas, un suspiro salió de los delgados labios que de pronto se apretaban cuando el placer rebasaba los límites y volvía a crear uno que era nuevamente superado.

La habitación estaba oscura, haciendo que los sentidos de la pareja sobre la cama se agudizaran, el tacto era suave y cuidadoso, el pelinegro agradecía que fuese así.

Soltó un gemido cuando la punta del miembro en su interior rozó ese punto que lo hacía delirar, la mano volvió a apretar las sábanas, los espasmos se volvieron insoportables, el pelinegro cerró los ojos con fuerza dejándose llevar por el abrazador orgasmo que recorría cada punta de su cuerpo. Su amante prolongó más su placer en cada estocada que daba a su apretada entrada.

Su interior se sintió húmedo, al igual que su abdomen, sonrió al sentir que ese sentimiento volvía a acariciar su cansado cuerpo, se sintió pleno durante unos minutos, cuando el sentimiento se fue, el hombre que había estado entre sus piernas dejo un beso en su frente y se alejo.

El pelinegro fijo su mirada en el techo de la habitación que solía compartir con su amante, apenas escuchaba el agua de la regadera golpear contra el piso de azulejo. Se sentó en la cama cuando sintió que el cansancio podría ganarle y hacerle una mala jugada. Se levantó y busco el uniforme que se le había arrancado al momento de entrar a ese departamento y camino hasta el baño para darse una ducha. Amaba cuando su amante besaba cada poro de su piel, pero odiaba que después del libido su cuerpo se sintiera marcado.

Miro al hombre y le dedicó una cálida sonrisa al verlo salir cubriendo su desnudes con una toalla negra, fue a ocupar su lugar debajo de la regadera, procurando limpiar cada rastro de los besos que el hombre le dejó.

El agua se detuvo cuando el pelinegro estuvo totalmente limpio, envolvió su cuerpo en la toalla que solía usar en cada encuentro, se miro en el espejo comenzando a vestirse con el uniforme de la escuela, peino su cabello luciendo fresco, como si no hubiese gozado de la mano de su acompañante en esa habitación del departamento. Fue hasta la entrada encontrando los ojos que amaba que lo mirarán y ambos salieron de con una inmensa sonrisa.

De camino a la universidad, el pelinegro pensó en la extraña relación que llevaba con el que fue el mejor amigo de su padre, sentía pena por su pareja, que hasta ahora, había sido su paño de lágrimas cuando su madre se había hecho la desentendida de él, dejándolo con todo y a la vez con nada. Odiaba verla a la cara y sonreírle sabiendo que pasaba los mejores momentos con su esposo, pero no podía negar que su esposo le dejaba una grata sensación paternal cada que lo tocaba.

Frunció el ceño y negó varias veces pensando en el rostro de la esposa de su amante, no quería seguir pensando que le arrebataba un pedazo que le pertenecía cada día. El auto se detuvo a unas cuadras de la universidad, dejo un beso en la mejilla de el hombre, que le regaló una sonrisa cínica, tomo su nuca con fuerza y lo estrelló en sus labios, robándole el aliento.

—Qué no se te olviden los modales SeokJinnie

Soltó con una sonrisa en su rostro y dejo que el pelinegro abandonará su auto. SeokJin camino un poco perdido hasta reconocer a la melena roja que quería encontrar.

—¿Va a la universidad a ver a NamJoon?, Si quiere puedo acompañarlo

Interrumpió SeokJin al hombre que caminaba con un café en la mano.

— No, no voy a ver a NamJoon. Solo vine por un café antes de llegar a la oficina — dijo mirando sin realmente prestarle atención al que se unía en su caminata hacía su auto, sintiéndose un poco incómodo por la presencia del peligro.

—¡Oh!, Ya veo... La universidad me queda un poco lejos, ¿Podría llevarme hasta ella?

Murmuró tranquilamente, pensando en lo cortante que siempre había sido el tío de NamJoon con él, en lo poco que le importa su indiferencia cada vez que se acercaba a él y en lo bien que lucía siempre en traje. Sintió un poco de pena por qué estuviese casado, aún que eso realmente no era un impedimento para él. El pelirrojo lo miro enarcando una ceja, creyendo que era una broma por qué a él siempre lo llevaba el chófer de la familia a la universidad. Cuando comprobó que no era así, le hizo una seña para que entrara al auto.

— Solo te dejare en la esquina, no planeo volverme tu chófer niño...

Dijo encendiendo el auto, sin notar la sonrisa sacarrona que mantuvo en el rostro SeokJin durante el corto trayecto, dónde el mayor no tuvo intención de dirigirle la palabra.
Cuando el pelirrojo detuvo su auto frente a la universidad,  miró al pelinegro esperando que leyera su mente y se diera cuenta que quería que se bajara de su auto lo antes posible, pero este, en cambio, se acercó susurrando un "gracias" para después dejar un pequeño beso cerca de la comisura de sus labios, tan largo e incómodo que sintió náuseas.

Lo vió bajarse de su auto, dejándolo un poco confundido, pero antes de emprender su camino a su oficina miró a su sobrino a lo lejos, recargado en una de las jardinera observando la escena.

.

—¿Sabes que Taehyung-hyung sospecha que Hoseok tiene un amante?,... Ayer me llamo llorando porque ese maldito no le presta atención,... Y ya veo porqué.

—No estoy saliendo con él

—No digo que salgas con él, pero me parece mucha coincidencia que lo beses en su auto y desprecié a Taehyung-hyung

SeokJin soltó un suspiro y su amigo se dió la vuelta para entrar a clases. NamJoon estaba fastidiado de que el pelinegro compartiera cama con el señor Jung. Desde que se enteró que su tío tenía de amante a su mejor amigo  le dolía ver a su adorado esposo llorando por el amor de su vida, pero no sabía cómo decirle que su amigo, al que ambos habían apoyando en la muerte del señor Kim, era el mismo que le había robado los suspiros de su esposo.
Apretó los puños y se detuvo de repente, giró su cuerpo para mirar los ojos confundidos de SeokJin.

—Tienes una semana para terminar con ese hombre y pedirle perdón a Taehyung-hyung, si no lo haces le contaré todo,... Y le mostré las fotos que tengo.

SeokJin abrió los ojos y negó con frenesí, agarro el suéter de NamJoon entre sus manos y lo apretó con fuerza para evitar que se fuera.

—¡No, no, no!, No lo hagas NamJoon, sabes que no puedo dejarlo,... Lo he intentado, pero siempre regreso a sus brazos. También me duele ver a Taehyung-hyung triste...

NamJoon agarro sus manos para que dejara de apretar su suéter favorito y miro cansado a SeokJin, siempre escuchaba lo mismo de su amigo, pero ahora estaba seguro que lo que menos quería era ver a su tío llorando por el imbécil de su esposo.

—¿Sabes cuántas veces he escuchado eso?,...¡Estoy harto de ver a mi tío llorando por tu culpa!.

Terminó alejando las manos de su amigo y se giró para seguir su camino, comenzaba a dolerle la cabeza, no quería que su día se tornará agrio por el tema que últimamente rondaba su cabeza.

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