Capítulo XIII
Daikichi
{La gran suerte}
Hoshi estaba sentada sobre la hierba, con sus piernas en canasta. Mantenía sus ojos cerrados, de cara al sol. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de una tranquilidad como aquella.
A su lado estaba la canasta llena de comida que había llevado Sakura, un par de botellas con jugo que había llevado Ino, y un pie de fresas hecho por la madre de Tenten. Asami y Hoshi había colaborado con galletas de avena y miel, y un pote de helado que había Sido el primero en terminarse para no derretirse.
Estaban llenas, llenas de paz y de comida. Sakura estaba recostada, jugueteando con sus manos intentando tapar el sol. Ino parecía haberse dormido sobre la manta que habían llevado, pero en realidad solo estaba tan relajada como las demás.
—Definitivamente ha Sido una excelente idea venir a pasar el día aquí—hablo Tenten, apoyada sobre uno de sus codos sobre la hierba.
—Ya lo creo—acordó Asami.
—Es una pena que Hinata no haya podido venir—se lamentó Sakura.
—Deben ir a esa misión de reconocimiento, después de lo de Asuma Sensei todo pareció resentirse—Fue Ino la que hablo, abriendo sus ojos para buscar de la canasta unas golosinas. La abrió con paciencia, y guardo el papel en su bolsillo—. Dice mi padre que vendrán tiempos ocupados.
—Sin Asuma ni Kurenai Sensei, quedan dos equipos sin capitanes—explicó Sakura.
—¿Cómo se ha recuperado Naruto de sus lesiones? —pregunto Asami, recordando que el rubio habría sufrido graves heridas por usar su nueva técnica contra los Akatsuki.
—Está bien, Tsunade le ha prohibido volver a utilizar esa técnica—respondió Sakura, chasqueando su lengua—. Pero ya sabemos cómo es Naruto Kun, lo que le digan le entrará por un oído y le saldrá por el otro.
Todas sonrieron ante aquello. Era cierto.
—Es una suerte que todos hayan sobrevivido—dijo Tenten.
La misión para vengar la muerte de Asuma había sido completada exitosamente. Los únicos heridos habían sido Naruto, y Kakashi por su sobreesfuerzo, pero estaban todos bien en líneas generales.
—Espero que logren dar finalmente con la guarida de Orochimaru, eso nos puede dar una gran pista de dónde está Sasuke—expresó Sakura, mirando la hierba sobre la que estaba sentada—. ¡Estoy segura que el equipo de Kurenai Sama y Kakashi Sensei podrán hacerlo!
—¿Y si encuentran a Sasuke, que? —pregunto Hoshi, quien hasta ahora se había mantenido en silencio. La miró, interesada en saber que diría Sakura.
—Volverá a la aldea.
—¿Eso es lo que deseas? —dijo Hoshi. Sakura sonrió nostálgica.
—Eso es lo que más deseo.
—¿Y que desea Sasuke, Sakura? —Hoshi estaba filosa. Pero no tenía intenciones de hacer sentir mal a la pelirrosa, sino de entender porque tanta obsesión por parte del equipo siete con Sasuke.
Todas se quedaron en silencio. A Sakura se le llenaron sus ojos de lágrimas.
—No lo sé.
—¿No creen que Sasuke en realidad no quiere estar aquí? ¿Que por eso se fue? —la Himara seguía con su mayéutica. Ino suspiró mientras se incorporaba para quedar también sentada, del lado izquierdo de Sakura, y poder prestar más atención a aquella charla.
—Él ha de estar confundido. Pero si Naruto lo encuentra estoy seguro que lo traerá de vuelta—respondió, intentando convencerse. Hoshi la miró apenada, y negó.
—No lo sé Sakura. Si Sasuke se fue de aquí es porque ese motivo era demasiado fuerte. Ya sea buscará su hermano, asesinar a no sé quién, o volverse poderoso a través de Orochimaru. No quiero sonar mal con esto que voy a decirte, pero... ¿Por qué no sigues adelante con tu vida? Te juro que entiendo tu enamoramiento, tu sentimiento hacia Sasuke. Pero a ver—dijo, acomodándose de tal manera para quedar frente a las demás muchachas. Peino su cabello que ahora estaba más crecido y rebelde, y pensó bien lo que diría a continuación—. Supongamos que Sasuke regresa, ¿Sí? —todas asintieron—. ¿Qué harás?
—Recuperar todo el tiempo que perdimos, claro.
—¿Qué tiempo Sakura? ¿estarías en una relación con él?
—Hoshi chan, que dices—la reprendió avergonzada.
—Sakura, llevas años enamorada de Sasuke. Es obvio que quieres una relación con el—largo Ino, pellizcando a su amiga para sea más realista. Sakura la miró mal.
—Bueno, creo que Ino tiene razón—dijo Tenten, y le dio un mordisco a una manzana que había por ahí.
—Bien, supongamos que Sasuke regresa. Lo correcto sería que lo juzguen cómo desertor, obviamente—dijo la Jonin blanqueando los ojos sabiendo que aquello no ocurriría —. Pero cómo sabemos que no va a suceder, supongamos que vuelve y ustedes dos empiezan a salir. ¿En serio crees que será una buena relación con Sakura?
—Haría lo que sea para hacerlo feliz—confesó.
Hoshi rio indignada.
—¡Maldigo la mierda que nos metieron en la cabeza! —exclamó, extendiendo sus brazos al cielo. Todas la miraron sorprendidas, menos Asami quien se hecho a reír.
—Hoshi, las estás asustando—le dijo la peli azul, y la Himara se mordió los labios negando.
—¡Es que les juro que no entiendo! Toda nuestra vida nos hicieron creer que venimos a este mundo a hacer feliz a un hombre. ¿Saben qué? ¡Patrañas carajo! Venimos. Aser felices nosotras mismas. Con hombres o no, con quién senos cante el culo. Tu no has venido a esta tierra a satisfacer a un señorito burgués cómo Sasuke, Sakura. Tu viniste a hacerte feliz a ti misma, comprándote las cosas que quieras, volviéndote fierte, haciendo deportes, viviendo el día para ti. Si el día de mañana llega alguien,será ese alguien que esté de acuerdo con esa vida que llevas y se una a ti para complementarla, ¡No para que lo hagas feliz! ¿Acaso somos bufones de los hombres? —las presentes negaron, menos Sakura, quien todavía no entendía aquel planteo—. Chicas, ¿Que es eso de andar esperando a alguien? Somos hermosas, fuertes, inteligentes. No nos necesitamos más que a nosotras mismas. ¡Ya olvídate de Sasuke, Sakura! Y si vuelve, y tú te das cuenta que sigues enamorada de él, pues bien, se verá que se hará. Pero bajo ninguna circunstancia deberás comportarte como alguien que se debe a su hombría, porque créeme que estaré ahí para acomodarte las ideas de una piña.
Ino se hecho a reír con ganas ante este final, al igual que Tenten y Asami. Sakura se había quedado asombrada por aquel tinte violento que había tomado la conversación, pero finalmente termino contagiándose de la risa de sus amigas.
—¿Y saben qué? —continuo Hoshi, después de beber un trago de jugo—. Mientras él se demora en regresar, tú ve y conoce a otra gente. ¡Pásala bien! ¡Diviértete!
—¿Por qué no sales con Naruto? —cuestionó Asami—. Shikamaru me ha contado que ha estado enamorado de ti, desde niños.
Sakura se ruborizó y automáticamente puso una cara de asco.
—¿Que? ¡No! Jamás saldría con Naruto, él es como mi hermano—dijo rápidamente, visiblemente nerviosa mientras las demás se reían.
—Pero Naruto no te ve como una hermana. Además, si lo conoces quizás empiece a gustarte. A mí me parece un buen chico—La peli azul continúo expresando sus ideas—. Ese tal Sasuke no se me hace un buen sujeto, y más si es buscado como criminal. ¿O qué? ¿Acaso te atraen los delincuentes? —bromeó, generando una nueva hilera de risas de las presentes.
—¡Rock Lee ha estado enamorada de Sakura desde el kínder! —grito emocionada Tenten, cómo si recordara algo que por años tenía olvidado. Sakura le lanzó una mirada fulminante.
—¡Eso! —dijo Hoshi, emocionada por aquella conversación —. Y Rock Lee es una excelente persona, para mí se merece una oportunidad.
—¡Ash! ¿Por qué no dejamos de hablar de mí, y hablamos de Ino y Sai? —dijo molesta, mientras señalaba a la rubia que abría sus ojos como platos y negaba rápidamente.
—¿Que dices idiota? ¡Yo no tengo nada que ver con Sai?
—¿Quién es Sai? —preguntó Asami. Ella era mala para recordar los nombres de las personas.
Sakura se encargó de hacer una descripción detallada del joven ninja, y Asami pudo recordar comenzando así a bromear sobre el pálido color de su piel y su rostro excesivamente perturbador.
Todas comenzaron a bromear sobre la pareja, y luego fue el turno de cada una de ellas. Ni siquiera Tenten se salvó de ser emparejada con Neji.
Hoshi y Asami regresaron animadas de aquella reunión de chicas. De vez en cuando era necesario juntarse con amigas, compartir un momento y ponerse al día con los chismes.
Hoshi jamás había Sido de tener un gran grupo de amistades, y sus amigos siempre eran mayores que ella, pero desde que haba comenzado con la terapia se había encargado de obligarse a ser más sociable. No por encajar en la sociedad, sino por ser una necesidad del ser humano como animal social.
Quizás Ino o Sakura jamás serían sus mejores amigas, o siquiera amigas, pero por lo menos eran personas con quiénes de vez en cuando podía darse el lujo de planificar una salida y tomar aire para despejar su mente, sobre todo en aquellos tiempos turbulentos.
—¿Que tal estuvo? —preguntó Kankuro cuando las vio llegar desde el sillón donde estaba tirado mirando la televisión.
Hoshi se sonrió al verlo tan cómodo.
—Bien, me enteré de muchos chismes. Yo no sabía que Neji podía ver, pensé que era ciego—acoto asombrada la peli azul, mientras se quitaba su calzado para después ir a la cocina—. ¡Recién me entero que siempre pudo ver las señas que le hacía en su cara!
—¿Que señas le hacías? —pregunto interesado el marionetista, acomodándose para poder mirarla.
—¡Está! —exclamó mostrándole su dedo del medio.
Hoshi blanqueó sus ojos.
—¡Asami! ¿Y Neji nunca te dijo nada? —pregunto Hoshi, acercándose al sofá donde descansaba su novio. Este al tenerla más cerca tomó su mano y le dio un besito en ella—. Además, ¿Por qué le harías esa seña a un ciego?
—Bah, ya sabes, Neji nunca me ha caído bien. Lo único que estaba haciendo era demostrándole que no me caía bien. Con razón varias veces me pidió que no le faltará el respeto—comento pensativo, mientras buscaba en la heladera algo que comer—. ¡Eh Hoshi! ¡No invites más a tu novio a esta casa! ¡Mira la heladera, está vacía!
—¡Eh! ¡Yo no he tocado nada! —se defendió rápidamente.
—¿Y porque esto está abierto? —lo enfrentó la peli azul mientras se asomaba al ingreso alzando de manera acusadora un paquete de papas fritas abierto y casi consumido del todo—¿Eh eh? ¡Explícate! —lo apuró, avivando una discusión en vano.
Hoshi, quien sabía que cada vez que Kankuro la visitaba peleaba por Asami con la comida, simplemente negó con la cabeza y siguió con sus cosas escuchando de fondo la divertida discusión que se había sembrado entre ambos.
Pero a fin de cuentas la peli azul tenía razón. Kankuro amaba comer, y realmente comía mucho. A Hoshi le divertía ver la cantidad de comida que podía ingerir sin siquiera llenarse. Al principio, cuando apenas se estaban conociendo Kankuro se media en cuanto a porciones, pero una vez que entro en confianza se sintió libre de mostrar su pasión por la comida.
Pero además de comer, Kankuro sabía cocinar y muy bien. Hacía las mejores hamburguesas habidas y por haber en el mundo ninja. S encargaba de estar en todos los detalles y jamás Se le quemaba un plato. Hoshi adoraba verlo en acción, mientras él se arreglaba sus mangas y cortaba, peleaba, lavaba y mezclaba cada ingrediente para terminar llevándole a su novia el mejor plato que jamás probaría.
Más de una vez, en alguna de sus visitas Hoshi se había encontrado a si misma con la mirada perdida en las manos del marionetista. En sus movimientos masculinos y toscos, en su pícara sonrisa cada vez que se giraba a hacerle algún chiste de doble sentido.
Y entonces ambos se reían, se miraban a los ojos, y Kankuro seguía con su cocina y Hoshi con la lectura de algún que otro archivo de trabajo.
Se habían conocido hacia ocho meses y desde ese entonces jamás habían dejado de verse. A veces compartían más tiempo, otras solo alcanzaban a saludarse, pero ambos se sentían tan cómodos el uno con el otro que a pesar de no estar juntos todos los días o tener entre ellos una distancia kilométrica significativa, sabían que se tenían.
―La aldea está calma―dijo Kankuro pensativo, casi entre un suspiro, mientras observaba las hojas doradas del árbol que tenían encima. Los dos estaban sentados en el medio del parque, sobre uno de los asientos de cemento.
―Si, está casi vacía―acotó. Hoshi sabía que la mayoría de los ninjas estaban trabajando en sus puestos, o haciendo alguna misión. Los equipos de Kakashi, Kurenai y Gai se encontraban trabajando arduamente en una misión con el tres colas. Además, había surgido la complicación de Kabuto, y por palabras de la propia Tsunade, Akatsuki había entrado en escena a través de Deidara.
Kankuro se quedó en silencios unos segundos. Observó la hierba que tenían debajo. Hoshi lo miró, admirando su belleza. La hora doraba le sentaba muy bien.
―Cada vez que vengo a Konoha, tengo menos ganas de irme Hoshi―declaró finalmente, rompiendo el silencio. La castaña lo escuchó con atención.
― ¿Y a qué se debe? ―le preguntó.
Kankuro se volteó a verla.
―A ti.
La castaña no pudo evitar sentirse nerviosa ante esa declaración. Y bromeó para quitarle carga al asunto.
―No mientas, te gusta la comida de aquí, por eso vienes tan seguido―dijo acercándose a él para darle un beso en la mejilla. Kankuro se rio, y después se acomodó sobre el asiento para quedar frente a su novia.
―Si también―le siguió el chiste―. Pero no puedo poner a la comida por encima de ti, prioridades son prioridades―acotó, generando la risita de Hoshi―. Pero no, hablando en serio Hoshi, cada vez necesito verte más seguido. Ya no me basta vernos cada una o dos semanas, o pasar apenas unas horas contigo. Entiendo que ambos asumimos tener una relación a distancia, pero Hoshi―Se detuvo para tomar una gran bocanada de aire. Hoshi supo que diría algo de suma importancia para el―. Estoy seriamente enamorado de ti.
Aquella declaración era la primera que Hoshi oía en toda su vida. Jamás nadie le había dicho eso, y tampoco esperaba oírlo. Se le hacía absurda la idea de creer que alguien podía enamorarse de esa forma de ella, porque creía que esas cosas solo pasaban en las películas.
Además, ¿Qué significaba estar enamorado o enamorada? ¿Era algún estadio de amorosidad efímera o duradera? ¿Era realmente esa necesidad intensa de estar con alguien y no separarse jamás? Y lo más importante, ¿Podían los ninjas enamorarse? ¿Tenían acaso ese derecho?
Hoshi no dijo nada, solo miró al joven de Suna.
―No quiero que esto te espante―se apresuró a agregar, mirándola preocupado. Hoshi le sonrió con dulzura.
―No, pierde cuidado, solo estoy escuchándote―Kankuro suspiró aliviado.
―Quizás te parezca muy apresurado, pero realmente no sé qué es apresurado o no. Jamás había tenido una relación seria, o siquiera algún tipo de relación. Nos han criado, al igual que el resto de los ninjas para sobrevivir en un mundo inhóspito y egoísta, sin poder darle lugar a lo que sentimos―explicó, tomando la mano derecha de la Kunoichi―. ¿Sabes que soy el hermano mayor cierto? ―pregunto, y Hoshi asintió―. He hablado con el consejo, y si bien desde pequeño lo supe estoy obligado a contraer matrimonio para mantener el legado. Así lo dice el reglamento, el hijo mayor será quien sostenga el linaje. En cambio, si es Gaara quien se casa, sus hijos no podrán alcanzar el puesto del Kage por más que él lo sea, sino que serán los míos quienes lo hagan.
Hoshi ahora estaba seria, aquella explicación que le estaba dando le resultaba inquietante. No porque creyera que le estaba pidiendo su mano, sino porque hablaba sobre un deber moral que debía cumplir para con su aldea.
― ¿Me estas dejando? ―le preguntó sin tapujos.
― ¿Qué? ¡No! ¡Claro que no! ―respondió rápidamente, aferrándose a su mano con más fuerza―. ¡Todo lo contrario Hoshi! Estoy enfermo por ti, no puedo dejar de pensarte día y noche, y cómo te dije anteriormente, ya no me basta verte cada una o dos semanas. Hoshi, te amo―se declaró, dejando a Hoshi con la boca entreabierta. Sabía que estaba enamorado, lo acababa de escuchar, pero oír aquellas palabras resulto ser más fuerte de lo que esperaba―. Estoy muy comprometido con esta relación, tanto que me he revelado con el Consejo. Se que es muy pronto para casarnos, y por eso me he plantado frente a ellos para que no me obliguen a mí a hacerlo. Por eso es que necesito saber si tú estás igual de comprometida que yo con esto, ya que, si voy a llevarle la contra al propio Consejo de País del Viento, quiero que eso realmente valga la pena―su semblante ahora era serio, pero calmo. Aguardaba la respuesta de su pareja con ansias, pero no quería verse desesperado. Hoshi lo sabía, Kankuro odiaba verse desesperado o ansioso frente a los ojos de otros.
Hoshi suspiró, y miró hacia delante.
―Kankuro―comenzó a decir―. Tú sabes por lo que he pasado, las cosas que he vivido, y la desconfianza que le tengo a la gente―explicó, volviendo sus ojos al muchacho―. Pero contigo Kankuro, por primera vez en mucho tiempo, me siento segura, y no me había dado cuenta de lo mucho que necesitaba sentirme así―Kankuro le regalo la sonrisa más dulce que jamás nadie le había regalado―. Y si, si estoy muy comprometida con esta relación, de hecho, nunca estuve tan segura de hacerte llamar mi novio―le sonrió también, y se inclinó sobre él para besarlo. Kankuro le respondió ese gesto con soltura, y la tomó de su mandíbula atrayéndola más hacia él.
Cuando se separaron, Hoshi alzo la vista y suspiró.
―Por momentos me asusté, creí que me pedirías la mano―dijo, bromeando. Kankuro sonrió.
―No negaré que no me muero de ganas de hacerlo―confesó, y Hoshi se mordió el labio―. Pero sé que hace poco nos conocemos, y que estas en contra de la vorágine de las relaciones de la actualidad, en la que se casan apenas haberse conocido―se rio, aunque con pocas ganas―. ¿Qué haremos con el otro asunto? ―le preguntó, intentando no hablar sobre aquello. Hoshi comprendió que la responsabilidad del matrimonio y el asunto del consejo le pesaba demasiado.
― ¿Qué asunto?
―Con nuestras visitas, ¿Cómo haremos para vernos más seguido? ―Hoshi suspiró entristecida.
―Es complicado Kankuro. Mi trabajo, el tuyo y la realidad política actual nos complica un montón la cuestión de vernos.
―Me encantaría mudarme aquí―dijo―, Y eso que siempre odie Konoha―comentó con descaro y haciendo una mueca de asco―. Pero jamás me lo permitiría mi posición―Se la quedó mirando, y la Kunoichi se dio cuenta que Kankuro estaba esperando que ella propusiera la idea de mudarse a Suna, y eso por más que le doliera no sucedería.
―Hagamos una cosa―sugirió―. Esperemos a ver en que queda todo este asunto de Akatsuki, e intentemos seguir viéndonos al menos una vez por semana, aunque sea unas horas en los límites de la aldea―A Kankuro no le gustó la idea, lo pudo ver a través de su mirada. Hoshi se rio―. Seguramente las cosas empezaran a ponerse peor, reforzaran la seguridad en los límites, la gente necesitará de ti y de mí, y no podemos descuidar nuestro trabajo. Entiendo que para ti es difícil esto, pero será por un tiempo. Cuando pase todo esto y veamos algo de tranquilidad, quizás podemos hablar de la idea de mudarnos―finalizó para intentar cambiar con optimismo los ánimos del marionetista.
Este rezongó, molesto por toda esa diplomacia.
―Está bien, si no queda otra―manifestó, y se incorporó del banco en donde estaban ofreciéndole la mano a su novia para que lo imitara. Estuvo a punto de decir algo, pero la aparición repentina de Shizune los interrumpió.
―Hoshi san, la estaba buscando―La pareja la miró confundida. Shizune sonrió―. Lamento mucho interrumpirlos―se excusó―. Pero Tsunade Sama me pidió que fuera a su oficina inmediatamente―dijo. Hoshi blanqueó los ojos, y se levantó limpiándose la tela del pantalón.
―Kankuro, disculpa―le dijo a su novio, y este sonrió.
―Es nuestro deber, ve tranquila―comento, y se acercó para besarla.
—¿Estás seguro? Quería acompañarte a la entrada—replicó Hoshi.
—No te preocupes Hoshi, ya has hecho mucho por mi —murmuró, tomándola del rostro y dejándole un beso nuevamente. Se separaron, pero Hoshi lo abrazó con fuerza. Cada vez que se iba, lo extrañaba un poco más. Kankuro le respondió el abrazo, por un momento se habían olvidado de la presencia de Shizune.
Después de separarse Kankuro partió en dirección a su aldea, y Hoshi se fue directo a reunirse con Tsunade.
¿Hizo mucho por él? Hoshi sonrió para sí misma negando con la cabeza. Kankuro era quien había hecho mucho por ella. La había hecho sentirse seguro, había traído de nuevo el buen ánimo a su vida, y la había ayudado a sentirse fuerte. El marionetista posiblemente no se había dado cuenta de todo eso, pero Hoshi era una persona completamente diferente antes de conocerlo.
—Si, adelante —dijo Tsunade, y las dos mujeres ingresaron a la oficina.
Hoshi la miró y notó a simple vista la preocupación en sus ojos. Un suspiro se escapó de la boca de la Himara.
—¿Por qué suspiras? —le pregunto Tsunade con una sonrisa escueta—. ¿Acaso sabes que te traigo malas noticias? —bromeó, las malas noticias fueron moneda corriente en estos últimos meses.
—Me imaginé que así sería, lo puedo ver en su rostro Tsunade—explicó Hoshi, mientras se acercaba al escritorio. Buscó con sus ojos la silla en la que usualmente se sentaba, pero no la encontró, y Tsunade se dio cuenta de esto.
—Disculpa, en seguida te traigo un asiento. La llevamos a la oficina de abajo y allí quedo—dijo, mirando a Shizune en son de orden.
—No no, no sé preocupen. Me quedaré parada—dijo evitándole a la sobrina de Tsunade la tarea de ir a buscarle una silla, quería marcharse pronto de allí—. ¿Que necesitan?
—Han asesinado a los ANBUs que envié a controlar el tres colas—explicó, Hoshi frunció el ceño—. Cómo Shizune no pudo sellarlo, no me quedo otra que enviar a ninjas a qué lo escoltaran.
—¿Fue Akatsuki? —preguntó la castaña. Shizune se tomó el atrevimiento de responder.
—Si. El tres colas fue capturado por Akatsuki. Los sellos que colocaste junto a Shikamaru a principio de este año, nos brindaron esa información—explico, y Tsunade alzó un pergamino con un mapa del país del viento donde tenía marcado cada posible movimiento de la organización.
—Le he pedido a los equipos que regresen, para recuperarse, por eso necesito que viajes a buscar información sobre quiénes fueron exactamente los miembros que mataron a nuestros compañeros—dijo Tsunade, chasqueando la lengua molesta por aquello—. Puedo enviarte con Shikamaru.
—De acuerdo—dijo, sin intenciones de discutir. La realidad era que Hoshi quería hacer una misión en soledad, pero sabía que Tsunade no sé lo permitiría. Y menos en ese tiempo conflictivo. Pero después de todo, la idea de hacer la misión con su primo le agradaba más que la de ir con cualquier otro ninja—. ¿Él está al tanto? —Tsunade asintió.
—Mañana a primera hora los necesito viajando—aclaro—. Cada segundo que pasa es un tiempo perdido. Es más, los haría irse está misma noche, pero sería ponerlos en peligro. Prefiero que trabajen con los primeros rayos de sol—Hoshi asintió con la cabeza.
—Shizune, ¿Podrías traerme los archivos de la misión del tres colas? —le dijo a la muchacha, quien salió rápidamente de la oficina. A Hoshi le resultó extraño, aquello parecía ser más una excusa para que ambas estuvieran solas. Tsunade espero a que saliera del cuarto, y suspiro al oír cerrarse la puerta—. Hoshi, necesito hablar contigo de algo sumamente serio.
—¿Tan serio como para hacer que Shizune se fuera? —le pregunto irónica. Tsunade asintió con sus ojos cerrados.
—Así es, no quería que te sintieras incomoda—Aquello sino aún más sospechoso. Hoshi no podía ni imaginar de que se trataría esa conversación, no tenía apenas una idea—. Me he enterado que estás de novia con Kankuro...
Hoshi frunció el entrecejo y ladeó su cabeza mirando a su líder en tres cuartos de perfil.
—Em, si... ¿Pero que tiene que ver Kankuro en esto que me dirá?
—Hoshi, tú has estudiado más que nadie en este país la historia del mundo ninja. Entiendes entonces que Sunagakure y Konoha han tenido difíciles relaciones y que la paz de estas con las demás naciones depende de un frágil tratado.
La castaña negó, mordiéndose el labio.
—No estoy entendiendo para donde va la conversación —dijo sinceramente, algo molesta.
—Tu eres una Jonin Tokubetsu, tienes acceso a todos los archivos de Konoha. Y Kankuro es el príncipe de Sunagakure, hermano del Kazekage. Cómo líder y protectora de esta aldea, creo que tú relación puede resultar en un conflicto de intereses para nuestro bienestar—concluyo de cuajo la Quinta.
Hoshi se quedó en silencio unos segundos, y al cabo de un rato se hecho a reír indignada.
—¿Un conflicto de intereses? ¿Mi relación? —pregunto molesta, entre risa y risa con una mano en el pecho—. Cómo es que la relación de una simple Kunoichi con un ninja podría resultar perjudicial para dos enormes naciones como Konoha y Suna, realmente no lo entiendo.
—Lo que quiero decir Hoshi, es que Kankuro puede estar utilizándote para beneficio de la aldea.
—¡Pero Tsunade! —exclamo molesta—. Gaara sería incapaz de hacer algo así, ¡Suna es aliada de Konoha! —explico alzando cada vez más la voz—. Gaara no enviaría a su propio hermano a ser mi novio solo para sacarnos una ventaja. Además ¿Una ventaja de que? ¿De qué le serviría?
—Hoshi, piensa de esta forma. Gaara no lo haría, está bien. Pero Kankuro es una persona diferente a Gaara, además cada aldea tiene sus secretos que por algo son secretos niña. Quizás, y estoy muy segura sinceramente, que Kankuro se está aprovechando de esta situación para poder ver cualquier tipo de debilidad o potencial debilidad que tenga nuestra aldea y en algún momento de la historia, usarla en nuestra contra—Hoshi la oía con la boca semi abierta, no podía creer que Tsunade estuviera diciendo esa estupidez.
—Tsunade Sama, usted es una persona muy inteligente—comenzó a decir la castaña, intentando guardar la calma—. Por eso no concibo cómo es que sale de su boca semejante estupidez.
La Quinta la miró enojada por aquello. Hoshi sonrió negando aún la situación.
—Si Kankuro se hubiera querido aprovechar de la situación, lo hubiera hecho hace mucho tiempo. Sin embargo, llevamos juntos hace ocho meses y apenas hemos hablando sobre Suna o Konoha. Es más, yo misma lo he acompañado a él a realizar una misión sumamente importante para Suna. Si el estuviera sacando ventaja, ¿Cree que hubiera permitido que yo conociera tanto sobre su aldea?
La mujer rubia acaricio su sien con lentitud, mientras cerraba los ojos. Hoshi estaba molesta, pero entendía porque decía eso. Ante aquella situación por la que estaba atravesando todo el mundo ninja, cualquier líder estaría paranoico o perseguido, y por lo tanto Tsunade no era la excepción.
—Además Tsunade Sama, sé que en un pasado era una niña estúpida y me deje llevar por más de un engaño—dijo recordando con cierta vergüenza el episodio con Mizuki—. Pero ya no. Soy una desconfiada, conozco a la gente y se de lo que son capaces. No dejaría entrar a cualquiera a mi casa.
Tsunade se la quedó mirando. Tenía el ceño levemente fruncido, con ese dejo de preocupación con el que una madre mira a su hijo problemático. Hoshi le clavó la mirada, esperando a escuchar lo que tenía para decir. La mujer suspiró, y tamborileo los dedos sobre el escritorio.
—No lo sé Hoshi, puede que tengas razón. Aun así, no me fiaría de nadie, y menos teniendo en cuenta tu posición en esta aldea. Además—acotó estirando sus brazos—, ¿Por qué buscas a alguien de tan lejos? ¿Que no hay hombres solteros en esta aldea?
La castaña se rio.
—No busco estar de novia Tsunade. Se que hay hombres solteros aquí. Pero yo no busqué a Kankuro. El simplemente apareció y se quedó —dijo sonriendo, mientras pensaba en el marionetista―. Y hoy por hoy agradezco que esté a mi lado, me ha ayudado mucho―suspiró, y chasqueó la lengua―. Pero, en fin, no he venido a hablar sobre mi asunto con Kankuro. ¿Necesita algo más, Tsunade sama?
La rubia negó resignada, y estiro su mano.
―No Hoshi, solo eso. Mañana recuerda estar a las siete en las puertas―Hoshi asintió, y salió de allí sin decir una palabra más.
Por algún motivo inexplicable, Hoshi había mantenido la calma en aquella conversación que resulto ser invasiva e incómoda. La Kunoichi entendía la preocupación de su líder; durante años la enemistad entre las grandes aldeas había sido obvia, por lo que cualquier Kage estaría perseguido con la idea de que alguien pudiera infiltrarse y obtener información para volverla en su contra.
Pero Hoshi sabía que Kankuro no era esa clase de persona, y Gaara tampoco. Este ultimo tenia mucho respeto por Konoha y Naruto, que serían incapaces de traicionarlos de aquella forma.
Por eso la idea de ser traicionada se fue de su cabeza muy rápido, tanto que no tuvo oportunidad de pensar en ella una vez que estuvo descansando para estar optima para su misión del día siguiente.
***
Hoshi aguardaba a Shikamaru, quien ya llevaba más de cuarenta minutos retrasado. La joven refunfuñaba, molesta por aquella espera y sobre todo por haber olvidado sus guantes ya que ahora sus dedos se estaban congelando.
La claridad ya había copado las calles, y en el puesto de madera Izumo y Kotetsu bebían un café. Esa mañana era su turno controlar el ingreso y egreso de la aldea.
La castaña se había acercado a platicar con ellos al verlos llegar a su lugar de trabajo. Los ninjas que habían estado en el turno noche no se habían mostrado con ganas de conversar por lo que Hoshi se vio obligada a esperar en silencio.
—Entonces sí, llevamos más o menos diez días sin descanso—agrego Izumo. Hoshi negó molesta.
—Voy a subir el punto en administración del personal. No pueden pasar más de siete días sin descanso. Está muy mal esto—los defendió.
—¡Holaaa! —interrumpió Kakashi en la escena. Hoshi se volteo a verlo distraída, pero se horrorizo al verlo que llevaba una bufanda y una mochila.
—¿Que haces aquí? —le pregunto enderezando su espalda, ya que estaba apoyada sobre el mostrador del puesto de los centinelas.
Kakashi lanzó una risita.
—Buenos días, ¿No?
—Buenos días Kakashi Sensei—respondieron los otros ninjas, sonriéndole. Hoshi los miro y luego volteo a ver nuevamente al peli plata.
—¿Que haces aquí? —repitió, está vez con miedo de escuchar la respuesta que no quería oír.
—Bueno, Shikamaru se ha reportado enfermo. Y Tsunade no tenía a nadie más que enviar, así que me ofrecí a acompañarte a la misión—la castaña comenzó a negar cona cabeza.
—¿En serio? ¿Tú te ofreciste porque misteriosamente mi primo se reportó enfermo? —La Himara no podía creer que tuviera tanta mala suerte. Era muy poco probable que Yamato se enfermara y que el único ninja casualmente libre fuera Kakashi. Si era realmente así solo significaba una cosa: Dios la odiaba.
—Tsunade no quería enviar a los demás, han quedado muy débiles luego de la misión, y deben recuperarse pronto para la próxima. En cambio, yo—dijo levantando sus hombros—. Yo estaba libre para hacerlo.
—No me agrada esta idea—dijo cruzándose de brazos—. Prefiero ir sola que contigo.
—Tsunade no lo aceptara. Además, será mejor que partamos—dijo livianamente mientras comenzaba a caminar sujetando las correas de su mochila—. Ya se ha hecho tarde.
Hoshi lo siguió con la mirada molesta. Y comenzó a seguirlo hasta poder quedar a su lado.
—Si ya se ha hecho tarde es porque alguien debió haber venido a las siete de la mañana, no a las diez—explicó enojada. Kakashi sonrió, y Hoshi sintió unas furiosas ganas de cruzarle el rostro de un puñetazo.
—¡Ah sí! Disculpa por eso, me crucé un gato negro y tuve que desviar mi camino por el sendero más largo—divago el joven Jonin.
—Deberías dejar de hacer eso, estás jugando con el tiempo de las personas. Me choca la gente impuntual—mascullo Hoshi, mientras pensaba en lo larga que se le haría esa investigación.
Kakashi se rio.
—No es ser impuntual, es ser supersticioso. ¿Qué querías que hiciera? ¿Qué pasará por al lado del gato como si nada?
—¡Kakashi es un gato! Un simple gato negro, no te sucederá nada si lo cruzas, si lo rodeas, si lo acaricias. ¡Dios! Plena modernidad y no entiendo cómo es que un ninja tan inteligente como tú cree en esas cosas de la suerte—expreso molesta la castaña, mientras alzaba sus brazos al cielo demostrando su inconformidad con aquel asunto—. Un animal no puede darte o quitarte la mala suerte, no existe eso.
—¿Y tú qué sabes? —la molesto Kakashi, en son de broma—. ¿Y si pasaba por al lado de aquel gato y accidentalmente quebraba mi pie? ¿O me chocaba con alguien y golpeaba mi cabeza en el suelo? ¿¡Y si me desnucaba!?—exageró, mirándola con unos ojos (o uno) de fingido y cómico terror.
—¡Qué favor que le haría ese gato a ese mundo! —le respondió Hoshi, sacándole la lengua—. Iría a hacerle un monumento.
—Que chistosita—comentó el otro, sonriendo. Hoshi no quiso que la viera, pero una suave sonrisa se dibujó también en su rostro.
La hierba se iba terminando a medida que el terreno iba siendo invadido por la arena blanca de aquel lago natural.
Lo que tenía el País del Fuego a diferencia de los otros, era que debido a los límites con otras aldeas tenía una mezcla de suelos y climas envidiables. Aquel lago estaba rodeado por una playa paradisíaca de arena blanca, pero metros más a la derecha el verde y húmedo pasto se hacía presente.
Kakashi se adelantó a los pasos de su compañera e hizo aparecer a uno de sus rastreadores.
Pakkun se estaba acicalando, y se detuvo al ver a su alrededor.
—Bueno, esto no me lo esperaba—dijo observando la zona. Pasaron varios segundos hasta que noto la presencia de Hoshi y no pudo esconder su sorpresa al verla—. ¡Eh Hoshi! —exclamo acercándose a ella. Llevaban años sin verse.
La castaña sonrió, y se inclinó sobre él para acariciar su cabeza.
—Pakkun, cuánto tiempo sin verte.
—¿Cómo has estado? —le pregunto, extrañamente animado. Hoshi lanzó una risita, le parecía simpático que aquel perro serio estuviera moviendo la cola animadamente. Kakashi solo los observaba.
—Muy bien, ¿Y tú? Veo que sigues teniendo el pelo igual de brilloso que siempre—lo halago.
—¡Y más que lo habitual! —explicó moviendo su cabeza. Hoshi volvió a reír—. ¿Que estamos haciendo aquí exactamente? —pregunto, y ahí fue Kakashi quien tomó la palabra.
—El tres colas fue secuestrado, y queremos saber por quienes—dijo el peli plata, y Pakkun asintió comenzando a rastrillar la zona con su hocico. Hoshi lo miró con una sonrisa, y al sentir que Kakashi le había clavado los ojos se puso nerviosa y comenzó a caminar por la orilla, esperando encontrar algo que les sirviera de ayuda.
Hoshi se agachó sobre la arena. Había visto algo brillante entre esta, pero al rebuscar con su mano se encontró que solo era un papel brillante que alguien había arrojado como basura por ahí. Kakashi por su parte miraba el agua, que estaba tan tranquila que parecía ser parte de un espejismo causado por la sequia del desierto.
― ¡Encontré algo! ―gritó Pakkun, y volvió corriendo hacia los ninjas.
Kakashi y Hoshi se reunieron junto a él, y se inclinaron hacía el perro, quien dejó sobre la mano extendida de Kakashi lo que parecía ser un pedazo de algún material ya quemado.
El ninja se bajó su máscara, y olió aquello. Hoshi lo observó atenta, esperando su veredicto y pensó en que hacía muchos años que no veía su rostro completo.
―Es arcilla―dijo finalmente.
― ¿Deidara? ―preguntó Hoshi. Ella sabía por completar informes, que era Deidara quien solía utilizar arcilla explosiva en sus jutsus.
Kakashi asintió, y sacó de su mochila una pequeña bolsa donde guardó aquel elemento, y luego se lo dio a Pakkun.
― ¿Puedes ir a entregárselo a Tsunade? ―el can asintió, y desapareció de allí con aquello en la boca.
Kakashi se incorporó y sacudió la arena que había quedado en su pantalón azul. Miró a su alrededor, pensativo.
―Ellos no actúan solos―dijo Hoshi, parándose a su lado.
―Así es―explicó―. EN su momento Deidara actuaba con Sasori, pero este murió en el rescate de Gaara―Hoshi arqueo sus cejas, no sabia aquella parte de la historia―. Desconozco quien será ahora su compañero. Pero definitivamente es alguien igual de poderoso que él.
La castaña se quedó en silencio, y miró hacia el lago con su ceño fruncido.
― ¿En que piensas? ―preguntó Kakashi, mirándola.
― ¿Qué crees que estén buscando con todo esto? ―cuestionó, sin separar su vista del agua.
―Dominar el mundo, destruir a los ninjas, una guerra innecesaria―explicó―. Se me ocurren muchas cosas―continuó, sin quitarle los ojos de encima.
― ¿Crees que Danzo tenga algo que ver con esta organización?
―No, si sabemos y tu más que nadie, que Danzo está relacionado íntimamente con Orochimaru, y quizás con la búsqueda de Sasuke. Pero Akatsuki no, no tiene nada que ver con Danzo.
― ¿No estás cansado de la gente mala, Kakashi? ―le preguntó. Hoshi seguía con su mirada perdida en el lago, ya no recordaba la última vez que se había tomado un descanso. De hecho, siempre evitaba hacerlo, porque descansar implicaba que su mente trajera a ella recuerdos inhóspitos de un pasado cruel.
El peli plata la observó, y lanzó una risita. Aquella pregunta le había hecho recordar los viejos momentos juntos.
―Siempre existirá esa gente Hoshi. Están ahí para recordarnos como no debemos ser.
Hoshi suspiro, y el ninja de las mil técnicas giró su rostro para verla más cómodamente.
Observó su corto cabello que seguía creciendo en un intento de que Hoshi no volviera a cortarlo. Examinó su rostro de perfil y su nariz, la forma nueva que está había adquirido después de aquella terrible golpiza que le habían dado y en la que habían quebrado su tabique en innumerables partes. Contó sus pecas, y podía jurar que estás se habían multiplicado desde la última vez que la había visto. Pudo divisar la marca que sutilmente dejaba su único hoyuelo de su mejilla izquierda, y se vio sorprendido por los muchos detalles que conocía de aquella joven.
Ambos estaban tan cerca que Kakashi podía sentir el roce de la mano de Hoshi sobre la suya, y de repente unas bestiales ganas de entrelazar sus dedos con los de ella se apoderaron de su interior. Era la primera vez que aquel sentimiento se hacia presente en Kakashi. Quería tomar su mano, y decirle que esta vez no la soltaría nunca.
Pero Hoshi se volteó para darle la espalda, y de seguro jamás se enteraría de lo que Kakashi había estado a punto de hacer. Pero para Kakashi lo mejor era eso, que no supiera como dentro suyo un inexorable sentimiento completamente diferente al cariño de la amistad había empezado a surgir.
―Vamos, continuemos con la investigación. He dejado sellos cerca de aquí―murmuró la castaña comenzando a caminar, y Kakashi solo asintió siguiendo su camino.
BUENAAAAAAAAAAAAS
Ay siii, me van a asesinnar. Casi tres meses me demore en escribir estooooooooooooooooooo Jjajajaajajaja perdon, pero tuve muchos cambios en el trabajo y en mi vida. Tenia que poder poner mis cosas en orden para poder seguir con esta historia. Realmente le dedique mucho a este capitulo, porque me parece que la historia empezo a tomar el otro rumbo que sabiamos que iba a tomar, y no queria que quedara como si fuera un corte. ADEMAS TUVE QUE VER OTRA VEZ EL ANIMEEEEEEEEE jajajajajaja Dios, no recordaba muchas cosas. Me tuve que poner al dia.Pero en fin, espero realmente que utsedes hayan estado muy bien!!! Les extrañe mucho, como siempre. Y agradezco como simepre digo sus comentarios y sus añadiduras a las listas de lecturas. ME PONEN TAN FELICEEEES
Este capi va sin dibujo, realmente no llegue. Aun asi espero que lo disfruten como yo.
Y chicas y chicos, NO CACHORREEEN CON LOS HOMBREEEEEES. Sepan que son valioses, y ningun gil se merece que le andemos detrás. SOMOS REINAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS. Dios, si hubiera sido amiga de Sakura la cagada que le daba por andar asi con sasuke.
Les abrazo con fuerza,
Estrellita.
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