Capítulo XV
Aware
{Compasión por las cosas}
"Otto-San:
Han sido meses duros. Muy duros.
Han asesinado al hijo del tercero, y en las últimas semanas el sabio de los sapos ha caído en manos de la organización.
Mi corazón puede que no resista otra perdida como esta. La muerte del último, ha dejado en mi una herida irreparable. ¿Cómo nos sobreponemos a la inexistencia física del ser?
Te he pensado diariamente, pero a juzgar por la situación del mundo, he decidido no escribirte para protegerte a ti y a la niña. Espero realmente que se encuentren bien.
Me gustaría que estuvieras aqui. O regresar exactamente un año atrás, dónde fingimos escapar un poco de nuestras realidades.
Las cosas con quién tú ya sabes siguen más o menos igual. Hemos logrado interceptar los puertos y frenar con la trata de personas, pero no logramos eliminar los fueros. Si presencia es tan fuerte en el Consejo que nadie quiere que quede desprotegido.
No he tenido novedades sobre la apelación del juicio, y tampoco espero tenerlas. A decir verdad, he sentido tanto dolor en los últimos dos meses que prefiero alejarme de todo lo que me ha hecho mal, y si la justicia decidió aquello, pues Dios finalmente será el juez que dicte la verdadera sentencia.
Mi trabajo y responsabilidad, mientras tanto, es proteger a aquellas personas que han vivido mi misma situación y evitarles el dolor a aquellas a las que jamás les paso.
No me respondas esta carta. No es necesario, se que están bien.
Envíales mis cariños a la niña,
Okusan"
Las manos de Hoshi dejaron la carta en aquel buzón alejado de Konoha. Su corazón estaba estrujado, y todavía no podía superar el dolor que le había causado la muerte de uno de sus grandes amigos, y sobre todo, no podía tolerar ver el sufrimiento de las personas que lo habían querido incluso mas que ella: Tsunade, Naruto, Kakashi, etc.
Kankuro la miró con tristeza. Se acercó a ella y la tomó por los hombros. Hoshi al sentir el tacto se volteó a verlo, y se acurrucó en su pecho, suspirando con ansias de que todo aquello fuese una pesadilla.
―Es mi culpa―dijo, ahogada en la tela de la ropa del marionetista. Kankuro le acarició el cabello, que ahora le llegaba a la nuca.
―No puedes culparte por algo así. Era responsabilidad de Jiraiya, responsabilidad que tendría cualquier ninja en una misión de ese estilo―El joven tenía razón, pero Hoshi era demasiado terca para admitirlo.
―Yo empecé con toda la investigación de Amegakure.
―Tu empezaste con la investigación de Danzo, y gracias a ello pudieron dar con que en Amegakure se encontraba Pain. Lo que luego decidió Tsunade es algo propio de la líder de una aldea, y te puedo asegurar Hoshi que Jiraiya no fue obligado a hacer aquella misión―con dulzura se separó de ella y la tomó del rostro. Hoshi lo miró―. ¿Por qué no vienes unos días a Suna?
―No podría, menos ahora―explicó―. Jiraiya avisó que esta próximo el plan de Pain de venir a buscar personalmente a Naruto. Debo ayudar a la Quinta a proteger a la mayor cantidad de aldeanos posibles.
Kankuro suspiró.
―No pasará nada si pides una licencia por dos días. O uno―explicó―. La última vez pudiste hacerlo sin problema.
―La ultima vez que fui a Suna a "descansar", tuve que acompañarte a aquella misión―se mofó mientras se restregaba los ojos y se corría el delineador quedando así como un mapache. Kankuro ni siquiera lo notó, parecía estar en un estado de embelesamiento constante.
―Bueno, tienes razón―se rió avergonzado―. Pero al fin de cuentas la pasamos bien.
―Eso es cierto―volvió a suspirar, y miró al cielo. Se tomó unos segundos en silencio y luego volvió la vista a su pareja―. Está bien, veré que puedo hacer.
Los ojos de Kankuro se iluminaron y se acercó bruscamente a besarla. Hoshi se echó a reir ante aquella reacción. Cuando se separaron, la castaña se acomodó el cabello.
―A Tsunade no le gustará nada.
―Claro que le gustará, ella te tiene aprecio.
―Si, pero no aprecia la idea de que estemos juntos―ambos emprendieron la marcha a la aldea. Kankuro llevaba ambas manos a la cabeza, y la miró extrañado al oir aquello.
―¿Qué dices?
―Si, me ha dicho que no debería salir contigo.
―No estamos saliendo―dijo molesto―. Eres mi novia―Hoshi blanqueó los ojos ante aquella declaración, y luego sonrio.
―Lo sé, bueno, ella no está de acuerdo con que estemos de novios ya que dice que podrías utilizarme para fines de investigación. No es prudente que la Jōnin experta en leyes se involucre con el pr{incipe de una aldea que en su momento cometió traición―La castaña le escupió todo aquello sin más, pero no lo hacía de malas, simplemente estaba repitiendo lo que Tsunade l había dicho y lo que la mayoría de las personas pensaban. Suspiró, y comenzó a emprender la marcha.
—Espera—la detuvo agarrándola del antebrazo para hacer que se volviera.. La soltó para buscar en sus bolsillos algo que parecía ser sumamente importante. Cuando lo logro, saco de su ropa una cajita forrada de gamuza, y Hoshi arqueo las cejas—. Mira esto Hoshi—la abrió, y dentro de aquella cajita había exactamente lo que la Kunoichi creía que habría—. ¿Sabes cuándo compré este anillo? —aquella era una pregunta retórica. Y aunque no lo fuera, Hoshi no podría haberle respondido—. A los dos meses que empezamos a salir. Y esta es la prueba de que jamás podría traicionar te porque eres la única mujer con la que anhelo compartir el resto de mi vida.
—Ay, Kankuro—murmuro la joven.
―No, espera, no te estoy pidiendo matrimonio ahora. Lo único que quiero es casarme contigo pero cuándo tu lo decidas. Por eso no me he hecho proposiciones en publico, o frente a amigos para no hacerte caer en la presión social―explicó, mientras comenzaba a guardar su anillo. Hoshi sonreía como una tonta, ante aquella demostración de cariño.
Con lentitud detuvo el movimiento del marionetista. Y Kankuro la miró.
―Si quiero hacerlo―dijo, y el príncipe de Suna lanzó una risilla ya que creyó que era una broma―. Lo digo en serio, si quiero casarme contigo. ¡Que Tsunade se vaya al diablo!―gritó eufórica, sin poder entender como había cambiado de un estado de ánimo al otro en cuestión de segundos. Rápidamente estiró su mano, esperando a que el joven colocara el cintillo en su dedo.
—Ah si si—tartamudeo, visiblemente nervioso por aquella declaración repentina de su novia. Con la mano temblorosa tomo nuevamente la caja, la abrió y tomo el delicado anillo.
Era una alianza de compromiso plateada, con una joya que a los ojos ignorantes de Hoshi parecía ser un diamante. Era un anillo caro, propio de la ostentación de la gente de Suna, pero la Himara no hizo ningún comentario al respecto. Sabía cómo era Kankuro, pero aún así había cambiado mucho y para mejor desde que estaba con ella.
Hoshi le extendió su mano derecha, y Kankuro algo dubitativo por saber si aquel dedo era el correcto le coloco el anillo como símbolo de su lazo.
—Bueno—suspiró, mirándole la mano a su ahora prometida—. Supongo que ahora solo queda, no sé ¿Fijar la fecha?—pregunto mientras rascaba su cabeza y movía de su lugar el gorro con orejas de gato. Hoshi se rió y lo tomo de las mejillas para dejarle un gran beso en los labios, que Kankuro respondió aún incrédulo por todo lo que acababa de ocurrir.
—Gracias por haber sido tan compañero desde que estamos juntos—le dijo despacito, mientras se dedicaba a rodearlo con sus brazos y cerraba sus ojos al acercarse a su cuello. Kankuro se sonrió con orgullo, y la abrazó con una fuerza plagada de un amor puro y único que jamás había creído sentir. Con ese abrazo, todo le dolió un poco menos.
***
La ceremonia de despedida de Jiraiya fue tan triste como la de Asuma. No había entierro, ya que el cuerpo no había podido recuperarse, sino más bien fue una reunión conmemorativa sobre el sabio a la que acudieron cada uno de los ninjas de Konoha.
Hoshi recordaba esos días tristes estando mucho más cerca de Naruto de lo que jamás había estado. La kunoichi sabia lo importante que era Jiraiya para el rubio y viceversa, por lo que se había encargado delicadamente de asegurarse que el muchacho estuviera bien más allá de que ambos no tuvieran tanta confianza. Con el correr del tiempo, Naruto le confesar{ia que le había sorprendido su accionar ya que sinceramente no la creía una persona muy empática, peor aun asi había sabido estar para el Uzumaki y este jamás lo olvidaría.
Por otra parte, Hoshi no había comentado nada sobre su compromiso a excepción de sus padres quienes se habían mostrado realmente emocionados por tal evento. El resto de las personas no se enteraron, ni Tsunade, ni Asami, ni nadie más. A decir verdad, nadie le había prestado atención al anillo, y Hoshi tampoco tenía ganas de andar mostrándolo como si fuera una mera ostentación. Además, sabía que si aquella noticia llegaba a oidos de Tsunade, esta no la dejaría en paz ya que conocía de su posición respecto a su relación con Kankuro.
A pesar de esa inquietud constante en el mundo debido a la incertidumbre de lo que podía llegar o no a suceder con Akatsuki, a la Himara le iba bastante bien. Le gustaba tener a sus padres cerca nuevamente, había regresado a entrenar con regularidad, el trabajo era entretenido, aunque le pagaran una miseria y Kakashi se había tomado muy enserio lo de la última charla y Hoshi notaba que estaba haciendo un gran esfuerzo por no desaparecer de su vida.
Esa misma tarde, a la salida de sus respectivos turnos laborales, Kakashi la estaba esperando en la entrada del edificio Jonin para caminar con ella un rato y ponerse al día sobre las novedades que les habían ocurrido en la semana.
A Kakashi no le habían pasado grandes cosas, de hecho su vida no era para nada interesante. Apenas había supervisado el entrenamiento de Naruto, pero después se había limitado a realizar algunas misiones pequeñas y pasar tiempo de descanso en su casa.
Y Hoshi tampoco había tenido una semana muy reveladora. Su obsesión con Danzo había mermado obligatoriamente a causa de su psicóloga quien le recomendó que comenzara a realizar tareas que llevaran a su mente a otro lugar y poder asi despejarse de todo lo que estaba sucediendo.
Kakashi estaba muy interesado en oir los efectos positivos que la terapia había tenido sobre Hoshi, y mas allá de que esta insistiera en que el también debería ir, el ninja no creía que fuera a ayudarlo en algo. Sin embargo, respetaba a todo aquel que lo hiciera.
―Ah mira―comentó Hoshi con cierta tristeza en su voz. A la derecha habia un enorme cartel promocionando la película del segundo libro del sabio. Kakashi giro su cabeza para verlo, y guardo silencio unos segundos―.¿La fuiste a ver?
―No, aún no. Hace mucho que no voy al cine―explicó, y luego volvió sus ojos a ella―. ¿Quieres ir conmigo?
―Sabes que no veo esas cagadas―explicó burlándose de los gustos del ninja. Kakashi se rió abiertamente, desviando su camino hacia el kiosko a donde iban.
―Pensé que tu gusto por el cine se había refinado―ironizó y Hoshi le sacó la lengua.
―Con todo el respeto a Jiraiya―dijo, mientras se persignaba. A Kakashi le generó cierta ternura que su amiga continuara manteniendo firme sus creencias―. Pero esas obras son una porquería. Y el que debe refinar sus gustos eres tú. Mira como te está atrofiando el cerebro.
―Oh claro, Jiraiya debe sentirse muy respetado en estos momentos―bromeó causando la carcajada de Hoshi. Quien estuviera escuchándolos, no perdonaría que ambos se estuvieran riendo de aquello pero la realidad era que Hoshi tenía un humor sumamente negro y Kakashi odiaba quedarse atrás.
Los dos llevaban años sin reírse tanto. Hoshi sabía reir con sus amigas, con Kankuro o con sus padres, pero la conexión que siempre había existido con Kakashi para hacer bromas jamás la había tenido con otra persona y sincerándose consigo misma había extrañado mucho todo aquello.
Kakashi apenas podía hacer el pedido mientras que Hoshi estaba tentada por la conversación que estaban teniendo. Parecían dos adolescentes en su edad más estúpida donde todo les hacía gracia.
Hoshi se reía, y mientras secaba una de sus lágrimas Kakashi noto aquel cintillo en su dedo anular derecho y la sonrisa se borró automáticamente de su rostro.
—¿Y ese anillo?—le cuestionó sin ningún tipo de filtro.
Hoshi se fue calmando al escuchar aquella pregunta y se miró su mano con cierta ilusión.
—Me comprometí con Kankuro—extendió su mano al rostro del Hatake, exhibiendo con orgullo su compromiso.
—¿Te vas a casar? —volvió a preguntar casi como si le estuviera espetando algo, y a Hoshi ya no le gustó mucho aquel tono de voz.
—Asi parece—intento seguir respondiendo con amabilidad. De repente estaba confundida por aquel repentino cambio de vos. Hacia diez segundos estaban riendo sobre un mal chiste, y ahora Kakashi parecia querer echarle en cara algo.
—Bueno, vaya—murmuró el ninja. Todavía no se sabía si estaba molesto, asombrado o contento por su amiga. Pero había algo que estaba más que claro: definitivamente no estaba contento por aquello —. Felicitaciones Hoshi.
La castaña suspiro y se lo quedó mirando durante unos segundos. Sonrió, y asintió.
—Gracias Kakashi—tomó su billetera, y buscó dinero para pagar la orden que acaban de hacer en ese quiosco de jugos naturales. Pero la mano del Hatake la detuvo, y este se apresuró a pagarla.
—Déjame invitarte—dijo, y sonrió a través de la máscara.
—Vaya, al fin se te cae algo—bromeo Hoshi, riéndose ante aquel acto ya que Kakashi siempre había tenido fama de ser bastante seco aunque con ella jamás se había comportado así.
Kakashi blanqueo los ojos y tomo ambos jugos que le dejaron en el mostrador, dándole a la muchacha el que le correspondía a ella. Ambos caminaron lentamente a aquel banquito de madera que hacía debajo del sauce lloron, y tomaron asiento allí. La sombra era refrescante.
—La última vez que vinimos aquí fue hace años—observo Hoshi, y le dió un sorbo a su jugo de espinaca. Sonrió, y cerro los ojos haciendo una sonora exclamación de olacer—¡Sigue igual de rico como lo recordaba! —Kakashi la miro e hizo una mueca de asco. Odiaba todo de aquella bebida.
Kakashi se quedó en silencio con los ojos clavados en la muchacha.
Hoshi saboreó otro trago, mientras también lo miraba pensativa. Después de contarle la noticia, Kakashi parecía ser otro.
―¿No estás contento?―le preguntó, relamiéndose el labio inferior para que no le quedara manchado de verde por el jugo de espinaca que estaba tomando. Kakashi entornó sus cejas, y Hoshi se vió obligada a aclarar la pregunta―. A mi compromiso, me refiero a eso.
―Oh, si si. Estoy contento por ti, si eso es lo que querías―comenzó a explicar, después de darle un sorbo a limonada.
―¿Pero?
―No hay tal pero―se apresuró.
―Si que lo hay. Siempre hay un pero, sobre todo cuando dejas esos puntos suspensivos cuando hablas―explicó. Kakashi se rió,y tomó una bocanada de aire para responder.
―Me alegro por ti, pero, pienso en que una vez que te cases seguramente te irás a Suna.
Hoshi asintió mientras cerraba los ojos
―Es muy probable.
―Y ya no te veré tan seguido.
―También es muy probable―dijo con sinceridad. No creía poder mantener una amistad a la distancia tan frágil como la que tenía ahora ocn Kakashi ―Pero no creo que solo sea eso lo que te preocupa. ¿Cierto?
―Si, es cierto. Me preocupa que Kankuro te esté usando para el beneficio de Suna―Hoshi lanzó una risita. Sabía que Kakashi diría aquello.
―De repente Kankuro se ha convertido en un enemigo público―Bromeó, pero su comentario tenia cierto dolor en cada letra―. Tsunade piensa que me usa para obtener información, y ahora tú crees lo mismo. Yo me pregunto, ¿No es posible que nuestra relación sea sincera y cierta?
EL Hatake se demoró en responder aquello. Si, Hoshi tenia razón, aquello era muy posible, pero tampoco había que descartar el hecho de que Kankuro era una persona que pertenecía a la realeza de una aldea que siempre había estado en guerra con la de la Hoja.
―Si, es muy posible Hoshi―no quería hacer sentir mal a su amiga. Y ya había cometido ese error muchas veces―. ¿Pero no te parece que es muy pronto?
―Llevamos casi nueve meses juntos―explicó―. Y no nos casaremos mañana, ni el próximo año. Con suerte estaremos vivos el siguiente, nos casaremos cuando sea el momento.
―¿Y tu te sientes bien con él?
Hoshi sonrió, y al ver aquella sonrisa algo se quebró dentro del ninja de las mil técnicas.
―Maravillosamente―explicó―. Me ha hecho enfocarme en otras cosas.
―¿Y crees que te conoce?
―No del todo aún. Pero para eso hay tiempo.
―Aún así no deja de regalarte plantas―arrojó de manera picante aquello, y Hoshi frunció el entrecejo mientras le daba un sorbo mas a su jugo a través del sorbete.
―¿Y que importa eso?
―A ti no te gustan las plantas.
―Si, es cierto. Pero el tiene un enorme invernadero, y lo considera un detalle.
―Es decir que le has confesado que no te gustan las plantas, y aun asi sigue regalándotelas.
―No, no le he dicho eso. Aún no he encontrado el momento. Además, hasta ahora las he mantenido bien―dijo orgullosa. Kakashi se rió, y dejó salir un suspiro. Mordió su labio por dentro, y su lunar se movió. Hoshi lo miró con nostalgia―. Seguiremos hablando―expresó. Kakashi la miró―. Seguiremos estando en contacto, además, Konoha querrá tenerme como informante. Le conviene, es como una alianza―explicó, mientras se sentaba mirando hacia el horizonte. Una hojita del árbol sobre ellos cayó graciosamente sobre las piernas de Kakashi―. Además, tu no eres una persona que extrañe o estime. Te olvidarás de mí apenas cruce los portones―bromeó, aunque en el fondo lo decía en serio.
Kakashi la observó durante un largo rato. Negó con lentitud.
―Sabes que no es así―confesó―. Te extrañé durante mucho tiempo.
―Hasta que te olvidaste―replicó la joven con una sonrisa.
―Hasta que regresaste―la corrigió, haciendo que Hoshi lanzara una risita.
―En fin, igual es obvio que estas cosas suceden. Tu te casarás el día de mañana si dejas de ser tan hostil, al igual que el resto de las personas. Y poco a poco nos iremos olvidando el uno del otro, entre nuestras tareas, nuestros cambios. Y esta bien, lo importante es recordar con respeto y alegría los momentos que vivimos junto a las personas―reflexionó mientras Kakashi la escuchaba atento.
Él jamás se había imaginado una vida junto a alguien. NO pensaba en hijos ni en un futuro o una vida muy longeva. Soñaba con retirarse pronto, y dedicarse a la escritura. Su sueño era seguir los pasos de Jiraiya; pero estar allí, al costado de la joven y mirándola después de haberse enterado de aquella noticia, comenzó a pensar en que tener un futuro junto a alguien quizás no sabía tan mal.
―De todas formas Hoshi―dijo después de un silencio que se hizo eterno―. Me alegra que te permitas ser feliz, te lo mereces.
Hoshi lo miró, frunciendo el entrecejo con cierta congoja. No quería llorar y quedar como una idiota, pero valoraba mucho que una de las personas mas importantes que había pasado por su vida le dijera aquello.
Luego de aquello, siguieron hablando de nimiedades. Se rieron otro rato más, y fue Kakashi quien decidió el regreso a su hogar ya que debía estar listo para una misión que tenía al día siguiente.
Ya había anochecido en Konoha. Ultimamente la hora azul se daba alrededor de las cinco de la tarde y para las seis y medía, la luna se alzaba victoriosa sobre las cabezas de los habitantes de la aldea. Los días de semana los locales cerraban temprano, y apenas había algún que otro local con repartidores, para cubrir las necesidades de aquellos residentes que no tenían ganas de cocinar. Hoshi era una de ellas, pero pedir comida a esa altura del mes era arriesgarse a comer arroz hasta su próximo sueldo.
Bostezó mientras rascaba su muñeca, mirando con cuidado su camino por aquellos adoquines irregulares. Los árboles se agitaban en esa noche de otoño rodeando aquel camino en dónde años atrás Sakura se había despedido de Sasuke.
Un ruido se escuchó a su costado, y se mantuvo alerta. Miró de reojo con su ojo sano y creyó ver una silueta, pero siguió caminando hasta que oyó como se partía la hojarasca.
Empuñó el kunai que tenía más a mano,y se quedo atenta esperando lo que tuviera que esperar.
—Tranquila—alguien susurró—. Soy yo
Una figura masculina cargada de lo que parecía ser un bolso en la espada, surgió de entre los árboles. La castaña se giró rápidamente para encontrarse con el dueño de aquella suave voz, y se lanzó sobre sus brazos al ver que se trataba de su gran amigo.
—¡Mierda! ¡Que susto me has dado!—maldijo al oído, mientras hundía su cara en su hombro. El muchacho se rió, y le respondió el abrazo con la misma fuerza.
—Lo lamento—dijo con una pícara sonrisa, después de separarse. Hoshi le acomodo su cabello rojizo, y coloco ambas manos sobre su pecho—. Yo también te he extrañado—acotó, adelantándose a las palabras de la castaña.
—¿Que diablos haces aquí? ¡Ahora es más peligroso que nunca!—lanzó en el momento en que se dió cuenta que la presencia de Shamui en la aldea lo ponía en peligro.
El rostro del joven se puso serio. Y lentamente se fue quitando la carga que llevaba en la espalda. Hiroko dormía plácidamente.
Hoshi se tapo la boca al vera la niña, y la tomo en sus brazos.
—Hoshi, nos han encontrado—anuncio el ex ninja, y la piel de la Himara de erizo. Asintió, y con sigilo para no despertar a la niña comenzó a caminar a su hogar, esperando que la siguiera.
Una vez que estuvieron a Salvo en el departamento de Hoshi, Shamui se dió el lujo de respirar. La Kunoichi llevo a la niña con cuidado a su habitación, y después de armarle un corral con las almohadas la dejo durmiendo en su cama.
Bajo dispuesta a prestarle ropa de Kankuro que tenía e su casa, y a prepararle una buena cena. Su amigo se veía agotado.
Cuando Shamui se sentó a la mesa, agradeció aquella sopa caliente de verduras que Hoshi le había cocinado. Le agradeció, y comenzó a comerla frente a la atenta mirada de Hoshi, que a pesar de saber que debía darle su espacio, se moría de ganas por preguntarle que había sucedido.
—Gracias Hoshi—repitió, haciéndole una pequeña reverencia con la cabeza. La aludida sonrió negando, después de darle un sorbo al te que se había preparado.
De fondo, se escuchó el picaporte de la puerta girar, y Shamui se levantó rápidamente poniéndose en posición de defensa.
—Tranquilo, es Asami—le dijo Hoshi, al oír la voz de su amiga tararear una canción.
—¡Que día más largo!—exclamo desde la entrada, mientras se quitaba sus zapatos—. Estoy destruida, la vieja de Tsunade odia a los médicos. Les paga una miseria y a los practicantes nos hace trabajar gratis—masculló, acercándose a la cocina.
—Y si, esa es la gracia de ser practicante—le respondió Hoshi, mientras miraba a Shamui que aún no parecía sentirse confiado.
—Si hubiera sabido de aquello, no habría—comenzó a decir, pero se vio interrumpida al llegar a la cocina y notar la presencia de aquel joven—. ¿Estás engañando a Kankuro Hoshi chan?—pregunto rápidamente, con cierta picardía. Hoshi blanqueó los ojos, y se incorporó para tomar un tazón y servirle sopa a la recién llegada.
—Claro que no—negó—. Shamui, ella es Asami, una amiga de la infancia. Y Asami, el es Shamui, un viejo amigo—explico, presentándolos escuetamente. Asami asintió, y se vio más interesada por sentarse a comer aquello que había preparado su amiga, que en conocer a Shamui.
—Mucho gusto Shimui—le dijo, sentándose a su lado.
—Shamui—la corrigió, mirándola atento. Hoshi se dio cuenta que el ex raíz todavía no se fiaba de ella.
—Si si, como sea—respondió Asami—. ¿Y a qué se debe tu visita a estas altas horas de la noche?—lo escudriño la peliazul, recibiendo gustosa el tazón que le cedía Hoshi.
—Asami, se educada. Shamui acaba de llegar de un largo viaje—explicó sin llegar a molestarse del todo ya que conocía las formas de su amiga. La peliazul se encogió de hombros.
—Puede no contestarme si quiere, tampoco me interesa—se sincero, dándole unargo sorbo a su sopa.
Shamui frunció el entrecejo. Hoshi supo que aquello no le había gustado. Shamui era un joven muy educado, por eso aquellas contestaciones fácilmente podría tomarlas como una falta de respeto.
—Asami es una amiga que conocí hace mucho tiempo, en Kirigakure. Actualmente se encuentra como practicante en el Hospital de Konoha, y yo le estoy dando techo para que pueda terminar sus estudios—comenzó a decir la castaña, con ánimo de alivianar la situación tensa que comenzaba a vivirse allí—. De todas formas quédate tranquilo, puedes hablar delante de ella con total liviandad. Asami es de mi confianza—explicó.
El hombre dudo durante varios segundos, pero no le. Quedaba otra que confiar en aquella chica, aunque en el fondo algo no le cerraba. Suspiro, y asintió.
—Raíz me ha encontrado—expresó consternado—. Viajé a la frontera a buscar algunos productos para la carpintería, y cuando regresamos con Hiroko nuestra casa estaba dada vuelta, y colgado del refrigerador estaba está foto—Hurgo rápidamente en sus bolsillos, y dejo sobre la mesa la foto de un aki sonriente. Hoshi se llevó las manos a la boca—. No dude ni un segundo, tome lo que pude y huí de allí. Si hubiéramos estado con la niña, la hubieran lastimado. Fue todo un golpe de suerte.
—¿Y porque crees que después de tanto tiempo han ido contra ti?—preguntó la Kunoichi. Asami había dejado de comer, y ahora oía la historia con atención.
El ex ninja suspiro, y golpeó las yemas de sus dedos contra la mesa. Chaqueño la lengua, se lo notaba afligido.
—Danzo nos ha puesto un sello prohibido en la lengua. Esto significa que no importa cuánto intentemos hablar de la organización, jamás podríamos hacerlo. Si hoy nos están buscando nuevamente, incluso a los que hemos desertado eso significa solo una cosa, que la misión de Danzo está en peligro, o al menos, la información que guarda RAIZ.
—Danzo está exiliado por el Consejo del Fuego. La última vez logramos frenar el tráfico de personas, y hoy por hoy no puede o no debería estar conectado con los límites de los países—explico Hoshi, frunciendo el entrecejo.
—Si, tal y como lo explicaste en tu última carta—se mostró de acuerdo Shamui—. Pero lo que se me ocurre es que no está en peligro por la ley, sino por aquellos que imparten justicia fuera d ella.
Hoshi suspiró, y se mostró pensativa y dudosa.
—¿Akatsuki?
—O Itachi.
—¿Crees que Itachi esté detrás suyo?
—Creo que Itachi está detrás de algo, no necesariamente de Danzo, pero puede que al llegar a este se sepa todo lo que ocurrió en torno a la masacre del clan.
—¿Que ocurrió con la masacre del clan?—pregunto Asami, quien ahora sí se mostraba interesada por el tema en conversación.
—En su momento, Konoha infiltró a Itachi en Raíz, al fin de contener una guerra civil por parte del clan Uchic. En resumidas cuentas, por su deber a la aldea, Itachi mato a todo su clan—explico brevemente Hoshi, saltándose varios detalles. Asami asintió sorprendida y chasqueo la lengua.
—Tipico de enfermitos por el deber—acoto, y Hoshi le dió la razón.
—El único que hoy por hoy tiene el poder de enviar a Danzo al frente es Itachi.
—Pero Itachi actualmente es parte de Akatsuki—replico Hoshi. Shamui asintió, y carraspeó un poco aclarando la garganta.
—Si, pero, si Danzo está desesperado por qué las cosas no salgan a la luz puede significar dos cosas. La primera es que Itachi haya abandonado Akatsuki, lo cual creo inviable debido a su relación con su hermano. Y la segunda...
—Es que Itachi haya muerto—exclamo sorprendida Hoshi. Shamui asintió, frunciendo sus labios—. ¿Y crees que sea Sasuke quien se encuentra ahora detrás de Danzo?
—Si Sasuke se enteró de la verdad del asunto, si. Puede que si. O detrás de Konoha—explico—. Por eso vengo a advertirles, que quizás, no solo tengan de enemigo a Akatsuki. Quizás Sasuke también los ataque.
—Sasuke tiene un pequeño equipo—observo la Kunoichi, con las manos entrelazadas debajo de su menton.
—Pero puede ayudar a Akatsuki.
La cocina fue invadida por un silencio lúgubre. Escuchar a Shamui era similar a oir las alarmas de evacuación de la guerra. La piel de Hoshi se había erizado, no podía pensar en que aquella batalla estuviera tan cerca.
—Por eso se me ocurre que si Danzo quiere asesinar a cualquier cabo suelto como yo, implica que quiere eliminar cualquier tipo de rastro que lo perjudique frente añ consejo. Que Sasuke hablé sobre el no cambiaría las cosas, nadie le creería, incluso Konoha tiene el respaldo para hacer valer su palabra. Pero si alguno de los despertados por protección decide hablar, o que por accidente llegue el cuerpo a las fuerzas ninjas de cualquier aldea que hoy por hoy tenga prohibido el cruce con Danzo, entonces si, está en verdaderos problemas.
—Que viejo de mierda —exclamó Hoshi—. Llevas años fuera de Raíz, y llevas mas años fuera de Konoha. ¿Por que ir a buscarte?
—Si Danzo se siente en riesgo, eliminará todo a su paso. Incluso a mi, como en su momento lo hizo con Aki—recordó con dolor ese pasado.
—Es mi culpa, ¿Cierto? ¿Te he puesto en riesgo con mi última carta? ¡Podemos pedirte asilo aquí! Tsunade lo aceptará sin problema—comento en el afán desesperado de ayudar a su amigo.
Shamui negó.
—Estaré bien—explicó el joven—. Se cómo cuidarme solo. El tema es Hiroko, y es por eso que he venido hasta aquí—estiró sus manos, y Hoshi entendió que quería tomar las de ellas—. No te estaría pidiendo esto si no lo necesitara Hoshi, pero hoy por hoy la niña es mi prioridad—la castaña lo oía con atención. Y Asami fruncía el entrecejo. No entendía a qué niña se refería—. Necesito que se quede contigo. No puedo enviarla a un hogar, no después de toda su tragedia.
La castaña abrió los ojos sorprendida. Sabía que le pediría aquello, pero no pensó que la idea le generara tanto estupor. Suspiro, y se demoro unos segundos en responder. Más allá de que aquella idea le parecía alocada, sobre todo para ella, tenía que ayudar a Shamui. Le debía la vida.
—Si si—expreso, asintiendo. Shamui sonrió aliviado—. Digo, que yo cuide a la niña es complicado. Pero mis padres pueden hacerse cargo. ¿Estarías de acuerdo?
—Te han criado a ti, y has salido maravillosa. No podría quejarme de eso—la halago, generando la risa de su amiga—. Es solo por un tiempo, hasta que todo esto termine.
—El final de Danzo está cerca—acoto Asami, y ambos se giraron a verla.
—¿Por qué lo dices?—preguntó Shamui.
—Han traído el cuerpo del asesino del viejo sabio—la peliazul no recordaba el nombre de Jiraiya—. Además, han estado trabajando en un código secreto. Parece que la llegada de la organización está cerca. De ser así, es el fin para todo el mundo ninja como lo conocemos.
Aquellas palabras eran duras y difíciles de escuchar. Por más que tuviera razón, nadie quería oír la posibilidad de una destrucción masiva de todo el sistema como lo conocían.
—Tiene razón—se mostró de acuerdo Hoshi, y se incorporó para lavar los platos que sus amigos habían utilizado—. Si esa guerra de la que hablan se aproxima, cambiará todo. En ese caso, podrías regresar Shamui. O volver a tu vida sin ningún tipo de persecución.
El aludido asintió.
—Puede que tengan razón.
—En fin, creo que ya es muy tarde para tener este tipo de pensamientos oscuros—bromeo la joven—. Shamui, te conviene ir a descansar. Al menos está noche duerme en un lugar cómodo. Mañana iremos a casa de mi madre—anuncio, cerrando el grifo—. Ambos se quedarán aquí—le anuncio a Asami, y está asintió sin problema alguno—. Tu duerme en mi habitación con Hiroko, y yo dormiré en el sofá de aquí.
Shamui quiso poner reparo abre aquella idea, peor Hoshi era demasiado terca como para ceder, por lo que el joven sin afán de discutir terminó aceptando aquella propuesta.
Las luces de aquél hogar se apagaron mucho mas entrada la madrugada, ya que a pesar de haber sentido el cansancio del día, tenía mas importancia ponerse al día después de tantos meses sin verse, que dormir. Para eso ya tendrían tiempo.
********
HOLA HOLA HOLA!
Bueno, me demoré pero no tanto como la última vezjajjajajajajaa les pido disculpas.
tuve un bloqueo importante, porque hay fechas que no encajan en como se desarrolla el anime, asi que tuve que buscar la manera de que todo quede coherente, y la realidad es que me costó bastante. Ademaaaas consegui otro trabajito que soñaba mucho y me estuve dedicando full a eso!!!
Ustedes como están? Espero que esten teniendo un 2024 maravilloso. Gracias a todes les que comentan en esta y en otras historias. Para mi es super super super valioso!!!
Les quiero mucho y extraño.
Estrellita
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro