Capítulo XI
Nankurunaisa
{El tiempo lo cura todo}
Era un día maravilloso. El sol se colaba entre las nubes y no dejaba ningún sector de Konoha sin cubrir. Hoshi prefería los días nublados y lluviosos, pero ese era su día libre y por eso quizás estaba tan maravillada por ese cielo brillante.
Llevaba entre sus manos dos bolsas de madera donde cargaba las compras de la semana. Muchas verduras y frutas, carnes blancas y algún que otro gustito para la gula. A Asami le gustaban las gomitas con forma de oso y a ella los chocolates, en la heladera siempre había de los dos.
Ingresó a su hogar dejando sus sandalias en la entrada. A su derecha, en una mesita que había comprado en una tienda de antigüedades y baratijas yacía la planta que su novio le había regalado. La estaba cuidando bastante bien, pero para ser sincera no era algo que disfrutará hacer. Pero prefería dar todo para mantenerla viva que tener que darle explicaciones de porque ya no estaba más la planta allí en el caso hipotético de que muriera por sequía.
Dejó las bolsas en la mesada de su cocina, y abrió la heladera para tomar un vaso del jugo de espinaca que había prensado en día anterior.
-Para ser una ex anbu, se me ha hecho muy fácil ingresar a tu hogar.
Su piel se heló al oír aquella fría voz. Se quedó paralizada, con la puerta de la heladera abierta y el vaso aún vacío en su mano.
Pestañeo, y en una milésima de segundo intento empuñar el kunai que tenía escondido en la mesada, pero aquel visitante sorpresa la detuvo violentamente, sujetándola del brazo y tirando la contra la heladera que se cerró bruscamente. El vaso que sostenía cayó al piso haciéndose añicos.
Hoshi se defendió, y quiso atacarlo nuevamente pero el aparecido detuvo el ataque con agilidad. Llevaba una capa gris que cubría su cabello y la mitad de su rostro se hizo hacia atrás cuando empujó nuevamente a Hoshi, arrojándola está ve sobre la pared derecha de la pequeña cocina. El golpe fue tan fuerte que se escuchó secamente en todo el hogar.
Sus ojos se abrieron de par en par al ver de quién se trataba. Durante años lo había creído muerto.
-Momoki...-mascullo sin dar crédito a lo que veía. Aquel sujeto de largo cabello oscuro, y figura estilizada que había trabajado con ella en Anbu y había estado presente en aquel fatídico día de su vida, ahora se alzaba frente a ella, después de haber violentado su hogar-...¡Tu estabas muerto!-exclamó, recordando que lo había perdido de vista cuando junto Taō se enfrentaron a los atacantes del Arroz-...¡Tu fuiste el traidor!
-Oh-dijo, con falsa melancolía -... Momoki, ya había olvidado aquel nombre-camini hacía la heladera que Hoshi había abierto instantes atrás, y busco de allí algo con que entretenerse. Después de varios segundos observando, tomo la botella con agua fresca y bebió directamente de ella-. Hoy es un día muy caluroso, pero en fin-comenzó a decir, dejando la botella sobre la mesada-. No alargare más esta discusión, y si, fui yo el infiltrado que dió aviso de nuestra misión a mi estimado líder, y tú intimo amigo-se rió con sorna luego de decir aquello-... Danzō. Pero bueno, Tsunade estaba tan preocupada en protegerte que en lugar de reforzar la búsqueda del traidor, se encargó de que tú y tu familia estuvieran protegidos. Y créeme Himara que si hubieran investigado apenas un poco más, me hubieran descubierto ¿Sabes? No fui muy prolijo en esa misión, y de hecho, me he castigado por ello-alzó su mano izquierda mientras se encogía de hombros, mostrándole a la kunoichi que le faltaban dos de sus dedos.
Hoshi frunció el ceño, por más que sabía el accionar de Raíz, cada vez se mostraba más impactada por lo que podían llegar hacer para mostrar lealtad a su líder.
-¿Que rayos haces en mi casa?-Hoshi se puso en posición de ataque. Está vez pelearia por ella como la ANBU que había sido.
-Vengo a darte un mensaje de Danzō, el no puede venir personalmente-con lentitud se fue acercando a ella-. El creía que había sido muy claro con no meter tu nariz dónde no te corresponde, pero viendo y considerando lo sucedido con los puertos, parece ser que no has aprendido tu lección. Si sigues perjudicando su camino Hoshi, el no te matará-rio-, claro que no, no te la hará tan fácil. Pero si irá por tu madre, o tu padre, o esa amiga que tienes.
Bastó para oír esos tres ejemplos que la ira invadió las venas de Hoshi. Sin darle tiempo a Momoki de preveer aquel movimiento, Hoshi se lanzó sobre el a puño limpio, asestándole un golpe en la cara que distrajo al atacante y le permitió tomar el kunai que antes no había podido.
Momoki se abalanzó sobre ella, y en segundos aquella cocina se volvió un estrecho campo de batalla que se fue trasladando al comedor, dejando a su paso cuadros y platos rotos. Hoshi recibió un par de patadas en sus costillas y un golpe en su ceja izquierda que le abrio una profunda y herida sangrante. Pero aún así no se detuvo, siguió luchando contra aquel traidor.
-Yo también tengo un mensaje para Danzo-dijo mientras en una combinación de golpes sostenía con fuerza uno de los brazos del anbu raíz. El enemigo saco con su mano libre unas agujas e intento clVarlas en el rostro de la muchacha, pero Hoshi, con gran habilidad lo volteo para dejar el brazo que tenía aferrado a ella sobre la mesa del comedor-. Dile que la próxima vez, ¡Venga él!-griro furiosa, y clavó su kunai en la mano de Momoki, quien lanzo un grito de dolor cuando Hoshi retorció su arma una vez clavada.
-¡Hoshi!-griro Asami, después de ingresar al hogar que ahora estaba a medias. Momoki aprovecho esto para empujar a Hoshi contra una pared, e intento apuñalarla con una de sus agujas mientras en su mano seguía clavado el kunai.
Pero Asami se interpuso entre su amiga y el ninja, y con una rapidez excelsa lo golpeó en uno de sus puntos de chakra. Momoki recibió con dolor aquel certero golpe, y al notar que no podía respirar con facilidad desapareció de allí, echándoles una última mirada de odio.
La castaña al ver el humo que dejó en el hogar, se dejó caer al piso agitada-¡Hoshi, estás sangrando! -exclamó la estudiante, acercándose a su amiga para ver si estado-¿Que rayos ocurrió? ¿Quien era ese? ¡Hay que curarte!
-Gracias Asami-le dijo con sinceridad, agradeciéndole el acto de haber intervenido-. Está bien, es solo un corte-dijo, limpiándose la sangre que cubría su ojo y le impedía ver con claridad-. Fui una estúpida, no note que estuviera cuando entr a casa, debí haberlo sabido.
La peliazul la escuchaba con atención, pero mientras tanto, había comenzado a realizar sus curaciones sobre aquel pequeño pero profundo corte. Sus manos, sobre la herida, generaban un chakra similar al que generaban las manos de las otras kunoichis médicas de Konoha, y la herida comenzaba a cerrar dejando de sangrar.
-¿Quien era?-repitió, preocupada.
-Momoki, un antiguo ANBU, o es lo que yo creia-le explicó. Su cabeza había comenzado a dolerle después de una serie de repetidos golpes en la pared.
-¿Y cuál es el problema? ¿Por qué ha venido a atacarte?
-No ha venido a atacarme, ha venido a advertirme. Lo ha enviado Danzō-continuó, cerrando sus ojos. Asami finalizó con la curación, y miró su resultado.
-...Te quedará una pequeña cicatriz, pero se irá con el tiempo-la interrumpió, y tomó un lápiz para llevarlo delante de sus ojos-. ¿Puedes verlo con claridad?-le pregunto. Y Hoshi lanzo una risita.
-En realidad no, he perdido gran parte de la visión de este ojo-dijo, señalándose el afectado en aquella noche-. Pero vamos, tranquila, que estoy bien.
Asami estuvo a punto de preguntar cómo había ocurrido eso, pero Hoshi se incorporó rápidamente, con la intención de ir hasta el despacho de Tsunade e informarle todo lo que había sucedido. La peliazul la siguió con rapidez, encargándose de cerrar la puerta, aunque a juzgar por los hechos recientes aquella medida de seguridad resultase inútil.
Tsunade se encontraba reunida con Kakashi cuando las dos amigas irrumpieron en su oficina sin pedir siquiera permiso o golpear avisando que estaban allí.
-¿Que no sabes-comenzó a decir pero al notar la remera ensangrentada de Hoshi, quien venía primero se incorporó de su asiento con urgencia-...¿Que ocurrió?-preguntó preocupada, mientras fruncía el entrecejo esperando también aquella respuesta.
-Me atacaron Tsunade sama-explicó rápidamente Hoshi-. Pero eso no es lo importante, lo importante es quien lo hizo. ¡Fue Momoki!
-¿Momoki? ¿Que Momoki?-La Quinta desconocía a quién se refería.
-¡El ANBU del que jamás se encontró su cuerpo! Mi compañero, con quién hice la misión junto a Taō -dijo rápidamente,moviendo sus manos con nerviosismo.
Tsunade abrió sus ojos como platos.
-¡Desgraciado! El era el infiltrado entonces-Al pensar en eso, todas las cosas cayeron por su propio peso-. ¿Que te dijo exactamente, porque fue a tu casa?
-Lo de siempre-exclamo, con sarcasmo-. Me dijo que si seguía metiéndome en dónde no me llamaban, no me mataria, pero si iría por mi familia.
-Por supuesto, es lo único que sabe hacer-se quejo la mujer rubia, negando con la cabeza. Estaba indignada-. ¿Cómo pudo ingresar?
-Claramente hay una falla en la seguridad-opino Kakashi. Quería disimularlo, pero se lo notaba sinceramente preocupado por su antigua amiga-. Sabemos que es un ANBU experto, pero luego de reforzar la cantidad de centinelas debería ser más difícil infiltrarse a la aldea.
-Shizune-llamo la mujer, por aquel telecomunicador que tenía en el escritorio. Rápidamente la muchacha contesto-. Averigua por el estado de todos los centinelas de la aldea, quiero que me digas si todos están bien-Tsunade miro a la Himara-. Sabías que esto sucedería, ¿No?-le pregunto, algo molesta. Asami al oírla frunció el ceño. Estaba detrás de ellos, solo presenciando aquella escena-. Por eso no quería que te involucraras, era cuestión de tiempo de que luego del bloqueo de los puertos Danzō tomara cartas en el asunto.
-¿Y que quería que hiciera? ¿Que huya? ¿Qué me esconda? ¿Que me quede callada? -le pregunto la castaña, intentando mantener la calma-. No importa así mi vida está en riesgo, no quiero que Danzō siga respirando un minuto más en libertad. Me urge que todo se acabe, que por una vez en la vida la política esté libre de corrupción-expresó, ante la atenta mirada de Kakashi y su amiga.
-El Consejo del fuego ha negado cualquier relación o vínculo con el tratado y los huérfanos. Danzō tiene inmunidad, no podemos hacer nada-explicó, la líder de Konoha.
-Si podemos-hablo Kakashi, y todos voltearon a verlo. Hoshi recién se percataba de su asistencia allí, pero estaba tan ocupada del asunto de Danzō que se le hizo indiferente-. Tsunade Sama, el Tratado de las Naciones Ninjas obliga a las aldeas a actuar en caso de detectar corrupción en los Consejos. Tenemos las pruebas suficientes para acabar con Danzō y quiénes se involucren con el. Solo debemos lograr que una de las aldeas se haga cargo del procesamiento de este.
Hoshi asintió, abriendo los ojos. ¡Kakashi tenía razón! Había un artículo del decreto que obligaba a cualquier aldea a actuar así sea en contra de su propio gobierno. Y el Tratado de las Naciones Ninjas tenía suficiente peso judicial como para ser cumplido, ya que de el nacían las otras normativas y leyes.
-No podrá ser aquí, Kakashi-decretó, preocupada-. Sabes que el Consejo del Fuego no lo permitirá. Pondrá todas las trabas necesarias para evitar que se llegue siquiera a una investigación procesal.
-Puede ser en Suna-murmuró la Himara-. Estoy segura que Gaara querrá hacerse cargo. Además, a juzgar por el pasado del Viento con el Fuego, su propio consejo de sabios ayudarán al Kazekage.
Kakashi asintió. Tsunade se mantuvo en silencio, y los presentes aguardaban allí su respuesta.
Finalmente asintió, acariciando sus dientes e intentando relajar el entrecejo.
-De acuerdo, de acuerdo-decretó y Hoshi no pudo evitar disimular su alegríaal oír aquella respuesta positiva-. Organizaré una reunión con Gaara cuánto antes-miro a Hoshi con unos ojos acusadores, mientras alzaba su dedo indice-. Mientras tanto te ordeno que bajes el perfil, Hoshi. De ser necesario quédate en tu casa, evita ir a tu oficina o llamar mucho la atención -Hoshi lanzó una risita.
-Tsunade, no es por mi por quien temo-cito, tristemente-. Nada peor podría sucederme, ¿Qué destino sería peor?-pregunto, alzando sus brazos y dejándolos caer a los costados de su torso. Asami la miró extrañada, no entendía a qué se refería-. Lo que me interesa es que mi familia esté protegida, mi familia y mis amigos-acotó, señalando a la peli azul.
-Haré todo lo posible para que tus seres queridos se encuentren bien-Sus palabras estaban cargadas de promesa, y Hoshi le creyó. Tsunade era una mujer de palabra. Rápidamente volvió a apretar el telecomunicador y la voz de Shizune sonó nuevamente-.Shizune, ¿Has averiguado algo?
-Tsunade, todos los puestos están bien, no hay nadie herido ni ningún movimiento extraño -explicó. La mujer rubia se llevó una mano a la frente, estaba agotada. El asunto de Danzō, el tema de Naruto, los Akatsuki, Sasuke...todo recaía sobre sus hombros, y tampoco quería pedir ayuda. Era muy orgullosa.
-Esta bien, no te preocupes. Necesito pedirte un favor, envía cuánto antes un mensaje a Gaara Sama, dile que necesitamos una reunión urgente.
-¿Por qué motivo?-de fondo se escuchaba un lápiz rasgando una hoja, Shizune estaba tomando nota.
-El tratado de las Naciones Ninjas, el artículo 75-Shizune se quedó en silencio unos segundos, parecía que intentaba comprender rápidamente todo.
-De acuerdo Tsunade Sama, entendido-dijo, y finalizó la comunicación.
-Me gustaría participar de aquella reunión-anunció Hoshi, aunque esperaba la negativa de su líder.
-Lo harás, así será -respondió para sorpresa de la Himara, quien abrió tanto sus ojos que Tsunade pareció notar su reacción. Sonrió, levemente y se incorporó para caminar hasta quedarse frente a ella-. Has estado preparándote durante años para proteger a Konoha de la corrupción y el mal accionar de nuestros antepasados, sería muy injusto de mi parte mantenerte alejada de todo esto. Hoy por hoy necesito de tu conocimiento, no solo para que me ayudes ahora sino también en los próximos tiempos, los cuales serán muy turbulentos.
Aquella frase guardaba un sentido aún oculto para los presentes, o quizás no para Kakashi quien no pareció sorprenderse ante aquello, o siquiera extrañarse. A Hoshi, por su parte, se le quedó grabado, y lo recordaría semanas más tardes pero mientras tanto lo único que le interesaba era mantener alejado a Danzō de cualquier persona a la que pudiera lastimar.
-Gracias Tsunade-dijo sinceramente la castaña, y la rubia sonrió.
-Ahora ve a descansar, aprovecha tu día libre y tu-dijo mirando a Asami, quien le respondió con ojos atentos-, oblígala a qué descanse-Asami lanzó una risita, hasta Tsunade sabía que aquello era bastante difícil.
Asami y Hoshi salieron de la oficina en silencio, ambas estaban consternadas por lo sucedido, pero Asami estaba todavía más silenciosa que la castaña.
La Himara se detuvo metros después del ingreso al edificio Kage, y su amiga se volteo a verla.
-Vamos a casa, necesitas descansar-dijo su amiga, mirándola con seriedad. Hoshi suspiró.
-Si, lo haré. Pero antes necesito un minuto a solas-explicó, y la peliazul la miró preocupada. Hoshi sabía que su amiga no entendía del todo aquella situación. Sonrió, con calma -. Tranquila, estoy bien, solo que...necesito un tiempo para procesar todo lo ocurrido.
-No creo que sea conveniente que te quedes sola ahora-El tono de voz de Asami era severo, cómo el de una madre retando a su hija-. Además, tenemos que hablar, no entiendo que está sucediendo.
-Hablaremos, cuando sea el momento-respondió Hoshi-. Y descuida, estoy bien, solo quiero tomar aire fresco-le explicó amablemente, y comenzó a alejarse a un ritmo lento-. Volveré a casa pronto, dare una vuelta y estaré ahí en cuestión de minutos-exclamó, con una sonrisa que intentaba ser tranquilizadora.
Asami, sin conformarse la miró desconfiada, mientras se tomaba de las caderas y la seguía con la vista.
-Es terca, ¿No crees?-habló Kakashi,apareciendo a su lado. La peli azul lo miró extrañada, y ahí recordó que era el sujeto que había llevado aquella pulsera a casa de su amiga cuando está cumplió años.
-¿Tú quien eres exactamente?-le pregunto, sospechosamente.
-Hatake Kakashi-le dijo, sonriendo mientras rascaba su cabeza.
-Si, ya se tu nombre. Se que eres el sensei de Naruto y toda la cosa-se expresó molesta-. Pero quién eres o eras en la vida de Hoshi, ¿Por qué ella no quiere verte?
Kakashi se quedó en silencio unos segundos, y Asami se mostró impaciente esperando aquella respuesta.
-Hoshi fue una gran amiga-explicó, con su lentitud característica-. Una de las mejores, de hecho. Pero los años pasan, las personas cambian, y tarde o temprano uno se aleja-Kakashi supuso que, si Asami estaba preguntándole aquello, era porque no sabía la historia que había detrás y contarle no era algo que a él le correspondía.
La peliazul lo miro con atención, escudriñándolo con detalle. Desconfiaba de aquel discurso, y a decir verdad también de su misteriosa personalidad. Volvió la vista en dirección a dónde se había ido su amiga, suspiro.
-¿Tienes idea a dónde puede haber ido?
-Al lago, si-respondió, rápidamente-. Siempre iba allí cuando algo le afligía, o si necesitaba espacio o calmar la ira. Sobre todo esto último-Kakashi miro levemente a la peliazul, esperando su contestación.
-Entiendo-murmuró-. Habrá que darle tiempo entonces-dijo, y se volteo para emprender la marcha a su casa. El peli plata solo la observó irse, pero menos de un metro después Asami se giró sobre si misma para mirar nuevamente a ninja-. Le ha gustado.
-¿Que cosa? -pregunto extrañado.
-La pulsera que le regalaste, le ha gustado-repitió. Kakashi se mostró impasible, pero dentro de su pecho crecía un dejo de felicidad-. Si te fijas bien, la lleva puesta desde ese día.
El ninja no supo que decir, y Asami siguió con su camino alejándose de él y de la oficina de Tsunade.
Los ojos del oeliplata observaron un momento más a la Yuki, y luego volvieron a ver la dirección por dónde Hoshi había huido de todos, pero sobre todo de si misma. Suspiro, dudando si sería correcto o no seguirla hasta allí, y se tomó tres segundos para pensarlo. Porque eso era el, un maniático calculador, frío y pensante ninja que no se dejaba llevar jamás por lo que su corazón dictaba.
Hoshi troto los últimos metros que le quedaban hasta llegar al gran lago que rodeaba eda área del campo de entrenamiento.
Llegó a la orilla, tomando una gran bocanada de aire puro para después dejarse caer en la amarillenta hierba de aquella zona quemada por el febo.
El canto de unos pájaros, el sonido de las hojas y las nubes modestas pintando el cielo. Era un escenario hermoso para cualquier sujeto que se tomará unos momentos para apreciarlo. Por eso el país del fuego era tan bien visto por el resto del mundo ninja, por su clima acertado y adaptable, por sus tierras verdes y fértiles y por las diferentes elevaciones del terreno. Todo esto se unían para convertirse en el lugar perfecto para nacer, crecer y morir.
Hoshi había sabido amar esa aldea siendo apenas una niña. Le fascinaba salir de paseo con su padre por el bosque, y luego ir al mercado con su mamá los sábados por la tarde. Amaba. Ala gente, y juraba y perjuraba estar dispuesta a dar la vida por aquellos habitantes y por sus líderes y creía, sobre todo, que estos líderes darían la vida por ella.
-Dios, ya cálmate-se dijo a si misma, para después dejar salir aquel llanto abarrotado en su garganta rota.
Se sentía una idiota, por haberse arriesgado una y otra vez por una ilusión nacionalista, un patético sentimentalismo patriótico infundado, por una creencia absurda sobre la soberanía. Se sentía una imbécil, por haber perdido tantos años de su vida intentando crecer en un ambiente machista sin ser jamás reconocida. Y ahora, sobre todo, se sentía más estúpida aún, por tener las manos atadas nuevamente, viendo como frente a sus ojos paseaba impune ese Danzō Shimura.
Dejo salir todo su dolor, y su bronca. Pero ya no por lo sucedido aquella trágica noche, sino por no tener el poder suficiente de cambiar las cosas y salvar a quienes verdaderamente estaban sufriendo. Lloro de impotencia y porque se sentía sola ante todo aquel festín que se daban los demás.
Lloro hasta que su pesada alma se fue limpiando, aclarando. Hasta que pudo comenzar a sentir esa claridad que le permitía pensar con acierto y actuar con sabiduría. Y respiro, profundo, llenando de aire limpio sus pulmones y su mente.
Miro los árboles, los pájaros, el agua cristalina. Rezó para sus adentros, rogándole a su Dios que no la dejara sola. Y por enésima vez, su voluntad renació dentro de ella. Aquella famosa voluntad del fuego, aquella que la había sacado de tantos pozos oscuros.
-Ya se que estás ahí. Deja de esconderte-dijo duramente, sin molestarse en voltear.
Había sentido la presencia de Kakashi desde hacía ya varios minutos. Recordó que había estado con ella en la oficina, pero estaba tan enceguecida que no se había percatado de su presencia en su totalidad.
-No me estaba escondiendo-se excusó el, animándose a acercarse. Hoshi seguía mirando el horizonte, pero Kakashi pudo ver qué secaba rápidamente sus lágrimas-. Solo quería darte tu espacio-llegó a su lado, y se quedó de pie-. ¿Cómo te encuentras?
Kakashi se había llenado de valentía al preguntarle aquello. Tenía la esperanza de poder hablar con ella calmadamente después de tanto tiempo.
Hoshi se encogió de hombros.
-Ya ni se que responder ante eso-murmuró, chasqueando la lengua-...porque no hay ni una semana en la que pueda tener un estado de ánimo estable-Hoshi se estaba sincerando, pero no con Kakashi, sino con ella misma-. A veces me levanto llena de energía, y otras tantas sin poder salir de la cama. A veces puedo reír y quedarme sin aire, y otras simplemente no puedo dejar de llorar. ¿Se aprende a vivir con esto? -pregunto al aire, retóricamente.
-Se aprende, si-dijo Kakashi. El era un experto en la materia-. Pero no deberías, no deberías naturalizarlo.
Una sonrisa se dibujó en el rostro de ella.
-Mi terapeuta me dice lo mismo-sus manos detectaron una hierba más larga que las otras, y la jaló, arrancándole de raíz-. Supongo que deberé hacerle caso, pero estoy tan cansada.
-Es normal. Vivir cuesta.
-He pensado en suicidarme.
Kakashi no dijo nada, sólo la miro. El también lo había pensado.
-Innumerables veces-sus manos ahora se fueron a su cuello-. Fantaseo con la idea de morir colgando de un árbol, pero debo decir que cortarme las venas me es absolutamente más tentador-una débil risilla se coló entre sus labios-. Pero recuerdo todo lo que estaría dejando atrás, y siento un pequeño empujón. Una mano que me obliga a salir adelante-lentamente se fue incorporando-. Y esta mi mamá, mi papá, mis amigos-suspiro, sonriendo-...está Kankuro-aquello fue casi un susurro, había esperanza. Se quedó en silencio unos segundos, pestañeando, como si acabará de despertar de un trance-. Y están todas esas mujeres que no pueden pasar por lo que yo.
-Hai.
Los dos se quedaron en silencio. Kakashi bajo la mirada hasta las manos de la chica. Pudo notar que en una de ellas llevaba la pulsera que le había obsequiado. Hoshi se dió cuenta, y con cierta nostalgia sostuvo la muñeca de la que colgaba, mirándola.
-Fue un lindo detalle de tu parte-le dijo, bajando la guardia, mientras se incorporaba lentamente y sacudía su pantalón dejando caer la hierba que se había pegado a este.
Kakashi suspiró, aliviado.
-Me alegro que te haya gustado-observó cómo la castaña examinaba uno de los dijes, y luego se volteaba a mirarlo.
-Si fuiste tú quien se encargó de capturar a mis agresores, si te pusiste en aquel riesgo, ¿Porque fuiste tan malo conmigo esa noche?
El peliplata, se encogió de hombros mientras sus manos permanecían en sus bolsillos. Desvió su mirada hacia el piso por unos segundos y luego volvió a ver a la Himara a los ojos, por primera vez en mucho tiempo.
-Te lo dije-musitó, haciendo referencia a aquella vez que la siguió hasta la casa de sus padres-. Me sentí responsable de aquello, y creí que la mejor forma de deshacerme de esta culpa era alejarte, con la excusa de
-Protegerme, si-termino su explicación. Hoshi estaba triste, recordar las palabras hirientes de Kakashi eran como púas clavándose en su corazón. Pero tenía que reconocer que cada vez dolían menos, y por eso, y por su guardia baja, también le estaba dando aquella pequeña oportunidad de escucharlo-... Se que tu intención era ayudarme, pero más me habria servido que te hubieras comportado como mi amigo, y te hubieras quedado a mi lado. Solo eso necesitaba Kakashi, que alguien me creyera. Y sobre todo, que mi amigo lo hiciera.
El Hatake asintió, avergonzado. Sabía que había tomado una decisión de mierda aquella noche y que ahora estaba pagando por eso.
-Perdóname Hoshi-atino a decir, con su voz vaga y arrastrada, característica. La castaña no dijo nada, solo suspiro y emprendió la marcha de regreso a su casa.
Pasó por su lado, pero antes le sostuvo el brazo, apretándole cariñosamente por encima del pliegue de su codo. Kakashi la miro a los ojos, por primera vez en mucho tiempo.
-Es una lástima que todo haya terminado como terminó -susurró Hoshi, con una sonrisa triste y se fue de allí sin darle tiempo a qué Kakashi respondiera.
El jōnin se quedó allí, mirándola por unos segundos alejarse, y después volvió la vista al lago.
Hoshi era una persona completamente diferente a la que se había marchado de Konoha. Pero no solo por sus rasgos, que ahora respondían a los de una mujer de veinte años y no una adolescente, sino su manera de hablar, mirar o hasta comportarse.
Kakashi sabía por propia vivencia que las situaciones más turbulentas te cambiaban en profundidad, y era de ellas de dónde se decidía convertirse en un ser despiadado, o sobreponerse a la trágica e insoportable levedad de la existencia.
Hoshi había optado por la segunda opción, y había madurado obteniendo de su tragedia el mejor aprendizaje que le podía quedar: La necesidad de ayudar y servir al otro, haciéndole solo y nada más que el bien. La Himara había ignorado por completo el camino de la venganza, para decidir seguir el de la justicia y en ese camino, poder ayudar a la mayor cantidad de personas posibles.
El Hatake sonrió, recordando los mejores momentos junto a ella, tal como los recordó cuando eligió aquella pulsera. Y allí, parado en solitario, frente a aquel espejo de agua ignoro por completo el hecho de que el corazón de la Himara estaba tan lleno de compasión que poco a poco esta misma virtud había hecho que comenzara a perdonarlo.
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HOLA DE VUELTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAa
Bueno, primero que anda espero que hayan arrancado este 2023 de manera ASOMBROSA. Segundo, Francia. AH RE JAJAJAJJAJAJA
No, segundo, lamento mucho la demora pero con la facu no habia tenido tiempo. :')
Tercero, LES EXTRAÑE UN MONTON.
Y por eso les traje este cap{itulo que hice con mucho mucho mucho amor.
AYYYYY HOSHI SE ESTA REENCONTRANDO CON KAKASHI Y YO ME MUERO DE LA EMOCIOOOOON. Por ahora la cosa solo pinta ser una reconciliación amistosa, y no hay sentimientos romanticos de por medio, pero bueno, veremos que pasara en el futuro T_T
Ustedes como estan??? Espero que super bien.
En fin, les dejo para que disfruten de este capitulo,
les quiero muchisimo y les extrañe mas!!!
Estrellita.
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