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43_Jin.
Todos querían a Jin.
Jin siempre fue muy adorable en todo sentido. Solía tener una imagen muy cuidada y un comportamiento bastante agradable, un tanto tímido y muy complaciente o servicial. Por costumbre, solía fingir estar bien y prefería pasar desapercibida mientras se pudiera.
Su tía habló con ella luego de verla triste en un cumpleaños, y como para que se note que estaba triste, era porque en verdad se trataba de una tristeza enorme. Conversaron tranquilas un buen rato y salieron frases como: "-Puedes contarme lo que sea." o "-Cuenta conmigo."; e incluso su tía le explicó que cuando Jin era pequeña, solía verla golpeada y podía deducir que sus padres eran los responsables de sus marcas, haciéndole entender a Jin que desde una corta edad tenía muy marcado qué decir y qué no. De todas formas, aun creyendo sentir que alguien la comprendía, Jin mantenía su comportamiento por el cual insistía con su idea de soltar respuestas como: "-Lo sé, gracias.", "-Puedo hacerlo sola.", "-Estoy bien.".
La verdad era que en su casa reinaban la violencia verbal y el maltrato físico o psicológico, sin mencionar que su relación con los muy pocos amigos que tenía era algo distante, y en el colegio sentía que todo el mundo le pasaba por encima.
Ella sabía que no quería eso, ella sabía que no era sano, pero se sentía cómoda así porque la situación fue la misma desde que tiene memoria y ya se sentía una experta tratando con esto. Ya estaba acostumbrada a dar la razón por todo, a mentir con precisión, a ocultarle a las personas todo su interior, a no ser reconocida o valorada y sobre todo, a no pedir ayuda.
Ella estaba segura de que para todo había una solución y, que tan solo analizando y sobrepensando las distintas situaciones que le ponía en frente la vida, podría resolver cada problema que se le presente. De hecho, ella mantenía una buena autoestima y una formidable confianza en sí misma; porque para ser tu único apoyo, es esencial quererte.
Las pocas veces que ha hablado de esto con sus amigos, ellos le remarcaban que era muy importante que se expresara, que pidiera ayuda y reconocer el hecho de que en realidad no estaba sola; así que no tenía por qué hacer lo que hacía. Como era de costumbre, les dio la razón, les dijo que de ahora en más iba a cambiar y que iba a abrirse más; nada más incierto que eso.
Jin no se sentía cómoda contando sus problemas porque eran usuales las respuestas que daban a entender que no había algo por hacer. Se había cansado del "-¿Pero no te sientes mejor por haberlo contado?", o de respuestas como esas, ya que como por ejemplo en ese caso, sentía que el problema era completamente indiferente a si había sido contado o no. De hecho, el tener que lidiar con personas que no la comprendieran, no supieran qué hacer o qué decir, era un problema más. Tenía que cuidar de no herir sus sentimientos, mientras trataba de convencerlas de que se callaran porque solo empeoraban las cosas, y debía evitar también que terminaran preocupándose incluso más por haber rechazado su ayuda.
Ella sentía que era mucho más seguro el desapegarse de las personas, que pedirles consejos. Sentía que era mucho más seguro ir por su cuenta, que no estar sola; y es que pensaba que nadie podría resolver sus problemas mejor que ella, o al menos, que nadie podría intentar ayudar sin ser una molestia.
Igualmente, Jin tampoco se esforzaba mucho para mantenerse en segundo plano. Una chica idealizada por sus padres, emocionalmente invisible para sus amigos y pasada por alto en todo lo demás.
Los muy pocos amigos que la entendían y se preocupaban por ella, le aconsejaron ir al psicólogo argumentando que es profesional, que no tendría por qué quedar bien y que además porque realmente necesitaba desahogarse. Jin solía dar excusas bastante simples o cotidianas respecto al tema, pero eran sus íntimos amigos, así que lo pensó dos veces antes de engañarlos. Les contó que una vez ella colapsó en silencio y encerrada en el baño, pero luego su madre la escuchó y entró a la fuerza aun cuando ella le pidió que no. Su madre la insultó y la degradó, trató de herirla comparándola con los "-...estúpidos suicidas adolescentes de hoy..." y minimizando los problemas de Jin, además de resfregarle los suyos. Luego de relatar esos hechos, explicó que simplemente era inviable que comprendiera cuando ella le pidiera asistir a un psicólogo. Después de esto, algunos de sus amigos se enojaron, otros se entristecieron, y ninguno le planteó otra solución. Pensaban que dejarle en claro a Jin que podía contar con ellos, era todo lo que podían hacer, y eso hicieron.
-Gracias. Respondió Jin, para así dar fin a la conversación.
Igualmente, ella no tenía como motivo tan solo el hecho de creer que nadie podría ayudarla, y tampoco se trataba de ego o de sentimientos de superioridad. Jin ni siquiera había contado sus problemas y tan solo por el hecho de tenerlos, la gente ya se sorprendía. Los problemas que tenía eran muchos y algunos muy grandes, por lo que a ella le daba mucho miedo el tener que contar tanto de la nada, para posteriormente sentir un inmenso arrepentimiento y más sobre todo, si el receptor decide actuar. Es importante recordar que la mayoría de las personas con las que tiene relación, la ven como una chica prácticamente sin problemas, que siempre está bien y que se conforma cuando las cosas no salen como las quería.
Por otro lado, a lo que lleva todo esto, es a que Jin pierda la línea trazada por su juicio que le permite diferenciar lo que es una ayuda, de lo que no. Nunca supo con seguridad si es que pasó por alto algo que podría haberla ayudado o no, pero también se aseguró de ahorrarse el daño adicional que provoca una falsa ayuda y eso era en lo que ella se concentraba. Tampoco se sentía querida en realidad, porque todos querían a esa máscara que representaba una vida permanentemente sana.
Para Jin existían dos mundos: el de fuera y el de dentro, los cuales nunca tenían que cruzarse. En el de fuera, ella era querida por todo el mundo, siempre estaba bien, evitaba a toda costa sentirse mal y tenía apoyo; en el de dentro, Jin estaba solamente acompañada de sus sentimientos y pensamientos.
¿Cuánta vida se puede aguantar estando sola?
-------《십사디3,14...》
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