12
Por aquí les dejo un meme hecho por ceceblueXO
y ahora sí, el nuevo capítulo, que lo disfruten 😏
Nathan caminaba de un lado al otro en su cuarto maldiciendo sobre la cabeza de Jack mientras Joe lo observaba sentado desde la cama limitándose a darle la razón. Conocía al castaño y tardaría un buen rato en calmarse. Siempre que peleaba con su padre era igual, se gritaban y luego se pasaban horas enfurruñados como niños.
Joe había sido testigo de eso cientos de veces, de hecho no recordaba cuándo había sido la última vez en la que vio a su mejor amigo interactuar con Jack sin que terminaran en una pelea, lo más probable era que aun hubieran sido niños por entonces. A ojos de Joe, Nathan estaba siendo ligeramente injusto con Jack, no era tan mal padre, vamos, el coronel Wood, no le hubiera permitido ni la mitad de las cosas que los padres de Nathan le permitían al chico inglés, mucho menos considerando los líos en los que Nathan terminaba metido el 80% del tiempo.
Sí, Joe podía no estar 100% de acuerdo con Nathan pero no pensaba decírselo.
—Oye, mira—Dijo Joe cansado de verlo andar de un lado al otro, comenzaba a marearse. Vamos, por norma general lo mejor era distraerlo. Sin saber que otra cosa hacer sacó la carta que llevaba en el bolsillo y se la enseñó.
Esperaba que se riera, que bromeara o que hiciera cualquier cosa que lo distrajera de su malhumor, pero si era posible aquello solo sirvió para empeorar las cosas.
Auch.
El castaño le arrancó el papel de mala forma de las manos y en cuanto leyó lo que ponía su ceño se frunció en una mueca de desagrado que definitivamente avecinaba problemas.
—¿Qué mierda es esto? —Gruñó con su acento inglés marcado por la molestia.
—Oye...—Joe alzó las manos en son de paz.—Solo lo encontré en la cochera, pensé que te gustaría verlo, solo...
— ¿Por qué me gustaría ver esta mierda? ¿Qué demonios pasa contigo, Joe?
—Yo-Yo no sé. Me pareció divertido, no sé hombre. Para un poco ¿sí? solo no lo sé.
—¿Divertido? No me va la cosa gay, no es divertido Joe...—Nathan se detuvo y clavó sus ojos oscuros en su mejor amigo—Espera, ¿Te van los hombres o qué? —Joe se quedó mirándolo como pez fuera del agua ¿Tan obvio era?— No...Joder, tú no. No me vengas con esa mierda. —Rogó el castaño y el gesto de Joe pasó de sorpresa a culpa. Eso hizo que Nathan quisiera gritar de frustración. — ¿En serio? ¡MIERDA, Joe! ¿Qué hay de todas las veces que me desnudé frente a ti...—Nathan empezó a caminar de un lado al otro agarrándose la cabeza. Sentía que podía estallarle en cualquier momento. No, Joe no. —Dime que no, hombre, esto, esto...Es enfermizo, ¿Que hay de dormir juntos? ¿No podemos dormir juntos? esto es un maldito desastre.
Joe le lanzó una mirada dolida.Okey, No era como si de pronto fuera a violarlo o algo. Que vamos, Nathan era un cabrón, pero lo estaba tratando especialmente como mierda. Joe lo conocía, sabía que cuando estaba de mal humor decías cosas de las que después se arrepentía y aquel día parecía realmente molesto pero no se lo merecía, no creía merecerse eso y le dolía. Vamos, que lo tratara así le dolía y mucho.
—¿Qué si me gustan los hombres eh? —Le espetó molesto. Alzó su barbilla con orgullo y se puso de pie para enfrentarse al castaño, no se dejaría tratar así, tenía orgullo, vamos, orgullo Wood. —¿Y sabes qué? De hecho, llevo un tiempo hablando con uno. Puede que en realidad no me guste, pero incluso si me fueran los hombres, Nathan...—Joe negó una mezcla entre fastidio y dolida resignación— nunca esperé esto de ti.
— Vienes y me sales de la nada con que te van los hombres. ¿Qué demonios esperabas?
—Esperaba que lo entendieras.
—¿Por qué?—De pronto se sentía molesto con Joe y no sabía explicarlo. Más que molesto. ¿Por qué? ¿por qué decía esas cosas? ¿por qué tenía que decirle esas cosas? Era tan... incómodo. lo hacía sentir raro, No quería, no quería saberlo.—¿Porque mis padres son maricas, no?
—No idiota. Porque eres mi mejor amigo. Esperaba que intentaras entenderme por eso, Olvídalo. —Dijo girándose para salir de aquella habitación. Nathan y sus mierdas podían irse al demonio, ya había tenido suficiente mierda por un día.
— Joie—Nathan lo agarró por el brazo y lo detuvo de un tirón atrayéndolo hacia su cuerpo. —Lo siento. —Murmuró bajito apoyando su frente contra la de su mejor amigo y cerró los ojos, rogando porque por millonésima vez, el ojiazul lo perdonara ¿Por qué siempre lastimaba a Joie? Joder, Nathan adoraba cada estúpida cosa de ese chico. —Lo siento mucho, Joie...
—Eres un idiota. —Gruñó Joe, pero no se apartó.
—Lo sé. —Dijo Nathan posando sus manos a los costados de Joe con los pulgares haciendo pequeños círculos en la cintura de su mejor amigo. De pronto sentía un fuego incómodo en su estómago, que no sabía identificar pero no le gustaba, no le gustaba que Joe hablara con un chico, vamos, que le molestaba la idea de que Joe saliera con alguien, no se trataba de que fuera un hombre, el asunto era que no quería compartirlo. No. Lo había comprobado el año anterior cuando Joe se había conseguido esa estúpida novia. Nathan Acabó haciendo estupideces por su culpa. ¿Y si ahora se conseguía un novio? Carajo. Nathan no quería que Joe tuviera un novio. Ese chico era suyo y la sola idea de que estuviera ligoteando con alguien lo jodia, no importaba si era chico o chica, que alguien se lo quitara le aterraba—Lo siento. No importa si te van los chicos.
—No sé si realmente me van, pero no tienes porqué tratarme como mierda.
—Lo sé.
—No vuelvas a hacerlo.—Susurró con sus alientos chocando. No era la primera vez en la que ellos estaban tan cerca pero de pronto se sintió extraño.
—No puedo Evitarlo.—Nathan por fin abrió los ojos para mirar a aquellos profundos pozos azules. Joe seguía molesto con sus mejillas encendidas y sin que se lo viera venir Nathan acortó las distancias y lo besó.
Nathan sintió como el cuerpo de Joe se tensaba, las manos del ojiazul viajaron por instinto a la cintura del castaño para apartarlo, pero aquello fue como un incentivo para que Nathan se apretara más contra su cuerpo.
No, no se apartaría.
¿Quería besar hombres? él era uno ¿no? Él podía besarlo. No necesitaba a otro chico cuando lo tenía a él ¿No?, ¿No? Joder. ¿Estaba siendo irracional?
Vamos, que a él no le iban los chicos, pero le iba menos la idea de Su Joe con otro ¿y quién era ese otro? De pronto la cabeza de Nathan hervía mientras las ideas corrían a mil por horas. Apretó más sus labios contra los de Joe intentando profundizar el beso, pero el ojiazul no cooperaba, se había quedado simplemente congelado en su sitio.
¿y si de hecho ya salía con alguien?
Tal vez aquello era lo que fue a decirle. Vamos, que Joe dijo que eran amigos. La carta. Dios. La carta se la dio para ablandar el terreno y decirle que salía con alguien. Alguien que de seguro no iba a quererlo cerca de Joe, intentaría alejarlo de su mejor amigo. Seguro que sí. Maldito imbécil, no lo conocía, pero no necesitaba hacerlo para odiarlo en esos momentos.
No...No se lo pondría tan fácil.
—Abre la boca.—Susurró Nathan sobre sus labios con voz ronca apretandose más al cuerpo de su mejor amigo para evitar que huyera.—Hazlo Joie. Por favor.
Necesitaba que Joie no lo rechazara o incendiaria toda la maldita ciudad hasta dar con el imbécil que intentaba quitárselo.
—Vamos —insistió tirando del labio inferior del ojiazul hasta que Joe por fin reaccionó. Con un suspiro de alivio el castaño delineo el relleno labio inferior de Joe pidiéndole permiso para entrar en su boca.
Joe se lo dio. Joder, Joe separó sus labios y dejó que el castaño lo besara.
Un escalofrío agradable le recorrió el cuerpo cuando sus lenguas chocaron enviando corrientes por todas partes. Oh, eso había sido bueno, Nathan volvió a empujar su lengua contra la de Joe sacando un gemido que se ahogó entre en sus labios. Vaya, eso definitivamente había sido caliente. Nathan se encontró a si mismo volviendo al ataque en cuanto se dio cuenta de que aquello sorprendentemente le gustaba, que había estado con muchas mujeres antes, pero pocos chicos.
Lo había evitado siempre, por la mierda esa de que todos esperaban que fuera gay como sus padres, no quería darles la razón a esos idiotas de cabeza cerrada que los perseguían. Pero ahí estaba, metiéndole la lengua a su mejor amigo y le gustaba. Mucho, joder. Creyó que no podría, pero... vamos que besar a su mejor amigo no estaba mal, era rico, era diferente, en el sentido de que aquello no se sentía sucio o incómodo como las veces que se había besado con otros hombres, se sentía bien. Nathan se afirmó mejor al cuerpo de su mejor amigo bajando sus manos hasta las caderas de joe para tirar del ojiazul contra su cuerpo. Joe era cálido, su cuerpo contra el suyo se sentía familiar y despertaba una mezcla de emociones en el castaño que no sabía si quería identificar en esos momentos.
oh... cielos.
Empujó a Joe un poco más contra su cuerpo obligando a que el chico elevara la cabeza y se pusiera de puntillas en sus tenis para no romper el contacto entre sus bocas.
Nathan abrió uno de sus ojos y lo espió a través del espejo de su cuarto. En ese momento joe se veía jodidamente lindo a su lado todo entregado al beso. Sus mejillas se notaban rojas igual que sus labios y le gustaba estúpidamente mal que Joe tuviera que estirarse para llegar a él. Joe no era pequeño, no lo era, pero a su lado si lo parecía y eso era Lindo. Nathan envolvió con cuidado la cintura de su mejor amigo.
Okey, tal vez se debió de preocupar más por encontrar a Joe malditamente lindo pero no estaba en ello. En esos momentos lo único en lo que podía pensar era en lo esponjoso que se sentían los labios rellenos de Joe. ¿Cómo no se había percatado de eso antes? Dios, eran como algodon de azucar. Nathan lo mordisqueó con suavidad intentando satisfacer su curiosidad y sí, demonios, se sentían tan bien entre sus dientes como contra sus labios. Joder, no había manera de que pudiera apegar a Joe más a su cuerpo, pero inconscientemente seguía tirando del ojiazul como si intentara fundirlo contra su cuerpo.
Pasaron los minutos con sus bocas saboreandose, dios, era tan bueno. Tan...Joe gimoteó en busca de aire. Mierda, necesitaba apartarse para respirar.
Con reticencia Nathan lo dejó ir consiguiendo que Joe soltara un gemido de protesta. Eso hizo que Nathan sonriera con suficiencia observando la manera en la que los ojos azules de Joe lo miraban, mitad perdido, mitad asustado, todo mejillas rojas y su mirada oscurecida.
jo-der.
Joe luciendo todo besado era malditamente hermoso y él lo había hecho, él había puesto así a su mejor amigo. No debería sentirse tan satisfecho por eso, pero no pudo evitarlo, pegó justo en su ego elevandolo por los aires.
Le acarició los labios una vez más y cuando estuvo seguro de que Joe no huiría, retrocedió hasta que sus pantorrillas golpearon con el borde de la cama. El castaño se dejó caer llevando las manos hasta las caderas de Joe y tiró de él obligándolo a que se sentara a horcajadas sobre sus piernas.
—¿Quién es él? —Gruñó contra el cuello de su mejor amigo que en esos momentos se veía demasiado dócil a lo que fuera que el castaño quisiera hacerle.
—¿eh?— Preguntó aturdido Joe, no tenía idea de que le estaba hablando. Vamos que aquel beso lo había dejado fuera de juego. Ahora podía comprender por qué las mujeres andaban detrás del castaño incluso cuando era un cabrón el 90% del tiempo. ¿Cómo alguien podía besar tan bien? Joe atrapó su labio inferior de forma inconsciente entre sus dientes mientras observaba las argollas que decoraban la boca de su mejor amigo. Joe nunca antes había besado a alguien con aretes en la boca, Y el piercing en su lengua, jesus, se había sentido increíble. Esa vez Nathan si lo había besado de verdad y estando sobrio. No era como si mañana pudiera decirle que lo había olvidado. ¿En qué lugar los ponía eso?
—El chico del que hablabas— Insistió Nathan llevándolo de nuevo a la realidad.
Okey Nathan le estaba hablando, también lo estaba acariciando, Joe bajó su vista hasta sus propias piernas a horcajadas de las de Nathan ¿Eso no era demasiado de chica? Estaba montado sobre su mejor amigo y contra todo, no podía dejar de pensar que las manos de Nathan en su espalda se sentían malditamente bien.
—Joie.
El pequeño apretón de Nathan hizo que volviera a alzar su vista al castaño.
—No lo sé.—Respondió rodeando el cuello de Nathan con su brazos atrayéndolo inconscientemente más cerca.
Nathan sonrió y comenzó a subir sus manos por los costados de su mejor amigo con caricias lentas consiguiendo que el ojiazul entre sus brazos se estremeciera. Vaya, Joe era demasiado receptivo a sus toques. Eso era nuevo, una manera nueva de descubrir a su mejor amigo. Honestamente no estaba nada mal.
Joe intentó cortar las distancias para volver a besarlo pero el castaño se lo impidió, por un segundo Joe se aterró pensando que ese era el momento en el que Nathan caía en la cuenta de lo que acababan de hacer y perdería su mierda, pero lo único que hizo el castaño fue acercar sus labios al oído del ojiazul y besar su mejilla.
—¿Cómo es eso?
—Un chat. Lo conocí en un chat, va a Corliss. Fuckerenglishman69.—Soltó abriendo los ojos en busca de algún gesto, algo que le dijera que Nathan era el chico al otro lado de la pantalla. Vamos, que Joe no era estúpido ¿Cuántos ingleses podía haber en Corliss? Pero el castaño frente a él no hizo ni la mínima mueca al oírlo.—¿No eres tú?—preguntó avergonzado.
Joder, él había estado teniendo fantasías calientes con Nathan, pensando que era Fuckerenglishmen. ¿Que diría Nathan si se enterara de ello?
—No.—Admitió antes de fruncir el ceño indignado.—y no quiero que vuelvas a hablarle, Joe ¿Tienes idea de la cantidad de pervertidos que hay en internet hoy en día? ¿Como puedes andarte mensajeando con un extraño, mira si...
Joe lo calló juntando de nuevo sus labios. Había sido un movimiento osado pero Nathan no se resistió, todo lo contrario, enredó sus manos en la camiseta de Joe para comenzar a quitarla.
Ambos habían estado antes con mujeres, pero aquello era nuevo. Para su propia sorpresa tener a Joe en su cama no le molestaba. Verlo entre sus brazos, sentir su calor, su cuerpo firme... le gustaba.
Eso, era jodidamente nuevo y exquisito.
Lo tumbó en la cama quedando sobre él y lo observó, claramente no había tetas donde debían y el pecho torneado de horas de entrenamiento, no era femenino, para nada, faltaban curvas y sobraban músculos para imaginarse que estaba con una chica, pero joder, Nathan no necesitaba imaginarse a una chica, Joe era sexy, vamos, que verlo así lo estaba poniendo, tenía el cuerpo firme y tallado, la piel tirante y bronceada del verano. Demonios. Verlo tumbado en su cama de aquella forma le daban ganas de sacar su cuaderno y retratarlo ahí mismo.
—No me mires así.—Gruñó Joe haciendo que Nathan jugueteara con la argolla de su labio inferior para no sonreír.
Que si habían llegado hasta ahí era por su culpa, no podía quejarse ahora por que quisiera mirarlo, todo era su jodida culpa. ¿Por qué demonios había tenido que decirle esas cosas?
De acuerdo, Nathan no quería pensar en eso, separó los muslos de su mejor amigo y acomodó las caderas entre sus piernas recargando su peso en sus brazos a los lados de la cabeza de Joe antes de volver a atacar sus labios.
Sus entrepiernas rozaron haciéndolos gemir a ambos, vaya, aquello se sentía muy bien. Las manos de Joe viajaron hasta el trasero de Nathan y apretó en él separando más sus muslos para que sus cuerpos encajaran mejor y encajaban. Ellos realmente encajaban. Nathan mordió su labio inferior cuando sus entrepiernas volvieron a friccionar, malditamente que sí encajaban, No tenía idea de que estaban haciendo, pero le gustaba. Con cuidado besó el pectoral del ojiazul y comenzó a marcar patrones con su lengua sobre aquel abdomen duro que se iba tensando a su tacto.
Nathan delineó con cuidado el six-Pack de Joe hasta su ombligo y sin pedir permiso, desabrochó el cinturón del ojiazul. Apenas la tensión se aflojó de sus caderas, tiró del pantalón hacia abajo, dejando a la vista su ropa interior.
Calvin Klein, leyó el castaño antes de besar las caderas de su mejor amigo.
Alzó la mirada al rostro del ojiazul estudiando su reacción, Joe mordía sus labios apretando fuertemente sus ojos, lucía todo lo tenso que podía verse un hombre caliente, pero para nada parecía querer apartarlo. Tomando eso como incentivo continuó besando con cuidado por debajo de su ombligo y comenzó a quitarle aquella última prenda que lo separaba de su hombría.
Joder. No era la primera vez que veía el pene de Joe, lo había visto antes en los vestidores, pero aquella era una manera diferente de mirarlo. La polla frente a él estaba rosada, brillante y erecta en sus buenos 18 cm apuntando hacia su cara. Nathan lo sabía porque en cierta apuesta se los habían medidos para comparar, la de Joe era un poco más pequeña y gruesa con un poco de prolijo vello oscuro recortado cerca de la base. Era una polla bonita, si era que una polla podía considerarse de esa forma, Nathan no estaba seguro de si pensar en eso era "normal" ¿Las mujeres andarían por ahi comparando sus pollas y decidiendo si eran bonitas o no? De acuerdo, suficientes pensamientos para las pollas. Nathan volvió sus ojos a la muy, muy masculina polla bonita de Joe y la tomó por el tronco probando como se sentía en su mano.
joder, estaba sujetando la polla de su mejor amigo, ¿Qué demonios estaba haciendo?
Buscó la mirada de Joe pero el ojiazul seguía con los ojos cerrado y las mejillas rojas a más no poder. Apretó con fuerza aquella carne entre sus dedos hasta que Joe soltó un jadeo mitad dolor, mitad excitación y entonces comenzó a sobarla.
Los movimientos de Nathan eran brutos, fuertes, ejerciendo la presión y velocidad suficiente con la que él mismo se hubiera tocado, dios, había algo morboso en tener esas manos grandes de dedos delgados y masculinos alrededor de su eje, no existía manera en la que Joe pudiera imaginarse que estaba recibiendo una paja de una chica, y si era sincero, tampoco quería imaginarse con nadie que no fuera Nathan. Joe abrió los ojos para espiarlo, estaba a punto del colapso, definitivamente iba a perder la cabeza y notándolo, el castaño tiró un par de veces más de aquella vara hasta que Joe se corrió sobre su abdomen. Un gemido lastimero escapó de su boca mientras era atacado por el orgasmo, dios. Joe pestaño enfocando a Nathan, el castaño no lo miraba, de hecho, sus ojos oscuros estaban fijos en su abdomen cubierto del liquido cremoso y blanquesino de su orgasmo.
Joe hizo una mueca de disgusto, tenía algo así como una ligera fobia por el semen. Le daba asco, simplemente eso. No soportaba ensuciarse con él, De hecho ni siquiera podía besar a las chicas luego que se la mamaran porque le daba asco la idea de probarse a si mismo.
—No me mires así, eso te lo hiciste tu solo, viejo.—Se defendió Nathan con sus ojos aun fijos en el semen de Joe, curiosamente no le desagradaba, de hecho, una extraña curiosidad se apoderó de él y con su dedo índice recogió un poco de aquel néctar antes de llevárselo a la boca y probarlo.
Salado. No estaba mal.
—No lo has hecho—Se quejó Joe recibiendo una mirada de culpa de su amigo que se volvió a postrar sobre él , le dejó un beso en la mejilla y acariciando con sus labios todo el camino hasta su oreja susurró:
—Creo que si te van los chicos.
De acuerdo esto fue todo por hoy.
¿que opinan?
No se la veían venir eh?
Nathan no es fuckerenglishman... jijiji
¿quien será? espero sus teorías
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