Ten cuidado con los extraños 2 PARTE
Kyoya abrió los ojos cuando la luz del día le hirió, molesto se levantó y cerró las cortinas, entonces noto que no estaba solo y no estaba ni en su casa, ni en su cama y recordó los sucesos de la noche anterior. Contemplo a su víctima aún dormida sobre la cama y sintió enormes deseos de hundirle los colmillos de nuevo, que sangre tan dulce, tenía ese médico, era casi intoxicante. Adictiva, realmente deliciosa.
Deseaba probarlo de nuevo, el sólo recordar su sabor hacía que se le hiciera agua a la boca y ahhh..., lo miro con gula y jalo la sabana que cubría el cuerpo del rubio, entonces se despertó su libido.
Aquel hombre tenía un cuerpo apetecible, oh sí, lo miraba con gula y lujuria a la vez, lo deseaba y no se contendría, ese adonis sería suyo.
Dino despertó al sentir aquella hambrienta mirada sobre su cuerpo y al ver que estaba frente al hermoso joven y que no había sido un sueño sonrió alegre.
─ ¿Por qué estás tan feliz?
─Porque eres real.
─Eso debería ponerte triste.
─Kyoya no eres una pesadilla, para mi eres un sueño maravilloso y bellísimo.
─Estás loco Cavallone has que te revisen la mente.
─Si digo que un sexy vampiro me quiere comer, me meterán al psiquiátrico.
Dino se levantó de la cama y camino hacia su armario, se deshizo del piyama que llevaba ante la mirada lasciva de Hibari que no perdió detalle de aquel perfectamente esculpido cuerpo y del tatuaje que lo decoraba y cuando Dino, estuvo a punto de cubrirse con la ropa, el vampiro se la arranco de un rápido movimiento.
─Aún no, quiero verte.
─Eh...Ah sí claro como digas Kyoya.
─Cavallone regresa a la cama.
Dino se sonrojo.
─Ah bueno me encantaría Kyoya, pero debo ir al trabajo.
─Tú no saldrás de aquí.
─Pero, mi turno empieza en 30 minutos.
─Me vale.
─Si llego tarde me van a descontar.
─Me vale.
─Mira cuando regrese podremos jugar y....No me digas que ya te enojaste, tus pupilas están carmesí.
Kyoya lo miro retador.
─Dije que te metieras en la cama.
─Sí.
Al acto el rubio obedeció la orden, luego pareció salir del trance y se quejó.
─Kyoya eres malo, si me despiden será tu culpa.
─Me vale, y además eres mi presa, no saldrás más de aquí entiéndelo de una vez, eres mío.
─Ok, entonces tú me mantendrás.
─Tienes dinero, eres un capo.
─No, no lo soy, mi padre lo es, yo no.
─Como sea no necesitaras nada más que a mí.
─Solo a ti.
─Sí, mi sangre con eso subsistirás.
─ ¿Tu sangre? ¿Piensas transformarme?
Hibari le contesto con una retorcida sonrisa antes de lanzarse sobre él en la cama y atacar su cuello.
─ ¿Tú qué crees?
─Wiiii
─Definitivamente estás loco potro.
Entonces el vampiro comenzó a poseer, digo degustar su presa, y obviamente el rubio se dejó hacer y disfruto de cada caricia, beso y mordida.
Nunca volvió a su trabajo y días después las noticias hablaban de un atractivo médico desaparecido, pero lo asociaban a sus lazos con la mafia italiana. Kyoya, se había llevado a su hermoso herbívoro a sus dominios.
─No digas nada, pero creo que yo también me estoy enamorando de ti.
─Oh Kyouya, ti amo, ti amo, ti amo, molto ti amo.
─Estúpido potro, dije que no dijeras nada. ¿Me dejas hacerte mío?
─Oh, es la primera vez que me pides permiso para hacerlo, ti amo, ti amo, mi bello, vampiro.
─Eres mi comida, no digas cursilerías, me darás diabetes.
─Lo siento.
Y Hibari se dedicó a saborear y acariciar ese delicioso cuerpo que hizo suyo hasta el cansancio.
─Kyoya ¿dejarías que yo...Que fuese tu seme?
─Eh, el uke eres tú.
─ ¿No te gustaría invertir papeles?
─Nunca me he dejado poseer.
─Tal vez te guste, anda vamos sólo una vez.
─Ah está bien.
Entonces Dino comenzó besando a su vampiro y después preparando su entrada para hacerlo suyo, y resulto que a Kyoya, le encanto ser penetrado por ese exquisito semental y por ello fue el uke más de una vez, de hecho, ambos gozaban de lo lindo poseyéndose mutuamente.
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