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Hola mis amores!
no puedo creer que llegamos a los 10k es como Waoh!
gracias por todo el amor y apoyo que le dan a esta historia, estoy tan agradecida con ustedes por seguirla, los amo tanto, estoy tan akfjcssfmjsgjgnsoen en fin aquí un nuevo cap de agradecimiento por todo su apoyo. Les recomiendo la canción muy buena bye bye,
los amodoro un montón
Su padre no volvió a hablar del asunto y Joe se lo agradeció. Ya tenía bastante con que lidear en ese momento. Solo en su cuarto, luego de que aquel día terminara por fin cayó en la cuenta de lo que estaba pasando.
Había terminado.
Había terminado con Nathan.
Su padre había descubierto sus inclinaciones y lo había aceptado y lejos de hacerlo sentir mejor, aquello solo hacía que se sintiera peor.
Se llevó las manos al rostro y quiso gritar de frustración ¿Qué demonios había hecho?
¿Realmente lo había hecho?
Joe no podía creerlo. Aún no acababa de procesarlo.
Miró el agujero en el techo de su cuarto y se dejó caer en las almohadas, el día de campo con su padre había sido durísimo, estaba molido y sin embargo por mucho que el cuerpo le pesaba se sentía incapaz de dormir en ese momento. Había oído una vez un término francés que hacía referencia a esos momentos en los que se quedaba uno pensando en las cosas que pudieron haber dicho o hecho en una discusión. Sonaba a algo como escalera, no lo recordaba, estúpidas clases de francés que había tomado en primero por seguir al castaño, no le habían servido de nada.
Nada de lo que había hecho importaba en esos momentos.
Porque lo había perdido, había perdido a su mejor amigo.
Y esa certeza hizo que el aire escapara de sus pulmones. Tuvo que morderse un sollozo, dolía, diablos. Una parte de él quería correr hasta la casa del castaño y besarlo hasta que se olvidara de todo, abrazarse a su cuerpo hasta que el frio del invierno pasara y volviera a sentirse cálido como no podía sentirse en ese momento, pero eso no serviría, lo sabía, era poner una bandita cuando se estaba desangrando.
Dios, Nathan lo había desangrado con esas dos palabras.
Una parte de él estaba furiosa con el castaño por habérselo confesado, conociéndolo como se decía conocerlo ¿Por qué no le había mentido? Joe quería perdonarlo, Joe quería que le mintiera para perdonarlo, que En ese momento podía jurar que aquella opresión en su pecho jamás dejaría de doler y se maldijo a si mismo al pensar en la sonrisa del castaño, en su risa, en el pircing de su ceja, Joe sonrió al recordar aquella tarde que en octavo grado le pidió ayuda para que le perforara el cartílago de la oreja, Joe se había negado, pero como siempre Nathan había conseguido convencerlo, los habían atrapado en el baño, el susto que les dio el profesor hizo que algo saliera mal y la oreja del castaño había comenzado a sangrar más de la cuenta.
Estuvieron castigados una semana limpiando esos malditos baños.
Joe sonrió y los recuerdos comenzaron a correr por su cabeza como pequeños retazos de peliculas que se reproducían en su cabeza sin permisos.
Septiembre 2012.
Joe había visto al chico nuevo llegar con su cabello oscuro demasiado largo para lo que su padre hubiera considerado correcto. El chico era alto, como dos cabezas más alto que el resto, delgado, vestía un saco largo con un sweater de cuello alto, lucía como un pequeño adulto, un adulto con un aura oscura. Como si eso no hubiera sido suficiente para llamar la atención, se había incorporado a mitad del semestre por lo que todas las miradas se clavaron en él de inmediato. 2 hombres y el director del colegio lo habían acompañado hasta el aula, el pelirrojo que lo acompañaba intentó abrazarlo y desearle suerte, pero lo único que consiguió a cambio fue una mirada repelente de parte del chico que ignoró su muestra de cariño y se despidió de su padre con educación antes de acercarse a la maestra que le pidió que se presentara y escribiera su nombre en el pizarrón.
"NathanNIel JeRemiaH HArrel" había puesto el chico nuevo en cursiva impresionando a todos que aun no terminaban de aprender la imprenta y su manera de pronunciarlo le hizo recordar mucho a las viejas películas que a su madre le gustaba ver cuando estaba sola en casa y extrañaba a su padre. Joe no entendía por que a su madre le gustaba verlas, siempre lloraba, pero si le había gustado la manera en la que el chico nuevo hablaba.
Lo había observado desde su banco en la parte de atrás, oculto detrás de su libro había visto como el chico se sentaba solo en un rincón observando todo con aburrimiento, Zack y los populares no tardaron en acercársele. Entonces el timbre había sonado, Joe se había apresurado a salir al primero para huir de los brabucones que siempre lo acosaban, no era cobarde pero aún le dolían los morados en sus costillas, había llegado a mitad del pasillo cuando Jensen consiguió llegar hasta él y lo empujó contra uno de los casilleros haciendo que sus cosas tanto como él, acabaran en el suelo.
Zack se reía con su sequito de idiotas. Joe avergonzado juntó sus libros y al alzar la vista vio al chico nuevo entre los brabucones, no supo por que se sintió decepcionado por eso, sus ojos encontraron aquellos fríos carbones inexpresivos que lo observaban en el suelo y volvió a bajar la vista para recoger sus cosas y largarse allí. Sentía las lagrimas de rabia acumulándose en su rostro.
-él no.-Oyó esa voz que parecía hablar hacia dentro. Entonces se oyó otro golpe metálico y al alzar la vista vio al chico del aura oscura sujetando a Zack de manera amenazante, su acosador en ese momento tenía una mueca de dolor en el rostro que pasó a una de indignación cuando el castaño los apartó con una amenaza.
Joe se había quedado en shock, eso hasta que el chico a su lado le tendió la mano para ayudarlo a levantarse cerrando una amistad que parecía estar destinada a ser eterna"
Agosto 2016
Tenía once años la primera vez que se escapó de su casa, como todos sus recuerdos, Nathan también estaba en ellos. El chico de ojos azules estaba estudiando cuando sintió un golpeteo en su ventana, al alzar la vista vio a su mejor amigo y se apresuró a correr abrirle, que esa manía que tenía de treparse a todos lados haría que acabara con la cabeza partida.
-hey . -Le dijo el chico antes de saltar al interior del cuarto del ojiazul sin ser invitado.-Tenemos que irnos. Ponte los zapatos.
- Son pasadas las 8- dijo joe preocupado consiguiendo un encogimiento de hombros del castaño.
- vamos, no pasará nada blue, siempre lo hago.-Le dijo ignorando a su amigo mientras agarraba un par de almohadas y las ponía en la cama del ojiazul simulando un cuerpo envuelto en mantas.
Joe no tuvo tiempo de negarse que cuando fue consiente de si mismo ya se encontraba caminando de la mano de su mejor amigo en medio de la noche, el chico mayor se había quitado su chaqueta para pasársela por los hombros cuando notó que el pijama de joe no bastaba para cubrirlo del frío. Que el ojiazul nunca se iba a quejar por algo tan tonto como el frio, eso era de lloricas, pero Nathan siempre estaba atento a él.
Llegaron hasta una plaza a esa hora bastante vacía salvo por algunos adolescentes y el castaño caminó hasta los columpios y se sentó en uno de ellos.
-ven.-lo llamó joe se acercó y vio como el castaño rebuscaba en los bolsillos de su propia chaqueta hasta dar con un paquete de camel y un encendedor azul..
-Eso es malo.-Le dijo un Joe impresionado.
-yo soy malo.-había dicho el castaño antes de abrazarlo por la cintura para combatir parte del frío mientras con su otra mano se llevaba el cigarrillo a la boca.
Se quedaron viendo solo las estrellas y pasando el rato. Nathan no le había dicho a que habían ido aquella vez, pero tiempo después, luego de repetirlo en varias ocasiones, descubrió que aquello se debía a que su compañero no quería dormirse.
Joe no quiso creer las palabras del castaño en aquel momento, tal vez si tenía razón, tal vez si era malo. En esos momentos se sentiría como la mierda recordando cada estúpida cosa del castaño.
Como la primera vez que Joe vio un ataque de Nathan de primera mano, fue a los 14, Fue a la primera vez que Joe sintió miedo de su mejor amigo, tal vez debió alejarse entonces pero simplemente aquella idea parecía imposible en su cabeza
el castaño había estado especialmente alterado, llevaba la mitad de una botella de burbón barato cuando agarró el palo de golf de su padre y comenzó a romper todos los vidrios de su casa hasta que Joe consiguió detenerle, entonces el castaño se echó a llorar.
Joe no entendía que pasaba con Nathan en ese entonces. Había dicho algo de su madre que joe no consiguió comprender entre los balbuceos que soltaba, algo parecía hacerle pasado a su madre. Joe tenía miedo, pero no por él sino por el chico que acababa de romper todos los vidrios de su casa haciéndose daño en el proceso.
Luego de eso sus padres lo enviaron una temporada a Liverpool. Todo había sido muy rápido, cuando la pareja llegó lo habían llevado hasta su casa y luego simplemente Nathan se había ido, ni siquiera le dieron tiempo de despedirse. Habían sido las vacaciones más aburridas de joe, el semestre más largo que nunca había vivido, extrañaba como el infierno a su mejor amigo, a pesar de que solían hablarse por Facebook casi a diario.
Aunque Nathan había cambiado en esos meses, incluso por escrito el ojiazul podía darse cuenta de ello.
No pudo evitar preguntarse que habría pasado, si tal vez hubiera visto las señales, si tal vez se hubiera dado cuenta a tiempo de que lo que su mejor amigo había comenzado a hacer ya no era cool. Tal vez lo hubiera detenido. Pero en octavo grado, beber era cool, fumar hierba era Cool, Nathan era el chico más cool del colegio, si se hubiera dado cuenta a tiempo de que su amigo se estaba pasando de la raya tal vez no hubiera pasado medio año de pupilo en Londres luego de conseguir que lo expulsaran de dos colegios en Liverpool y tal vez no hubiera estado más taciturno e irascible al volver a América para completar el segundo semestre con él primer tatuaje en su cuerpo.
Joe se preguntaba si acaso aquellas no había sido el momento en el que comenzó a perderlo de verdad.
Mayo 2021
La primera vez que sintió algo por un chico fue a los 16.Fue por culpa del castaño. Fue luego del primer partido que jugaron como oficiales en decimo grado. Nathan era de los populares, A joe por entonces ya casi nadie lo molestaba por influencia del castaño, cuya aura taciturna había había hecho que los invitaran a cada fiesta que se hacía, solían pasarse por ellas, pero el castaño no era de bailar demasiado, se sentaba, miraba el terreno y con suerte besaba alguna chica, solo si era alguna chica en la que Joe hubiera puesto interés alguna vez.
Porque si, por norma general Nathan no salía con sus compañeras de colegio, salvo que Joe le confesara su interés por alguna, entonces empezaba su cacería insaciable por ir detrás de la chica en cuestión y no terminaba hasta no haberla enamorado y romperle el corazón. En parte era una de las razones por la que Joe no había tenido muchas novias, ahora que lo pesaba el castaño había sido u capullo todos esos años con él, se pasaba por el culo lo de no mires a la mujer que le gusta a tu amigo, de hecho, parecía ser a la únicas en las que Nathan ponía el ojo. Solo que a Joe ninguna le había importado lo suficiente para que aquello le molestara, nunca habían pasado de ser lindas, el castaño se encargaba de ocupar todo su tiempo.
Razón por la que los años siguientes hubieran acabado durmiendo en la misma cama en cada maldita fiesta, aquello debía haberle dicho algo, como que su relación no era del todo normal. Que Joe se había acostado con mujeres, pero cuando terminaba se levanta y salía en busca de su mejor amigo y acababan durmiendo en la misma cama "para cuidarse" era la explicación lógica que siempre se daba a si mismo. él cuidaba a Nathan de sus pesadillas y de sí mismo, y el castaño cuidaba de él.
Era la explicación que le dio el castaño cuando en una fiesta a sus 16 le tocó elegir con quien jugar a 5 minutos en el cielo y lo eligió a él.
-¿Qué estas haciendo? Le había preguntado Joe nervioso sentándose en el borde de la tina.
-Te estoy cuidando.-le había dicho luego de cerrar la puerta del baño que habían elegido para el juego. El castaño había apoyado su espalda en la puerta y lo miraba con sus ojos oscuros y aburridos mientras se ponía a fumar para matar el tiempo. Eso creía Joe o quizás fuera porque por entonces ya era un adicto al tabaco, Joe no estaba seguro.
-¿de que? Quería besarla. -Se había quejado Joe que había estado a anda de besar a su hasta entonces platónica de no ser porque el castaño lo había arrastrado hasta allí con él.
- tenía herpes. .-soltó una bocanada de humo con calma y descruzó las piernas para acercarse a su mejor amigo, se acuclillo entre sus piernas y puso su mano libre en uno de sus muslos para mirarlo.
-¿como lo sabes? -preguntó Joe Bajito siguiendo el tacto del castaño. No era raro que Nathan lo tocara. El castaño siempre lo hacia pero despertaba en él todo un revuelo de emociones entrecortadas que se obligaba a apartar todo el tiempo.
-Ya lo he tenido.-Se encogió de hombros el castaño y eso había despertado un volcán en el ojiazul. ¿Si el podía agarrárselo compartiendo saliva con cualquiera por que él no? De pronto se sentía molesto con el castaño.
-¡no me importa el herpes!- tengo casi 16 se supone que ya debería haber dado mi primer beso-Se quejó el ojiazul sorprendiendo al castaño.
-¿Todo el escandalo por un beso?-le preguntó Nathan apagando su cigarrillo junto al ojiazul.
-ya no quiero ser el único que no ha besado, viky ha besado y tiene 12 Nate, me estoy quedando atrás, todos empiezan a habla...-Joe no terminó su perorata histérica por el simple hecho de que fueron un par de suaves labios los que los interrumpieron y en vez de apartarlo como había supuesto que haría, se quedó en su sitio sintiendo aquellos labios rosar los suyos con suavidad. Fue un beso corto pero que había hecho estallar un sinfín de fuegos artificiales en su estómago. Un sinfín de dudas. Luego Nathan se había alejado para volver a fumar y ninguno volvió a mencionar el tema.
Nathan le había robado su primer beso.
En esos momentos tumbado en la cama, se preguntaba cómo era posible que no se hubiera dado cuenta de que sentía algo más allá de una amistad por su amigo. Las situaciones tensas siempre las había adjudicado a al alcohol o su imaginación que cuando intentaba hablarle de ello el castaño lo mandaba a callar o a la mierda. Y por norma general se preocupaba más por evitar que su amigo se metiera en problemas que por si pudieran sentir algo el uno por el otro.
Que siempre había pensado que se debía a que no le gustaban los hombres, Joe tampoco había estado seguro de que le gustaran los hombres, y se repetía a si mismo que confundía la amistad con otros sentimientos.
Supiró con sus manos entrelazadas en su vientre, mirando hacia atrás se dio cuenta de que nunca había estado confundido al respecto, simplemente nunca había sentido una amistado por el castaño.
Había pasado los últimos 10 años de su vida enamorado de ese idiota.
¿Cómo era posible que no se hubiera dado cuenta hasta entonces?
¿Qué otro amigo hubiera soportado el sin fin de idioteces que le había hecho?
Le había perdonado tantas cosas, como que lo golpeara, que le mintiera, que lo tratara como basura cuando tenía sus momentos de furia, en cierta ocasión hasta tuvo que perdonarle que le robara a sus padres y Joe había sacado dinero de sus ahorros para reponerlo y que nadie lo notara, el maldito ni siquiera lo había negado, solo había ido a pedirle disculpas, seguro de que iba a perdonarlo, porque Joe siempre lo perdonaba sin importar lo que hiciera, siempre lo justificaba, siempre intentaba perdonarlo, y por mucho que en esos momentos su cabeza intentara excusarlo el dolor en su pecho no dejaba lugar al perdón.
No podía, por mucho que quisiera no podía entender por qué lo había hecho ¿Por qué le había hecho eso a él?
Estaba dándole tantas vueltas al asunto como vueltas daba en su cama en ese momento, de verdad se estaba esforzando por encontrar una manera de justificarlo y entonces la idea le llegó a su mente como una nube oscura sobre su cabeza.
Nunca quiso estar conmigo. Se dio cuenta, no es que no le gusten los chicos, simplemente no le gusto yo.
ese pensamiento hacía que todo cuadrara en su cabeza ¿Por qué si no le había negado su bisexualidad por años? ¿Por qué se había enfadado tanto antes de besarlo? Lo había llamado enfermo, había dicho que sentir algo por él era enfermizo y luego había intentado por todos los medios no salir con él, joe lo había presionado, era consciente de eso,
¿y si le gustaba ese otro con el que lo había engañado?
Dios, tal vez simplemente estaba con él para no arruinar su amistad, siempre lo había llamado hermano.
¿y si de verdad Nathan solo sentía un amor fraternal por él?
¿y si era él el que se estaba interponiendo entre Nathan y su verdadero amor?
Perder al castaño dolía, pero no tanto como la idea de que en verdad el chico no sintiera lo mismo por él.
¿Y si él era el villano?
Sintió su rostro mojado y al alzar su mano hasta sus mejillas se dio cuenta de que estaba llorando.
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