꒰ ⌗ Third part one ! ꒱
❝ Esos hoyuelos son ilegales.
No, son peligrosos.
Así que te llamo chico ilegal,
Tu existencia es criminal.❞
Solamente estaba acostado en el sofá jugando una partida de uno de los tantos videojuegos que tenía Yeonjun, pero para el castaño no había mejor imagen que esa. Yeonjun se encontraba en la cocina, apoyado en la mesada, observando a Soobin mientras esperaba que las palomitas se terminaran de cocinar. Lo que más le gustaba al chico era ver como su mascota dormía tranquilamente en el abdomen del rubio. Le encantaba ver a sus pequeños bebés tan cómodos junto a Soobin.
El ruido del microondas lo sacó de su pequeño trance. Aún colgado, Yeonjun sacó la bolsa de pochoclos y la abrió con cuidado de no quemarse para agregarles un poco más de azúcar y un poco de caramelo que había preparado previamente Soobin. Llevando el gran tazón con la golosina, se adentró a la sala, en donde el mayor ya estaba preparando la película que iban a ver y dejándole un lugar para que Yeonjun se acueste junto a él, quien se alegraba de haber comprado ese sillón y no el más chico que había visto en un principio.
"Cómo entrenar a tu dragón 3" se proyectaba en la televisión, a petición de Yeonjun ya que, según él, el rubio tenía el peor gusto para las películas.
Todas las luces se encontraban apagadas, los gatos dormidos, los celulares lejos de los chicos y dos corazones unidos.
Las manos de Yeonjun se encontraban bajo la remera de Soobin, trazando abstractas formas en su espalda, tratando de calmar al rubio, quien no dejaba de llorar.
"Ya pasó, bebé. Llevas cinco minutos llorando, te quedarás sin líquidos en tu cuerpito."
"P-Pero lo dejó libre y después de tanto tiempo aún seguían siendo amigos." Sollozó el australiano, sin entender cómo es que Lee no lloraba también. O sea, era lo más emotivo que Soobin había visto en su vida. Finalmente se calmó alrededor de las once y se levantó a buscar sus cosas.
"¿Te vas?" preguntó Yeonjun casi susurrando.
"Tengo que terminar unos juegos para los chicos para el lunes."
"Los terminamos mañana, ¿sí?" el castaño se levantó del sillón para ir a abrazarlo por la espalda, acomodando su cabeza en el hombro del chico.
"¿En qué me beneficia hacerlo mañana, aproximadamente a las tres de la tarde, que es cuando despiertas?" Soobin sonrió, dándose vuelta para abrazar a Yeonjun por la cintura.
"Dos cajas más de pizza y eliges la película."
"Trato."
"Realmente no puedo creer que hayas puesto la última película de Dragon Ball." Yeonjun sonaba totalmente cansado.
"Pero fue muy buena."
"¡No es verdad!"
Ambos rieron por el tono en el que el chico pronunció su última frase. El reloj marcaba la una y media de la mañana. Luego de unos segundos cayó el silencio.
"¿Qué piensas hacer en el futuro?" Preguntó Soobin. Ambos se encontraban acostados, manteniendo su espacio.
"¿Ya es la hora de las preguntas filosóficas?" Respondió sarcásticamente Yeonjun, sacándole una pequeña risa al rubio, quien asintió con una sonrisa. "Me gustaría enseñar en una escuela de baile, quizás hasta ser un coreógrafo reconocido, adoptar más gatos y poder estar en paz. ¿Tu futuro?"
"Supongo que continuar enseñando, terminar el profesorado de historia y dar clases en la universidad, seguir haciendo música, formar una familia con la persona que amo, ya sabes, lo cliché."
"Profesor de historia y músico, ¿en tus canciones hablas sobre la revolución industrial?"
"Muy chistoso, eh." Soobin le pegó suavemente en la frente. "Yo diría que hablan como una crítica a la sociedad de ahora y problemas actuales, como el calentamiento global o problemas adolescentes."
Yeonjun mantenía una gran 'O' en su cara, realmente no se esperaba esa respuesta, pero se acercó más al rubio y lo abrazó por el cuello. "¿Me muestras alguna de tus canciones?"
"¿Ahora?" El castaño asintió. "Voy en busca de mi celular." El chico se levantó del sillón, pasando por arriba de Yeonjun, quien lo siguió con la mirada mientras buscaba su teléfono y unos auriculares. Una vez de vuelta, Soobin la pasó uno de sus auriculares a Yeonjun y empezó a reproducir una playlist que tenía con algunas de sus canciones compuestas favoritas. Pasó uno de sus brazos alrededor de la cintura del chico y el último pasó una de sus piernas sobre el rubio, apoyando su cabeza en el pecho del mayor. Se habrán quedado en esa posición por, aproximadamente, nueve pistas, hasta que finalmente ambos se durmieron.
Yeonjun despertó por una melodía extraña que sonaba en su oído. Siguiendo el cable del auricular, llegó hasta el celular de Soobin que, sobre un fondo negro, marcaba las ocho de la mañana. Dejó el aparato en la mesa y se volvió a acomodar en el pecho del rubio, oliendo lentamente su aroma. Extrañamente aún conservaba el olor del perfume que seguramente se había puesto antes de venir a su casa. Con cuidado de no despertarlo, el coreano pasaba suavemente sus manos por el desastre que tenía el mayor en el pelo, bajando por su mejilla y terminando en su labio inferior, que de apoco iba formando una pequeña sonrisa, mostrando su ya conocido hoyuelo.
"Algún día vas a matarme con esa sonrisa, deberías ser ilegal."
"Pero estaría prohibido." Pronuncio con una ronca voz, sin abrir los ojos.
"Está bien romper las reglas una que otra vez." Apoyó su cabeza en su hombro y dejó un pequeño beso en el cuello de Yeonjun.
"Eres un caso perdido." Rió y le besó la mejilla. "¿Hora?"
"Serán las ocho y cuarto. Ni un solo comentario al respecto."
La risa de Soobin sonó por toda la silenciosa casa. "Está bien, está bien. ¿Nos quedamos así o desayuno?
"Cinco minutitos más y luego desayunamos para hacer los juegos esos para los chicos." La voz de Yeonjun se vio apagada ya que contestó mientras hundía su cabeza en el pecho del rubio, quien sonrió y le acarició la cabeza al menor.
Luego de veinte minutos, decidieron levantarse para desayunar y ponerse manos a la obra. Mientras el dueño de la casa preparaba un café, un té verde y un par tostadas, Soobin salió a comprar las cosas que necesitaba para hacer los juegos. Tenía cartulinas y hojas de colores, fibras y brillantina. Y puede que le haya comprado un pequeño regalo a Yeonjun mientras volvía a casa.
꒰𝓣𝓣𝚊𝚎 ♡︎... ꒱
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro