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CAPÍTULO 5
La primer hora de clase a Joe le estaba costando lo suyo prestar atención.
Apenas había pasado un cuarto de hora cuando el señor Finn, el odioso profesor de cálculo le llamó la atención avergonzádolo frente a todos sus compañeros.
- Sr.Wood ¿Por qué no nos comparte sus problemas?
Joe sintió como sus mejillas se ponían rojas y deseó de verdad que la tierra se lo tragara y lo escupiera en la Antártida. Cualquier sitio por más frío y árido que fuera era mejor que estar sentado en ese banco y en esa piel.
Lo cierto era que llevaba un buen rato suspirando.
Fuckerenglishman69 acababa de mandarle un mensaje recordándole que lo estaría esperando en la biblioteca y Joe no tenía idea de que hacer.
Parte de él, la parte que sentía curiosidad por el chico anónimo quería ir a su encuentro. Estaba claro que no podría reconocerlo, el hombre esperaba una chica, ¿no? El PODRÍA ir sin ser descubierto y eso era... francamente tentador. Diablos.
- ¿Sr. Wood?
- Yo... lo siento. Sólo estoy distraído.
- No me diga. ¿y ya ha encontrado pareja para el trabajo?
¿Trabajo?¿ que trabajo?
Joe miró a sus costados y maldijo en voz baja al ver a todos sus compañeros agrupados de a parejas.
Demonios.
- Sí sr. Wood.- Dijo el hombre mayor como leyéndole la mente. - Búsquese un compañero, ahora.
Joe miró a su alrededor desesperado, sus opciones eran una niña que parecía un duendecillo de la cual no recordaba el nombre y el idiota de Zack Jensen que ya iba sonriéndole como lobo dispuesto a ir por su cabeza.
No era que Joe le tuviera miedo al chico, pero por años le había hecho la vida imposible, lo que hacía que como mínimo lo quisiera a veinte yardas de él.
Estaba apuntando en dirección de la niña desconocida recordandose a si mismo que debía interesarse un poco más en las chicas que lo rodeaban, al menos en conocer los nombres de las chicas de su salón, cuando Zack, como el buen defensa del equipo que era, lo atajó a medio camino.
- ¿A donde vas amigo?- Dijo agarrándolo por los hombros y lo atrajo hacia su costado. Joe nunca había entendido porqué, pero el chico hacía que la palabra amigo sonara como "Amigou"- Hey, ¿Qué pasa? no seguirás siendo el mismo cagoncito de mierda que se escondía de mi ¿o sí? - Preguntó con aquel tono pseudoamistoso que tanto lo fastidiaba.
- No.
- Eso me parecía, vamos amigo- Escúchese Amigou. Le revolvió el cabello con más fuerza de la necesaria y prácticamente lo empujó en dirección a su banco- Tenemos tarea por hacer.
Joe suspiró y lanzándole una última mirada a la chica siguió al que había sido su pesadilla por años.
Zack era un tipo de rostro cuadrado, el pelo al rape y cuerpo musculoso en exceso que desde niño se había autoconsgrado el bravucón del colegio.
Si no fuera por lo mucho que al cretino le gustaba joderlo, Joe hubiera admitido que el chico era atractivo.
Que va, Joe admitía que Zack era un cabrón. Uno guapo, con sus ojos claros, su piel suave y ese rostro de niño travieso lleno de hoyuelos que resultaba casi grotezco en su cuerpo de orangután hiperpapeado. Vamos, era algo asi como un sujeto digno de admirar. Tenía sentido que estuviera entre los principales jugadores del colegio.
Sí, Zack Jensen era grotezcamente guapo. Y era un imbécil, uno al que Joe, para su propia vergüenza, le había dedicado más de un sueño húmedo en su adolescencia.
Que su maldita cabeza traidora lo había llevado en más de una ocasión a sueños que lo hacían despertarse con ganas de llorar y una erección entre sus piernas que necesitaba de una ducha fría para quitarse.
Sí... estaba mal...
Pero en ninguno de sus sueños había sido el que recibía, eso lo hacía un No-gay ¿no?
Solo era un chico hetero muy confundido, que fantaseaba con su Bully, le gustaba besarse con su mejor amigo y chatear con un tipo que lo trataba como chica.
Oh dios...quería hundir la cabeza en la tierra y no volverla a levantar en su vida.
Joe vio por el rabillo del ojo como Zack le hacía un guiño a la chica que había quedado abandonada, la niña del nombre desconocido no tardó en ruborizarse y joe no pudo juzgarla por eso, hasta él admitía que el tipo era caliente.
Sí, si no fuera que Zack era un cretino con él el 90% del tiempo a Joe hasta le hubiera agradado. Pero al idiota le encantaba joderlo.
Corrección, estaba obsesionado con joderlo.
Sí, eso parecía.
De mala gana se dejó caer en el banco junto a su torturador.
El chico sonreía victorioso como si acabara de hacerse con un gran trofeo y Joe maldijo su suerte.
Aquel día no podía ir peor.
Apoyó sus manos sobre el banco dejando descansar su cabeza en ellas, y como pocas veces en el último tiempo, intentó prestar atención a clases.
Suspiró.
El chico a su lado se la pasó picandole las costillas. Literal que le quedaría un morado luego de ese día.
El punto bueno fue que su veta Nerd salió recrudecida como una enfermedad con recidiva virulenta, y en cuanto el profesor dejó la hoja con el trabajo frente a él, se sintió bastante capaz de hacerlo.
Demaciado para su gusto.
Aunque de cierta forma lo agradeció porque Zack pasandose por el culo lo de trabajo en grupo, se limitó a molestarlo mientras él tenía que hacer todo el trabajo.
Diez años después, caemos en lo mismo, pensó.
Parecía que lejos de Nate estaba condenado a ser "ese chico" no importaba cuanto se hubiera esforzado esos años por evitarlo y que decir: odiaba, ser ese chico.
Suspiró por centésima vez en lo que escribía el último resultado en la hoja.
Apenas terminó de deslizar la lapicera por el papel, Zack se lo arrebató y le palmeó la espalda como a un cachorro.
- Bien hecho. Sabía que podías.No dudé ni un segundo en ti, pequeño sabelotodo- Le dijo empezando a garabatear su nombre sobre la hoja.
- Imbécil-- Masculló.
- ¿Dijiste algo?
Joe no contestó.
Se limitó a ver el reloj sobre la pizarra hasta que marcó el final de la primer clase.
Cuando por fin terminó la segunda hora, el profesor informó que no quería cambios y que esa sería la disposición permanente para el resto del año.
Genial.
Agarró su mochila de un tirón y salió de ese que prometía ser su salón de tortura personal y sin darse cuenta sus pies lo arrastraron a la biblioteca.
Estaba a punto de entrar cuando vio a tonto 2: Alias "Asher Smith" sonriéndole.
Joder, eso solo significaba que...
- ¿A dónde vas amiguito?- Esa voz de nuevo.
Joe cerró los ojos y soltó un gemido lastimero. Zack parecía nunca cansarse de molestarlo. Era como un perro sediento de sangre.
¿Por qué no se buscaba a otro imbécil a quién molestar?
Al menos de niños había molestado a todos por igual, en los últimos años, en cambio, se había ensañado solo con él.
- ¿Buscando a tu novio?
Eso hizo que Joe abriera sus ojos como platos y se pusiera pálido del susto.
Él... Él no.
No podía saber de Fuckerenglishman69.
Se volteó asustado para comenzar a negar todo.
¿Y si él era el chico misterioso?
¿Y si había descubierto que él era Blue?
Joe empezó a sentirse mareado.
No, él no...
- Te dije que no lo tocaras.- La puerta de la biblioteca se abrió y ahí estaba Nathan con su cazadora oscura y todo su aspecto de chico problema fulminado al otro bravucón con la mirada. Sí, Zack y Nathan siempre habían competido por quién se llevaba el puesto de cretino principal de Corliss- ¿Cuántas veces voy a tener que partirte la cara para que lo entiendas?
Zack soltó a Joe no sin antes darle un pequeño empujón en dirección al otro muchacho y Joe se sintió de nuevo como el pequeño chiquillo asustado que había sido antes de Nathan.
- ¿Qué te toca ahora?- Preguntó Nathan por segunda vez en el día sin apartar sus ojos oscuros del par de chicos que se alejaban de ellos.
- Biología.
- Vamos.
El resto del día transcurrió en relativa calma.
Zack no había vuelto a molestarlo, bueno, en parte porque Nathan a pesar de que seguía con lo de la guerra fría no se había apartado de él.
Era bastante como "no quiero estar contigo pero tampoco quiero que otro esté cerca tuyo."
Joe odiaba que su amigo se pusiera en esa actitud indiferente hacia él, pero tampoco era un humor demasiado raro en el castaño. Cada vez que se molestaba hacía aquello de fingir que "no le molestaba" se ponía en plan vale madre y actuaba como pendejo.
Sí, Nathan podía ser un idiota cuando quería y como si ese día estuviera destinado a salir fatal, durante la tarde, el entrenador puso a Joe a practicar defensa con Zack.
Así que ahí estaban, al final del día, inclinados viéndose cara a cara, sus cascos prácticamente tocandose y el muy cabrón no dejaba de atusarlo.
- ¿Ups que pasa? ¿no vas a decirme nada? ¿necesitas a tu novio maricón para defenderte?-Le preguntó sin moverse de su posición.
El tipo llevaba tiempo picandolo para que perdiera el balón, Joe lo sabía, pero estaba cayendo en su juego- Sí, es eso. En el fondo seguís siendo la misma perrita cagona de siempre.
Joe se hartó y se irguió sacándose el casco, dispuesto a callar de una vez a ese imbécil.
No le importaba si lo sacaban del equipo o si le metían una sanción. El tipo le había colmado la paciencia y si había una sola cosa de la que el coronel Wood podía estar orgulloso era de que su hijo era de esos que no se dejaba intimidar.
Ni siquiera cuando era un niño marginado había permitido que lo llamarán cobarde. Él era un Wood, los hombres de su familia eran tipos rudos y valientes, le habían enseñado a aguantado los golpes siempre de pie y con orgullo. No dejaría que ese imbécil le siguiera tocando las pelotas.
Zack sonrió satisfecho por conseguir su objetivo y lo imitó.
- De verdad baby JoyJoy, no tengo ganas de romperte, pero si insistes...-Dijo.
Ni siquiera le bastó contar hasta tres antes de que, como esperaba, cierto castaño con aires de capitán se metiera a intervenir.
-Ya, déjalo en paz- Se puso Nathan en medio de los dos jugadores y eso fue la gota que derramó el vaso.
Joe estaba hasta la cabeza se Zack y el hecho de que Nathan corriera a su rescate como si fuera una damisela indefensa solo había conseguido cabrearlo más.
Había tocado su orgullo y los Wood eran hombres demaciado orgullosos para su propio bien.
- ¡No necesito que me defiendas!-Joe lo empujó envalentonado por las palabras dichas por Zack hacía un momento.
Por auto reflejo, Nathan le devolvió el empujón y entraron a empujarse y forcejear midiendo a su contrincante hasta que Nathan se cansó y le dio un puñetazo en la cara.
En cuanto se dio cuenta de lo que acababa de hacer quiso golpearse a si mismo...
Todos se quedaron viendo la escena en shock.
No era raro que Nathan se las agarrara a puños con alguien, pero nunca en su vida había tocado a Joe.
Nadie se lo esperaba.
Ni siquiera el mismo Zack esperaba que su jugarreta para llegar a Nathan le saliera tan bien.
Joe se llevó la mano a la cara, medio incrédulo, medio aturdido por el golpe y lo siguiente que supo fue que tenía sangre chorreando por todos lados.
Él dolor llegó como un latigazo unos momentos después dejándolo fuera de combate.
- Joie.- Murmuró Nathan al ver lo que había hecho.
Joe dió un paso atrás, se sujetaba la cara y no le dejaba ver que tan grave era la cosa.
Nathan intentó acortar de nuevo la distancia entre ellos, pero los otros jugadores se lo impidieron, saliendo de todas partes se metieron en medio de ambos para evitar que siguieran golpeandose, que una pelea entre los jugadores era más que motivo suficiente para que sancionaran a todo el equipo, hasta el entrenador corrió a intervenir dejando de lado sus años de inactividad. Le habían partido la cara a un muchacho en sus narices. El director McGraw echaría chispas cuando se enterara.
Nathan apartó a un par de compañeros intentado llegar hasta Joe, pero otros ocuparon su lugar seguros de que el castaño quería terminar lo que empezó. De acuerdo, Nathan se cargaba su buena mala fama y la tenía bien merecida, pero lo cierto era que solo quería llegar a Joe para ver cómo estaba, que con tanta gente interponiendose lo único que podía distinguir era la sangre emanando a borbotones que escurría entre los dedos de su mejor amigo, chorreando por sus brazos hasta salpicar su pecho.
Demonios que la hemorragia no paraba y Nathan empezó a desesperarse porque no lo dejaban llegar hasta su ojiazul.
- ¡Harrel sal de aquí!- Le dijo el entrenador intentando ver la nariz del chico que se negaba a apartar las manos.
Demonios, Nathan necesitaba llegar hasta Joe, pero todo el equipo se había puesto en medio como escudo humano y lo empujaban hacia atrás.
¿De verdad creían que podía hacerle daño al morocho?
Acabas de hacerlo, pensó.
Nathan empujó a uno de sus compañeros descargando la furia que sentía hacia si mismo en él y lo echó al suelo para pasar, pero entre otros tres consiguieron detenerlo a cosa de un metro y medio de donde estaba Joe, ahora sentado en el suelo, mareado por el golpe.
- ¡Que te vayas o te saco del equipo definitivamnte! ¡Saca tu tracero de mi campo ahora mismo!- Le advirtió el entrenador mirándolo por sobre su hombro.
- Ya has hecho lo suficiente, capi.- Le dijo Zack palmenadole el hombro satisfecho.
Nathan quiso goleparlo hasta borrar esa sonrisa petulante de su rostro. Estaba tan furioso con el idiota en esos momentos.
- Yo que tu no lo haría-Le amenazó el otro dandose cuenta de sus intenciones- Aunque me encantaría verte fuera del equipo.
Nathan rechinó los dientes y echando su casco al suelo con rabia se fue del campo.
Maldito imbécil.
Todo era su culpa, aunque no pudiera comprobarlo estaba seguro de eso.
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