Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

💎22💎

Quince minutos después los adolescentes se bajaron del coche entre besos desesperados caminaron hasta la puerta del castaño. La residencia Harrel estaba en completo silencio. Ni una luz que indicara que había alguien despierto.

Sin parar de besar al ojiazul que lo tenía sujeto por la cintura, Nathan introdujo la llave en el cerrojo con el doble de la dificultad normal. Apenas oyo el clic entró arrastrando a su mejor amigo al interior de la casa.

Chocaron en el camino con la estúpida mesita de la entrada. Soltó una maldición ¿Qué sus padres no tenían un mejor lugar para poner una mesa que junto a la puerta? Pero antes de que pudiera regalarle un segundo pensamiento al inútil objeto sintió las manos de Joe atrapando su rostro en otro beso. Con pasos torpes y sin soltarse, caminaron en la oscuridad, riéndose y silenciándose mutuamente a base de besos cada vez que chocaban con algo en su camino para no hacer ruido. adentrándose en la sala, el castaño vislumbró la silueta del conocido sillón de cuadros escoses que su padre había elegido y se dejó caer sobre él llevándose a Joe consigo.

Se regalaron otra pequeña sesión de besos y manoseos antes de que el ojiazul lo detuviera.

-vamos a tu cuarto. -Le dijo depositándole una línea de besos en ese punto detrás de su oreja que había descubierto al castaño le fascinaba.

-¿no quieres hacerlo ya? Vamos, aquí se está cómodo. -Lo instó Nathan dándole palmaditas al sofá.

-tus papás pueden bajar en cualquier momento.

-Como si no lo hicieran como conejos, una vez llegué antes del Inglaterra y los encontré follando en la cocina. Créeme, siempre sospeché quien era el que mordía la almohada, pero confirmarlo es traumatizante.-Dijo Nathan con un fingido escalofrío mientras sonreía. Diablos, Joe no pudo evitar sonreír por autoreflejo y le dejó un casto beso antes de levantarse a base de fuerza de voluntad, que, conociendo al castaño, como pasara unos minutos más, acabaría convenciéndolo de cualquier cosa.

-vamos. No quiero traumar a tus padres. -Joe tiró del brazo de un castaño que tras resistirse unos segundos de manera juguetona se dejó arrastrar por él.

-¿tus padres nunca te han atrapado con alguien? -Le preguntó Nathan curiosos mientras lo seguía sin soltarse de la mano del ojiazul. Le resultaba algo graciosa la manera en la que su amigo lo aferraba como si temiera que se perdiera por el camino, lo que era absurdo considerando que se dirigían a su propia habitación.

-no. -Respondió de forma automática y luego le lanzó una mirada al castaño - ¿a ti?

Nathan se encogió de hombros como toda respuesta mientras lo seguía por las escaleras.-¿y tu nunca los has atrapado a ellos?

-¡No!-le dijo Joe medio horrorizado medio divertido.-mis padres dejaron de hacerlo luego de que victoria naciera. Incluso entonces creo que tenían fechas o algo así.

-Con razón. Diles que follen más seguido. Seguro hasta les agrado. Todo es lindo después de un buen polvo. ¿Por qué crees que mis padres son felices?

Joe no pudo evitar reírse de Nathan y sus salidas. Dios, cuando empezaba a hacer el indio era un caso.

-¿podemos dejar de hablar de nuestros padres? es morboso. -Dijo Joe entrando al cuarto de Nathan y apenas cerrar la puerta tras ellos atrapó al castaño entre su cuerpo y la pared. -De verdad, me gustaría que te calles ahora. Me estas jodiendo los huevos.

-Creí que tu ibas a joderme.

-Y voy a hacerlo-Le dijo agarrando a Nathan por las caderas para apretarlo más contra su cuerpo.-Mañana vas a estar muy feliz si te callas.

-cállame, entonces. -le dijo Nathan acortando la distancia que los separaba para encontrar los labios del ojiazul y fundirse en beso cargado de necesidad y deseo.

Las manos de Joe comenzaron a recorrer el cuerpo del otro y no tardó en dejar a la vista aquel cuerpo tatuado que tan desesperadamente necesitaba en ese momento.

-hueles a mujer. -Gruñó de mal humor al hundir su nariz en el cuello de la camiseta del castaño.

Olía al perfume de aquella chica, mezcla de alcohol, tabanco y hierba.

Con una mueca de asco se la quitó antes de besarle el pecho. Quería borrar toda marca que hubiera dejado esa mujer de la piel de su mejor amigo.

-No seas celoso. Espantaste a la pobre. -Le dijo con indiferencia dejándose caer de espaldas a la cama mientras se desabrochaba sus propios pantalones sin el mínimo atisbo de pudor.

-¿De verdad ibas a follartela? - Preguntó Joe parándose a los pies de la cama mientras se quitaba su propia camiseta.. Nathan se incorporó a medias incando el codo en el colchón para observarlo. Diablos. Sus ojos oscuros por el deseo recorrieron el cuerpo torneado de su mejor amigo antes de concetrarse en el sur donde ya se apreciaba un bulto ajustado y sonrió inconciente mente.

-¿De verdad vas a follarme?-le preguntó de vuelta alzando una ceja y sus manos viajaron con confianza a los vaqueros de su mejor amigo comenzó a quitarle el cinturón para bajarle los pantalones. -la gente folla joe.-le dijo descaradamente como si eso lo explicara todo.

-Pero no se follan a medio mundo como si le valiera mierda la vida-Se quejó de mal humor empujando al castaño sobre la cama antes de acomodarse sobre él.

- ¿quieres discutir esto ahora?

No. No quería, estaba demasiado caliente para discutir, pero ¡Dios! en ese momento estaba tan molesto con él que no sabía di quería golpearlo o follarselo. Dudaba poder hacer lo primero por lo que entrelazó sus dedos con los de Nathan sujetando sus manos por encima de la cabeza del castaño antes de besarlo con toda la irritación que le causaba aquella actitud desinteresada que tenía hacia la vida.

Diablos ¿Por qué Nathan no podía sentir nada de lo que él sentía? Mordió los labios del otro con fuerza hasta oír un gruñido ronco escapar de la garganta del castaño.

Cambió el agarre a una sola mano y con la que dejó libre bajo por su torso mientras acompañaba el movimiento con su boca. Fue dejando pequeños besos por su cuello, mordiendo y succionando en el proceso. La mano libre descendió a su entrepierna y acarició el miembro del mayor satisfecho al verlo contornearse por toque. Diablos, Nathan era tan receptivo que dolía.

Dolía saber que ese chico era tan entregado al sexo, con cualquiera, que de no ir por él esa noche, en ese mismo momento sería otro quien estuviera disfrutando de aquella piel salada y de sus jadeos. Estar con el castaño sabiendo aquello era una tortura. Lo que para Nathan significaba nada, para él lo era todo.

Maldita sea.

Miró de nuevo al muchacho. Aquellos ojos como dos carbones salvajes que hacían que su corazón anduviera a la carrera. Nathan con la mandíbula apretada, con las venas su cuerpo marcándose bajo su piel, brazos y pecho enrojecidos ligeramente por la excitación y aquella mirada penetrante, era demasiado para el revuelo emocional que cargaba.

Se sentía tan confundido, dolido y enamorado en ese momento. No quería compartirlo, no quería dejarlo, y aunque quisiera no podría verlo de la forma en la que lo hacía antes. No después de haber probado su cuerpo, no después de haber conocido aquel lado sexual de Nathan, ese lado que dejaba a las mujeres lloriqueado por él, no después de haberlo oído gimiendo su nombre mientras se corría, no.

Que si le preguntaban que sentía por Nathan en ese preciso momento, montado sobre él a segundos de follárselo y mirando aquel rostro entregado al momento no sabría qué contestar. Porque odiaba al chico que estaba frente a él por amarlo, de la manera en la que Nathan no se sabía amar a si mismo y la comprensión le llegó de una manera dolorosa.

-No somos amigos. -le dijo.

Ya no lo eran, dejaron de serlo desde el momento en él que se había enamorado de Nathan.

Demonios.

-¿Que? - Nathan parpadeó sin estar del todo seguro de lo que le decía.

-Que te des la vuelta. -le dijo soltándole las manos y fue por el paquete que había traído de la farmacia. -Tócate. -le pidió lanzándole el frasco de lubricante en un tiro certero que el castaño atrapó con la destreza de quienes han pasado horas y horas en el campo practicando pases. Joe lo observó de nuevo y para nada se sorprendió cuando lo vio atrapar el botellín en el aire. Concía exactamente cada musculo del cuerpo del castaño, cada reacción, cada respiración, años de amistad, años de conocerlo tambaleándose por un polvo.

Aquello sonaba como una mala broma y la sola idea de perderlo le hacía un nudo en el estómago.

El castaño entrecerró los ojos como si hubiera notado el repentino cambio en la actitud de su mejor amigo, parecía querer descifrar que pasaba por aquellos ojos que de pronto se habían vuelto melancólicos.

- ¿Qué pasa? -Preguntó a pesar del estupor que cargaba de todo lo que se había metido en casa de Asher.

-Tócate para mí por favor. Quiero verte. -Le pidió Joe y Nathan lo hizo. Sin estar muy seguro de que estaba pasando, se bajó los boxers y le dio una primera plana de aquel trasero pálido y fibroso con las rodillas y antebrazos clavados a la cama.

con una mano y ayuda de los dientes destapó el frasquillo, humedeció sus dedos en el líquido y llevó su mano hacia atrás bajo la atenta mirada de Joe que se había acercado observando la imagen con una mezcla en sus ojos de lujuria y algo más que Nathan no estaba seguro de querer averiguar.

Apenas consiguió meter uno de sus dedos en su interior para prepararse, sintió el frio liquido de algo corriendo entre sus nalgas y al alzar la vista sobre su hombro vio a Joe vaciando parte del frasco antes de introducir sus propios dedos acompañando los movimientos del mayor.

Los dedos de uno y otro follando su trasero era demasiado para el castaño que en esos momentos no podía hacer más que gemir mientras los músculos de su cuerpo se tensaban.

Llevó de nuevo su mano al frente clavándola en el colchón junto a la otra para aguantar mejor el equilibrio y sintió a Joe acomodándose en su espalda. Los labios del ojiazul fueron regando de besos todo el camino de su espalda baja a su nuca. Retiró sus dedos y se colocó uno de los condones sin mirar de que caja eran y el olor a melocotón impregnó la habitación nada más abrir el sobre.

-¿Huele bien, eh?-dijo Nathan. -Me dan ganas de chupártela con uno de esos para ver a que saben... - comentó, pero perdió el hilo de sus pensamientos cuando los dedos del ojiazul fueron remplazados por su pene, invadiendo aquel hueco caliente en su cuerpo.

Joe lo embistió y Nathan tuvo que morderse para contener un sollozo de placer mientras el ojiazul comenzaba a moverse con estocadas lentas y profundos.

Sintió el habitual dolor incomodo de las primeras penetraciones y su cuerpo empezó a temblar sintiéndose lleno, los dedos de Joe se clavaron en su piel y se obligó a ahogar un gemido lastimero cuando sus caderas se movieron hacia atrás en busca del contacto. Para ese momento estaba tan duro que el simple roce del aire de la calefacción sobre su pene goteante resultaba demoledor.

La mano libre de joe viajo hacia delante y comenzó a masturbarlo para aliviar la tensión de sus paredes habiéndose al recibirlo en cada estocada. Joe no estaba siendo tan gentil como la primera vez, ¿o era la posición que le permitía una penetración más profunda?

Como el viento avivando el fuego, su amigo comenzó a envestirlo con movimientos cada vez más rápidos y profundo siguiendo el ritmo de la mano que apretaba su pene que comenzaba a palpitar. Nathan sintió que bien podía desmayarse en ese momento.

-Joie... -Sollozó por la liberación. No resistiría mucho más. -Maldita sea.

El ruido húmedo de sus cuerpos chocando y los gruñidos guturales que se escapaban de sus bocas ardientes, Maldiciones dirigidas a ellos y a nadie era todo lo que los rodeaba.

Con cada rose el cuerpo de Joe a su espalda se iba tensionado mientras lo sujetaba como si no quisiera soltarlo en su vida, su boca besando y chupando cada trocito de piel a su alcance. Aquello era más de lo que podía soportar. Los ojos de Nathan se aguaron por la sobrecarga de estímulos y se corrió sin aviso. Su cuerpo perdiendo la fuerza que lo había mantenido firme y se hubiera desplomado sobre la cama si ojiazul no lo hubiera atrapado por la cintura mientras aceleraba el ritmo con las ultimas estocadas vaciándose en el cuerpo del castaño.

Agotado, se dejó caer sobre el cuerpo del otro y sin atreverse a moverse dejó que el sueño lo venciera abrazado a aquella espalda con la inscripción de London.

🖤💙🖤💙🖤💙

Como lo prometido es deuda aqui está la segunda parte del capitulo.

¿Que les pareció?

Pobre Joie el todo confundido mientras Nathan... Bueno, es NAthan.

Jjijiji

en fin, fin de las actualizaciones por esta semana

Nos leemos!!!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro