3_Zvezda.

Criada por el marido de su difunta madre, fallecida por razones desconocidas. Es extremadamente inteligente para su edad y por esa razón, a lo largo de su niñez, fue sumamente exigida para cumplir las altas expectativas de su madre. Su padrastro era alguien insensible, frío y agresivo de por sí pero, con el fallecimiento de su mujer, sus malas cualidades se potenciaron.

Tras ser maltratada innumerables veces, Zvezda decide escapar nuevamente, tan solo llevando en su bolso unos abrigos, un poco de comida y agua. Convenció a un extraño de transportarla a escondidas, a cambio de una enorme suma de dinero que había robado.

Terminó trasladándose desde el distrito Ostrovsky a Rouville-aux-chênes. El destino de ambos fue el gran Este Francés y, al tener en cuenta que la niña estaba sola, esta persona le ofreció alojarse en su casa y Zvezda aceptó. Vivió un tiempo en ese lugar a silencio comprado, pero solo hasta que recordó cuál creía que era su destino en realidad. En cuanto consiguió un mapa de la región y encontró la oportunidad, se retiró hacia el aeropuerto de Châlons-Vatry. Zvezda era políglota porque su madre le enseñó más de un idioma, bajo el pensamiento de que más lenguas era igual a más posibilidades o capacidad, lo cual le permitió comunicarse.

A las afueras del aeropuerto, la niña de pelo ceniza intentaba convencer a una pareja francesa de que, si le permitían tomar el vuelo con ellos, le ayudarían a encontrarse con sus padres. La pareja pensó que eso le traería problemas y tampoco le creyeron, por lo tanto, se negaron. Cuando Zvezda se dirigía hacia el interior del aeropuerto, notó que sería un problema si alguien hablaba con un oficial respecto a ella, porque sabía que investigando descubrirían sus acciones y temía regresar al punto de inicio.

Habían muchos vuelos, pero ella sabía perfectamente cuál tomar. A su lado se sentó un señor de aspecto agradable y la niña le preguntó por el horario. Parecía que la ignoraba descaradamente pero, al tocarlo, el hombre la miró e hizo gestos comunicándole que era sordo mudo. En lenguaje de señas, ella se disculpó y le preguntó:

-¿Va a tomar usted el vuelo de las 7:30?

El hombre asintió con la cabeza discretamente, disimulando lo sorprendido que estaba por el hecho de que ella se expresara mediante lenguaje de señas; y, acto seguido, la niña le ofreció compañía argumentando que tomaría el mismo vuelo, con la excusa de que su tía iba a abordarlo también y debía encontrarla. El señor aceptó y le aclaró que debía avisarle cuando la viera.

Una mujer joven recibía los boletos y pidió el de este señor. Después de eso, intentó "verificar" si realmente eran abuelo y nieta, ya que eso le dio a saber Zvezda. La niña la miró y luego a su acompañante, y solo eso le bastó para idear un plan. La pequeña le dijo por señas al señor que le confirmara que venían juntos, mientras que a ella le respondió:

-Él me enseñó el lenguaje de señas, sino, ¿con qué otro motivo lo aprendería?

Por su parte, el señor le comunicó a la empleada por escrito:

-No se preocupe, viene conmigo.

Ambos entraron al avión y Zvezda señaló un lugar vacío junto a una mujer. El buen hombre se despidió con una sonrisa y ella igualmente, ya que iban en cabinas separadas y no creían que hubiese tiempo para despedirse después. Zvezda se sentó al lado de esa mujer que a los ojos del señor era su tía y, en el momento en que la mujer preguntó por su adulto responsable, le dijo que ese hombre, el cual se dirigía a otra cabina, era su abuelo.

Descendió del avión en el aeropuerto O'Hare. Consultó algunas personas y utilizando esa información, además de la que proporcionaban las cartas, se determinó a encontrar a su amiga de la correspondencia. Vagó por la ciudad negándose que estaba perdida, por más que fuera un hecho; acto seguido, se sentó en la acera y comenzó a llorar desconsolada porque la invadían los pensamientos de que nada había valido la pena, sintiéndose vulnerable e insegura, recordando el por qué huía.

Una joven adulta apareció detrás y le ofreció pasar a su hogar; Zvezda entró y se le pidió acomodarse en la sala de estar. La niña le dio las gracias y le dijo que tenía una linda casa, a lo que la joven le respondió que no era suya porque la alquilaba. Zvezda se quedó sin ideas y sabía que no podía seguir distrayéndola; que la chica comenzara a interrogar, significaba un problema.

Cuando la mujer iba a tomar asiento, la llamaron a su teléfono y le pidió a la niña que esperara un momento, el cual nuestra protagonista aprovechó para idear algo realmente arriesgado, pero que quizás funcionaría. Al volver la anfitriona, Zvezda le pidió dos cosas: su celular para contactar a sus padres y un vaso con agua. La chica aceptó y, cuando se fue de la sala para traerle un vaso con agua, Zvezda tomó el teléfono celular para salir lo más rápido que pudo de la casa. La niña sabía que necesitaba la red wi-fi pero, a la vez, debía escapar de la mujer que intentó seguirla de cerca; entonces, en lugar de correr, escaló al techo y se ocultó. Utilizó Google Maps para localizar a su amiga; sacó una de las cartas de su bolso, la cual no estaba escrita del todo, y dibujó el mapa de acuerdo a como se veía en la pantalla. Cuando se sintió segura, salió de su escondite y comenzó su viaje a pie, corto en comparación con los que había realizado anteriormente.

En el camino, Zvezda notó un negocio local y se sintió aliviada porque tenía mucha hambre, ya que no había comido desde el viaje en avión. Lamentablemente ya no tenía dinero así que, simplemente, se sentó cerca del minimercado y esperó. Vio que un chico adolescente iba a comprar y lo interceptó para proponerle lo siguiente:

-Hey, escúchame. Si me compras muchos sándwiches y algo para beber, te regalo este teléfono celular.

Él aceptó de inmediato.

Una vez provisionada, Zvezda continuó su camino hasta que consiguió llegar a la ubicación indicada. Segura de sí misma y casi llorando tanto por la alegría como por la ansiedad, se dirigió hacia la puerta. Lo dudó un poco, pero ella sabía que su amiga vivía solo con su hermana mayor y que no tendrían problemas en recibirla. Zvezda tocó el timbre y abrió la puerta una niña apenas más alta que ella, de piel blanca y pareja, que llamativamente tenía los ojos de distinto color. La bella niña de pelo negro le preguntó si necesita algo o si busca a alguien, y la respuesta fue:

-Hola, mi nombre es Zvezda.

Haciéndole notar que es su amiga de la correspondencia, mostrándole una de sus cartas mientras se presentaba; personalmente para ella, la más valiosa de las cartas.

-------《Љ133¿?》