17
Jack se quedó un momento en silencio pensando con cuidado sus palabras. No quería pelear con Nathan, aquél último mes había resultado agotador. Necesitaba acercarse a su hijo. Miró al muchacho a su lado. Enfurruñado y con el ceño fruncido miraba la ventana ignorándolo. Jack suspiró agotado.
-No creo que sea un buen momento.
-Nunca es un buen momento para ti. -Murmuró molesto.
-¿Es porque peleaste con Joe? -Preguntó intentando mantener la calma.
-¡No tiene nada que ver con él! No quiero vivir más en esta estúpida ciudad. ¡No quiero vivir más contigo! -Le lanzó una mirada tan furiosa en ese momento que no pudo evitar preguntarse qué demonios había hecho para que su hijo se decidiera a odiarlo
Jack mantuvo el silencio por unos momentos, las palabras de Nathan dolían. Suspiró de nuevo. no gritaría. Llevaba demasiados años gritándole y no había conseguido nada. No importaba cuanto se empeñarla en provocarlo, el día que ese niño nació se había prometido protegerlo, no podía perdonarse el haberlo golpeado aquel día luego de que discutieran, él no sería como su padre. Se lo había prometido a si mismo. Apretó con fuerza el volante hasta que sintió sus nudillos adormecerse.
-Bien. Hablaremos de esto cuando vayas a terapia.-Dijo cuando sintió por fin que se había calmado.
-Olvídalo. Bill es el único que me escucha-Nathan rodó los ojos y se puso los auriculares para no escuchar a su padre, no sin antes soltar un acido:-Lo único bueno que has hecho como padre, es no abandonar a papá.
El resto del camino lo hicieron en silencio.
En el estacionamiento Jack intentó por vaya uno saber cuánta ava vez, dialogar con su hijo. ¿Por qué Bill sí podía acercarse al chico y él no? ¿Podía tener celos de su propio esposo? ¿Acaso no era eso absurdo?
Una parte de Jack, a una muy pequeña, le molestaba lo bien que se llevaba el pelirrojo con su hijo.
Sí, era estúpido. Pero no podía evitarlo. Él era su padre biológico ¿no? Sangre de su sangre o lo que fuera, ¿Por qué su hijo lo rechazaba tanto? De no ser por la prueba de ADN que le había hecho cuando nació (y el parecido físico que era innegable), hubiera jurado que ese niño era más hijo de Bill que suyo.
-Nathaniel- Intentó agarrarlo por el brazo para que se volteara a mirarlo, pero antes de que consiguiera retenerlo, el chico fue más rápido y se bajó del coche.
Nathan no quería ver a su padre, que lo que había dicho era para molestarlo.
Para ser sinceros, Nathan no quería volver a Liverpool, odiaba más aquella ciudad que el tener que enfrentarse a sus problemas en chicago, inclusos si estos últimos amenazaban con hundirlo. Él amaba Chicago y a las personas que tenía allí -a Joe, tu amas Chicago porque tienes a Joe aquí- susurró su conciencia. Nathan sacudió su cabeza para despejarse de aquellos pensamientos.
Estaba harto de que intentaran que dijera lo que le pasaba, solo había ocasiones en las que quería llorar o golpear algo, se sentía tan encerrado en su propia mente que le entraban esas ganas de arrojarse de un puente para que todo aquello que hacía ruido en su cabeza desapareciera.
No, ni aunque quisiera podría decirles eso, las palabras se ahogarían en su garganta antes de que lo consiguiera y saldría corriendo.
Nathan siempre salía corriendo.
Suspiró y metiendo las manos en los bolsillos se dirigió al interior del colegio. A veces solo quería que todo se detuviera, esa parecía ser una de esas mañanas.Empezando por literatura, clase que para bien o para mal compartía con su mejor amigo.
Cuando llegó al aula Joe ya se encontraba allí. Los ojos azules de su mejor amigo viajaron hasta él, lo miraba con miedo, era la manera en la que últimamente todos lo miraban, casi como si temieran que de un momento a otro sacara un hacha y los asesinara a todos. De cierto modo aquello le daba gracia, aunque a veces hacía que se sintiera como un jodido enfermo y la absurda cantidad de antidepresivos que le daban desde niño no ayudaba.
Había visto tantos psiquiatras en su vida, que cuando creía que podía tener un respiro volvía a caer, siempre volvía a caer. Se preguntó como tantas otras veces si el psiquiatra que lo atendía de niño se habría equivocado con él al darle el alta a los 13. Desde el año anterior sentía que su cabeza lo jodería de nuevo, estaba cayendo otra vez, la insistencia de sus padres por que volviera a terapia era prueba de ello.
Todo estaba tan jodido.
Por un momento deseó tener un reloj para retrasar el tiempo y volver a la madrugada donde solo eran Joe y él.
Joe hacía que su cabeza se calmara.
Ignorando al resto de la clase se acomodó en su sitio, bostezó y cruzando sus brazos sobre el banco descansó su cabeza en ellos.
-Nate...-Oyó la voz de Joe susurrada en su oído, el aliento del ojiazul en su nuca hizo que un escalofrío le recorriera la espina dorsal. Eso era nuevo, alarmantemente nuevo.
Volteó su rostro en dirección a Joe y abrió uno de sus ojos para verlo. El chico se veía preocupado y eso hacía que sintiera unas ganas locas de besarlo. Que Joe era tierno cuando ponía esa cara de niño bueno y asustado, a Nathan siempre le había gustado eso del chico, era como una bocanada de aire fresco cuando sentía que se ahogaba. Y últimamente él sentía que no importaba lo que hiciera no saldría a la superficie.
-Cambia esa cara. No voy a matarte.-Le dijo tranquilo.-Olvídalo ¿quieres?
Oyó a Joe suspirar a su lado y cerró los ojos. Se sentía agotado.
***
Olvidarlo.
Joe no quería olvidarlo y estaba más que seguro que el castaño se refería a lo que había pasado la noche anterior en el sótano. Miró al muchacho durmiendo en su banco. ¿ya lo había olvidado?
Joe no podía.
Se la pasó viendo a Nathan por un buen rato, en su mundo, Ignorando a toda la clase y como tantas otras veces se preguntó qué demonios pasaba por su cabeza.
Aún tenía la argolla que le había dejado el niño raro el día anterior.
¿Se estaría follando a ese chico también?
Había pensado en preguntarle pero no dejaba de preguntarse en si al hacerlo no parecería celoso. No quería parecer celoso, y no lo estaba, ¿a final de cuentas eran amigos, no? Era solo una curiosidad fraternal ¿Cuántas veces habían hablado de eso? ¿Además, cuantos años tenía ese crío? ¿Le iban los niños pequeños? ¿Era legal siquiera?
En cuanto el profesor llegó, vio a Nathan alzar la vista y segundos después se recostó sobre su hombro descansando su peso sobre él. Una correntada de alivio invadió al ojiazul al verlo hacer eso, no lo estaba evitando, había huido por la madrugada, pero al menos se había portado normal, ¿Eso era bueno no?
Lo vio garabatear un buen rato sobre su papel mientras el profesor García hablaba sobre Salinger.Nathan estaba haciendo una caricatura del profesor, bastante buena a ojos de Joe, valía decir. Estaba tan concentrado en el trabajo del castaño que había perdido por completo el hilo de la clase.
Nathan le dio los últimos detalles a los lentes del profesor y dirigió su plumón al centro de la hoja y con su perfecta letra caligráfica anotó:
"si dejas de mirarme no desapareceré"
Eso hizo que Joe se pusiera rojo, demonios con Nathan, lo oyó soltar una risita divertida a su lado, ese chico no tenía filtros.
Joe se mordió el interior de la mejilla, de acuerdo, parecía estar relativamente de buen humor pero con el castaño nunca se sabía, con cuidado tomó su propio bolígrafo y garabateó en su cuaderno.
"¿Por qué te fuiste anoche?"
Porque a tu lado siento que me ahogo, pensó Nathan, Me ahogo y a la vez eres el único que podría salvarme, sin embargo, sonrió de medio lado con cinismo y entrecerrando los ojos anotó:
"Querías que desayunara con tu padre? No creo que al coronel le guste la idea de tenerme de yerno"
"Pudiste despedirte" Escribió sin caer en el juego del castaño, que sabía cuando intentaba picarlo para distraerlo.
"Me gusta verte dormir" anotó haciendo que Joe volviera a ruborizarse, no era mentira. Ni siquiera se atrevió a voltearse a verlo, que la tensión que estaba creciendo entre ambos era tan densa que se cortaba con cuchillo. "salvo cuando babeas, entonces eres un asco"
-Idiota.-Gruñó Joe dándole un pequeño golpe en el hombro que le fue devuelto con el doble de fuerza consiguiendo que el Sr. García les llamara la atención.
No volvieron a interactuar en lo que restó de la clase, Nathan siguió dibujando en su cuaderno y Joe se esforzó por prestar atención, pero con el calor de su mejor amigo a su costado aquello se ponía complicado.
-¿Por qué observan a la parejita del resplandor como dos psicópatas? - Preguntó victoria sentándose junto a su hermano a la hora del almuerzo. Aprovechó que no se encontraban en la mesa de los deportistas para molestarlo, que Joe nunca dejaba que se acercara a la mesa de los deportistas.
Lo cierto era que tanto Nathan como Joe observaban en la misma dirección por distintos motivos.
Vania y Max se encontraban sentados solos en una mesa, almorzaban tomados de la mano como si el resto del mundo les importara una mierda. Lo que era bastante probable. De hecho ni siquiera notaban, o al menos eso creían los chicos mayores, los ojos de Joe y Nathan posados en sus nucas. Joe preguntándose por qué Nathan los miraba tanto y este último pensando en cómo demonios conseguir el dinero que le debía a Eric antes de que acabara la semana.
-No sé de qué hablas.-Dijo Joe al darse cuenta de que había quedado en evidencia. En especial cuando sintió los ojos de cierto castaño clavados en él con una de sus cejas alzadas en una interrogación. -Es el nuevo miembro del equipo. Vania. Está un poco joven solo pensaba en eso.
Victoria siguió la mirada de los mayores hasta el muchacho platinado y como muchas otras muchachitas de su edad soltó un suspiro.-El chico está forrado. A nadie le importa su edad, además, es el hijo del sobrino del director.-Le dijo como buena cotilla.-Compartimos clases de algebra. También con Max, aunque el niño va adelantado, es algo así como un geniecito no lo sé. El ruso nunca se despega de él. De hecho rechaza a todas las mujeres que se le han insinuado.-Joe frunció el ceño al oír aquello entrando en rol hermano protector y victoria alzó las manos en señal de inocencia-Que yo no me lo he ligado. No me interesa, de hecho, me parecen una linda pareja, digo Max es un lindo uke, pero es un poco raro, el chico es el hijo de la psicopedagoga, que es para colmo la madre del esposo del padre de Vanian o algo así. Sé que están como emparentados. Si me lo preguntas es medio incestuoso lo suyo.
-¿Espera que? -le preguntó Nathan intentando absorber toda aquella información que su cerebro se sentía como una esponja seca a la que acaban de regar. Él se había acostado con la madre de ese chico ¿Se acostó con la psicopedagoga del colegio? ¿Cómo demonios no se habían enterado antes? - espera, ¿el concejero del colegio no es el sr. García?
-Sí, es decir, lo era. Al menos hasta el año pasado. La sra. Rogers se reincorporó recién este año, estuvo de licencia. Por lo que supe no podía superar la muerte de su hijo.
- ¿Cómo sabes todo eso?
-Me gusta shipear parejas-Se encogió de hombros como si fuera lo más normal del mundo.-¿y ustedes por que los miran? ¿piensan en un trio?
-Tal vez contigo.-Le guiñó Nathan para distraerla, haciendo que la muchachita se ruborizara y que Joe se cabreara.
-No con Vicky. -le advirtió Joe y por instinto puso a su hermana detrás de él haciendo que Nathan se carcajeara y se pusiera de pie.
-Si quisiera joderme a tu hermana lo hubiera hecho hace años, cuando me confiaste la llave de tu casa.-Le dijo acercando su boca a la mejilla de Joe como si le estuviera haciendo una confidencia.-Te prefiero a ti joie. Siempre lo he hecho. -Le dijo haciendo que esas palabras calaran hondo en el ojiazul que se ruborizó.
¿te prefiero a ti? ¿eso que demonios significaba? ¿Por qué el castaño era tan ambiguo todo el tiempo? Nathan hacía que la cabeza se le volviera un lío. Desde la final del partido anterior que lo venia confundiendo, le decía una cosa y luego hacía otra. Soltaba cosas como aquella o lo besaba, pero cuando le dijo que le gustaban los hombres trató como si fuera mierda y eso que Nathan estaba claro que también había estado con hombres, era jodidamente hipócrita, y eso le molestaba, lo hacía sentir como si todo lo que sentía estuviera mal y luego iba y lo tocaba, lo besaba frente a cualquiera como si fuera lo más normal de la historia y luego le decía que lo olvidara, ¿cómo iba a olvidarlo si hacia horas estaban desnudos en su sótano? ¿y eso de que lo prefería a él? ¿que siempre lo prefirió a él? ¿De qué demonios estaba hablando? Nathan era el chico más difícil de entender que había conocido en su vida, vamos que Joe era paciente, pero...
Nathan se dispuso a irse, pero Joe lo detuvo agarrándolo por el brazo antes de que se marchara. Los ojos del castaño viajaron de las manos de Joe aferradas a su antebrazo al rostro de su mejor amigo. Sí, puede que aquella reacción por parte del ojiazul resultara un tanto extraña, pero es que tenía tantas preguntas que hacerle, pero aquel no era el lugar y lo soltó, diablos.
-¿A dónde vas?
Nathan se puso las manos en los bolsillo. Vaya que incómodo.-Debo ver al director y la psicopedagoga.-Se encogió de hombros.-mi papá habló con ellos, dijo que tenía que ayudar con no sé qué, creo que acabaré en el club de teatro ayudando con la mierda de decoración y eso.
-¿Quieres que te acompañe?
Nathan le sonrió de lado jugando con la argolla de su boca atrayendo los ojos de Joe a aquellos labios finos y rosados. Diablos, la sonrisa del castaño se amplió más al darse cuenta de que Joe lo miraba como si quisiera comérselo ahí mismo.
-Conozco bien el camino Joie. Voy mejor solo.-y por extraño que parezca esas palabras parecían tener un doble significado, uno que Joe no le gustaba para nada.
Vio como su mejor amigo se alejaba y suspiró.
-Hay tanta tensión sexual entre ustedes que juro que no sé si estabas defendiendo mi honor o si solo estabas celos por él.-Le dijo Victoria robando las papas de su hermano y hugh, hasta joe sabía que algo de razón tenía pero no estaba de humor como para admitírselo a su hermanita pequeña.
❤🖤❤🖤❤🖤❤🖤🖤❤🖤
Hola! nuevo cap, no se si sea el mejor de todos. pero bueno, no estoy muy conforme con él.
Tema aparte recomiendo mucho call me karizma, hace de la tristeza arte.
Les dejé en multimedia uno de sus temas, sus canciones me gustan mucho para cuando escribo sobre mi pobre Nathan.
en fin eso es todo hasta nuevo aviso. Los amo mucho.
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