💎25💎
Joe sintió un montón de cuerpos cayendo sobre él para festejar el ultimo tochdown, sus piernas ardían en ese momento de tanto correr, alzó la vista. Toda la grada estallaba en gritos, había sido un partido duro, habían ganado y a pesar de eso, Zack lucía verdaderamente molesto. Vio al capitán sacarse el casco y arrojarlo al suelo antes de irse a de mal humor a los vestidores. Ni siquiera se quedó a estrechar la mano con el capitán del otro equipo.
Infantil de mierda, pensó con cierta alegría.
La banda del colegio comenzó a tocar mientras familiares y amigos comenzaban a moverse de sus asientos, unos a la salida, otros al campo para saludar a los jugadores, algunos pasaban y le palmeaban la espalda como si fuera el héroe del día, sin embargo, el verdadero Héroe seguía aun parado tras la valla observándolo y por primera vez comprendió aquello del mundo deteniéndose cuando quieres a alguien. Porque en el momento en el que su mirada conectó con la del castaño, el resto del mundo pasó a un segundo plano, Joe quería correr y estrecharlo en un abrazo y sin embargo el muchacho se limitó a hacerle un saludo militar y marcharse discretamente seguido del tal Zig.
¿A dónde demonios iban esos dos?
Frunció el ceño, pero antes de que un segundo pensamiento cruzara su cerebro, un diminuto cuerpo saltó sobre él enredando las piernas en sus caderas como un Koala. Por instinto la sujetó por la cintura para que no cayera al suelo.
Victoria.
-Eres el mejor, hermano mayor, pero si sigues siendo tan obvio nuestros padres se darán cuenta que te mueres por él-Le susurró hundiendo la nariz en su cuello para que nadie más la oyera.
Un par de chicos del otro equipo comenzaron a silbarle y gritarle lo "linda novia" que tenía.
Levantó el dedo medio en su dirección y por instinto ocultó a su hermana de la vista de aquellos degenerados.
¿Qué no veían que era solo una niña?
Miró de nuevo a las pequeña Wood y se preguntó si acaso había comenzado alguna clase de protesta contra la ropa. En esos momentos llevaba puesto unos pequeños shorts que le dejaban medio glúteo al aire. Completando su atuendo un pequeño crop top blanco y ceñido que no dejaba nada a la imaginación ¿Pero desde cuando su hermanita había comenzado a vestirse así? ¿Y sus padres como era que dejaron que fuera a un partido lleno de hombres hormonados prácticamente en cueros?
Se quito su camiseta y sin pensárselo demasiado se la pasó por la cabeza para cubrirla mientras "sus amigos" le gritaban cuñado.
-Hermano, esto apesta.-se quejó victoria.
-Póntela al menos que quieras que golpee a alguien por tu culpa. ¡¿Como demonios se te ocurre pasearte en bolas?!
-¡Todas las chicas de mi edad se visten así!
-¡Pero no todas las chicas son mi hermanita pequeña!- Le dijo exasperado.
-Estúpido, Neanderthal, idiota...-Comenzó a gruñir victoria. -No estoy en bolas. Ademas no es mi culpa si ellos me miran.
-Es tu culpa si los provocas. -Se quejó Joe caminando hacia las duchas luego de haber saludado a todos, e incluso los de Stanford pasaron a presentarse y "Saludarlo".
-¿Provocarlos? ¡eso es sexualizar a la mujer!-Chilló siguiendo a su hermano para seguir discutiendo.- no porque tus amigos sean tan mente cerrada como tu voy a vestirme de sotana todo los días para que me "respeten" ¡Deberían respetarme incluso si estuviera de verdad desnuda!
-¿Desde cuándo tu eres feminista?
- ¿y desde cuando tú eres tan cavernícola?
-Desde que mi hermana quiere andar en tetas por ahí levantando carteles.
-¡Se llama luchar por los derechos de la mujer!
-Y esto se llaman duchas de hombres, y no tienes pene así que largo, fiu, ya deja de seguirme como perro cusco. -Le dijo parándose y haciéndole con las manos un gesto de largo.
Victoria furiosa parecía a punto de zapatear de la indignación. -¡No necesito un estúpido pene para tener más bolas que tú! ¡Al menos yo si lucho por lo que quiero!
-Pene. -Dijo indicándose a sí mismo y luego a su hermana. -Vagina. Hombre. -Volvió a indicarse a si mismo con una sonrisa cínica antes de indicar a su hermana una segunda vez- mujer. -alzó su mano e hizo un gesto de bye bye-Largo.
-Estúpido descerebrado.-Se quejó dándose la vuelta. Joe suspiró y entró a los vestidores, para ese momento ya no había nadie, se había retrasado por culpa de victoria, probablemente para ese entonces ya debían de estar todos en la fiesta que se había organizado en la casa de James, uno de los chicos del equipo, cuya casa no quedaba demasiado lejos, tenía piscina y muchos litros de alcohol, el chico tenía un hermano mayor universitario que le compraba lo que quería.
Estúpida victoria...
El agua de las duchas estaba lo suficientemente tibia para aflojarle los músculos, diablos, estaba agotado. Se estaba quitando el sudor del cabello cuando sintió un cuerpo precionándose a su espalda. Se tensó e intentó voltearse pero un par de manos firmes le sujetaron las caderas para que no lo hiciera.
-Soy yo.
Claro que era él.
Solo Nathan podía hacer algo como eso.
Estaba a punto de soltarle una maldición por haberlo asustado pero se olvidó de ello en cuanto sintió las manos del castaño subir por su abdomen, sus dedos delinearon los cuadrados dibujados en la piel del moreno hasta descansarlas en sus pectorales y lo apretó contra su cuerpo en un abrazo que pretendía acercarlo más a su cuerpo.
-Me gustas tanto. -Ronroneó Nathan en la oreja del más bajo.
El contraste del agua caliente, la briza fresca que se filtraba y la suavidad de la piel del otro eran lo suficiente para atontar todos sus sentidos. Diablos. Giró su rostro viendo hacia atrás y buscó los labios del castaño. El chico a su espalda estaba duro, podía sentirlo apretándose contra su trasero y diablos, se sentía tan bien, tan jodida mente bien que en el momento en que la lengua ensortijada del castaño penetró su boca se olvidó de que estaban en un lugar público, se olvidó de la fiesta, del partido y del mundo.
El castaño conseguía que pasara de 0 a 1000 en segundos. Apenas si era capaz de concentrarse en el esfuerzo que hacían sus pulmones por llenarse mientras su corazón latía a la carrera.
-Te extraño todo el tiempo. -Se le escapó a Joe cuando lo que en verdad quería decirle era "te quiero todo el tiempo a mi lado" y al darse cuenta de sus palabras se tensó esperando una mala reacción de su mejor amigo, sin embargo, lo que recibió a cambio fue un beso en el cuello acompañado del tirón en uno de sus pezones que las manos del castaño habían comenzado a acariciar sin que se diera cuenta.
Soltó un gruñido de placer e inclinó su cuello hacia el otro lado para darle mejor acceso consiguiendo como recompensa otro tirón que lo tuvo estremeciéndose entre los brazos de su mejor amigo mientras sus dientes acariciaban tentativamente la piel de su clavícula.
-eres tan receptivo...-Ronroneó complacido el castaño frotando inconscientemente sus caderas hacia adelante para crear fricción entre sus cuerpos. Su mano derecha subió por el pecho del ojiazul acarició todo el camino de su brazo hasta enredar sus dedos en los del ojiazul y con delicadeza lo obligó a inclinarse hacia adelante hasta que sus manos tocaron los azulejos frente a ellos aumentando el contacto entre sus cuerpos. -Abre las piernas.
El ojiazul no se movió, inseguro de si quería o no detenerse, por lo que Nathan con ayuda de su mano libre y sus pies lo obligó a separarlas, besó su espalda en el punto justo entre sus omóplatos y con su mano libre sobó con fuerza sus nalgas antes de detenerse a observar como el agua de la regadera corrían por aquellas colinas ligeramente enrojecidas por su tacto.
La imagen era tan caliente que se sentía capaz de correrse con solo mirarlo, demonios. Llevó su mano a la boca de Joe y hundió sus dedos en ella para que se los chupara antes de bajar de nuevo su mano y acariciar tentativamente la piel alrededor de su ano.
-Victoria tenía razón, no tenías que ser tan cavernícola con ella, solo estaba guapa.-Le susurró al oído.
¡¿Qué?! ¿En serio pensaba hablar de eso en ese momento?
-cállate. -Le advirtió de mal humor, que su... lo que sea, se fijara en su hermana menor lo molestaba.
-lo digo en sentido general, solo quiere explotar su sensualidad. Ya no es una niña. -Dijo Nathan y Joe sintió como apretaba ligeramente su dedo alrededor de su entrada.
-no hables de lo sexy que te parece mi hermana mientras me estás jodiendo. O-mh. -Gruñó al sentirlo deslizarse dentro de él.
Diablos, Diablos, diablos, en ese momento su orgullo se acababa de ir al demonio.
¿Por qué no lo había detenido? No era como si no hubiera tenido oportunidad de hacerlo. Lo sintió moverse y apretó con fuerza sus ojos concentrándose en el ruido mojado del agua que caía sobre su piel sofocada, sus dedos enlazados apretaban con tanta fuerza que sus nudillos ya se habían puesto blancos.
-¿Quién dijo que pienso joderte?-Le preguntó Nathan, y por el tono de su voz supo que el muy maldito estaba sonriendo a sus costas en ese momento.
-Maldita sea. -Su voz se transformó en un gemido roto al momento en el que tocó un punto en su interior que lo hizo ver las estrellas ¿Qué había sido eso? Por instinto su mano libre fue hasta la media erección entre sus piernas y comenzó a tirar de ella buscando su propia liberación.
-¿Quieres que lo haga?-Preguntó Nathan besando su nuca.
-no.
- ¿estás seguro?-Otra vez volvió a tocar aquel punto que lo obligó a aferrarse a sí mismo para no caerse. Lágrimas de placer comenzaron a cuajar sus ojos por la pequeña tortura que le estaba obsequiando el castaño en esos momentos. Para ese momento dos dedos se encontraban en su interior acariciando directamente sobre su próstata, las piernas le temblaban y tuvo que arrojar su cabeza hacia atrás recargando parte de su peso en el chico a su espalda.
-no.-Sollozó, en esos momentos no estaba seguro de nada. Maldita sea, Nathan era demasiada tentación para sus sofocados sentidos. Sintió como separaba ligeramente sus nalgas acomodando su pene entre ellas.
-Espera...-Pidió con la respiración agitada pero el castaño lo ignoró y empujó ligeramente sus caderas para generar fricción entre sus cuerpos. -Para.
-Nunca te haría algo que no quieras. No voy a penetrarte. -Le dijo para tranquilizarlo, mientras su pene frotando entre sus muslos rozaba la piel sensible que recubría sus testículos. La firme mano del castaño acariciaba sus bolsas manteniendo su pene en su sitio mientras simulaba envestidas. Diablos, aquella fricción lo estaba matando, sin darse cuenta su propia mano volvió a moverse sobre la envergadura de su pene para aliviarse y las palabras del castaño se reprodujeron una y otra vez en su cabeza.
"no voy a penetrarte" esas palabras saliendo de la sucia boca del tatuado hicieron que se estremeciera y arrojara su cuerpo hacia atrás buscando contacto. Algo como desilusión y tranquilidad se instaló en su pecho.
¿Por qué demonios se sentía decepcionado? Él no quería y entonces...
Las caderas de Nathan comenzaron a envestir con más fuerza, diablos el pene de Nathan deslizándose por debajo del suyo, su boca que no había dejado de chupar y besar toda la piel que tenía a su alcance era demasiado, mientras las manos libres de ambos se concentraban en masturbarse mutuamente con movimientos descoordinados y desesperados buscando la liberación.
-Carajo. -Gruño Nathan mordiendo el lóbulo de la oreja del ojiazul y eso fue suficiente para que el calor acumulado en su vientre explotara salpicando los azulejos, segundos después vio como un líquido blanquecino que no había salido de su propio cuerpo se escurría entre sus muslos.
Vaya, aquello había sido mejor de lo que había imaginado.
El cuerpo a su espalda se relajó y la mano del castaño que había permanecido todo aquel tiempo aferrada a la suya se deslizó entre sus dedos hasta deshacer el agarre.
Lo obligó a girarse tomándolo por las caderas y lo besó, profundo y suave.
Como en un pacto silencioso se ayudaron a limpiarse el uno al otro. El primero en salir de la ducha fue Nathan quien había dejado su ropa junto al bolso del ojiazul por lo que tras vestirse le alcanzó la toalla para que el otro no tuviera que enfriarse.
Joe terminaba de ajustarse los boxcer a la cadera cuando vio a Nathan arrodillarse frente a él ¿Y ahora qué? Pero si acababan de...
- ¿qué-qué haces? -Le preguntó Joe sonrojado.
-Te ayudo a vestirte. -Le respondió Nathan acomodando los pantalones del ojiazul en sus pies.
Oh los pantalones, Joe no los había visto en las manos del contrario, por un momento creyó que iba a... como si pudiera leerlo, el castaño sonrió de lado para luego ir subiéndole los pantalones de manera sugerente mientras besaba sus muslos. Solo Nathan podía hacer del acto de vestir a otro toda una insinuación. Se detuvo en el hueso de la cadera del contrario y aun con el pantalón a la altura de la rodilla besó su bajo vientre. -También puedo hacer eso otro que está pasando por tu mente pervertida.
-Las piernas me matan. Ni siquiera sé cómo conseguiste que me corriera en las duchas.
-Hago magia. -alzó y bajó las cejas terminando de subirle los pantalones y se los abrochó no sin antes darle una palmadita juguetona en la bragueta.
Se puso de pie por segunda vez y volvió a atrapar sus labios. ¿Por que demonios necesitaba tanto del ojiazul? Maldita sea, no podía mantener sus manos apartadas de su amigo. ¿A eso era a lo que se refería el castaño cuando decía que lo extrañaba? Porque diablos, si era eso, el también lo extrañaba todo el tiempo.
-Venga, siéntate. Te pasaré la pomada en los moretones. -ofreció yendo hasta el bolso del ojiazul para volver con un pequeño frasco que untó en sus moretones. En cuánto terminó de hacerlo sintió un tirón en su cadera y acabó a horcajadas sobre el ojiazul.
-Si seguimos así no iras nunca a la fiesta y comenzarán a preguntarse dónde está el jugador estrella de la noche. -le dijo divertido enredando sus brazos en el cuello del ojiazul quien lo sujetó por la nuca y volvió a besarlo.
Diablos aquella bola en la lengua de su mejor amigo lo enloquecía.
Mordió sus labios saboreándolos...Nunca se cansaría de Nate, nunca se "le pasarían las ganas" ¿cómo el castaño podía siquiera insinuarlo? Cada día que estaba más cerca del castaño, más lo necesitaba.
Gruñó recordando las palabras del castaño y lo apretó aún más a su cuerpo como si temiera que se le escapara en cualquier momento.
No lo dejaría escapar, como se llamaba Joseph Eliot Wood tercero, que Nathan Harrel sería suyo, sin importar cuanto tiempo le llevara convencerlo, ese castaño demente sería suyo por lo que le restara de vida.
❤🖤❤🖤❤🖤❤
jijiji Estos dos siguen miel sobre hojuelas... por ahora, 😈
Joe se está poniendo todo posesivo con Nathan. 😲
En realidad este iba a ser el inicio del próximo capítulo pero me quedó muy largo así que tuve que dividirlo.
Chi vediamo!
En fin opiniones? Espero que estén disfrutando de la felicidad de estos dos, pronto las cosas se van a poner algo turbias. Hasta entonces a disfrutar de los buenos momentos jajaja
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