𝚌𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚜𝚒𝚎𝚝𝚎
"𝙿𝚘𝚛𝚚𝚞𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚛𝚘 𝚓𝚘𝚍𝚒𝚍𝚊𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚋𝚎𝚜𝚊𝚛𝚝𝚎, 𝚙𝚛𝚒𝚗𝚌𝚎𝚜𝚊"
El día siguiente en la escuela fue extraño por varias razones y ninguna de esas razones hizo que ChaeYoung se sintiera satisfecha con alguien, especialmente con Jennie.
Comenzó por la mañana cuando estacionó su auto, los ojos de los demás se quedaron en ella por más tiempo del que deberían. Todos tenían curiosidad, curiosidad por saber que estaba haciendo ella dentro del auto, como si colocara líneas de polvo blanco sobre el tablero y las inhalara. ¿Quién diablos se creían esas personas?
Pero eso no fue lo peor, más ojos la siguieron a lo largo del día pero un par de ojos marrones la evadieron.
ChaeYoung se preguntó dónde diablos estaba Jennie. No había visto a la chica en toda la mitad del día escolar y estaba segura de que necesitaba al menos ver a Jennie una vez por una razón de la cual no estaba segura todavía. Lo único que sabía era que sentía ansiedad al no poder encontrar a la coreana.
Y está fue la razón por la que Jennie afectó el estado de ánimo de ChaeYoung, porque ella se enfrentó a la idea de que necesitara interactuar con las amigas de Jennie. Es decir, Bae JooHyun, porque parecía ser la persona más cercana a Jennie desde que la celebridad había llegado a la escuela.
De mala gana, ChaeYoung ubico a la vivaz pelinegra y finalmente la localizó, apoyándose en el casillero de su amiga más pequeña. NaYeon parecía ser su nombre.
—Bae. – ChaeYoung dijo como saludo, avanzando con pasos duros y esa mandíbula apretada que siempre hacia que la gente a su alrededor retrocediera.
Sin embargo, la gente no retrocedía.
¿Qué demonios estaba pasando?
JooHyun se giró y miró a ChaeYoung de arriba a abajo, provocando molestia en la chica de ojos verdes. Porque JooHyun estaba siendo despectiva con ella y ChaeYoung no estaba acostumbrada a eso… hasta que llegó Jennie.
NaYeon soltó alguna excusa que JooHyun no pudo entender y huyó de inmediato.
—Fantástico, Park. – suspiró JooHyun. — Ahuyentaste a mi pequeño conejo.
—¿Dónde está Jennie? – ChaeYoung mantuvo su tono cortante, sabiendo que si Jennie recibía noticias de que había amenazado con romperle el brazo a Bae JooHyun… cualquier relación que tuvieran, terminaría.
—En casa, está enferma. – la pelinegra puso los ojos en blanco, dándose la vuelta lista para seguir a su amiga hacia la cafetería.
ChaeYoung, a pesar de su creciente frustración, caminó más rápido para alcanzarla.
—¿Enferma de qué?
—¿Crees que soy médico? – JooHyun se burló, acelerando el paso mientras ChaeYoung dejaba escapar un gruñido agitado, dejando que la chica siguiera su alegre camino.
La siguiente persona que la irritó aún más fue Lisa. La chica se acercó sigilosamente a ella después de que JooHyun desapareció y comenzó a coquetearle descaradamente, tratando de convencer a ChaeYoung de ir al baño más cercano, pero la chica de ojos verdes no aceptó nada de eso. No cuando acababa de descubrir que Jennie estaba enferma y ni siquiera le había enviado un mensaje de texto para informarle.
—Vamos, Chae. – Lisa movió las cejas. — Sabes que será divertido.
—No. – ChaeYoung se dirigió a su propio casillero, rebuscó en él y metió un libro tras otro.
—¿A dónde vas?
—Lejos.
—¿A ver a Jennie?
—No es de tu incumbencia, Lisa. – ChaeYoung colgó su mochila descuidadamente en su hombro y le dió la espalda a la tailandesa.
Y como no quería parecer tan desesperada como ya se había mostrado, Lisa permitió que ChaeYoung se alejara de ella sin más problemas. Y una parte de ella sabía que cualquier relación que había tenido con ChaeYoung había terminado en el mismo momento en que vio que los ojos verdes se concentraban en Jennie.
Lisa tenía razón, ChaeYoung estaba en camino para ver a Jennie. Estaba más que dispuesta a abandonar la escuela si eso significaba que al menos podía ver a la coreana ese día. En el poco tiempo que Jennie llevaba allí en la escuela, ChaeYoun se había vuelto un poco dependiente a su presencia ahí. No tenía nada que ver con la fama que rodeaba el nombre de Jennie o el hecho de que ChaeYoung se sintiera atraída por ella, era el simple hecho de que Jennie estuviera allí tenía algún tipo de efecto calmante en ChaeYoung que nunca antes había sentido.
ChaeYoung estaba tan perdida en sus pensamientos que había olvidado por completo lo que la rodeaba y justo cuando estaba a punto de cruzar las puertas de la escuela, un cuerpo se precipitó hacia ella.
Fue una reacción instantánea. ChaeYoung tenía a la persona por el cuello y la presionaba contra un casillero antes de que cualquiera de ellos pudiera parpadear.
Y sólo entonces notó el sutil aroma a vainilla y los ojos muy abiertos que le devolvían la mirada.
Instantáneamente ChaeYoung retrajo sus manos y observó las miradas a su alrededor que se ampliaron ante su reacción con la pequeña coreana.
—Jennie. – ChaeYoung exhaló, pasando una mano por su cabello.
Jennie vio la mochila colgada sobre el hombro de ChaeYoung y frunció el ceño.
—¿A dónde ibas? – ignoró el hecho de que la chica acababa de presionarla contra un casillero de manera muy violenta.
—Para verte. – ChaeYoung hablo en voz baja pero lo suficientemente alto para que Jennie escuchará.
Sus ojos cagaron alrededor, entrecerrandose hasta convertirse en rendijas mientras su mirada golpeaba a todos.
—Lo siento, ¿se les perdió algo con nosotras? – ella espetó en voz alta, su tono salió más como un gruñido que cualquier otra cosa.
Los ojos se apartaron instantáneamente de la pareja y las conversaciones continuaron.
—Vamos. – Jennie le indicó a ChaeYoung que la siguiera.
—¿A dónde?
—A algún lugar… – los ojos de Jennie se dirigieron a las personas que todavía las miraban de reojo. — Aquí no.
ChaeYoung notó el tono nasal en el que Jennie hablaba y sus ojos llorosos, confirmando que JooHyun había tenido razón, Jennie estaba enferma, entonces ¿qué hacía en la escuela?
—Debes estar en casa. – ChaeYoung dejó de seguir a la joven cubana y frunció el ceño. — Estás enferma, ¿qué diablos haces aquí?
—Sabes, cuando me hablas así, realmente calientas mi corazón. – la chica de ojos marrones se burló. — Estoy bien, además tengo una prueba después del almuerzo.
—Podrías haber esperado hasta mañana, no deberías estar aquí si estás mal.
—¿Qué? ¿De repente estás preocupada porque mi voz está un poco patosa?
Como si eso pudiera aplazar los crecientes sentimientos de ChaeYoung hacia la coreana. Ojalá fuera así de simple. El hecho es que, incluso cuando vio a Jennie estornudar y frotarse los ojos, todavía se sentía atraída por ella. Sentía que tenía que protegerla.
Quería que Jennie se fuera a casa, se quedará en la cama y luchará contra esa enfermedad durmiendo.
—Lo siento. – murmuró ChaeYoung mientras decidía seguir a Jennie de nuevo cuando la chica comenzó a caminar.
—¿Por qué? – Jennie ni siquiera se giró al hacer la pregunta.
—Por… presionarte así. – la chica de ojos verdes se aclaró la garganta. — No sabía que eras tú.
Jennie asomó la cabeza hacia un salón de clases vacío y abrió más la puerta para dejar entrar a ChaeYoung. Ambas entraron en la habitación y cerraron la puerta detrás de ellas, dejando que la oscuridad cayera sobre ambas, dejando la habitación levemente iluminada por las luces del pasillo que fluían a través de las pequeñas ventanas de la puerta.
Jennie optó por deslizar su cuerpo contra la puerta y exhaló pesadamente cuando su cabeza cayó hacia atrás para descansar contra ella. ChaeYoung la miró con el ceño fruncido, pero segundos después, siguió las acciones de la otra chica y se sentó a su lado.
—¿Por qué ibas a verme? – Jennie susurró suavemente y ChaeYoung odió el hecho de no poder ver el rostro de la otra chica claramente.
—No te vi hoy. – ChaeYoung habló vacilante, no exactamente cómoda con ser tan… abierta.
—Habrá días en los que no nos veremos, ChaeYoung. – Jennie se rió entre dientes y rompió a toser.
ChaeYoung instintivamente extendió la mano y colocó su mano sobre la rodilla descubierta de Jennie.
—Estoy bien. – la chica más joven le aseguró. — Es solo un resfriado.
—No sé… no estoy segura de qué hacer aquí. – confesó ChaeYoung.
—Yo tampoco. – Jennie extendió la mano y sus dedos hicieron contacto con la sien de ChaeYoung, causando que la chica mayor retrocediera reflexivamente. — No puedo verte.
ChaeYoung, vacilante, volvió al tacto de Jennie y sintió las yemas de los dedos callosos de la chica rozar en lado de su cara lentamente antes de que la otra mano de la chica más joven se extendiera y trazara el otro lado.
—Ahí tienes. – Jennie sonrió ante la cooperación de ChaeYoung. — ¿Sabes siquiera dónde vivo?
—Google. – ChaeYoung se encogió de hombros.
—Estás menos… enojada hoy.
—Estoy molesta. – la chica de cabello plateado se burló cuando Jennie retrajo sus manos.
—¿Por qué?
—La gente sigue mirándome, Lisa me estaba molestando y ni siquiera me enviaste un mensaje para decirme que no ibas a venir.
—¿Lalisa? – Jennie no pudo contener su curiosidad, necesitaba saber que pasó entre las dos.
—Ella intentó–
—En realidad, no quiero saberlo. – la menor se burló.
—No lo hice. – ChaeYoung le aseguró. — Estaba decidida a ir a tu casa, ¿recuerdas?
—¿Renunciaste a la oportunidad de tener sexo para ir a mi casa sabiendo que estaba enferma? – Jennie no podía comprender eso porque la Park ChaeYoung que había conocido no era alguien que pusiera las necesidades de otras personas por sobre las suyas propias.
—Ya no me la voy a follar, ¿recuerdas? – ChaeYoung frunció el ceño porque estaba segura de que ya habían discutido sobre eso. — Hablamos de esto, es-
—Lo recuerdo. – Jennie encontró su voz nuevamente. — Supongo que simplemente no…
—¿No creías que lo haría?
—Sí.
—Bueno, no voy a hacerlo.
—Bien. – ChaeYoung miró el rostro ensombrecido de Jennie. — Quiero decir… no, quiero decir que está genial.
La palabra acababa de salir de los labios de Jennie cuando ChaeYoung los cubrió con los suyos en un beso apresurado.
—¡Te vas a enfermar! – Jennie se quejó.
—Tiempo libre de escuela. – ChaeYoung se encogió de hombros.
Jennie no pudo hacer más que suspirar antes de buscar las manos de ChaeYoung. Nunca antes había sido tan… susceptible. Siempre eran besos salvajes e irse por parte de ChaeYoung.
—Estabas preocupada por mí. – concluyó la coreana.
—Quería verte. – ChaeYoung se aclaró la garganta. — Estoy acostumbrada a verte ahora.
—Deberías ser más sutil. – habló Jennie suavemente. — Incluso la gente podría darse cuenta.
—Que se jodan.
—Incluso tú sabes que eso es estúpido.
ChaeYoung sonrió mientras se acercaba nuevamente a Jennie, sus rostros a un suspiro de distancia uno del otro.
—Que se joda lo estúpido. – ChaeYoung plantó firmemente sus labios sobre los de Jennie con la misma sonrisa aún intacta.
—Te vas a enfermar. – dijo Jennie sin entusiasmo mientras sus labios rozaban los de ChaeYoung en un beso ligero como una pluma.
—No me importa.
—¿Por qué?
—Porque jodidamente quiero besarte, princesa.
Y para ChaeYoung fue casi cómico lo rápido que algo tan pequeño como un beso de Jennie Kim podía cambiar completamente su día e iluminarlo de la mejor manera posible. Podía sentir físicamente que la irritación abandonaba su cuerpo mientras sus labios se movían sincronizados.
Y en ese punto fue que ChaeYoung se dió cuenta que estaba absolutamente jodida.
𝙼𝚊𝚗̃𝚊𝚗𝚊 𝚎𝚖𝚙𝚒𝚎𝚣𝚘 𝚊 𝚝𝚛𝚊𝚋𝚊𝚓𝚊𝚛 𝚍𝚎 𝚗𝚞𝚎𝚟𝚘, 𝚟𝚊?
𝚂𝚎𝚐𝚞𝚒𝚛𝚎 𝚊𝚌𝚝𝚞𝚊𝚕𝚒𝚣𝚊𝚗𝚍𝚘, 𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚢𝚊 𝚗𝚘 𝚜𝚎𝚛𝚊́ 𝚝𝚊𝚗 𝚜𝚎𝚐𝚞𝚒𝚍𝚘.
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