Capítulo V
{Komorebi}
La luz del sol que se filtra a través de las hojas de los árboles.
—¡Niña!.
Hoshi se sobresaltó, y miró a la Quinta que con su gritó la había traído de vuelta a la tierra.
—¿Que rayos te pasa hoy? Estás más despistada que de costumbre—mascullo molesta, mientras le daba un sorbo a su petaca sin molestarse en ocultar aquel peligroso acto.
—Disculpe Tsunade Sama, sólo que es muy temprano para empezar el día—se excusó, restregando se los ojos. Si, era muy temprano o para empezar el día, pero más que nada empezar el día así.
—Ustedes los ANBU tienen ese problema con levantarse temprano, y todo por culpa de esos horarios extraños que Ibiki les hace hacer—Hoshi solo la escuchaba, aunque en el fondo tenía razón. El escuadrón ANBU trabajaba a cualquier hora y muchas veces sin descanso. Además de eso, Hoshi tenía un reloj circadiano nocturno, por lo que madrugar le costaba mucho más que a cualquier persona promedio—...Toma, aquí tienes el permiso de estudio firmado de esta chica—le entrego los papeles y Hoshi se apresuró a guardarlos en una carpetita roja—. Ahora quiero que hablemos seriamente sobre tu visita al País de la Lluvia.
—La escucho—dijo rápidamente. Ahora sí tenía su completa atención.
—Jiraiya hizo un viaje rápido, un breve reconocimiento y evidentemente están pasando cosas raras allí, todavía no sabemos qué. Por este motivo le encargue que se dedique de lleno a investigar el lugar hasta saber que rayos está sucediendo. Pero ahora necesito que tú—suspiró, y se acarició el ceño—... Se que me voy a arrepentir de esto luego—murmuró—...te dediques a investigar la Aldea de las Aguas Termales. Resulta, que en base a los datos que trajiste, descubrimos un viejo tratado con esta aldea y Konoha, en donde hay terrenos y armas de por medio. Necesito que vayas a esta aldea, con un equipo que te asignare y comiences a ver si estás personas no tienen otro trato por fuera con el Consejo de Konoha, sobre todo con Danzō.
—Si, por supuesto—comentó emocionada—. Estoy más que dispuesta a hacerlo.
—Perfecto—sonrió y golpeó el escritorio—. Tenemos a todos los equipos complicados en estos días, con esto de Akatsuki no sabemos que puede llegar a pasar. No iba a llevar a cabo esta misión de no ser porque quizás necesitemos de vuelta esas tierras que en su momento Hashirama lea dio—Hoshi arqueo las cejas sorprendidas, no creyó que aquel acuerdo datara de tanto tiempo—. Pero si tenemos a Kakashi libre para que te acom...
—No, no me joda—le lanzó sin más, y Tsunade la miro mal por aquel arrebato que tuvo—. Con todo el respeto del mundo Tsunade, no tendré una misión con Kakashi. Prefiero hacerlo sola, y morirme en el acto si es necesario.
—Es el único Jōnin que tengo disponible. Naruto está entrenando, Sakura con mu Ho trabajo en el hospital y Sai—dudo unos segundos—. No sé en qué andará ese niño extraño, pero más allá de eso todo el equipo siete está en sus cosas y Kakashi tiene tiempo suficiente como para dedicarle los días que está misión requiere. No te dejare que vayas sola, eso no está en discusión—con autoridad, cerro un libro que tenía frente a ella—. Además, ¿Cuál es el problema con Kakashi? Eran muy amigos si mal no recuerdo.
—No veo necesario hablar de eso.
—¿Han peleado? —preguntó, curiosa—. ¿Estás enojada con él?
—¿Qué hay de Asuma? —preguntó para cambiar de tema. "No estaría nada mal viajar con él" pensó—. Que el me acompañe.
—Asuma está planificando su entrenamiento con Naruto también, y tiene otras cosas de las cuales ocuparse. ¿Te has peleado con Kakashi después de lo que hizo por ti? —insistió. Hoshi lanzó una risotada sarcástica.
—¿Lo que hizo por mí? —cruzo sus brazos. Estaba furiosa—. Lo único que hizo por mí fue llenarse la boca hablando a mis espaldas. ¡Eso fue lo único que hizo por mí!
—¿De qué estás hablando, Hoshi? —Tsunade no comprendía a qué se refería—. Kakashi nunca hablo de ti cuando te paso lo que te pasó. Es más, no quiero meterme ni defenderlo, pero fue el quien se encargó de viajar a los campos de arroz y atrapar a tus agresores. Tuve que cubrirle su espalda porque casi mata a dos de ellos de una golpiza—Hoshi no podía dar crédito a lo que estaba oyendo—. De no ser por él, y de haber confiado ciegamente en esta justicia de mierda, como tú dices, no tendríamos a ningún violador preso. Todos seguirían libres.
—No puedo creerle, no coincide con la manera en la que me habló—le discutió, con firmeza. No quería dar el brazo a torcer.
—No sé qué te habrá dicho, pero de todos fue el que más se preocupó por ti. Estaba ciego luego de enterarse lo que te habían hecho.
"¿Cuánto te pagaron?" Recordó las frías palabras se su amigo, esa noche en aquel banco. Aquella nueva información que Tsunade le estaba dando, la golpeaban con fuerza.
Jiraiya había comentado varias veces que Kakashi había sido muy comprensivo con la situación, pero Hoshi había optado por hacer oído sordo. Ni siquiera le había contado a nadie lo que habían hablado aquella noche triste, por eso quizás era que recién ahora se estaba enterando de lo sucedido.
Antes de que dijera algo, Shizune las interrumpió luego de llamar a la puerta y avisar que los hermanos de Sunagakure estaban esperando para pasar.
—Gracias Shizune, diles que suban—respondió la Quinta, y miró a Hoshi, quien se secó rápidamente las lágrimas que por enésima vez se le habían juntado en los ojos—. No voy a asignarte a Kakashi como compañero, pero deberías hablar con él. Si tus ojos se humedecen cada vez que hablamos de él o simplemente lo menciono, significa que algo importante a sucedido entre ustedes dos—la Himara no dijo nada, solo se incorporó de su asiento—. Pasa a buscar la ficha de la misión, la tendré lista para más tarde.
—De acuerdo Tsunade, gracias—dijo de forma autómata, y cuando se disponía a salir alguien más llamo a la puerta.
Tsunade les dio el permiso para entrar, y automáticamente y detrás de Shizune se asomaba Sabaku No Gaara y sus dos hermanos. Hoshi tuvo que reconocer que la presencia de aquellos tres ahí era imponente. De los hermanos, el pelirrojo era el más alto y su porte delgado y rostro pálido lo hacían ver refinado y llamativo, casi hasta intimidante. Temari, por su parte, tenía el rostro de una mujer con carácter y su pose para nada delicada la acompañaba a la perfección. Por último, detrás de ellos y con paso despreocupado y un extraño maquillaje púrpura en su rostro, se asomaba Kankuro.
Hoshi no los conocía en persona, solo los había visto en algún que otro evento y hacía varios años atrás, cuando los tres eran más polémicos y apenas unos adolescentes. Ahora solo había recibido comentarios, que decían que habían cambiado y que gracias a las persistentes charlas con Konoha habían sabido forjar una alianza entre ambas aldeas.
—¡Bienvenidos! —los saludo la Hokage, parándose por educación y acercándose a ellos. Shizune salió de allí cerrando la puerta.
De los tres, solo Gaara sonrió. Hoshi le miró aquellas marcas negras alrededor d ella ojos, y casi que quería preguntarle que delineador usaba para que se viera tan intenso.
—¿Como estuvo el viaje?
—Mas lluvioso de lo normal—se expresó el Kazekage.
—Parece como si estuviéramos en plena primavera—bromeó la quinta, causando la risa de su colega.
La Himara se rio forzosamente ya que Tsunade la había mirado para que la siguiera con el mal chiste que acababa de realizar. Accidentalmente al repasarlos con la mirada, sus ojos se cruzaron con los del hermano del medio, quien no había dejado de mirarla desde que habían entrado, o al menos eso le dijo Tsunade en una reunión posterior.
Hoshi le mantuvo la vista por unos segundos, y ya no lo vio tan intimidante como al principio. Detrás de aquel extraño maquillaje se escondía un rostro interesante.
—Oh, los presento—dijo rápidamente la Quinta después de recordar que no había introducido a Hoshi—. Ella es Himara Hoshi, es nuestra Tokubetsu experta en leyes.
—Un placer conocerlos al fin—dijo Hoshi muy educadamente, mientras les regalaba una corta reverencia, que solo Gaara respondió—. Si me disculpan, me retiro para que puedan platicar de sus cosas—miró a Tsunade y está asintió autorizándola a qué se fuera—. Mucho gusto—repitió, y salió de allí.
—Mucho gusto—dijo Kankuro quien se dio cuenta tarde que Hoshi se estaba despidiendo y la saludo muchos segundos después de que está saliera se la sala.
—¿Tienes reacción tardía acaso? —le pregunto Temari, mirándolo mal. Ella sabía que estaba sucediendo ahí. Kankuro solo le hizo una mueca de burla.
El repicar de sus voces se fue haciendo más débil a medida que Hoshi se alejaba de la oficina. Todavía se sentía extraña, parecía que sus pies no lograban caminar sobre tierra firme. Haber escuchado aquellas palabras que salieron de la boca de Tsunade habían terminado de confundirla.
Kakashi había sido su más grande amigo durante muchos años, pero había roto su corazón en dos segundos. Durante su periodo de estudio fuera de Konoha, Hoshi había pensado en el la mayor parte del tiempo porque todavía no podía creer como era posible que le hubiera dicho aquellas palabras tan hirientes.
Podría ir preguntarle si lo que Tsunade le había dicho era cierto, pero no lo haría. No por orgullo, sino por el hecho de que si Kakashi se comportó como un idiota era porque simplemente había querido hacerlo. Nadie lo había obligado a actuar de esa forma.
Apretó los puños con bronca, ¡Odiaba sentirse de aquella forma! ¿Porque no podía sacarse de su cabeza la noche en que su corazón había sido destruido en millones de pedazos? ¿Porque no podía simplemente olvidarse de Kakashi, así como creía que él se había olvidado de ella?
Sacudió si cabeza creyendo que así podría reiniciar sus pensamientos y salió del edificio de la Quinta para dirigirse a su lugar de trabajo. Kakashi no merecía ni una milésima parte de sus pensamientos, y, por lo tanto, a Hoshi no le quedaba otra que seguir adelante.
***
La luz tenue y cálida, la poca gente, y el humo de cigarro que iba metiéndose en cada pulmón de fumador o no. Ese era el panorama clásico de aquel bar al que solían ir Kakashi y demás Jōnin para descansar después de una larga jornada y tomar un par de copas hasta, quizás, emborracharse.
El más sobrio allí, como siempre era Asuma, quien se sumaba a las charlas del resto de sus colegas sin ningún problema. Tenía un rostro duro, y cualquiera diría que parecía un hombre hosco, sin embargo, era sumamente simpático. Maito por su lado, era la manifestación del exceso. Él no podía no hacer algo sin superar los límites y esa noche, como otras tantas, llevaba más de quince tragos.
Yamato también estaba esa noche allí, y conforme llenaba su cuerpo de alcohol se le iba soltando la lengua cada vez un poco más.
—¡Odio ser Sensei! —confesaba elevando la voz e intentando adquirir una postura que lo hiciera ver menos ebrio—. Estos jóvenes de hoy día te contestan, no te respetan y tienen un carácter de porquería.
Asuma sólo lo oía riendo, y Maito asentía aun cuando en realidad amaba a sus estudiantes. Kakashi por su parte tenía la cabeza apoyada en su mano, y miraba hacia el frente, con la vista pérdida en un punto fijo de aquel bar. Poca atención le estaba prestando a la charla de sus amigos, a lo que el Sarutobi se dio cuenta y disimuladamente se cambió de lugar para quedar a su lado.
—¿Has tomado mucho ya, Kakashi? —bromeó.
El peli plata lo miró, y Asuma no pudo evitar notar que sus párpados estaban cansados y sus ojos enrojecidos. Él también había bebido bastante.
—Nah, estoy bien—dijo. En realidad, si lo estaba, todavía no se sentía tan borracho como Maito o Yamato.
—¿Y porque tan silencioso entonces?
—Convengamos que no soy un tipo de muchas palabras—ironizó. Asuma asintió sonriendo.
—En eso coincido, pero digamos que estás más taciturno, despistado, y reticente de lo normal—Kakashi lo miro frunciendo el ceño al por aquellas palabras tan despectivas a su persona. Asuma se echó a reír con ganas, mientras bebía de su copa—. Es un chiste Hatake, quería que le pusieras onda a esta noche. ¡Recién es la una y parece que tú ya te quieres ir a dormir!
—De hecho, si, amaría poder hacerlo.
—¿Y porque viniste hasta aquí, entonces, en lugar de quedarte en tu casa durmiendo?
—Porque quería despejar la mente.
—¿De qué?
A Kakashi comenzaba a disgustarle que Asuma pusiera tanto énfasis en hablar sobre su estado de ánimo.
—De la rutina en la que estamos inmersos Asuma. No lo sé, tenía ganas de estar fuera de casa un rato. ¿Puedo hacerlo? —dijo de mala gana. Asuma lejos de sentirse ofendido, bromeo con el asunto.
—¡Bueno bueno bueno! —alzo sus manos—. No recordaba que tuvieras ese carácter—A decir verdad, raras veces Kakashi contestaba mal. Pero amigo, déjame preguntarte. ¿Tu estado de ánimo tiene algo que ver con el regreso de Hoshi en la aldea? No hemos hablado de la cuestión.
—No hay ninguna cuestión de la cual hablar—fue tajante, sin embargo, Asuma no pensaba rendirse.
—¿La has visto?
—No—mintió.
—¿La has visto de lejos?
—No.
—¿Te han hablado de ella?
—No—volvió a mentir.
—Yo si he hablado con ella—confesó el Sarutobi, y Kakashi paró la oreja—. Pero no tuve oportunidad de contarte. La vi hace una semana, y quizás un par de días más. Está muy bien—relató, sin esperar a que el Hatake le preguntara algo—. Mucho mejor que cuando se fue, estuvo viviendo con Shikamaru y ahora vive sola en las afueras del centro.
—Iruka me ha dicho que está trabajando con él—comentó, fingiendo desinterés.
Asuma asintió.
—Y tienen mucho trabajo, dice ella que hace muy buena dupla con Umino. Los dos son igual de exigentes con sus responsabilidades—Kakashi se quedó en silencio—. ¿Porque no vas a visitarla?
—Ya no nos dirigimos la palabra.
—¿Desde aquella vez? —pregunto, haciendo referencia a la trágica noche en la que hallaron a Hoshi.
—Suponte que si—no tenía ganas de explicarle que posterior a eso se había juntado con la muchacha, y había cortado dolorosamente todo vínculo con ella.
—Estamos grandes—confesó el moreno—...Lo suficiente como para dejar el orgullo de lado. ¿Eh? Además, fuiste tu quien ayudo a capturar a parte de sus agresores. ¿No crees que a Hoshi le gustaría saber que estuviste ahí para ella? —Kakashi sonrió irónicamente, estar ahí para ella fue lo primero que nunca hizo.
—Agradezco tus intenciones—murmuró el peli plata, después de darle el último sorbo de alcohol que le quedaba en el vaso—. Pero no tengo muchas ganas de hablar de ella. No hoy—con lentitud, se incorporó de su asiento y se alejó sin despedirse de nadie. Asuma lo siguió con la mirada, observando como antes de salir se detenía a hablar con una atractiva muchacha que había estado mirándolo toda la noche, y finalmente, abandonaban el bar juntos.
Asuma se quedó pensativo. No entendía porque esa reticencia de Kakashi de volver a retomar contacto con su amiga. Había una parte que ignoraba completamente pero que Kakashi se negaba a contar. El los recordaba muy unidos en el pasado, y podía jurar que Kakashi la quería tanto o más que a Rin, por eso no entendía porque de un momento al otro el copia ninja simplemente había optado por cortar toda relación.
Kakashi por su parte intentó esa noche tapar todo dejo de culpa con la presencia efímera y el encuentro fogoso con una de las tantas que lo perseguían a diario. Su hombría era muy popular entre las mujeres (y algunos hombres) de la aldea y de otros países. Ni siquiera el entendía porque su rostro de cansado, y su aire taciturno eran tan exitosos para con los demás, pero tenía que reconocer que de vez en cuando se aprovechaba de esto, y esa era una de esas noches.
Aunque después de matar las pasiones, su mente hizo lo suyo y en lugar de dejarlo caer rendido en el sueño, lo obligó a permanecer despierto durante varias horas pensando y repensando en quien había formado parte importante de su vida.
***
Asami estaba revisando sus manuales de aprendizaje cuando Hoshi llegó a su casa, pasadas las diez de la noche y arrojó sus sandalias por ahí y se hundió de lleno en el sofá.
La joven recién llegada la miro extrañada.
—¿Siempre vuelves a esta hora?
—A veces—su voz sonaba opacada por el almohadón que actuaba de barrera para su voz, donde hacía hundida su cara—. Todo depende del trabajo que tenga que hacer.
Asami arqueó las cejas sorprendidas. Hoshi se había ido apenas estaba amaneciendo, y volvía casi cerca de la medianoche.
—Por cierto, Tsunade aprobó tus permisos. Ahora debes ir a qué te digan cómo seguir con tus estudios—explicó, incorporándose lentamente y sentándose para poder mirar a la muchacha.
—Eso es una muy buena noticia—acotó, contenta por saber que podría continuar con su especialización en la medicina. Hoshi le sonrió—. Hoshi, quería agradecerte por haberme dado una mano con todo esto, sino me hubieras abierto las puertas de tu casa probablemente estaría durmiendo en la calle a estas horas—bromeó, pero en el fondo era cierto. Asami no tenía ni un centavo para afrontar el alquiler de un lugar propio, pensaba incluso solicitar ayuda económica al llegar a Konoha.
—No hay nada que agradecer—explicó—. Me acuerdo cuando de niña me hablabas de tus enormes ganas de crecer en este camino y no puedo ser indiferente a eso—se levantó del sofá, y caminó hacia la pequeña cocina que se encontraba detrás de Asami—...Me estoy muriendo del hambre. ¿Ya cenaste?
—Nop—mintió. En la ausencia de Hoshi, Asami había agarrado un dinerillo que la Himara había dejado allí y se había dado el lujo de gastarlo en tres enormes platos de ramen. Estaba llena, pero confesar eso arruinaría la confianza de la castaña. Además, su estómago era un completo barril sin fondo, podía llegar a comer todo lo que existiera en el mundo y jamás diría que no a otro plato de comida.
—Buenísimo—dijo mientras prendía el fuego de una de las hornallas, y ponía agua a hervir para luego cocinar allí unas pastas que tenía congeladas.
Hoshi no era muy buena cocinera, y tampoco le gustaban tantas cosas, así que su menú era bastante limitado. Sin embargo, esa noche comieron con ganas lo que había hecho, y ni siquiera notaron la falta de sazón del plato.
Estuvieron hablando hasta altas horas de la madrugada, y recién se fueron a dormir cuando se dieron cuenta que dormirían apenas dos horas.
Por primera vez en mucho tiempo, Hoshi se durmió con una sonrisa luego de darse el lujo de valorar el lugar en el que estaba. Tenía un techo, comida, y una buena amiga. Definitivamente no era ella la que se sentía ni estaba sola.
***
El cielo estaba impecable la mañana siguiente, incluso la cabeza de Hoshi funcionaba con mayor claridad. Se levantaron fácilmente a pesar de haberse desvelado, y decidieron salir a comprar para desayunar.
El sueldo de Hoshi no era ostentoso, pero había sabido guardar parte de el para darse pequeños gustos como el de aquella mañana. A Asami le gustaban las donas, y la Himara conocía el lugar perfecto para comprarlas. Un pequeño local en el centro, que se dedicaba a ofrecer las donas mas esponjosas y calentitas de todo Konoha.
La tortura, claro está, era caminar hasta allá. Pero no para Hoshi, ya que ella estaba acostumbrada a hacer ese recorrido todos los días hacia su trabajo, sino para Asami quien se quejó todo el camino de ida.
Todos creerán en este punto, lo extraña y sorpresiva que había resultado ser esa amistad entre ambas jóvenes. Su conocimiento se remontaba muchos años atrás, cuándo Hoshi aun una preadolescente se desempeñaba como gennin en un equipo de tres con sus antiguos compañeros. En una de sus misiones a Kirigakure, Hoshi había conocido a Asami Yuki, una huérfana del clan Yuki que había sobrevivido por ayuda del cielo a aquella matanza del clan del hielo. Asami subsistía en la calle, gracias a que se hallaba con un grupo de niños en su misma condición y se alimentaba de lo poco que le dejaban.
Asami, a diferencia de otros famosos huérfanos de la historia del mundo ninja, no había tenido al dicha de ser adoptaba ni siquiera por un cruel asesino, y tuvo que arreglárselas hasta tener la edad suficiente como para comenzar a perseguir su sueño de ser ninja. Obtener su distinción como gennin resultó una proeza con una dificultad inimaginable debido a su condición y al rechazo de los directivos de la academia, pero por obstinada, se las arregló para hacerlo.
Hoshi la vio un par de cortas veces más, hasta uno o dos años antes de que esta se recibiera de gennin, cuándo su atención comenzó a colocarse en reforzar su entrenamiento para convertirse en ANBU, y perdieron el contacto ya que enviar correspondencia a alguien que no tenía hogar era sumamente complicado.
Ambas intentaron ponerse al día con todas las circunstancias de la vida, pero el poco tiempo que llevaban juntas no tenía comparación alguna con todos los años que habían pasado desde la última vez que se habían visto. Aun así, el vinculo que parecía unirlas les hacia sentir que se conocían de toda la vida.
─ ¿Ya falta poco? ─preguntó por enésima vez la peli azul, a cuadras de llegar al lugar.
─ ¡Asami! Vas a ser médica, vas a ver cosas horrendas y te estás quejando por caminar apneas unas cuadras.
─No creo que la medicina tenga nada que ver con este asunto Hoshi, me has hecho caminar veinte kilómetros─exageró─...Y realmente espero que esas donas que dices sean las mejores que vaya a probar en mi vida.
─Tiene mucho que ver─replicó, volviendo al asunto─. Cuando estés haciendo guardias, o estés en medio de un campo de batalla, no podrás parar a descansar
─Pues entonces me cortaré las piernas para poder estar siempre en silla de ruedas─lanzó, haciendo la mímica con las manos, mientras fingía hacer girar dos ruedas a sus costados. Hoshi largó la carcajada ante tal declaración de humor negro, y acto seguido las dos comenzaron a bromear sobre aquello.
Quizás esas cuadras fueron las que mas rápido se pasaron, y la entrada del lugar se posó frente a ellas como por arte de magia.
Asami se quedó mirando la vidriera de un local de armas, y Hoshi ingresó para adelantarse y hacer el pedido. Había poca gente, y el lugar era pequeño. En el mostrador, donde se recibían a los clientes que pedían para llevar había un muchacho que Hoshi reconoció desde un principio: Era Kankuro, el hermano de Suna. La castaña al verlo sonrió, y no supo muy bien porqué, seguramente el joven ni siquiera se acordaría de ella.
Con tranquilidad se acercó y al ver que no había nadie que la recibiera esperó pacientemente. El joven miraba hacia otro lado y no se percató de la llegada de Hoshi sino hasta segundos después.
─ ¡Hey! ¡Hola! ─lo saludó ella, tomando la iniciativa. El Sabaku se demoró en responder.
─Hey─solo fue su escueta respuesta.
─Nos conocimos ayer, ¿Cierto? ─ Hoshi estaba más simpática que nunca.
─Ah si, en la oficina de Tsunade─reconoció aquel, sonando despreocupado. Hoshi asintió, y antes de que pudiera responder, su amiga Asami interrumpió la charla, quejándose sobre el tiempo que se estaba demorando y acusando a la Himara de que estaba ignorando por completo el hambre y necesidad que tenía de desayunar. Hoshi sabía que la muchacha exageraba todo con un humor que muy pocos entendían, así que blanqueó los ojos y solo dejó que hablara hasta que esta se cansó y se fue del lugar sin esperar las donas, alegando que se le había hecho tarde para ir al hospital a finiquitar el asunto de su educación, lo cuál era cierto.
─ ¿Quién es esa? ─preguntó Kankuro después de presenciar aquella interrupción. Hoshi lanzó una risita.
─Asami, es mi amiga ─dijo, sin ánimo de explicar que su comportamiento bromista era habitual.
La cajera apareció en escena para tomar el pedido de Hoshi, y esta ordenó la sugerencia del día, que era una promo de donas y un café. Quince yenes era los que debía sacar de su billetera para pagar la orden, pero antes de que pudiera hacerlo, Kankuro se adelantó y entregó el dinero que Hoshi debía dejar.
─Yo invito ─declaró.
─No es necesario ─dijo Hoshi, mirándolo extrañada.
─Muy tarde, la chica tomó mi dinero ─dijo, señalando a la muchacha que se reía de la situación y guardaba el efectivo en la caja.
Hoshi estaba sorprendida de aquel gesto. No se lo esperaba.
─Bueno, gracias, hermano del viento ─Kankuro le sonrió, y la castaña pudo apreciar su extraño pero atractivo rostro con más detalle. Tenía una cara muy masculina, con rasgos marcados. La mandíbula cuadrada, los ojos rasgados, y ese extraño maquillaje era peligrosamente interesante.
La orden de Kankuro salió primera, como era de esperarse. Aun así, en lugar de irse, se quedó esperando educadamente a que Hoshi recibiera la suya para salir de allí junto a ella.
─Pagaste mi orden ─comenzó a decir después de abandonar el local─, esperaste a que me la entregaran, ¿Qué harás ahora eh? ─bromeó simpáticamente, ya que aquel educado gesto había llamado poderosamente su atención─. ¿Me invitarás a salir?
Kankuro abrió sus ojos sorprendido, y Hoshi se rio. Por dentro se moría de vergüenza, no esperaba decir aquello, simplemente salió de su boca sin pensarlo mucho.
─ ¿Q-qué? ─preguntó el marionetista.
─Es un chiste─aclaró la castaña, no tenia intenciones de que el muchacho se ofendiera─, No te lo tomes a mal por favor, ya veo que por mi culpa Suna y Konoha terminan sus relaciones─explicó entre risas.
─No no─se apresuró a decir Kankuro, mientras movía frenéticamente sus manos cargadas por el paquete de las donas y el café─...Es más, iba a proponértelo dos segundos antes que lo dijeras─dijo, pero Hoshi no le creyó─. Pero te me adelantaste.
─Ay, que bueno─observó, siguiendole el juego─. Porque si no lo hacías iba a quedar como una tonta. ¿Hasta cuando te quedas? ─ahora que se había tirado al agua, tenía que seguir nadando.
─Hasta mañana, al mediodía.
Hoshi chasqueó la lengua frunciendo sus labios.
─Ay, qué lástima, pensé que se quedarían mas días.
─No, es una visita breve, pero─Kankuro sonaba impaciente─. Podemos salir hoy a la noche, ¿No crees?
─Imposible, mañana temprano tengo una misión, y debo dormir si quiero estar al cien─ Era cierto. Tsunade finalmente le había confirmado su salida a las Aguas Termales, y se iría temprano hacia allí. Además, estaba nerviosa, llevaba mucho tiempo sin hacer una misión de ese estilo.
─Ah, está bien─dijo él, y Hoshi notó cierta molestia en su voz─. Supongo que así debían darse las cosas─Hoshi asintió, y por alguna razón siguieron caminando juntos unos minutos.
Era un silencio raro, pero no incómodo y eso era justamente lo raro. De la nada los dos comenzaron a caminar sin siquiera ponerse de acuerdo en hacerlo, y como si llevaran hablando varias horas. Hoshi se sentía extraña, jamás había pasado por aquella situación, y a la vez estaba nerviosa y avergonzada, no podía creer que se había lanzado así sin más a invitar al joven de Sunagakure sin siquiera estar segura del porque lo había hecho.
─Bueno, hasta aquí llegué yo─comenzó a decir la Himara, despidiéndose para tomar el camino que la llevaría a su trabajo. Kankuro abrió su boca intentando decir algo, pero solo salió un raro balbuceo que enterneció a la Himara─. Espero verte pronto, Kankuro de la arena─le dijo sonriendo, tocando su brazo─. Fue un gusto conocerte, y gracias por el desayuno─agregó, y después de aquello se alejó de él sorprendida por lo que acababa de hacer.
No podía voltear a ver si Kankuro seguía allí porque se moriría de la vergüenza. Su corazón estaba latiendo a mil por hora, todavía intentando asimilar lo que acababa de suceder. Camino como en una burbuja los metros que le quedaban hasta el edificio en donde trabajaban, y fue recién cuando ingresó a su oficina donde Iruka ya la esperaba que cayó en la cuenta de lo que acababa de suceder.
─ ¿Por qué tan sonriente? ─le preguntó Iruka, a modo de saludo. Hoshi alzó la vista para mirarlo, mientras se dirigía su escritorio para acomodarse─ ¿Estás contenta por tu próxima misión?
Hoshi asintió, mintiendo. No iba a decirle a Iruka que sonreía porque acababa de tener una charla muy interesante con Kankuro, ya que lejos estaba de interesarle al Umino, y si le interesaba, no tenia intenciones de andar sembrando un chisme.
Pero a fin de cuentas si estaba contenta. Algo se había despertado en ella que la hacia sentirse peligrosamente optimista, y le hacía recordar aquellas viejas épocas en donde era feliz. Se asustó al principio, por supuesto, pero después, cuando se dio cuenta de que el peso de su pecho había disminuido un poco y que su mente solo pensaba y repensaba ese encuentro con Kankuro Sabaku, comenzó a tomarlo con calma.
Parecían venir buenos tiempos, y quizás, sólo quizás, Kankuro sería el responsable de ellos.
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AYAYAYAYAYYAYAYYAA BUENO BUENO BUENOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO. Tienen que reconocer que no me demoré tanto esta vez! Jajajajjajajajajaja se me fue el blqoeuo del escritori y ya estoy ATR para continuar con esta HISTORIAAAAAAA: AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH
Pasaron muchas cosas. Hay mucho conflicto dentro de Kakashi que tratar, apareció Asami qcuyo personaje iremos desarrollando a medida que transcurra la historia Y FINALMENTEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE apareció Kankurooooooooooo!!! AHHHH EM VUELVO LACAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.
Y Hoshi se deschabetó y se tiro a la pileta asi sin pensarlo. :O Me volvía loca cuando lo escribíaaaaaaaaaaa. Ya quiero que sepan que mas va a pasar.
¿Ustedes como estan? ¿Cómo les trata los ultimos dis de febrero?????? Les extrañe mucho, como siempre!!
Gracias gracias infinitamente a les que comentan y votan. Trato de responder todo pero a veces entre los tres fics se me complci y me queda algun comentario sin responder. T_T Perdoooooon! Prometo y juro que leo todooooo.
En fin, espero que les haya gustado y les leooooO!!!
Les mando un abrazote.
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