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💎28💎


El mediodía llegó con los chicos acurrucados aún en el cuarto del castaño y con eso Billy se ofreció a llevar al ojiazul a su casa, Nathan se había negado al principio, pero al final Joe lo convenció que de cualquier modo debía irse antes de que sus padres comenzaran a notar su ausencia.

Suspiró y le depositó un último beso antes de que se marchara. Diablos, Billy había insistido en que Nathan se quedara, lo que significaba que Jack quería hablar con él a solas. Habían usado más de una vez esa treta, era su manera de acorralarlo.

-¿Podemos hablar? -Preguntó Jack.

Nathan que se había quedado sentado en su cuarto aún con el mando a distancia en la mano, gruñó algo parecido a una respuesta afirmativa.

-¿Cómo estás? -Nathan se encogió de hombros y volvió a cambiar de canal sin despegar los ojos del televisor.

-No sabía que te gustaran los chicos.

El castaño volvió a encogerse de hombros pasando a un canal de música, honestamente no estaba prestando atención al televisor, solo intentaba ignorar a su padre.

-¿Podrías verme a la cara cuando te hablo?

Suspiró y apagó el televisor antes de girarse de brazos cruzados y alzar una de sus cejas en una interrogación silenciosa.

-¿Te quiero sabes? - Nathan rodó los ojos y no respondió a eso - papá decía la verdad sobre que te apoyamos, solo quiero saber que sabes lo que estás haciendo. No es fácil ser gay en el mundo. Ni siquiera hoy en día lo es, y no sé cuándo lo será, tal vez algún día, pero debes saber que las cosas se te pondrán difíciles. Si mañana sales y le dices al mundo que eres gay tienes que estar seguro de eso, porque no te lo pondrán nada fácil allá afuera.

- ¡JA! ¿Y crees que teniendo dos padres si te lo ponen fácil?

Jack bajó la vista al suelo culpable y luego volvió a ver a su hijo.

- ¿Esto... Es por mi culpa?-Soltó el mayor de los castaños luego de unos momentos y eso hizo que la calma se fuera a la mierda.

-¿Te oyes? ¿realmente crees que el mundo gira en torno a ti?¿Eh? -Que Nathan había cargado con mucha mierda por culpa de sus padres, pero eso, eso era algo que nada tenía que ver ni con Jack, ni con la loca de su madre -. Lamento decírtelo, pero aunque no lo creas el puto mundo no orbita a tu alrededor.

-no quise decir eso...

-No, claro que no. Quisiste decir que Estás casado con un hombre, pero si yo salgo con uno es un error ¿no? Porque todo lo que yo hago es una jodida mierda.

-Nunca dije eso. -le dijo dolido. -Estoy feliz por ustedes. De verdad. Solo me preocupa que con tu situación puedas aguantar la presión de la decisión que estas tomando.

-¿Mi situación? -Nathan se carcajeó sin ganas y se pasó las manos con frustración por el rostro. -Te refieres a que tu hijo es un ¿puto? ¿loco? ¿adicto? ¿A qué situación te refieres exactamente? Porque tú nunca ves nada.

Jack puso mala cara y desvió la vista por un segundo.

- Ya no sé ni como hablarte. Solo quisiera saber que te hice para que me odies tanto. Hice lo que pude, lo siento ¿sí? intenté ser un buen padre, no es fácil cuando tuviste un padre de mierda de ejemplo. Trato de ser un padre comprensivo, pero no tengo idea de lo que es tener uno, así que te perdón, no se como hacer esto ¿Tienes idea de lo que hubiera hecho mi padre si yo le contestaba una mínima parte de lo que tú me contestas a mí? Me hubiera molido a golpes hasta dejarme inconsciente, y trato, trato de no pegarte, porque lo primero que quiero hacer es sacar un cinto y molerte a golpe cada vez que te mandas una cagada, pero no, he sido comprensivo y no te he hecho nada, ¡nunca! Nunca he hecho nada para que me detestes tanto.

-Ese es el maldito problema. ¡Tú nunca haces nada! Dejas que todos hagan las cosas por ti, ni siquiera entiendo qué demonios te preocupa ahora, si el que se ha hecho cargo de mí siempre ha sido Bill, a ti siempre te ha dado igual lo que me pasa. Podría estar muerto que te daría lo mismo, o no, puede que incluso estuvieras mejor. Eres un padre de puta madre Jack, tú y mamá... -Nathan le sonrió sin ganas antes de levantarse y agarrar su chaqueta. -al menos ella está loca, tu solo estas demasiado ocupado en ti mismo. ¿Te preguntas por que no te quiera eh? Es la misma pregunta que me hacia cada maldita mañana que amanecía en Liverpool, cada maldita vez que alguien me preguntaba por que mi padre ni siquiera llamaba a ver como estaba. Cada maldito dia del padre que estabas demasiado ocupado o no conseguís vuelo, puedo seguir con navidades y cumpleaños pero tu ya sabes a que me refiero ¿no?

-Era demasiado joven, Nathaniel y estaba asustado...-Le dijo con culpa.

-Eras joven y estabas asustado. -Asintió Nathan y sonrió de forma cínica -¿ dime que hago? ¿Te abrazo y te doy las gracias? ¡ Yo Era un maldito niño aterrado que no tenía a nadie!-le dijo apretando los dientes con rabia y un par de lagrimas traicioneras se deslizaron por sus mejillas. -¿QUIERES SABER CUAL FUE TU PUTO ERROR? ¡¿De verdad quieres saberlo?! ¡tenerme! ¡tu fuiste el que se cogió una loca sin condón y luego no tuvo las bolas de hacerse cargo! Yo no te obligué a hacerlo, nunca pedí venir a este mundo de mierda, no tendrías que haber tenido un hijo que no querías, lo único que has hecho es que Toda mi maldita vida sintiera que había hecho algo mal solo por haber nacido. Me odiaba ¿entiendes eso? A veces aun lo hago, hay días que odio cada segundo que respiro por un error que ni si quiera fue mío.

-Nathaniel...yo...

-¿Olvídalo quieres? Ya no me importa. Dejó de importarme hace tiempo. que te deje de importar a ti también. No necesito un padre, estoy bien solo.

-¡Nathaniel Espera! -Lo llamó Jack, pero el castaño lo ignoró, y salió de la casa, ya tenía suficiente con lo que lidiar para un día como para remover los traumas de su infancia. Se limpió las lagrima y salió a la calle.

Carajo. Carajo. Carajo. Gruñó mientras se enjuagaba los ojos donde nuevas lágrimas ocupaban el lugar de las anteriores.

Por eso odiaba hablar con su padre.

Para las 4p.M Nathan esperaba en la esquina de la dirección que le había pasado el chico Zig, habían intercambiado números la noche anterior.
bufó, Iba con un humor de perros para esa hora y el chico en cuestión no aparecía.

- ¡kohai! -Saltó alguien sobre su espalda con voz alegre.

El castaño gruñó y lo dejó caer sin el menor amago por sujetarlo.
Era Zig.

Diablos , el tipo no le caía mal pero no le gustaba que lo abordaran de aquella forma.

-Humm...-Gruñó Nathan.

-Anoche te desapareciste y no volví a verte. Quería divertirme contigo.

-Me fui temprano.-Se excusó tomando distancia.-mi...novio tuvo problemas.

-¿novio?-el chico abrió los ojos con sorpresa. -Vaya, no sabía que eras un tipo comprometido.-Sopló entre sus dientes con un pequeño mohín de fastidio y Nathan se encogió de hombros.
-De acuerdo. Al asunto. Ven, es por aquí.-Le dijo guiándolo a través de una vieja vía de ferrocarril. Se encontraban pasando la zona industrial. No era la primera vez que el castaño pisaba esas callejuelas estrechas pero tampoco era su sitio favorito. Por instinto ocultó su móvil consiguiendo que el chico que caminaba dos pasos delante de él se riera de forma nada disimulada .

-Tranquilo, princesa Kohai. Estas conmigo.-Le dijo saludando a un par de chicos que aspiraban en una esquina.-No prometo que sean buenos contigo luego pero... -Se encogió de hombros y lo guió a lo que parecía una fabrica abandonada.-Bienvenido a la perrera .

-¿Qué?

-Pasa, tranquilo. No muerden.-le dijo el chico abriéndole paso por un pasillo. Tardó un momento en comprender hasta que el ruido de varios gruñidos le llegaron de los costados.
Perros, perros enjaulados con bozales gruñían a medida que avanzaban.

-Tu trabajo es limpiarlos y darles de comer. No deberían ser problema- dijo yendo hasta un viejo escritorio de chapa que parecía haber sido robado de algún colegio abandonado. Sacó una llave, abrió el cajón del escritorio de metal y sacó otro manojo de llaves pequeñas de él que pertenecían a las jaulas seguido de un fajo de dinero envuelto en papel marrón.

-Aquí está tu dinero. Lo que acordamos. Si te vas sin hacer el trabajo. Haré que mis chicos te coman. -le dijo mirando la hora de forma distraída.- Ash dijo que eras de fiar así que Iré a hacer un par de cosas que llevo pendiente. Aquí hay comida para ellos-dijo pateando una bolsa amarilla de 25 kg de alimento balanceado. -Deben de estar hambrientos. Échales un puñado a cada uno.

-a que si... tienen hambre.-puso voz chistosa acercando la cara a la jaula más cercana. El animal, que se parecia mucho a un toro rabioso no tardó en abalanzarse contra los barrotes mordiéndolos y produciendo un sonido metálico que tuvo al castaño dando un paso atrás.

Mierda, mierda. Mierda.

Zig volvió a girarse al castaño con una sonrisa como si no acabara de atusar una bestia mortal hacia segundos .

-Los dejamos sin comer un par de días antes de cada pelea. Anoche ya cumplieron. Estuvieron bien, salvo por garra, la pobre mordió el polvo. Era buen bicho, como sea. -Zig sacó un arma del mismo cajón y Nathan se tensó. -¿Sabes usarla? Solo jala el gatillo. Ya sabes, muerte digna y eso. Está en el cuarto de atrás- indicó una puerta a su espalda-, cuando lo hagas lleva el cuerpo a la heladera y puedes irte. Pit se encarga de lo otro, llega sobre las ocho. Deja todo limpio y eso es todo. Como sea , me voy. Te dejo con los chicos. Si señor. Sean buenos niños.-dijo Zig pasando su mano por los barrotes mientras avanzaba a la salida, los perros en sus celdas empezaron a lardear salivando rabiosos por los costados de los bozales en su intento por comerse al chico que los provocaba.

La puerta por la que entraron se cerró de golpe y Nathan se quedó solo en aquel sitio iluminado por la mortecina luz que pendía de una lampara solitaria en el techo.

Agarró el sobre y lo revisó, el dinero parecía estar completo.
Se lo metió en el bolsillo y miró a los lados.

Es solo limpiar, se dijo. Solo limpiar.

El sitio olía jodidamente a mierda, perro y algo más desagradable que no estaba seguro de querer averiguar.

Agarró la escoba, la pala y revisó entre los artículos de limpieza que Zig le había dejado para ponerse a trabajar. No había un solo puto aromatizador, se dio cuenta con el ceño fruncido ¿cómo demonios podían no tener un solo puto aromatizador de ambientes en un sitio tan apestoso? a su papá le hubiera dado un ataque.

A tu papá le daría un ataque si supiera que estás aquí en primer lugar, se recordó a si mismo mientras se ponía manos a la obra.

Dos horas, juntando mierda, después, el sitio seguía oliendo a mil demonios, pero al menos había cumplido con la tarea de limpiar y alimentarlos. Solo faltaba...

Miró sobre su hombro el arma que Zig le había dejado.

Tomó el aparato mortal con cuidado como si le fuera a explotar en la cara en cualquier momento. Solo jala el gatillo, había dicho, Nathan la probó acomodándola en sus manos como había visto en las películas. Casi se sintió Keanu Reeves, al menos hasta que se le escapó un disparo que quedó incrustado en la pared frente a él y por poco no de un infarto.

-¡carajo! ¡carajo! ¡carajo!.-Maldijo mientras los perros en sus jaulas se alteraban y comenzaban a ladrar. Nathan volvió a dejar el arma en el escritorio y se agarró la cabeza frustrado. Ya casi terminaba con eso. Ya casi.

¡Maldita sea!

Se mordió el labio inferior con fuerza hasta probar su propia sangre y maldijo de nuevo. No tenía opciones, el tiempo se había agotado. Tenía que terminar aquello a como diera lugar, no había tiempo a planes B.
Suspiró, respiró profundo 3 veces más y volvió a tomar el arma antes de dirigirse a la puerta que le había indicado Zig.

Al abrirlo se encontró con un animal prácticamente destrozado, había partes de su piel completamente en carne viva, todo su cuerpo estaba manchado de sangre, y parecía faltarle pedazos de piel por todos lados, iba con bozal, aunque no parecía nada dispuesto a defenderse. Diablos. ¿Parecía un pitbull? Nathan no quería verlo demasiado.

es piedad se recordó, cerró los ojos apuntando y giró la cara. el arma tembló en su mano. A la de tres, se prometió a si mismo.

Uno...
Dos...

Dos y medio.
Tres.

¡Maldición!

Sus dedos no se movieron.

¿ Que demonios?

No podía.

Salió de nuevo del cuarto, y cerrando tras de si se apoyó sobre la puerta mientras pensaba.

Dejó el arma nuevamente en su sitio y fue hasta el freezer que le había indicado Zig, algo le decía que no quería abrirlo, pero de todos modos lo hizo y demonios.
lo que encontró allí lo tuvo devolviendo el desayuno.

Pedazos de animales sacrificados con anterioridad y despedazados para servir de comida a los vivos. En cuanto se dio cuenta de eso, no pudo soportarlo más.

Se dobló en dos y vomitó a un costado del freezer.

Carajo. Carajo. Carajo.
¡Al demonio!

Volvió a bajar la tapa, corrió hasta la puerta que había dejado atrás antes, otra vez hasta el animal herido. Se quitó la chaqueta y la envolvió en ella para levantarla del suelo ganándose un gruñido de amenaza por parte de la perra.

-Tranquila muñeca, te prometo que vas a estar bien. -Le dijo poniéndose de pie con el animal en brazos.

¿Ahora que iba a hacer?

¡Al carajo!

a él deberían de haberle pagado por meterse en problemas y hubiera sido jodidamente rico.
Con esfuerzo se las arregló para sacar su móvil y marcar al primer contacto.

-¿Hola? -La voz filtrada de Joe no tardó en llenar la habitación. -No puedo hablar ahora.

-Necesito que me vengas a buscar, es una emergencia. Por favor.-Le dijo viendo el animal en sus brazos.

-¿Estás bien? -Joe sonaba preocupado y casi pudo jurar que el chico al otro lado de la línea ya estaba de pie.

-Te mando la dirección por mensaje.

Media hora después, el castaño se encontraba meciéndose nerviosamente en la esquina de la calle con el perro envuelto en un bulto en sus brazos hasta que por fin vio el Jeep de Joe aparecer por la esquina y suspiró de alivio.

-¿Qué demonios hacías aquí?-le gritó Joe asustado sin siquiera atreverse a apagar el coche. Que había oído cosas horribles de la zona industrial. .

Apenas Nathan subió, arrancó y salieron pitando de allí.

-Necesitamos ir a un veterinario. -le dijo Nathan cuando ya prácticamente iban saliendo de la zona más peligrosa de chicago.

-¿Qué?-Joe nervioso miró de reojo sin apartar la vista del todo del frente, que hasta que no saliera de aquel sitio no pensaba frenar ni aunque la vida se le fuera en ello.

- un veterinario. - insistió el castaño y entonces vio el bulto que cargaba .

-¿Qué haces con eso? ¿Un perro? ¿En que demonios estás metido ahora?

-Esta herida. No podía dejarla. La encontré.

Joe lo miró como si a su amigo acabara de salirle una segunda cabeza y sin embargo tecleó de forma rápida en el GPS buscando la dirección de la clínica veterinaria más cercana y siguió las indicaciones.

En cuanto llegaron, el sitio en cuestión se parecía más a un quiosco con un perro dibujado en una pared que parecía llevar años ahí abandonado, pero era todo o nada, aquella parecía la única veterinaria a kilómetros a la redonda.

Indecisos, los chicos se bajaron, no sin antes ponerle la traba a todas las puertas del coche. Que el hecho de que hubieran salido de la zona industrial no quería decir que se encontrar en zona segura para dos críos de suburbios como ellos.

Se acercaron hasta la entrada que parecía tapiada por dentro y el ojiazul fue el encargado de tocar el timbre ya que Nathan seguía con el animal en los brazos aun envuelto en su chaqueta.

-no hay nadie.-Dijo nervioso Nathan mirando para todos lados.

Joe se encogió de hombros y abrió los ojos como diciéndole "¿Y qué demonios quieres que haga?"

A lo que Nathan respondió con una mirada de "haz algo"

Joe bufó indignado, él estaba haciendo algo.

Si, eso era lo que tenía llevar años al lado de alguien, hasta podían discutir sin necesidad de abrir la boca.

Estúpido Nathan.

Joe volvió a insistir otras dos veces hasta que se abrió una puerta a un costado, donde una reja herrumbrosa los separaba de un hombre como de unos 50 y tantos de años que los veía con desconfianza.

-Necesitamos un veterinario, ¿sabe dónde está? -Dijo Nathan.

-Soy yo. ¿Qué ocurre? -el chico se acercó quitando un poco de la chaqueta que cubría al animal y las heridas quedaron a la vista haciendo que el hombre arrugara la frente. -¿Qué le han hecho?

-Nada. La encontramos. No podíamos dejarla. -Esa vez fue Joe el que habló repitiendo las palabras del castaño y los ojos desconfiados del viejo veterinario viajaron al ojiazul cuyo aire natural de chico bueno pareció convencerlo.

-Pasen. -Dijo mayor quitando el candado a la reja.

Nathan rodó los ojos, pero de todos modos entró seguido de Joe que no se apartaba de él.

-Son esos malditos de la zona industrial que organizan peleas de perros. -iba diciendo el hombre con puro odio saliendo del alma mientras los guiaba por un pasillo.

Joe volvió a interrogar al castaño con la vista ante aquella información, a lo que Nathan se limitaba a encogerse de hombros como diciendo "no tengo nada para decir" lo que bien sabía Joe que significaba "no tengo nada que te quiera decir".

Llegaron hasta un pequeño cuarto donde había montada una improvisada sala de cuidados con una camilla de metal de cuyo agujero central colgaba una maguera verde a rayas que daba a un balde, junto a esta había un pie porta suero y varias bandejas metálicas llenas de instrumentos quirúrgicos que parecían salidos del juego del miedo.

-Déjala en la camilla. -dijo el veterinario mientras se lavaba las manos en una vieja piletita de lavado amarillenta. Casi por instinto el castaño apretó el animal más a su pecho como si no quisiera soltarlo haciendo que el perro soltara un ligero lamento. -pueden esperar afuera.

Y esa era la manera amable de echarlos por lo que no le quedó más remedio que obedecer.

-¿Crees que sea de confianza? -Preguntó Nathan al rato viendo la puerta.

A lo que Joe se encogió de hombros, lo cierto era que nada de aquello le daba confianza pero no creía que esa fuera la respuesta que estaba buscando el castaño.

Los minutos pasaban y Nathan se movía nervioso por el pasillo, caminó hasta el ojiazul y se recostó a su lado.

-¿has visto como me ha mirado ahí afuera? -se quejó en un susurro intentando sacarle conversación para distraerse lo que solo sirvió para que se ganara una mirada de reproche del ojiazul -¿Qué? ¿tu también vas a mirarme como si fuera un delincuente?

-dime que carajo hacías en ese lugar y con ese animal. -le respondió Joe con el mismo tono.

-cosas.

-que no vas a decirme. -completó.

Nathan rodó los ojos.

- Para que lo sepas, puedo ser una mierda de persona, pero no lastimo inocentes. Menos a un animal. -gruñó ofendido antes de irse al otro lado de la sala.
¿ en serio Joe podía creer que él sería capaz de hacer algo como eso?

En lo que restó de lo que parecieron dos interminables horas, ninguno volvió a hablar, Nathan parecía ofendido y Joe no sabía si sentirse molesto porque el castaño le ocultara cosas o si debía disculparse por haberlo Acusado De algo como involucrarse en peleas de perros.

Que a veces no sabía ni que pensar de Nathan y en esos momentos para ser honestos, el ojiazul se sentía un poco molesto, un poco culpable.

-Está sedada -Los chicos levantaron la vista a la vez cuando el viejo veterinario salió a darles la noticia. -es normal si empieza a aullar o salivar, intentará levantarse y estará torpe intenten que no se golpeé. Lo ideal sería dejarla la noche en observación, pero verán que ya no atiendo-dijo el hombre. -Con que la vigilen estará bien. Manténganla con el bozal les aconsejo llevarla a un refugio, suelen ser perros muy agresivos y que no se quite los puntos que le he hecho. Necesitará curaciones una vez al día. Pero lo mejor es que se vayan ya, antes de que se ponga oscuro. Este sitio se pone peligroso apenas comienza a meterse el sol.

Nathan asintió, le pagó los 200 dólares que les cobró por los servicios y fue a por el perro, vio su chaqueta, se había arruinado. Diablos era de sus favoritas. De todos modos, volvió a usarla para envolver al animal y llevarlo como si fuera un bebé.

De camino a casa no volvió a dirigirle la palabra al ojiazul.
Joe suspiró sabiendo que el chico a su lado estaba ofendido. Por lo que voluntariamente se ofreció a parar en una tienda para ir por alimento y la lista de materiales para la curación que le había dado el veterinario.

Nathan se limitó a asentir mientras esperaba en el coche aun con el perro en brazos, que como había advertido el veterinario, apenas comenzar a despertar empezó a aullar como si le doliera.

Sin saber que hacer comenzó a acariciarla y mecerla un poco mientras le susurraba palabras de consuelo, no sabía si aquello funcionaba pero no tenía ni la más remota idea de que hacer, así estaba cuando Joe volvió de la tienda y no pudo evitar sentirse un mierda por haber insinuado que el castaño sería capaz de lastimar al animal.

Que la escena del castaño achuchando al animal herido era demasiado. ¿Cómo un tipo tan rudo como el castaño podía tener esas cosas ten...? Nathan.

Su castaño era único, o al menos a Joe así le parecía. Se lo quedó mirando un momento disfrutando de la imagen y luego se armó de valor para volver al coche.

-Siento lo que dije hoy.-Dijo ocupando nuevamente el asiento del conductor tras dejar los bolsos en la parte de atrás. Nathan se encogió de hombros. -Pero en serio ¿ que hacías en ese sitio? ¿Tienes idea de lo peligroso que es?

-Mataba cachorritos. -Dijo Nathan en tono ofendido sin apartar los ojos del animal que tenía en brazos. - ha sido mi fantasía sexual por años. ¿no te lo dije?

-si sabes que eso no es un cachorro, ¿no? A menos que espere que se transforme en clifford.

Nathan no respondió y joe suspiro poniendo en marcha el coche una vez más.

Dios, nathan y la ley del hielo 1, Joe 0.

Iban a mitad de camino cuando el móvil del castaño que iba en el salpicadero se ilumino con un mensaje de un numero agendado como Zig.

El castaño no le dio tiempo a ver de que se trataba y eso tuvo a Joe con el ceño fruncido el resto del viaje ¿ ahora se mensajeaba con ese tipo? Se mordió a si mismo para no preguntar.

Nathan le lanzó una mirada de soslayo a Joe antes de abrir el mensaje para asegurarse de que no estuviera viendo.

Era una sola línea

"Buen trabajo Kohai ¿pero donde está garra?"

❤🖤❤🖤❤

Hola mis amores!

Aquí está el capítulo que les debía por el dia de los inocentes! jiji
Gracias por la buena onda
LadyInPink94 tittina17
g

umvaa PaulitaBlanco DramaQueenALWAYS30 afterianasiempre22 larry_donut Eli_Chan_Fujoshi
No se si me he olvidado de alguien lo siento. Pero gracias por siempre estar apoyando esta historia. Los amo a todos, a los que comentan, a los que solo pasan dejando estrellitas y al fantasmas también☻

queria publicarlo ese mismo día pero bueno. me quedó un poco largo, 4000 palabras. El doble de lo que acostumbro, recompensa por la bromita.

espero lo disfruten ya saben, espero sus opiniones nos vemos. ❤❤❤

ya me puse emocional lo siento jaja *llora*

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