💎24💎
-Quiero despertar así por el resto de mi vida- ronroneó Joe con la mejilla en el pecho del castaño.
Le gustaba estar así. Solo sintiendo el latido acelerado en el pecho del otro. En ese momento, parecía que no necesitara más para ser feliz.
Nathan se tensó. Por la mañana le había dicho que era suyo y se lo había dejado pasar incluso luego de ver los chupones que le dejó, el animal de verdad lo había marcado y de alguna forma estúpida ver las huellas de Joe en su piel, le gustaba, sentir que le pertenecía a él no le molestaba para nada, pero "por el resto de su vida" sonaba demasiado.
Porque él podía pertenecerle esa noche, tal vez la siguiente...
¿pero por cuánto tiempo más?
¿Por qué el ojiazul no podía solo disfrutar del momento?
Ese día si le pertenecía, ese día si era suyo.
¿No podía conformarse con eso?
Que Joe necesitara más lo destrozaba, que ni siquiera sabía si estaría al día siguiente con él.
Si no era alguna calentura nueva serían las drogas, Nathan se conocía a si mismo lo suficiente para saber que no había manera de que existiera un "el resto de mi vida junto a él"
Debes alejarte, lo destruirás como todo lo que tocas, se dijo, pero como si su cuerpo se revelara ante él, en vez de salir huyendo que era lo que el corazón acelerado del castaño quería hacer, se aferró aún más fuerte al ojiazul como si no quisiera dejarlo ir.
No quieres, porque eres un egoísta de mierda que lo arrastrará consigo.
Nathan estaba tan concentrado peleando con sus propios demonios que en cuanto oyó la voz de Joe romper el silencio del cuarto por poco no le da algo.
-¿Iras a verme jugar? -Soltó de pronto.
Nathan le regaló una sonrisa cínica.
-Que deje que me folles no me hace tu chica ¿si sabes eso no? -Bajó la vista al chico que descansaba entre sus brazos y le acarició el cabello.-no iré a hacerte porras.
Por mucho que el ojiazul intentara disimular, la mueca en su rostro fue más que notoria.
Y ahí está, ya empezaste a lastimarlo, se reprochó Nathan a si mismo ¿Cómo puedes ser tan imbécil todo el tiempo?
-Joie...-Pronunció Nathan en tono conciliador y se odió un poco por lo que diría a continuación pero más se odiaría si dejaba que continuara.-Esto... entre nosotros, es cosa de un par de folladas, hasta que se nos pasen las ganas y eso. Sexo entre amigos.
-Claro. Sexo de amigos-Repitió con la mandíbula apretadas levantándose de la cama como si de pronto el tacto del castaño le quemara. -El equipo ira a ver par de viejos videos de partidos en la casa del entrenador, ya sabes...
Comenzó a balbucear para aflojar un poco el ambiente, pero Nathan lo conocía lo suficiente para saber que intentaba evitar el tema. Lo agarró por el brazo de nuevo empujándolo sobre la cama antes de tumbarse para besarlo de nuevo.
-Quédate un raro más. Los dos sabemos que eso no sirve para nada-Sugirió con toda la intención del mundo.
-Tengo que practicar en serio. Esto. Estuvo bueno. Pero. ¿Lo repetimos luego sí? -Le dijo apartando al castaño antes de levantarse.
Nathan bufó, Joe intentando hacerse el duro era un asco.
-¿Es porque no quiero ir al partido verdad? -se incorporó sobre su hombro en la cama para observarlo.
Niño, estúpido, pensó viendo a un molesto Joe que intentaba buscar su ropa del suelo.
-no. - Mintió el ojiazul y Nathan quiso carcajearse en ese momento, pero estaba muy fastidiado para hacerlo. Niño estúpido y muy mal mentiroso.
Que el repentino rechazo de Joe afectaba su fibra sensible, aunque no quisiera admitirlo, le dolía.
Es mejor ahora que luego, Se repitió a si mismo reteniendo las ganas que tenía de decirle que por él serian todo lo que el chico quisiera hasta el infinito y más allá. Pero era mejor cortar de raíz antes de que lo que sentía por el ojiazul creciera lo suficiente como para acabar por aplastarlo. que no podía prometerle nada.
¿Mejor evitar el dolor antes de que sea demasiado tarde, ¿no?
-Si voy estaré rogando por que pierdan. No quiero que Zack gane. Así que no te conviene que esté ahí. Les echare mufa todo el partido -Se excusó.
¿Por qué se estaba excusando? Debía decirle que no quería y ya, pero diablos, sentía como si debiera excusarse.
Joe lo estaba escuchando, pero fingía ignorarlo y Nathan lo sabía, soltó una maldición y luego se sentó en la cama donde milagrosamente la sabana se acomodó cubriendo sus partes, que estar desnudos y en la cama era una cosa mientras se abrazaban, pero intentar discutir en pelotas lo hacía sentir demasiado expuesto como para tomárselo en serio.
- bien... pienso que es una estupidez cursi -Aclaró su desacuerdo agarrando a Joe por la cintura antes de que se vaya, abrazarlo en esa posición resultaba un poco incomodo, pero más incómodo le resultaba la idea de que Joe se fuera molesto - tal vez vaya, si no encuentro nada mejor que hacer ¿te alcanza con eso?
Joe estaba nervioso. Era la primera vez que jugaba un partido sin Nathan. Alzó la vista buscándolo entre la multitud, pero no estaba.
No es tu chica, se recordó ¿pero los amigos también van a los partidos de sus amigos, ¿no?
y no quiso sentirse desilusionado del castaño. Pero diablos. Lo estaba. Que lo de folliamigos ya le sentaba como la mierda. No le gustaba, para nada. Pero que ni siquiera hubiera ido a apoyarlo como amigos, eso sí le dolía.
-Aquí estoy. -Oyó esa voz ronca que reconocería en cualquier sitio.
Se volteó y lo vio detrás del alambrado, iba con una campera negra de cuello alto y unos baqueros rotos en las rodillas que para Joe le quedaban jodidamente bien.
Trotó hasta él emocionado, el corazón le latía tan fuerte en ese momento que podía jurar que todo chicago oía dup lum, dup lum, dup lum acelerado en su pecho.
Había ido. Nathan había ido a verlo jugar y eso lo hacía estúpidamente feliz
-Hola. -le dijo demasiado emocionado para articular otra palabra.
Sin demasiadas ceremonias Nathan se bajó el cierre de la campera para mostrarle que llevaba una camiseta vieja de Joe con el numero 36.
-Se la pedí a viky-Dijo algo incómodo pensando en lo estúpido que sentía, pero ver los ojos de Joe brillando de la emoción valía la pena.
Estúpido niño cursi, pensó algo incomodo viendo como lo devoraba con la mirada.
-Me encanta como te queda. -Le dijo Joe.
-creí que te gustaba más sin ella. - Insinuó el castaño.
-y lo hace.
Se quedaron en silencio mirándose. Sus respiraciones demasiado cerca.
-Quiero besarte. -Admitió Joe enredando sus dedos en la alambrada que los separaba.
-Espera a la noche. -Le dijo Nathan imitándolo y acarició con cariño los dedos de su mejor amigo.-No quieres besarme frente a todo el campo. Créeme, me vale mierda, pero a ti no.
Joe asintió, el castaño tenía razón. Sus padres estaban en las gradas en ese momento. Suspiró mordiéndose los labios.
-Esta noche voy a follarte solo con esa camiseta -le dijo haciendo que un ligero rubor creciera en las mejillas de Nathan. Como le gustaba ver aquello en el rostro de su descarado mejor amigo.
-Ve a ganar este partido Bro, concéntrate en eso, oí que vinieron de Stanford a verlos.
Joe asintió y la preocupación fue clara en su rostro.
Joe siempre había jugado con Nathan, eran almas gemelas en el campo, por mucho que se hubiera esforzado practicando con el chico Vania esas semanas, no había logrado la misma sincronía que tenía con su mejor amigo y la estrategia de Zack era mierda pura.
-Lo harás bien. -Le dijo como si pudiera adivinar sus pensamientos. -Haz que me enorgullezca de ti.
Se oyó el silbato y los amigos alzaron la vista hasta el centro donde el entrenador llamaba al equipo.
-¿Te quedarás hasta el final? -Nathan se encogió de hombros como toda respuesta.
- debes irte ya. - Joe parecía reacio a dejarlo ir. Nathan rodó los ojos y le sonrió - Estaré en la primera fila, gritaré tanto tu nombre que las animadoras me querrán el equipo. Vamos. Ve.
Nathan esperó a que Joe se alejara y suspiró antes de dirigirse a las gradas sin estar seguro de donde debía sentarse.
Ir a un partido y mantenerse fuera del campo le resultaba demasiado extraño.
Miró a sus compañeros acomodándose para alentar al equipo con los rostros pintados de verde y blanco, remeras con los colores del equipo y banderines que movían en el aire gritando por ver al capitán.
Se sentía tan extraño, el año anterior todos esos gritos y algarabía habían sido por él.
El año anterior todo parecía más sencillo, este año estaba lleno de mierda hasta el cuello.
Miró los bancos de las primeras filas, lleno de las "novias" y los amigos más allegados a los jugadores, entre ellos estaba Max con dos líneas verdes en el rostro mientras alentaba a Vania, para ese entonces las porristas ya estaban en el campo dando brincos y moviendo sus pompones.
Vio a los padres de Joe poco más arriba en las gradas, diablos, todos sus amigos en ese momento se encontraban en el campo.
Maldijo al ojiazul por obligarlo a ir, en todos sus años de colegio nunca se había sentido tan fuera de lugar como en ese momento.
-Oye ¡Nathan! -El mencionado se volteó y vio a un muchacho que le resultaba ligeramente conocido, aunque no tenía la menor idea de donde lo había visto y el chico pareció darse cuenta disminuyendo un poco su entusiasmo. -Soy Zig, no conocimos en la fiesta de Asher.
Uhh... No recordaba demasiado de esa noche. -Venga siéntate conmigo. -Le insistió con una sonrisa. Le lanzó una segunda mirada, bien, el tal Zig Lucía amigable.
¿Ya qué?
Como siguiera esperando, todos los puestos se ocuparían así que sin pensárselo demasiado se dejó caer en el asiento a su lado buscando con la mirada a cierto ojiazul que de hecho en ese momento lo miraba con el ceño fruncido.
¿ahora qué demonios había hecho?
Ese chico. Joe no tardó en reconocerlo ¿Qué demonios hacía Nathan al lado del chico de la foto?
¿Siguieron en contacto? ¿se habían visto luego de la fiesta?
-¡Wood! ¡Aquí!..-Gritó el entrenador al verlo distraído. Demonios.
El bullicio de las gradas comenzaba a hacer ruido en su cerebro. Concéntrate se dijo a si mismo corriendo hasta el resto de los jugadores que lo esperaban ya en círculo, el equipo contrario los "wildcast" ya se encontraban frente a ellos.
Habían perdido la final contra ellos el año anterior luego de que Nathan se lesionara. Que su primer partido fuera contra ellos era una manera rápido de sacarlos de competencia. Iba a ser un partido duro, lo sabía, Pero por mucho que intentara concentrarse en el "plan" su cabeza iba y volvía a Nathan.
Le lanzó una mirada rápido mientras asentía, el chico estaba prácticamente sobre el castaño.
Le decía vaya uno a saber qué en el oído, pero para su alivio aquellos ojos oscuros de su mejor amigo estaban puestos en él. Lo vio desabrocharse la campera en un gesto de apoyo y deseó con todas sus fuerzas que estuviera en el campo junto a él.
Observó al chico McGraw y su semblante tranquilo. ¿Cómo hacia para mantener la calma? Recorrió el estadio con la vista, su madre movía alegre un banderín mientras su padre observaba todo tranquilo. Victoria estaba con ellos gritando como desquiciada y aún no había empezado siquiera, esa niña era dinamita pura. Se preguntó dónde estarían los tipos de Stanford. El rumor decía que irían de varias universidades a verlos.
Oyó el silbido en sus oídos y tras una última mirada fue a ocupar su puesto detrás de Vania.
Zack había ganado el balón lo que les suponía una leve ventaja.
Se removió en su sitio. Y mordió el bucal, listo para correr. Era el más rápido del equipo. Siempre lo había sido. El zumbido puso la bola en el aire y el salió disparado, como habían practicado el ruso se la lanzó a Zack, mientras corrían hacia el capitan Joe pasó entre los jugadores, big G, una mole de dos metros con la piel oscura como el chocolate le abrió paso en la línea de fuego derribando un par en el camino.
El tipo era una topadora.
Corre, Corre, se dijo en cuanto consiguió pasar la defensa pero apenas se giró para atrapar el balón, el equipo contrario lo derribó.
-¡QUE MIERDA!¡ TENIAS EL CAMINO LIBRE! CORRISTE DIRECTO A ELLOS. -Oyó que le gritó uno de sus compañeros.
Zack estaba maldiciendo por su cabeza.
Sí, que mierda, Pensó sacándose el casco. Apenas avanzó dos yardas. Carajo. Eso había dolido. Sus ojos automáticamente fueron a las gradas, Nathan estaba de pie contra la barra de seguridad parecía querer saltarla y correr hasta él para ver cómo estaba.
Alzó su mano con su pulgar elevado antes de que el castaño hiciera algo estúpido. Lo vio relajarse y se dejó caer de nuevo recuperándose un poco del golpe. Carajo.
Sintió un par de piernas cerca suyo y vio al ruso con el que se suponía debía trabajar.
-Tu cabeza no en el partido -Dijo siguiendo la mirada de Joe a donde se encontraba Nathan.
Zig estaba a su lado intentando llamar su atención, pero si era posible ver a Vania cerca de Joe hizo que los nervios del castaño aumentaran.
y para sorpresa del ojiazul el platinado le tendió la mano ayudándolo a levantarse como si no le guardara rencor alguno por arruinar la primera jugada del partido.
Segundo intento. Otro silbido, ni siquiera pudo desmarcarse, por lo que el balón fue para el lado de Asher. Bien, Joe. Las universidades vienen a ver y haces el ridículo. Al menos ganaron otra yarda antes de que el balón pasara al equipo contrario. Tercer intento y acabó rodando por segunda vez. Carajo.
Nathan desde las gradas gritaba, parecía desesperado por dar órdenes al punto que el entrenador acabó discutiendo con el castaño.
Cuarto intento y tuvieron que pasar el balón al pateador para que la alejara de su zona final.
Iban, mal. Todos lo sabían. Su estrategia de defensa era casi tan mala como la ofensiva por lo que acabaron con 10 puntos de ventaja a favor del equipo contrario. Había sido un comienzo lo suficiente malo para desmoralizarlos. Las gradas verdes ya no gritaban mientras los fans del equipo naranja perdían medio pulmón alentando a su equipo.
Nathan seguía discutiendo con el entrenador cuando comenzó el segundo tiempo.
-Tienen que cubrirlo, No avanzará si todo el equipo contrario se le hecha encima. Si quieren que anote necesitan que tome carrera. Diablos. ¡Esa formación no sirve de mierda!
-Ya no das las órdenes. - intervino Zack uniéndose a la discusión entre el Couch y el castaño, la gente en los bancos cercanos comenzaba a alzar la oreja para oír.
-Tus ordenes van a hacer que tu Corredor termine con una pierna rota. ¡Apenas van los primeros minutos! Si quieres perder bien, haz lo que quieras, pero no lastimes a los jugadores, eres el capitán, si quieres hacer algo estúpido, hazlo tu, pero tu deber es cuidar de ellos! Es un equipo. Deja de jugar por ti ¡Maldita sea! -Le dijo Nathan golpeando con la palma la cerca que los separaba, para ese momento el resto del equipo se había acercado a ver la discusión entre ambos.
Mientras el couch observaba la interacción de los estudiantes.
El chico Harrel podía ser todo un chico problema, en más de una ocasión había deseado sacarlo del equipo, pero la razón por la que no lo había hecho hasta que el consejo lo obligó era porque el muchacho era bueno y no como jugador, como líder, en 20 años, había sido el mejor capitán que había visto pasar por Corliss.
No era de los que intentaba destacar por sí mismo, jamás había intentado ponerse sobre el equipo, si debía pasar la bola, la pasaba, si debía renunciar al protagónico por el bien del equipo, lo hacía. Y si debía renunciar a una victoria por cuidar de sus jugadores, lo hacía sin pensárselo y de un adolescente eso era raro, jugaba con y para el equipo.
Desde el primer momento que pisó su campo supo que ese chico tenía carácter y no del todo bueno, no habían pasado dos semanas de entrar al equipo que mandó a la mierda al entonces capitán por hacer vomitar en el campo a uno de sus compañeros, se había ganado 100 flexiones de brazos por librar a su compañero del castigo y las había hecho sin quejarse ni con él ni con las autoridades del colegio, el chico era bueno, a su forma, mucho mejor que el mocoso de Jensen que se había pasado todo el primer tiempo intentando lucirse.
-Si tu noviecita no puede cuidarse sola no es mi problema. -Gruñó Zack con el orgullo algo herido. -¿No te ha dicho que perdió los privilegios que le dabas?
Por un segundo los ojos de Nathan viajaron al ojiazul, como lo lastimara iba a matarlo, apenas había empezado el juego y ya se veía adolorido.
Había acabado rodando más veces de las que se consideraría sana para cualquier jugador. Zack prácticamente lo estaba poniendo de carnada para lucirse.
-Imbécil de mierda... -Sus ojos fueron al resto de los jugadores pasando de largo a Zack. -Oigan, Tienen que volver a sus posiciones de siempre, ataquen como saben hacerlo, somos los Warriors, somos un equipo fuerte. Llegamos a las finales.
-Y perdemos.
-Ahora vamos perdiendo a los 3 minutos del inicio de la temporada. -Dijo uno de los jugadores como quien no quiere la cosa consiguiendo que Nathan se sorprendiera. Nunca había sido particularmente cercano con él, era uno de los 5 gorditos de la defensa como solía llamar a los chicos que defendían al Quarterback-Prefiero perder en la final. Voto por que le hagamos caso.
-Créanme, tienen una defensa débil a la derecha, pusieron todos sus jugadores marcando a nuestro corredor estrella, como sigan golpeándolo no podrá correr ni dos metros en lo que queda del partido. - y probablemente no se levante en una semana, pensó viendo a Joe - Tiene que cubrirlo y darle tiempo a que tome carrera o no conseguiremos ni un touchdown en todo el partido.
-No practicamos esa formación desde el año pasado, el nuevo no la conoce. -Soltó Big George rascándose la cabeza. Los jugadores parecían considerarlo.-Wood ni siquiera ha practicado carreras largas desde que empezó la temporada.
-El puede hacerlo. -Dijo por fin viendo directo al ojiazul. Ese era Nathan en rol de Capitan, Nathan. En ese momento no era, Joe, ni Joie, ni su mejor amigo, en ese momento era "su corredor", "su caballito de batalla" Joe infló el pecho con orgullo, Nathan siempre iba a ser su capitán. Asintió. Podía hacerlo.
-¿Qué hacer? -Preguntó el chico ruso consiguiendo captar la atención del castaño.
Vania alzó una de sus cejas en una interrogación hacia Nathan. Los muchachos parecieron discutir en silencio un momento algo que solo ellos parecieron entender, hasta que el platinado desvió la mirada a las gradas guiando la vista del castaño a donde estaban Eric y una mujer albina mirando el partido. Nathan tragó saliva, no era lo suficientemente idiota como para no darse cuenta de que aquello era una amenaza silenciosa. Que cooperara no implicaba que hubiera olvidado sus asuntos.
-Pásasela a Asher, el hará el resto.
-No te atrevas -Le advirtió Zack observando a su mejor amigo.
-Lo siento hermano. -El drogo se encogió de hombros. -Sabes que esto no está funcionando.
-¡Es mi equipo! -Gruñó Zack y vio directo al ruso -Si lo haces te juro que estás fuera.
- Idí nájui (vete a la mierda) -Gruñó Vania escupiendo en el suelo antes de voltearse.
El pitido del silbato volvió a sonar llamando a los jugadores de nuevo a la cancha,
-voy a romperte la cara. -Lo amenazó Zack.
-Aquí te espero.
Tras una mirada fulminante volvió detrás de "su equipo".
Los jugadores intercambiaron miradas entre ellos y asintieron. Otra vez el pitido, la bola en el aire fue directo de las manos del platinado a las de Asher a su derecha.
Joe aprovechó la distracción para correr con BigGeorge por delante de él tumbando a los que se interponían en su camino. El tipo era pesado y lento, pero lo suficientemente fuerte para llevarse a todos por delante.
Pásame el balón, pásame el balón, rogó mentalmente a su receptor viéndolo correr a la derecha, Asher era rápido, pero no tanto como Joe.
Era imposible que llegara a la línea de meta antes de que lo detuvieran.
Pásasela, ¡maldita sea! Pásasela, rogó Nathan viendo todo desde afuera, de pronto todos en el campo parecían contener el aliento. Asher iba con la bola en las manos. Zig iba diciéndole algo que no escuchaba. Nathan entrelazó sus manos sobre su boca como si orara, demonios, eso de ver el partido era casi tan bueno como jugar, Joe iba a media cancha cuando la bola estuvo en el aire una segunda vez, no iba a Joe, de hecho, la lanzó a la mitad de la cancha, donde no había absolutamente nadie.
Tanto Joe como uno de los del equipo contrario corrieron para atraparla como si su vida se fuera en ello, las piernas de Joe ardían mientras se movía con un solo objetivo en mente. Alguien en los wildcats maldijo el momento en el que el corredor del equipo contrario se corrió medio campo en lo que la bola comenzaba a descender.
Sí... y Joe la había atrapado.
-¡Jesús! ¡Corre!!¡ Corre Joe! ¡Corre!!!! -Gritó Nathan a todo pulmón mientras el ruido de la tribuna comenzaba a crecer a medida que el ojiazul tras un segundo de duda se largaba a la carrera hacia la línea de la zona final dejando atrás al resto de los jugadores.
-Maldita sea ¡Amo a ese chico! -Gritó Nathan en el momento en el que el ojiazul se dejaba caer en la zona final anotando un Touchdown.
Y el público estalló.
❤🖤❤🖤❤🖤❤🖤❤
Holis!!! Un cap, un poco largo, Admito que la descripción del partido puede que sea un poco mala, me ha costado bastante. En fin.
Comencé las vacaciones!!! oficialmente eso significa que tendré más tiempo para escribir =más actualizaciones.
jijijji eso es todo los amaoooooodoro.🖤
¿que les ha perecido?
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