Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

💎40💎

Aquí yo empezando la segunda tanda de actualizaciones, sí, sé que no se suponía que volviera tan pronto, pero es que los he echado mucho de menos. No podía esperar otros 15 días para actualizar, así que aquí estoy escribiendo de contrabando y rompiendo mis propias reglas jajaj 

Y entonces ....aquí estamos justo donde habíamos quedado. 

 Recomendación, poner una canción muy triste. Acepto recomendaciones, aún no encuentro una que me llene para este cap.

PD: Los amo!  

Joe llevaba lo que parecían siglos observando al castaño sin mover un solo musculo de su cuerpo, las palabras aun resonando en sus oídos parecían no tener sentido.

"te engañé"

Nathan aún  llevaba puesta su sudadera y olía a alcohol.

Había estado bebiendo.

De hecho parecía que el castaño apenas se tenía en pie en esos momentos.

—¿Qué? —Le dijo tensándose mientras su cerebro intentaba procesar la situación.

¿Cómo?

No. No era cierto.

¿Él  qué?

Miró a aquellos ojos negros que conocía tan bien y que en aquellos momentos apenas si conseguían mantenerle la vista.

—yo... yo no sé qué pasó. Te juro que no quise...yo...—Nathan balbuceaba nervioso.

¿Era en serio?

De pronto El ojiazul comenzó a reírse de forma nerviosa

¿Era broma cierto?

Que alguien le pellizcara porque debía estar soñando. De hecho aquello se sentía bastante como una pesadilla.

—¿Joe...? Por favor di algo.

Sintió una punzada de dolor en el pecho y toda la adrenalina subió a su cerebro explotando en forma de ira.

—¡JA! ¿No quisiste? ¡Dios Nathan ! ¿Cómo que No quisiste? ¿Qué diablos pasó entonces? ¿Te caíste y se te resbalaron los pantalones? ¡Maldita sea!—Le dijo estirándose los cabellos.

—Joie, por favor.—El castaño intentó tomarle las manos para que no se lastimara.

Dios, Nathan no quería que joe se lastimara por su culpa.

De todas las personas a las que había lastimado en su vida. No. No él. No... ¿Qué había hecho?

Claude se había acercado a él, Nathan no había querido cagarla. De verdad no había querido. No supo por que sus labios acabaron buscando la boca de su tio, pero lo había hecho.

Él lo había buscado.

Había sido su error.

No entendía que demonios pasaba con él.

¿Por qué  demonios tenía que joderla tantas veces?

Algo estaba muy mal dentro suyo, lo supo en el momento en el que dejó que el mayor lo tumbara en la cama y lo besara. Que lo tocara... se suponía que el no quería eso no ¿Por qué no lo detuvo? 

Ya no era un puto crío que solo dejaba que las cosas pasaran... ¿entonces por qué?

Cerró los ojos y se sintió completamente asqueado de si mismo al recordar lo duro que se puso al sentir la mano de claude metiéndose en sus pantalones.

—Lo siento.—murmuró sintiendo las lágrimas humedecían sus propias mejillas. —Joie, lo siento tanto yo...

— ¡No me toques!—Lo apartó, dios. Que una parte de él quería golpearlo. Lo miró, tenía los ojos enrojecidos, si estaba colocado o era el llanto no tenía idea.

Ver a Nathan llorando le despertaba el instinto de querer correr a abrazarlo, pero es que en ese momento le dolía tanto que también quería verlo llorar.

¿Se podía querer a alguien tanto al punto de querer odiarlo a la vez?

—Vete. Solo... vete, Nathan.

—No. Lo siento. Joie... Por favor escúchame. Hablemos.

—¿Qué te escuche? ¡Ja!—Sintió sus propias lagrimas de rabia amenazando con escapar y se pasó uno de los puños por los ojos con más fuerza de la necesaria.

Estaba tan enojado. Dios, necesitaba romper algo, de preferencia la cara del castaño, o mejor, la cara de quien sea con el que se hubiera acostado su novio.

—¿Qué quieres que escuche? ¿los detalles? A ver dime. ¿A quién te follaste?¡ Vamos dimelo! ¿Quiero todos los malditos detalles? ¿se la chupaste? ¿Donde lo hicieron? ¿te lo hizo mejor que yo? ¡Vamos, maldita sea dime!—Le gritó y no supo en que momento lo tomó de los brazos para sacudirlo.

—Joe, por favor para...—Le pidió haciendo que el ojiazul tomara conciencia de lo que estaba haciendo.

Sorprendido de si mismo se miró las manos donde tenía prisionero al castaño, por la mueca en el rostro de Nathan supo que le estaba haciendo daño.

Diablos, él no era así.

Él no lastimaba a las personas, aflojó su agarre y sin soltarlo se acercó a su boca para besarlo hasta que sus propios labios se adormecieron, ese chico sacaba lo peor de él.

Movido por los celos sus manos fueron al cuerpo del otro buscando su piel, invadían su cuerpo de forma violenta, se clavaban tirando de su ropa como si quisiera desnudarlo a media calle.

—Espera... aush, Joe, para, me lastimas. Para...—Le rogó cortando el beso mientras el ojiazul insistía en devorar su boca profundizando por la fuerza el beso— ¡Que pares! —Lo empujó sacándose al ojiazul de encima con la respiración agitada. Su labio inferior sangraba, se lo había cortado en el forcejeo con su propio pircing.

—Joe...

El oijiazul no lo miraba a él, tenía el ceño fruncido con sus ojos clavados en su cuello y parte de su hombro que había quedado a la vista.

El tirón acabó desgarrando el cuello de la sudadera dejando a la vista parte de la pálida piel del castaño donde relucían las marcas rojas que joe estaba seguro de no haberle dejado.

Que conocía cada chupon que le dejaba al castaño, cada maldito centímetro de su piel tatuada.

El ojiazul iba a matarlo. Pasó su mano nervioso sobre las marcas en su cuello. Nunca le había molestado que Joe se los hiciera, su novio era celoso y le gustaba marcarlo constantemente, de hecho, no recordaba un solo día sin ellos desde que estaban juntos, cada vez que comenzaban a aclararse demasiado le dejaba otro par.

Jack le había dicho que no daba buen aspecto en una ocasión que los había visto, le había recomendado discreción. Pero a él no le importaba, le gustaba tener el recuerdo constante de su novio en la piel y a Joe le gustaba dejárselos.

Era algo suyo, un código entre ellos. Su manera de sentirse uno del otro, dios, lo había traicionado, Joe lo miraba como si no pudiera creerlo.

—Dejaste que te marcara, que otro te marcara—Le dijo con voz dolida.

—lo siento.

—por eso viniste a decírmelo. ¿no? Porque sabías que iba a darme cuenta.—Lo acusó.

Nathan desvío la vista.

—¿me lo hubieras dicho si no?

Nathan no contestó y esa fue toda la respuesta que el ojiazul necesitó.

No era cierto.

No podía estar pasando eso.

Se pasó la mano por la boca exasperado. Sujetando su propia lengua para no insultarlo.

—¿quién fue?—Preguntó obligándose a mantener la voz calma.

Nathan se quedó en silencio.

—¡Respóndeme! Maldita sea!

El castaño cerró los ojos mordiendo sus labios para aguantar las ganas de llorar.

Joe nunca lo había visto con tanto desprecio en su vida, aquella mirada asqueada dolía más que cualquier palabra que pudiera decirle.

Al Diablos. No podía, no podía tocarlo sin pensar en quien había tocado antes, si le había gustado, dios, si lo habría llevado al orgasmo gimiendo de aquel modo que Joe tan bien conocía.

No, pensar que otro había disfrutado de su piel, de su cuerpo, no podía soportarlo, lo sentía tan sucio.

—¿sabes que es lo más graciosos?—Preguntó con una sonrisa desganada— que mientras te tirabas a alguien más yo me pasé la tarde pensando en ti. Yo de verdad tomé en serio lo nuestro, puede que te valga mierda la vida y las personas, y seas un gilipollas de mierda egoísta al que no le importe un carajo nada que no pase por su ombligo. Pero yo no soy como tu. Tu si me importas.

— Tu también me importas. No digas que no me importas... No es así, Joe, tuve un mal día, lo juro —balbuceó haciendo que el ojiazul negara con la cabeza.

—¿un mal día? Un mal día dices, ¿cada vez que tengas un mal día vas a ir a emborracharte y cogerte a alguien distinto? Es eso lo que quieres decir... y todo porque te importo. Porque según tu joder a los que te quieren esta bien ¿no? Eres un maldito desgraciado. ¿Siquiera te escuchas?

—No joe, no. Yo no.—Las palabras se ahogaron en su garganta ¿Qué podía decirle? Si cada maldita palabra que salía de su novio estaba más que justificada.

—¿no lo hiciste?

—No lo entiendes.

—¡No!. Tienes razón, ¿y sabes por qué? ¡Por qué para mi no hay otro! ¡Yo de verdad no quería a nadie más en mi vida que no fueras tu, Nathan!

—Yo tampoco quiero a nadie mas a parte de ti, joe. —intentó tomarle las manos pero el ojiazul lo apartó con asco.

—Vete a la mierda. —Le dijo apartándolo.—Ve a que te folle otro, ve a drogarte, ve a hacer lo que se te venga en gana, solo vete. Yo solo ...No puedo. No quiero verte más.

—Por favor... Perdóname. Te amo.—le soltó desesperado. ¿No se suponían que esas eran palabras mágicas de por sí?—Te juro que te amo.

Joe lo miró incrédulo.

No.

No podía decirle eso en ese momento.

Se agarró la barbilla frustrado, quería perdonarlo, si, pero las marcas en el cuello de su chico le recordaban que no era solo "su chico" diablos, se volteó frustrado para no verlo.

Estaba tan furioso...

—Dime con quien me cagaste, al menos dímelo para que vaya a romperle la cara.

—no.

—¡Dios mío!—Joe suspiró incrédulo.—ni siquiera puedes verme a la cara y decirme a quien puta te follaste. Eres una maldita puta. Me cagas y me pides perdón, pero ni siquiera te arrepientes. ¿Cómo puedes siquiera decir que me amas?

—Porque lo hago con todo mi corazón, por favor, créeme.

—Entonces dímelo.

—no puedo Joe. Te juro que no puedo. Por favor.

—¿Por qué lo proteges?

Nathan desvió la vista.

—Genial. Esto es mi culpa.

—Joe, de que hablas...?

—De que te conozco de toda la puta vida, no debí confiar en ti, es mi puta culpa. Soy un estúpido por fiarme de ti. ¿tanto te costaba mantener tu pene en tus pantalones? Creí que teníamos buen sexo, ¿tan insuficiente soy para ti?

—no, joe... tu no eres insuficiente. ..

—¿Entonces por qué? ¿cómo pudiste hacerme esto a mí? ¿Por qué así? ¿Te aburriste de mí? El sexo se hizo rutinario. ¿¡qué demonios te pasó por la cabeza para hacerme esto!?

—¡No lo sé! por favor... te prometo que no va a pasar de nuevo, lo prometo...

—no claro que no va pasar, Nate, porque no te perdono una mierda. Se supone que soy tu puto mejor amigo ¿te importa siquiera? No soy el tipo al que conociste en una app con el que empezaste a salir y te pusiste de novio. Era tu puto mejor amigo ¡Si ya no me querías tenías que respetarme y decírmelo a la cara antes de tirarte a otro!

—Yo te quiero, Joe. No me volveré a acostar con nadie más lo prometo .. .joe.

—No se trata de que te acuestes con otro. No es el sexo. Es que me traicionaste. Te pasaste por el culo 10 años de amistad en una follada. —Joe bajó la vista a sus pies y en tono más bajo añadió— Yo...No puedo perdonarte. Me das asco, Nate. No confío en ti. No puedo... 

—Joie, por favor... — y sin saber que más intentar se lanzó a besarlo uniendo su frente a la de su mejor amigo.

—Elliot. 

El ojiazul se apartó de un salto del cuerpo del castaño, como si acabaran de electrocutarlo, si era por la repulsión que le causaba en ese momento su compañero o por la puerta abriéndose a su espaldas. Nathan no supo decirlo. 

La puerta... Los adolescentes desviaron con horror la vista a la entrada de la casa para encontrarse con un  coronel Wood que los miraba sin expresión alguna en su rostro.

Oh dios. No, su padre acababa de verlo besándose con otro hombre. 

—Entra a la casa ahora. —Dijo el hombre mayor haciendo que el ojiazul se pusiera pálido y todas las alarmas se encendieron en los muchachos.

No había una maldita manera en la que pudiera fingir que no se estuvieran besando e Instintivamente se puso delante de Nathan para cubrirlo de la ira del coronel que vendría, Joe estaba seguro de que vendría. pero para su asombro no hizo más que lanzarle una mirada de advertencia y rehacer sus pasos al interior de su hogar.

—Vete Nathan. —Murmuró Joe sin apartar la vista de donde su padre acababa de desaparecer. Eso era malo. Eso definitivamente debía de ser malo. 

—No. —los ojos de Nate se desviaron hacia la puerta.—No te dejaré solo con él. 

—¿ahora te importo? ¡Debiste pensarlo antes de venir a hacer un puto escándalo a la puerta de mi casa! ¡Como se te ocurre besarme!

—¡Tú me besaste primero! —Se defendió el castaño entrando en pánico.

—¡Y ese fue el maldito mayor error de mi puta vida!—Le gritó de nuevo quedándose sin aliento. 

Los muchachos se quedaron unos segundos en un silencio incomodo hasta que el castaño se atrevió a romperlo.

—De acuerdo. — Respiró profundo para calmarse y luego lo tomó de la mano deteniéndolo en su camino al interior. — goléame si quieres, grítame, nisultame, haz lo que quieras pero Joe por favor no vayas con él. Ven a casa conmigo. Deja que se calme. Hablaremos con él. Mis padres...Nosotros. Lo solucionaremos joe por favor..

Nathan había visto las veces en las que aquel hombre golpeaba a su hijo. Y de solo pensar que los había visto besarse ...

No podía dejarlo. No allí.

—Dios deja de meter a otros en tus mierdas ¿no lo ves? No existe más un nosotros. Se acabó. deja en paz a tus padres, déjame en paz. Me cansé de toda tu mierda. No ves que ya me has jodido la vida ¿Qué más quieres? —Alzó el mano exasperado y volvió a bajarla. — no pensaste en mi cuando me engañaste, ni pensaste en mi al venir aquí así que... Solo vete y déjame en paz.

—Joie... no puedo dejarte, no me pidas eso...

Los ojos azules del menor se clavaron en el inglés y lo que vio en ellos fue devastador para el castaño. —Si de verdad me quieres, solo un poco de lo que dices te iras ahora mismo. Se acabó. 

Esto es todo por ahora, espero les haya gustado. Un poco corto pero bueno, por algo se empieza, besitos con sabor a melocotón para todos 🖤

Pd de la pd: actualicé la portada ¿que opinan?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro