🙏Capítulo 1: "Milagro."
Hyoudou Issei era un estudiante de secundaria promedio.
No resaltaba en nada, y sólo era un pervertido que le encantaba espiar en el vestidor de las mujeres.
No aspiraba a nada, sólo quería vivir un vida feliz y tranquila con un montón de mujeres que fueran su Harén soñado.
Por otro lado, estaba su hermana menor, Hiroko Hyodou.
Una mujer generosa y justa, de cabello castaño largo, ojos marrones, extremidades delgadas, pechos medianos, y en general, un buen parecido.
Es, a lo que comúnmente, se le llamaría una mujer bonita.
A pesar de parecer algo delicada, no lo era para nada, es buena en atletismo y práctica kendo de vez en cuando, también es lista, no inteligente, pero si esta por encima de la media.
Para Issei, el era la sombra de su hermana, a pesar de él ser el mayor entre los dos.
Se sentía patético, pero no lo demostraba y se lo guardaba para si mismo.
-Ise-nii, es hora. Sé nos hará tarde para ir a la Academia.
El sonido de una puerta siendo abierta fue audible en cierta habitación, que casualmente era el dormitorio de Issei, quién dormía plácidamente en su cama.
Su habitación tenía póster descarados de chicas semi-desnudas y algunos Hentai's.
-Oye, ¿todavía sigues con esas cosas pegadas en las paredes? ¿Cuándo será que madurarás?
-No me molestes, estoy durmiendo, ¿no vez?
-Perezoso como siempre, es mejor que te alistes, se nos hará tarde para ir a la academia, sino, me iré sola y te dejaré, recuerda que cuándo salgas y te vean solo esos tipos malos, te golpearán.
Estás palabras parecieron encender un interruptor en la mente de Issei porqué se paró de la cama rápidamente.
-¡Listo! ¡Estoy despierto!
-Oh, vaya... Eso fue rápido. ¿Tanto miedo le tienes a esos tipos?
-¡Por supuesto que sí! Digo, ¡NO!
Corrigiéndose, exclamó con fuerza. Su cara estaba roja de la vergüenza y su espalda erigida intentando defender su orgullo.
-Sabes, fuiste tú mismo que te metiste en problemas. Nada de esto estaría ocurriendo si tú dejarás de espiar a Katase, así su novio te dejaría en paz, Nii-san tonto.
-¡Eso nunca! ¡El gran trasero de Katase junto a sus pechos en crecimiento! ¡Nunca los dejaré de ver! ¡Estoy seguro que Matsuda y Motohama piensan igual!
Negando con su cabeza alzó su puño con convicción, sus ideales calcados en sus ojos brillaban con diamantes.
Hiroko notó esto y puso una mueca de no comprender bien, suspirando en cansancio, dedujo que nunca podría cambiar la forma de pensar de su hermano.
-Matsuda y Motohama, ¿eh? Creó que deberías buscar buenas amistades Ise-nii, si mi deducción es correcta, ellos son culpables del problema en que estás, debes darme las gracias, siempre golpeó a esos tipos cuándo intentan molestarte.
-¡De verdad gracias Hi-chan! ¡Sino fuera por ti, quién sabe que fuera de mí!
-Deja de ser tan patético Nii-san, mejor ejercita tú cuerpo o algo, así tal vez consigas novia.
-¡Me ejercitó, no lo dudes!
-Masturbarte todas las noches no cuenta.
-¡Noó!
Derrumbado en la alfombra, lágrimas brotaban de sus ojos mientras sentía como si su dignidad como hombre desapareciera.
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Media hora pasó, e Issei bajó a la sala ya vestido con el uniforme de la Academia Kuoh.
De inmediato, la voz femenina de una mujer llamó su atención.
-Al fin bajaste, Nii-san perezoso.
-Deja de llamarme así, todavía eres una hermanita menor a la que hay que cambiarle los pañales.
-Hmph, ¿con que así me vez todavía? es gracioso.
En el comedor, Hiroko, algo divertida por el comentario de su hermano mayor, se encontraba sentada con su cabeza apoyada en su puño con desdén.
-¡Noooó tiene nada de gracioso!
-Pues sí lo tiene, después de todo, es tu hermana menor la que te protege de unos tipos malos que ni tú te puedes hacer cargo, Ise-nii.
Issei acorralado por estas palabras sintió vergüenza, mirando en otra dirección silbaba como intentando acabar con el cruce de palabras, en donde terminó perdiendo rotundamente.
Hiroko no quiso exponerlo más y guardó silencio.
-Oh, Ise, al fin bajaste.
-Mamá.
-Mami.
Saliendo de la cocina con el almuerzo ya preparado, una sonriente Miki Hyoudou se dirigió al comedor en donde dejó dos platos de comida.
-Ya son las 11:30 de la mañana, es increíble que duermas tanto Ise, ¿cómo lo haces?
-¿Eh? Pues... Cierro los ojos, y cuándo los abro ya es tarde, supongo que es el único talento que tengo.
Rascándose la cabeza en vergüenza sé sentó en el comedor.
Miki y Hiroko lo observaron con pena y preocupación, claramente las palabras de Issei fueron un auto desprecio así el mismo.
Pero no dijeron nada, no sabiendo que decirle al castaño quién ahora desanimado, comía su almuerzo.
-Mmh... Papi, ¡sí! Mami, ¿Papi a qué hora sale del trabajo?
Hiroko, con claras intenciones de cambiar de tema lanzó esta pregunta a su madre quién de igual manera almorzaba junto con ellos.
Miki captó las intenciones de su hija y decidió responder con un: "Pues..." Y luego colocar una expresión pensativa.
-Supongo que sale temprano hoy.
-¡Perfecto! ¡Mami, ¿hoy podemos ver una película todos juntos?! Hace tiempo que no nos reunimos en familia, ¿verdad, Ise-nii?
-¿Huh? S-sí... ¿Creo..?
Miki suspiró, luego curvó sus labios en una sonrisa y asintió en confirmación. Hiroko sonrió de la dicha, Issei sólo se encogió de hombros como decidiendo: "Qué más da" para luego seguir almorzando.
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-No es necesario que camines escondiéndote detrás de mi, Nii-san cobarde.
Ahora, caminado por las calles de Kuoh, Hiroko e Issei caminaban en dirección a la Academia en dónde estudiaban.
El castaño caminaba ocultándose detrás de la espalda de su hermana menor.
-Es por sí esos tipos aparecen.
Hiroko suspiró, luego vio en todas las direcciones inspeccionando cualquier señal de que los estuvieran siguiendo pero no encontró nada.
-No te preocupes por eso, enserio, siempre protegeré a Ise-nii, creó.
-¡¿Cómo que "Creo"?! ¡Ni siquiera estás segura!
-Oh vamos, no tienes que tomar todas mis palabras dudosas cómo: "Creo o supongo" de forma sería, es un decir.
-Hpmh, ya veo.
Siguieron caminando, tomaron la parada de bus, y luego esperaron a llegar a su destino.
Ya en el bus público, Hiroko e Issei se sentaron juntos en unos asientos que encontraron vacíos, luego, la castaña menor decidió leer un libro mientras el castaño mayor veía por la ventana los lugares por el cuál el autobus pasaba, principalmente a las mujeres.
Hiroko notó esto, y suspirando en cansancio le habló al acompañante a su lado.
-De verdad que eres un pervertido sin remedio, Ise-nii.
-¡¿Eeeh?! ¡¿Y porqué?!
-Si alguien te ve, es fácil darse cuenta de esa mirada pervertida, desgraciadamente el cristal de la ventana refleja tu cara, y no hay que ser el más observador para notar la depravación en tu rostro.
-¡Joder! ¡Porqué me persigue la desgracia!
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La Academia Kuoh era anteriormente una institución educativa privada sólo para mujeres, después de 3 años se declaró como una escuela mixta, pero aún seguía siendo privada.
No todos los padres podían darse el lujo de pagar la matrícula de la Academia, puesto que era muy cara, sumado a eso, cumplir con los pagos mensuales que no fueron para nada baratos, afortunadamente, Issei y Hiroko pudieron darse ese lujo.
Los Hyoudou no era una familia adinerada, pero los ingresos que obtenían les fue suficiente para saciar sus necesidades más básicas y vivir una vida sin nada faltante.
Aún así, Gorou Hyoudou, decidió gastar todos sus ahorros en la matrícula de la para nada barata Academia Kuoh, y las mensualidades las pagaba, pero sacrificando otros lujos que le eran innecesarios.
Miki también decidió trabajar duro, y después de que sus amados hijos fueran a la escuela, ella se volvía la ama de casa de otro hogar, y de hecho, le pagaban bien.
Al final, Gorou y Miki trabajan duro por los hijos que tanto querían.
Hiroko admiraba a sus padres por este hecho, y después de la escuela, ayudaba en las tareas del hogar, a la vez que cumplía con sus actividades escolares, su meta era ser una gran profesional para sacar a su familia adelante, aunque aún no sabías a que dedicarse exactamente.
Issei era otro caso.
Gorou Hyoudou, siempre fue una persona admirable a sus ojos.
Su padre era increíble, buena persona, sociable, sé llevaba bien con todos, era bueno en todo, amable y siempre inspiraba confianza.
Siempre quiso ser cómo él.
Al comienzo, desde que estuvo en primaria, intentó actuar como lo hacía su padre, pero era inútil, no resaltaba en nada.
Seguro que cuándo crezca será como su padre...
Siempre intentó ser como él, pero nada le resultaba.
En cambio, su hermana menor, siempre estuvo más cerca de ser como su papá.
Bueno en todo, una persona amable, que se llevaba bien con todos, sociable, digna de confianza y genial.
Él, Hyoudou Issei, era un iluso con esperanza de ser como Hyoudou Gorou.
Seguro que cuándo crezca será como su padre.
Desesperado, él estaba desesperado. Intento hacer todo bien, pero hacía todo lo contrario.
¿Porqué?
Seguro que cuándo crezca será como su padre.
Odió a su hermana por el simple hecho de tener lo que él no tenía.
En el fondo de su corazón, le tenía envidia.
Esto fue la gota que derramó el vaso, sé odió, sé odio así mismo por el simple hecho de nacer, sé odio profundamente.
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Las horas pasaron, y el sol se ocultaba. El día de clases terminó e Issei y Hiroko sé dirigieron a su hogar.
Tomaron de nueva cuenta el autobús público y llegaron en media hora, después de todo el pequeño pueblo de Kuoh no era tan grande.
Al llegar fueron recibidos por su madre Miki, quién con una gran sonrisa les dio la bienvenida.
-¿Mami? ¿Saliste temprano hoy del trabajo?
Hiroko alzó una ceja, Issei guardo silencio y Miki asintió con la cabeza antes de responder.
-Sí, afortunadamente. ¿Y cómo les fue hoy en la academia?
-Cómo siempre, a mi me fue bien, mientras que a Ise-nii... Pues... También lo de siempre creó, lo descubrieron espiando en el vestidor de las chicas con sus amigos.
-Ise...
Miki puso una mueca de reproche, Issei por otra parte desvió la mirada y sé rascó la cabeza con vergüenza.
La castaña mayor suspiró y luego sonrió.
-Bueno, supongo que ya es algo normal que eso siempre suceda, ¿no?
-Oka-san tiene razón, Ise-nii es un pervertido sin remedio.
-Oh vamos, no me reprochen tanto.
Diciendo eso sonrojado estuvo a punto de dirigirse a su cuarto, pero su cuerpo de la nada perdió equilibrio, al actó posterior su cara beso el piso.
¿Qué había pasado? ¿Porqué sentía sus extremidades retenidas?
-¡¡Regreseeeeeeeé!!
-¡Joder papá!
En el piso a Issei le habían aplicado una llave que lo dejó con la cara contra la alfombra.
El causante de esto era su padre, Gorou Hyoudou, un castaño mayor, ojos marrones y vistiendo con ropa de oficinista.
-¡Jajaja! ¡¿Cómo sé siente ser abrazado por el suuuuuuper abrazo de papaá?!
-¡¿Enserio fuiste al trabajo?! ¡¿Cómo demonios es que tienes tanta energía?!
-Oh vamos, todavía estoy muy joven, no me trates como un viejo decrépito.
-¡Papiii!
-Oh, ¡Hiroko-chan!
-¡Ah espera hermanita Hiroko me vas a aplas~ ¡¡¡Aaaaaaaaaahhh!!!
Entre palabras y palabras, Hiroko se abalanzó hacia su papá para abrazarlo, y ahora, el pobre Issei tenía el peso de su padre y hermana en su espalda aplastándolo.
Con la palma de su mano golpeó el piso múltiples veces en señal de rendición mientras su madre lo auxiliaba, la escena sé volvió cómica, algo que sucedía prácticamente todos los días en la animada familia Hyoudou.
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Miradas afiladas, atentas, desconfiadas. Esto sé estaba viviendo ahora en el comedor dónde la familia Hyoudou estaban sentados.
Nadie confiaba en el otro a su lado, y sus cuerpos tensos listos para actuar ante cualquier suceso.
Sus miradas recorrían al otro, estudiándolo, analizándolo, conociendo.
El ambiente divertido se había acabado, ahora estaban en completa tensión, todos mirando con desconfianza al otro, sin ninguna razón aparente, o tal vez...
-¡Uno! ¡Yo gano!
Todos suspiraron en decepción cuándo una carta amarilla sé puso sobre otra carta del mismo color.
Todos tiraron sus cartas en la mesa decepcionados de su juego en esta partida, dónde la ganadora fue Hiroko.
-Eso no es justo, Hiroko me estaba viendo las cartas.
-Vamos Ise, justificarte de esa manera no es de un hombre, si una mujer gana, sólo hay una cosa que el hombre puede hacer, alzar las manos y resignarse. Al final, son ellas las que siempre ganan.
-Creo que eso es un consejo inútil, papá.
Issei sólo le dedicó una mirada estoica a su padre quién le giñaba un ojo, le levantaba el dedo pulgar y una sonrisa brillante en su rostro iluminaba la cara del castaño.
-Mi papi tiene razón, eres un mal perdedor Ise-nii.
Hiroko le sacó la lengua a Issei, este sólo suspiró resignado.
Miki, por otra parte, miraba las cartas de su hija cuidadosamente y de inmediato lo supo.
-Hi-chan, me temó que este juego no tiene ganadores. Primero y último, la carta de abajo era amarilla sí, pero tenía el número 7, y en el 7 esta prohibido hablar, por lo tanto, te comes 2.
-¡¿Queeeé?! ¡Pero si no decía "uno" me comía 2!
-Pues tenías que levantar el dedo índice, eso daría a entender que estarían diciendo "uno" en el modo de señas.
Ante las refutaciones de la castaña menor, Miki de igual manera dio sus explicaciones que acorralaron a una Hiroko quién tuvo las manos atadas.
Gorou por otra parte amplió su sonrisa, como si fuera el detective que descubrió el misterio de asesinato más grande del mundo, y dijo con dicha y confianza:
-¡Jaja! ¡Yo sabía que este juego estaba amañado!
-Pero si dijiste que cuándo una mujer gana el hombre sólo sé resignaba, papá.
-¿Qué? ¿Yo? ¡¿Cuándo dije eso?!
-Pero si fue hace un minuto papá.l
Issei que le lanzaba en cara todas sus anteriores declaraciones, y Gorou que las negaba con absoluta confianza de que él no recordaba haber dicho eso.
La conversación fue cortada por un aplauso, la causante de esto fue Miki, quién se había puesto de pie.
-La cena está lista. Querido, puedes poner la mesa junto con Ise, yo y Hi-chan la serviremos.
-Cómo tú digas querida, ¡Ise...! ¿estás preparado?
-Desafío de quién termina su lado primero, ¿eh? Hpmh, interesante papá.
El primogénito y el padre se miraron de forma retadora, casi parecía que rayos conectaban sus ojos de forma metafórica.
Y, en uno, en dos, y en tres.
-¡Terminé!
-¡Eso no es justo papá! ¿Cómo es que eres tan rápido?
-Hmph... Pues... Son cosas de adultos, Ise.
-¡No soy un niño! ¡Para que sepas, tengo 16!
Espetó molesto.
Gorou sólo se rió, al parar, los dos vieron a Miki y Hiroko salir de la cocina ya con los platos en manos.
El Hyoudou mayor disfrutó del olor de la cena que acarició su nariz, e Issei no fue diferente.
-Uummh... Huele delicioso.
-Sí, es verdad.
Padre e hijo elogiaron el buen olor de la cena, Miki sólo les agradecía mientras les decía: "No digan esas cosas, me avergüenzan" mientras dejaba los platos en la mesa.
Hiroko hizo lo mismo, y luego se sentó junto a su madre, así, la familia Hyoudou empezó a disfrutar su cena.
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Después de que todos cenarán, Gorou se levantó de su asiento no sin antes dar las gracias por la comida.
Dirigiéndose al perchero cerca a la puerta, tomó una chaqueta la cuál sé puso encima de su playera blanca.
-Ise, ¿no te importaría salir a caminar conmigo un rato?
-¿Huh? ¿Salir a caminar...? Bueno, está bien.
-Excelente. Una suuuuuper camita de padre e hijo.
-Suuuuuuuper, ¿eh? No tienes que alargar una palabra innecesariamente, ¿sabes?
Issei sé puso de pie, caminando a la cocina lavó su plato y luego salió con su padre a fuera.
Caminaron por un buen rato, hablando de cosas triviales, pero las conversaciones a menudo eran interrumpidas por conocidos y vecinos que saludaban a su padre.
Su papá era sin duda muy popular, le caía bien a todos, tenía muchos amigos, sin duda, él fue alguien increíble.
-Oye papá. ¿Cómo te va en el trabajo?
-¿Hmph? ¿El trabajo? Pues me va bien, el jefe es muy bueno conmigo ¿sabes? parece que le caigo bien, jeje.
-Mmh... Ya veo. Supongo que eres una persona increíble, no tienes enemigos, tienes muchos amigos y eres muy popular. ¿Cuántas chicas no tuviste cuándo no estabas con mamá? De seguro también eres bueno en eso....
Issei bajó la cabeza lentamente, aunque en su cara tenía una leve sonrisa.
Gorou notó esto, alzando una ceja al no comprender muy bien a lo quería llegar su hijo.
Luego, metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta y miró al cielo oscuro de la noche.
-Bueno sí. Antes de que estuviera casado con tu mamá, habían bastantes mujeres detrás de mí la verdad. Aún así, tu madre... Yo sabía que era la persona indicada para mí, y no me equivoqué, gracias a eso te tuvimos a ti y tu hermana. Estoy orgulloso de ustedes dos. ¿Sabes algo? Son muy pocas las familias que se llevan tan bien como la nuestra.
Al escuchar estas palabras el castaño puso una expresión triste, sus ojos humedecidos soportando las ganas de llorar.
¿Enserio tan orgulloso se sentía de él? ¿Un inútil pervertido como él? Apretó sus muelas, y tragó saliva.
Con una voz temblorosa y quebrantada, dijo:
-¿E-enserio? En-enserio... E-estás...... ¿Tan org-orgulloso de mí.... también?
-.............
Gorou guardo silencio.
Desplazando su mirada a Issei, notó como lágrimas brotaban de los ojos del castaño.
Puso su mano en el hombro de su hijo, pero esto no lo calmó.
Luego, curvó sus labios en una sonrisa, tomando una bocanada de aire, suspiró.
-Por supuesto que estoy orgulloso de tí... Ise, como también lo estoy de Hiroko, ustedes... son nuestro mila~
-¡Mentiroso! ¡Papá eres un mentiroso! ¿Orgulloso de mí?¡ ¿De un pervertido sin nada en que resaltar?! ¡¿Bromeas?! Sabes qué... Ya estoy cansado... Cansado de vivir con esta vergüenza de ser un bueno para nada...
Seguro que cuándo crezca será como su padre.
-Ise... Yo... Yo no... ¡Espera, Ise!
Sin previo aviso el castaño comenzó a correr lejos de su padre, quería estar sólo, no ver a nadie.
Corrió, corrió y corrió, sé detuvo cuándo notó que se había alejado al punto de que sé encontró en un lugar completamente diferente.m
Mirando a su alrededor, notó que se encontraba en un callejón sin salida, poco le importó, sentándose en un contenedor de basura cerró sus ojos y reflexionó.
-Otra vez... Otra vez lo arruiné. Es verdad, soy un pervertido, pero ciertamente eso no me molesta. Lo que me molesta, es ser un inútil sin nada en lo que resaltar. ¡Ghk~! ¡Estoy harto de esto! Quiero ser como papá, pero... ¿Po-porqué no puedo...? Snif...
Un sollozo escapó de sus labios. Con su antebrazo apoyado en su rostro para ocultar sus lágrimas y mocos, lloró.
Sólo, en la fría noche.
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Los minutos pasaron.
Issei aún se encontraba sentado en contenedor de basura mientras apoyaba su cabeza en la pared del callejón.
Después, decidió saltar del contenedor y caer de pie al suelo, respirando hondo su pecho se infló.
Soltó de sus labios un suspiro, como si dejará salir todos sus problemas en ese sólo suspiro.
Decidido a regresar a su casa y disculparse con su padre caminó, caminó por varios minutos y cuándo por llegó vio aún sin número de personas rodeando su hogar.
-¿Qué está pasando?
Sé dirigió al montón de gente y pasó por cada uno de ellos, al llegar al final de la gran multitud, sus ojos... perdieron brillo...
Delante de él, su casa estaba derrumbándose.
El segundo piso parecía querer aplastar la primera planta, y por cada segundo que pasaba, el sonido de columnas, concreto, madera rompiéndose, y vidrios siendo rotos, inundaron sus oídos.
Su boca no podía formar palabras, el shock lo dejó inmóvil.
Pero una voz familiar pareció captar su atención.
-¡Suéltenme! ¡Papá! ¡Mamá! ¡Ellos están dentrooooó! ¡Sueltenmeeeeeeeé!
La voz de su hermana a unos metros fue audible.
Dirigiendo su mirada en la dirección en que la escuchó, la vio siendo retenida por unas personas, seguramente evitando que entrará a ese lugar que ya estaba en las últimas.
-¡Hiroko!
Corrió hacia ella y gritó su nombre.
La nombrada al escuchar la voz de su hermano volteó su cara a esa dirección, notando que era su hermano quién sé dirigía a ella.
Rápidamente, gritó el nombre de su Oni-san.
-¡ISE-NII!
Las personas que la retenían parecieron cambiar su atención al castaño mayor, esto le dio la oportunidad a Hiroko de liberarse de los agarres y correr a la casa que lentamente sé caía.
Ahora la atención de la gente recayó en la chica que corría al claro peligro, esto también le dio oportunidad a Issei de pasar desapercibido y seguir a su hermana, preocupado de lo que le pasase.
-¡Hiroko, no entres ahí!
-¡Papá y mamá están dentro!
-¡¿Qué?!
Issei que corría siguiendo a su hermana, le gritó que no entrará, pero esta le dio una respuesta que lo preocupó de sobre manera.
Ahora, sin poder evitarlo, los dos entraron por la puerta rota de la casa.
Para Issei, el describir el interior de su hogar fue complicado, pues, parecía como si un tornado fuera arrasado con esta.
Montañas de escombros de la segunda planta en el piso, madera, columnas tumbadas, los escalones de la escalera al segundo piso con grietas y agujeros, y una columna sobre la escalera, evitando el ascenso hacia arriba o bajar hacia abajo.
Nubes de gas escapaban de la cocina, seguramente por algún tubo roto, y, en general, era un caos.
Hiroko, quién se encontraba unos metros más adentrada que su hermano, pisó sin querer la madera del piso y...
-¡Agh!
Su pierna se hundió, ¿porqué? Simple, la madera desgastada por los grandes daños que habían y por haber, sé rompió.
Sintió un desgarré en la pierna, e Issei rápidamente corrió a socorrerla.
-¡Hiroko, Hiroko!
Repitiendo su nombre, llegó a ella y sacó su pie del agujero en el piso. Pudo ver la expresión de dolor de esta, sintió ansiedad a la par de preocupación.
Rompiendo la manga de su camisa escolar, la enrolló en la pierna de su hermana como una venda improvisada.
-Nii-san...
-¡Hiroko! ¡¿Estás bien?! ¡¿Aún respiras?!
-I-Ise-nii es un to-tonto, ¿a q-qué vienen esas preguntas?
-Uff... Al parecer sí estás bien.
Issei suspiró en alivio ante la respuesta de su hermana.
Con su mano apartó los flequillos del rostro de la chica castaña, luego, rompió la otra manga restante de su camisa de la escuela, cargó a Hiroko en su espalda y la ató a su cuerpo con la manga.
-Te sacaré de aquí, Hiroko. ¡¿Hugh?!
Cuándo sé dio media vuelta para salir de la casa que sé caía a pedazos, se detuvo.
Parte del segundo piso cayó sobre la entrada del hogar irreconocible, bloqueando su único método de huída.
Los gritos de las personas a fuera fueron audibles, las preguntas de si estaban bien fueron respondidas por Issei, quién los tranquilizó de cierta manera.
El castaño estaba preocupado, las nubes de gas que salían de la cocina eran sumamente tóxicas, además, seguir adentro de la casa era un peligro latente, cualquier combustión que hiciera el gas podría generar una catástrofe, y él, como hermano mayor, no estaba dispuesto a permitir que a Hiroko le ocurriera algo.
-Ise-nii, no es momento de pensar en salir de aquí, papá y mamá están aquí adentro, ¡no los podemos abandonar!
-Están... ¿Adentró?
-Así es.
Al recibir esa información y la confirmación el Hyoudou chasqueó la lengua.
Viendo de mejor manera el interior de su, "vuelto nada hogar", tragó saliva.
Tenía miedo, y bastante, este lugar era un peligro absoluto constante y la amenaza de que la casa se viniera abajo seguía, pero...
-Está bien, Hiroko. Pero también lo siento, después de todo te estoy poniendo en peligro, ya sabes. Siento ser un hermano tan decepcionante.
-Eso no es verdad, sólo... ¡Ghk~! ¡Nii-san, el techo está cayendooooó!
-¡Hgk~ Mierdaaaaaá!
Parte del segundo piso sé vinó abajo, un torrente de escombros cayó a la primera planta, justo el lugar donde el dúo de hermanos se encontraba.
Por un acto reflejo, Issei corrió lejos de la cascada de escombros saltando de paso una columna.
La adrenalina del momento hizo que olvidará el peso en su espalda, de inmediato, dirigió su atención a la nueva montaña de escombros en el medio de la sala destruida por completo.
Sus ojos se ancharon como platos cuándo lo primero que notó, fue una criatura fuera de este mundo.
-¿Qué es... eso...?
Dos metros y medio, cuerpo robusto, (como un coloso pero en miniatura), pelaje café cubriéndolo desde la cabeza hasta los pies, garras en vez de uñas, y por último, su cara tenía una gran boca con colmillos de tiburón, decorado en la parte superior con seis ojos como si se tratase de una araña.
-Glup.
Hiroko tragó saliva, aumentando el agarré de sus brazos en el cuello de su hermano que la cargaba en su espalda. Horrible, esa era la única palabra para describir a semejante monstruo sacado de pesadillas.
Aúnque sorprendida y en shock, eso no evitó que sus ojos captarán a una persona aplastado por los escombros que había caído del segundo piso hace unos segundos.
De sus labios salió la palabra:
-¡Papá! ¡Ise-nii, es papá!
-¡¿Eeeh?! ¡No puede ser!
La robusta bestia veía fijamente al castaño con la mitad de su cuerpo siendo sepultada por escombros. Gorou agonizaba, el dolor, el dolor, el dolor, el insufrible dolor, atacaba su cuerpo.
-¡Buagh!
Escupió sangre, no sentía la mitad inferior de su cuerpo.
Este sin duda era su fin, veía como el robusto monstruo de pelaje café, bajaba sus colmillos hacia él, pero...
-¡Deja a nuestro padre en paz maldito monstruo!
El grito femenino de una mujer llamó la atención de la bestia de pelaje café. Movió la cabeza de forma inhumana y la retorció hacia atrás, viendo a unos pocos metros alejados a un dúo de castaños.
-¡Te dije que mantuvieras la boca cerrada Hiroko!
-Pero si no lo hacía podían comerse a papá, ¡oíste! ¡Comérselo!
-¡Tonta! ¡¿Y que pasó con el factor sorpresaá?! ¡No lo entiendes! ¡Sorpresá!
-¡Eso no importa ahora, estúpido! ¡Espera! ¡¿Eh?! ¡Corré Nii-saaaaaan!
-¡Gooooaarr!
Los murmullos y palabrería de ambos hermanos fue interrumpido.
Una gran masa café sé dirigió a ellos arrolladoramente, escombros, columnas u otras cosas que le obstaculizaran el camino al gran ser de pelaje café sé hizo añicos.
Fue sin duda, impresionante. ¡¿Qué tanta fuerza destructiva tenía este pedazo de bestia?!
Sin duda, esa era la pregunta que Issei quería que le fuera respondida.
-¡Corré Ise-niiiiiiiiiii!
-¡No me tapes los ojos tontaaaaaá!
-¡Lo siento pero tengo miedoooooooooo buuaaaaaahh!
-¡¿Y ahora te pones a lloraaaaaar?!
Gorou, quién estaba aún inmovilizado en el piso por los escombros, vio a sus hijos huyendo del monstruo.
Sé sintió desesperado, asique con sus últimas fuerzas, movió sus piernas.
-Grrrr...
Gruñendo de dolor, pero no se detuvo.
Apartó los escombros de sus piernas, y sé arrastró por el piso en dirección contraria mientras gritaba, claramente con la intención de atraer al monstruo de pelaje café hacia él.
La bestia de dos metros y medio pareció ser atraída por sus ruidos, asique, mirando en su detección corrió hacia Gorou.
-¡Papi! ¡Ise-nii, rápido!
-¡Tsk~! ¡Maldita seaaaaaaá!
El primogénito de los Hyoudo's persiguió al monstruo.
Gorou, por otra parte, aún en el piso tomó un tubo de acero a su costado, cambió la posición de su cuerpo y puso la espalda contra el piso y su cara mirando la segunda planta que se caía lentamente.
Cuándo el gran monstruo abrió la mandíbula mostrando sus afilados dientes, puso el tubo de acero como intermediario entre la separación de la bestia de pelaje café, y su persona.
-¡Ghksh~!
Con todas sus fuerzas, Gorou perdía la batalla de empuje, y lentamente, los dientes del monstruo se acercaban a su cara.
La baba cayó sobre su cara, el olor de cien cadáveres putrefactos era la manera perfecta para describir el aliento de la boca de aquél ser.
-¡Deja a papá ~Urk~!
Issei, quién aún cargaba en su espalda a Hiroko, y sin ningún plan en mente, se lanzó a lo loco a atacar a la semejante criatura de cuerpo robusto.
Sólo fue necesario un revés del brazo de aquél monstruo para mandarlo a volar como muñeco de trapo.
Rodó, rodó y rodó por los cientos de escombros que habían por la sala destruida.
Sus órganos se sacudieron y su cuerpo sintió el dolor del golpe, estuvo tentando de caer en la inconsciencia, pero no lo hizo.
No por fuerza de voluntad, que era lo que menos tenía, sino por el dolor de su brazo izquierda qué, inhumanamente, estaba en dirección contraria.
Hiroko que también se encontraba sobre los escombros, aunque fue su hermano quién recibió el ataque, eso no significó que la fuerza de la caída no resultara dolorosa.
Aún con su pierna desgarrada, era incapaz de ponerse de pie, pero viendo que Issei estaba en un estado lamentable, sé arrastró hacia él.
El monstruo no pareció interesado en el dúo de castaños, en cambio, cambió la dirección de su mirada hacia Gorou, pero....
-¡No lastimes a mis hijo maldito!
Tomó tierra del piso, y sé lo lanzó al monstruo directo a los tres pares de ojos.
El Ser de gran tamaño gruñó con vehemencia y retrocedió con sus robustas manos en la cara.
Al tener su visión entorpecida, sin darse cuenta pisó un agujero en el piso y por su gran peso se hundió medio metro abajo, inmovilizado.
Hiroko vió todo esto sorprendida, su padre sólo y sin ayuda de nadie había podido inmovilizar al monstruo.
Gorou, aún con el dolor de sus piernas, sé pusó de pie.
Sentía sus piernas temblando, y los músculos de las mismas ardían como el infierno mismo.
-¡Hiroko, despierta a Ise y dile que vaya por su madre! ¡Está en el segundo piso!
-Papi....
-¡Rápido Hiroko! ¡Si perdemos más tiempo la casa~
¡Prakth!
Una columna del techo cayó en medio de la sala.
Una mala ubicación, porque separó a Hiroko e Issei de Gorou, quién quedó al otro lado con el gran monstruo mismo que se estaba recuperando.
-¡Papaá!
-Mierda.... ¡Hiroko no te preocupes por mí, despierta a Ise y vayan a rescatar a su madre antes de que la casa de venga abajo!
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Oscuro. Todo estaba oscuro, oh, lo comprendo, yo estoy... ¿Muerto?
¡Ise-nii! ¡Ise-nii!
Aún así, se siente raro... ¿Porque sigo escuchando la voz de Hiroko? ¿Y porqué carajos me duele el brazo izquierdo? ¡Joder! Si que duele.
¡Ise-nii! ¡Ise-nii!
Deja de molestar Hiroko, ¿no ves que ya estoy muerto?
¡Ise-nii! ¡Ise-nii!
¿Enserio ni muerto puedo descansar? ¡Esto tiene que ser un puta broma!
¡Ise-nii! ¡Ise-nii!
¡Déjame descansar en pa~
¡Plam!
-¡Aaaaaaaaáh!
-Uff, por fin despiertas Nii-san...
-¡¿Porqué diablos me duele la mejilla?!
-Ah, sobre eso, te abofeteé porque no querías despertar.
Con la mejilla derecha con una marca de mano, el castaño por fin despertó, pero rápidamente el dolor de su brazo izquierdo atacó su ser.
Gruñó de dolor, y se tomó el costado del brazo, sin querer ver el estado del mismo, no volteó la cara, pero la curiosidad hizo que lo hiciera.
-Mi brazo.... Ahh... Jaa.... Gjaa... ¿Uth?
Jadió, jadió, jadió de estupefacción. Su cara en schok mostraba claramente sus emociones y lo horrorizado que estaba. Por un momento pensó en gritar con todo su ser por el dolor, pero Hiroko repentinamente lo besó.
La cara de Issei ahora mostraba lo confundido y sorprendido que estaba, sintió los suaves labios de Hiroko contra los suyos, y fue una sensación agradable. Cuándo su hermana sé apartó, esta tenía una expresión de total seriedad.
-Lo hice para que mantuvieras la calma, sé que te duele, pero mira allá.
El beso sólo fue para evitar quel castaño perdiera la cabeza por el dolor de su brazo doblado en otra dirección. Funcionó, pero luego Hiroko apuntó en atrás.
Un mar de llamas sé alzaba, Issei, quién no se había percatado antes por lo conmocionado que estaba, sintió el abrazador calor que había en la sala que se quemaba.
Estrechó sus ojos, agudizó su vista, y en medio de ese mar de llamas, estaba su padre que usando un tubo de acero caliente por el fuego, luchaba con el monstruo de pelaje café.
-Hay que ir por mamá, está arriba.
-¡Hiroko abajo!
¡Buuuuuúmh!
El gas que salía de la cocina obviamente iba atener una combustión al entrar en contacto con el fuego, esto en su mayor parte, fue lo que generó la explosión.
La casa sé hizo pedazos, todo fue un espectáculo catastrófico de fuegos artificiales.
Escombros prendidos en fuego se volvieron meteoritos que volaron cientos de metros, en resumen, una lluvia de meteoritos en llamas cayó a 10 metros a la redonda, un escenario apocalíptico en general.
Todo lo que estuviera cerca del rango de daño fue incinerado, por fortuna, o milagro en su más grande expresión, sólo tres personas sobrevivieron, y fueron: Hyoudou Issei, Hyoudou Hiroko, Hyoudou Gorou.
Llamas. Era la manera correcta para describir lo que ahora era la casa Hyoudou.
Un montón de llamas y destrucción.
El sonido del fuego era audible, el olor a madera quemada y carbón de igual manera fue perceptible para el olfato. En medio de la gran destrucción sé hicieron presentes dos personas: Issei y Hiroko.
-¡Cof cof cof!
-¡Cof cof cof!
Ambos tosieron con fuerza.
El pecho de ambos dolía, y sentían sus cuerpos adoloridos junto con quemaduras en su piel.
El primero en ponerse de pie fue Issei, pero lo que vio, no supo como explicarlo.
Un mar de llamas a su alrededor, un calor abrazador lo golpeó, y su vista se entorpecía por el humo negro que subía al firmamento.
Destrucción, el lo describió de esa manera. "La palabra destrucción."
-Hi-hiroko, que-quédate aquí...
Tampoco es como Hiroko pudiera moverse.
Al contrario de su hermano, ella no podía ni caminar por el desgarre en su pierna, y ahora con todo este dolor en su cuerpo, era un milagro que no hubiera caído en la inconsciencia.
Issei caminó, caminó, caminó y caminó, el calor quemaba su piel y fue insoportable, caminaba evitando las llamas.
Sin darse cuenta, sangre brotó de sus orejas, seguramente producto de sus tímpanos destruidos por el sonido colosal de la explosión, de igual manera, ese mismo líquido rojo bajó de sus ojos y los bordes de sus labios.
-Jaa... Haa...
Caminaba mientras respiraba agitadamente.
A lo lejos, la figura del gran ser de pelaje café, entró en su campo de visión.
Carbonizado y muerto por completo, ese era su estado, sin duda estaba muerto, después de todo, las quemaduras en todo su robusto cuerpo fueron prueba de ello, recibió la explosión de lleno.
-Pa... Pá....
Al parecer, el demonio de dos metros y medio sirvió como escudo, ¿para quién?
-¡Papá!
Debajo del cuerpo del monstruo, Gorou tenía la mitad inferior de su cuerpo siendo aplastado por el robusto cuerpo del demonio.
-¡Papá, aguanta! ¡Te sacaré de aquí!
Issei rápidamente intentó apartar el robusto cuerpo del monstruo, pero fue inútil.
Su cuerpo estaba muy débil, e inclusive si estuviera en óptimas condiciones, le sería imposible.
-Es.... pera papá.... Urgh... Te sacaré... de aquí....
Aunque ponía más fuerza era inútil, el cuerpo del Ser carbonizado no se movía.
Las llamas avanzaban lentamente hacia ellos, Issei maldijo internamente por tal situación, pero siguió intentado apartar al monstruo de encima de su padre. Pero... era inútil.
Gorou quién, afortunadamente, estaba aún consciente, vió la situación.
Y, con sus últimas fuerzas, dijo:
-I~Ise... ¿me escuchas...?
-¿Eh? ¿Papá? ¡Si si, te escucho! ¡No te preocupes, te sacaré de aquí!
-...........
-Descansa... Enserio, te sacaré.
................
-Oye.... Ise.... Recu-cuerdas lo que te dije.... ¿U-unas horas atrás cuándo hablábamos....?
-No te preocupes, cuándo te saqué de aquí junto a Hiroko y ma.... Mamá....
Lo último lo dijo con dificultad cuándo se le hizo un nudo en la garganta. Según por lo que tenía entendido, su madre debió estar en el segundo piso, pero después de la explosión, no hubo duda, definitivamente, ella....
Gorou, ya sabiendo que estaba en sus últimas, continuó...
-T-te estaba diciendo que.... Estoy orgulloso de tí... Ise, como también lo estoy de Hiroko, ustedes... son nuestro... milagro....
................
Lágrimas. Lágrimas brotaron de los ojos del Hyoudou primogénito, mezclándose con su sangre.
Intentó usar más fuerza para apartar el cuerpo del demonio, pero otra vez, fue inútil.
Gorou, siguió con sus palabras....
-¿Sabes... Porqué te llamé... Ise?
....................
-Papá.... No.... No lo sé....
-Je... Jeje... Jeje... Kugh... Lo suponía.
-Papá, no hables más, sé qué te duele.
-T.... Te llamé Ise.... Porque... Miki y yo, queríamos que vivieras con honestidad... Cof cof...
-¡Papá, ¿estás bien?!
-T.... Sí.... Supongo.... Jeje... Jeje.... ¿Sa... Sabes...? Miki y yo teníamos pensado hablarles de esto algún día a Hiroko y tú.... Pero.... Bueno, ya sabes....
-...............
Issei guardó silencio. Sus lágrimas mezcladas con sangre bajaban por sus mejillas.
Quería seguir intentando apartar al gran monstruo, pero.... Simplemente no podía.
Las llamas avanzaban, y un calor abrazador hervía su sangre, no metafóricamente, sino literalmente hablando.
Y, a pesar de todo eso, Gorou continuó....
-Antes de que tú..... y Hiroko nacieran.... Iban a tener dos hermanitos, ¿sabes...?
-.......................
-Pero lo siento, Ise.... Me temo que no nacieron..... Cuándo íbamos a tener al primero.... Nació muerto.... t-tú mamá tuvo un aborto espontáneo... U.... na lástima...
-................
-Yo estaba destrozado.... De verdad... Nunca en mi vida me había sentido.... Tan... Triste..... Tú madre estaba peor, y fe verdad.... Fueron tiempos horribles para nosotros......
-.... Papá.... Yo....
-Luego, tú mamá quedó embarazada por segunda vez.... Aún lo recuerdo... Ese momento fue como renacer otra vez.... Miki... Y yo.... Hi-hicimos todo lo posible para que no se volviera a repetir lo del primero..... Pero.... No sirvió de nada.... El nació.... Muerto.
-..............Ghksh... Papá... ¿Porqué me cuentas esto....?
Issei quién derramaba lágrimas a montones, veía a su padre con tristeza, pero, Gorou continuó....
-La verdad, no lo sé.... Pero... espera... aún no acaba.... Todo cuento tiene que tener su final... Feliz... ¿No? Jeje... Bueno.
-..................
-Luego, como si fuera un milagro mismo..... Nació un niño... Muy enérgico y terco sí, pero muy amable.... Ese niño... Con su gran amabilidad.... Le dio de vuelta... Alegría a una... Amarga, miserable y triste familia.... Su nombre es.... Issei.... Un verdadero héroe.
-Papá por favor, no sigas....
-........... Luego nació una niña..... esta.... niña.... era muy juguetona con su hermano mayor... de verdad... la hermana menor quería mucho a su hermano a pesar de todo, su nombre es.... Hiroko... es una persona justa y generosa... De ahí proviene su nombre.... De hecho.
Las llamas avanzaron aún más, Issei tuvo que cubrirse del calor usando sus brazos.
Gruñó de dolor y tristeza, mientras más lágrimas brotaban.
-I.... Ise, recuerda.... Eres un héroe... Desde que naciste.... salvaste a una familia... Recuérdalo.... A.... hora... Ve por tu hermana, cuídala... Aunque siempre pase todo lo contrario jeje. Y, también, dile a Hiroko que al arroz se le hecha sal y no azúcar, de verdad, dile eso....
-Papá... Yo... Lo siento mucho....
Issei sé puso de pie, desvió la mirada y cerró los ojos con fuerza, sólo para dar media vuelta e irse.
Pero en ese momento, Gorou...
"Y, por favor... Como mi último pedido... Dile.... a Hiroko... Qué lo siento mucho.... Al final.... No.... no pudimos ver.... la película en familia...
Con esas últimas palabras, las llamas siguieron avanzando.
Issei, con lágrimas brotando de sus ojos, sé alejó del lugar.
Corrió, corrió mientras lloraba, no miró atrás, porque supo que si lo hacía, sé devolvería.
Sé detuvo cuándo por fin llegó dónde su hermana inconsciente en el suelo caliente, las llamas también estaban cerca de ella y avanzaban.
La cargó en su espalda y corrió lejos, su cuerpo dolía, dolía mucho, las quemaduras, sus tímpanos que eran inundados por el sonido de un chillido sordo, su brazo izquierdo fracturado, y en general, toda su ropa vuelta girones.
-Jaa.... ....Haa..... ahh.....
Sus respiraciones agitadas y dolorosas dejaban escapar aire caliente.
Cada paso calentó la planta de su pie producto del suelo caliente, después de todo, sus zapatos se habían incinerados por la explosión.
-Nii-san.....
-...........
Hiroko pareció haber salido de la inconciencia, y lo primero que sus ojos captaron fue un mar de llamas y el costado de la cara de su hermano cerca a la suya.
¿Porqué? ¿Qué pasaba? No lo supo.
-Hi-Hiroko..... Jaa.... Haa... Glup... Ahh... Yo...
Cansado y dolorido, llamó a su hermana.
-I... se... ¿ni....i...? Porqué.... ¿...no puedo.... moverme...?
-Jaa.... Ahh... No te preocupes.... Ghk.... Jaah... T-tú hermano... te va.... te va... A cuidar... Ahh... Lo... Lo juro...
-Nii... san....
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Sé alejaron del infierno de llamas y destrucción, ahora, caminando por las calles de Kuoh, Issei lloraba aún recordando a su papá.
Lo dejó morir... Y todo por su falta de fuerza, sé maldijo, maldijo su inutilidad.
Y, ahora en su espalda, su hermana moría.
Las graves heridas en el cuerpo de Hiroko dejaban escapar sangres borbotones, sus quemaduras de segundo y tercer grado la dejaban casi fulminada a la Hyoudou menor, a quién sé le escapaba la vida.
Seguro que cuándo crezca será cómo su padre.
-Otra vez... Fallé.... ¡¡¡AAAAAAAAAAÁHH!!!
Gritó, gritó liberando su impotencia, su inutilidad.
Patético, Hyoudou Issei de verdad que era patética.
Débil, inútil, fracasado, incapaz de salvar siquiera a una persona importante para él, todo se escapaba de sus manos en un parpadeo.
Y, luego, suplicó.
-Por favor.....
Su voz débil y sin fuerzas, casi como sabiendo que sería inútil en este lugar sin nadie a su alrededor.
Después de todo, las personas sobrevivientes y cerca de los daños de la explosión, tuvieron que evacuar la zona.
Seguro que cuándo crezca será cómo su padre.
-Por favor... Ya estoy cansado... Estoy desesperado...
Siguió hablando en voz baja...
-Alguien... Hiroko... Mi hermana está.... ¡¡¡POR FAVOOOOOOOÓR!!! ¡¡¡AYUDEN A HIROKOOOOOOOÓ!!! ¡HARÉ LO QUE SEA! ¡CUALQUIER COSA! ¡PERO POR FAVOR! ¡SALVENLAAÁ!
-............
La respuesta que recibió fue el silencio de la noche.... Las esperanzas de Issei se hicieron trizas, y cayó arrodillado sin fuerzas.... Pero...
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-Entonces... ¿Estarías dispuesto a vender el alma de tú hermana al diablo... para salvarla...?
Luz carmesí.
Una luz carmesí sé alzó cómo un rayo de esperanza para el patético, débil e impotente castaño.
Luego, sus labios se movieron solos.
-A.... cepto...
Sin consentimiento de su hermana, sólo queriendo salvarla.
Sus palabras, aunque para salvar a alguien, al final fueron egoístas vea como se vea.
-Mph... Entonces....
Alas se extendieron majestuosamente, unas alas demoníacas, fueron, irónicamente, la esperanza de Hyoudou Issei.
Cabello carmesí como la sangre, ojos azules celestes como el mar y un aura imponente.
-Es un trato.
Continuará... | つづく...
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