•36•
Maggi
Llegamos a Woh Hum cerca de tres horas más tarde. Los dos nos sentamos en silencio durante la mayor parte del viaje. Había demasiado en qué pensar, demasiadas cuestiones sin resolver con que trabajar, lo cual no veía cómo hacerlo en tan poco tiempo.
Y me va a tomar un tiempo muy largo poner mi culpa a descansar, si alguna vez puedo. No me importa que las cosas que JungKook dijo tenían sentido.
Le pregunté a Jungkook por qué íbamos camino a Woh Hum. Él había dicho antes que me iba a decir lo que estaba pasando, pero cuando llegó a ello, fue vago. Me dijo que las cosas habían cambiado pero no quiso entrar en detalles. Supongo que todo lo que habló allá en el hotel pasó su límite
conversacional.
Porque de nuevo se había retraído en sí mismo con tanta rapidez, reservado, intimidante asesino del que estaba enamorada y me sentía completamente segura.
Nos detenemos en un estacionamiento al final de un camino bordeado por
residencias.
Quiero abrir la puerta de esta camioneta justo ahora e ir hacia mi libertad.
Pero, ¿dónde puedo ir?
JungKook apaga el motor del camión. Me asomo a través del parabrisas para ver una sección de árboles y arbustos separando el estacionamiento de la interestatal. Un automóvil pasa volando cada pocos segundos. Pero el estacionamiento está vacío excepto un auto solitario en la distancia estacionado al lado de un contenedor de basura. En el otro lado del lote, sin embargo, sobre un muro de hormigón bajo, hay muchos autos aparcados fuera de un centro comercial.
Me pregunto por qué eligió un lugar público, aunque en la actualidad el lugar parecía tranquilo y abandonado, para hacer lo que sea que hemos venido a hacer. Debido a que Jung no se preocupa por el público o arriesgar un espectador inocente de quedar atrapado en su fuego cruzado.
-Quédate en la camioneta -dice JungKook justo antes de cerrar la pesada puerta de metal.
Camina hacia la parte trasera mientras un SUV (vehículo utilatario deportivo) negro elegante entra en el aparcamiento de detrás de las casas.
Mi corazón comienza inmediatamente a latir fuerte. Me escabullo en el asiento, pero me muevo a su lado para que pueda tener una mejor visión de la ventana.
Quiero ver pero no quiero que me vean.
JungKook se encuentra con el SUV a medio camino, a unos cincuenta metros de donde estoy y se detiene en el centro de la carretera. Las dos personas que descienden las conozco bien.
JungKook asiente y luego veo sus labios moviéndose.
Me estiro y bajo la ventana por la antigua manivela. Se adhiere al principio, pero entonces la ventana se desatasca y me las arreglo para abrirla varios centímetros.
Pero están demasiado lejos para escuchar algo de lo que están diciendo. JungKook comienza a caminar hacia el camión y el SUV lo sigue. Trago saliva y me encuentro prácticamente todo el camino en el piso ahora, la parte superior de mi cabeza presionando contra el volante con fuerza.
Se abre la puerta del lado del conductor, exponiéndome en mi posición incómoda.
Taehyung y Yoongi están de pie junto a JungKook,mirándome.
No hace falta decir que ninguno de los dos se alegran de verme, sus miradas hablan por ellos y estoy demasiado asustada e insegura de darles la misma cortesía.
Yoongi, sin dejar de mirarme como si yo fuera un espécimen peculiar del tipo que merece estudio, le dice algo a Jungkook cerca de su oído y él asiente.
-Rubia-me dice Yoongi-. Vendrás con nosotros y seguiremos a Daimon a otro lugar cerca.
Al instante, siento que mi cabeza se sacude de un lado a otro negando.
JungKook extiende su mano hacia mí, pero la rechazo. En su lugar, empiezo a salir del suelo e ir hacia el otro lado de la camioneta. Siento la mano de JungKook envolverse en parte de mi muslo.
-Ellos no te harán daño -dice JungKook-. Este camión no es seguro para ti si Jung o sus hombres abren fuego contra nosotros.
Echo un vistazo a través de la ventana trasera hacia la SUV, suponiendo que tiene algún tipo de ventanas a prueba de balas, quizás. No me importa preguntar; simplemente no quiero que me deje a solas con ellos, vehículo más seguro o no.
-Te recuerdo que estamos en esta mierda por ti-dice Taehyung con desprecio.
-Jana. -Jungkook dice mi nombre y me aturde dejándome inmóvil; nunca me ha llamado por mi nombre antes,bueno sin apuntarme-. Te estoy pidiendo que cooperes.
Miro a los ojos duros de Jungkook y mantengo mi mirada por un momento, dejando que mi mente se aclare por la reacción inesperada que decir mi nombre ha puesto allí. Mi cuerpo se relaja y luego poco después los dedos de JungKook se deslizan lejos de mi muslo.
Miro a los tres lentamente, todavía insegura, pero ahora más dispuesta.
-¿Me dirás lo que va a pasar? -le pregunto, mirándolos a los tres, pero JungKook sabe que la pregunta era para él.
Taehyung sostiene sus fríos ojos marrones fijos en mí, pero parece más de carácter observador.
-Vamos a encontrarnos con Jung, no muy lejos de aquí, en una zona más apartada. Allí, nos entregaran a Valerie y a Donna.
Un sentimiento oscuro de incertidumbre crece repentinamente dentro de la boca de mi estómago.
Entrecierro mi mirada sobre JungKook.
-¿Sólo así? -pregunto con escepticismo-. No, Jung no sólo la dará. Él... -retrocedo otra vez contra la puerta del lado del pasajero, mi mano ya en el mango por si necesito salir huyendo-... No hay manera de que él haría eso. Están negociandolas por mí, ¿no es así? -Mi voz se eleva-. ¡Lo estás!
-Sí -dice JungKook.
Taehyung y Yoongi permanecen silenciosos y tranquilos y siempre muy atentos. Están empezando a ponerme nerviosa.
Pero entonces vuelvo a mis sentidos y aparto la mirada de los dos. Miro fijamente a través del parabrisas al paisaje y los automóviles en el otro lado del muro de hormigón, pero realmente no veo nada de eso. Todo lo que veo es la cara de Valerie en mi mente, la forma en que la vi por última vez en ese video: magullada,
ensangrentada y manchada de lágrimas.
Sé que esto es lo que hay que
hacer.
Un intercambio: yo por ellas. Eso es algo que sé que Jung aceptaría, ahora
más que nunca.
Pero él me quiere muerta...
Mis manos aprietan el asiento de cuero hecho jirones por debajo de mí, mis dedos se clavan en el cojín expuesto. Todo mi cuerpo tiembla de terror. Pero luego obstinadamente fuerzo el miedo al fondo de mi mente. Tal vez él no me va a matar una vez que me tenga de nuevo. Podría seguir fingiendo que estar con él es donde
quiero estar.
¡Sé que puedo! ¡Lo hice por años! Lo hice confiar en mí él creía que me amaba. Puedo hacerlo de nuevo.El tiempo suficiente hasta que llegue mi primera oportunidad de matarlo.
Sí, eso es exactamente lo que haré.
Debido a que ya sólo me preocupan dos cosas: la seguridad de mis tíos y matar a Jung. Sé que una vez que lo haga, voy a firmar mi propia sentencia de muerte. La pelirroja o uno de los hombres de Jung me van a cazar antes de que pueda conseguir alejarme un kilómetro y medio y que me van a disparar a matar, igual que JungKook le hizo a aquel dueño de la tienda.
Pero, al menos, Jung estará muerto.
Y yo no le temo a la muerte.
Abro la puerta de la camioneta para encontrarme con Taehyung y Yoongi de pie allí los dos,esperando por mí.
Estaba tan pérdida en mis pensamientos que ni siquiera los vi salir y caminar a mi lado de la camioneta.
Cierro la puerta y miro por encima del capó de la camioneta a Jungkook en el otro lado.
En escasas ocasiones he sido capaz de leer su cara porque sus emociones,son impenetrables, pero en este momento detecto el más leve indicio de algo antinatural en sus ojos. ¿Podría ser arrepentimiento? No, tal vez es la indecisión o... no, eso no puede ser.
-Lo haré -anuncio, sin apartar los ojos de JungKook-. Si puedes conseguir alejar con seguridad a mis tíos, lo haré.
JungKook asiente para luego sorprenderme con su respuesta:-Están a salvo. Envié a Nam para sacarlos de la mansión.
El alivio nace dentro de mi, luego se va a abrir la puerta de la camioneta y lo detengo.
-Gracias.
JungKook no asintió ni contestó verbalmente esta vez, pero sé, solo por esa mirada en sus ojos que él dice la verdad. No estoy segura de por qué creo eso, pero lo hago.
Después de transferir sus maletas desde el camión hasta la SUV, se mete en el interior del camión y el estruendo del motor de encendido sigue segundo después.
-Ven -dice Yoongi, tomándome por el brazo, sus dedos se cerraron un poco más duramente alrededor de mi bíceps.
Él me guía en torno al asiento de atrás, abriendo la puerta y se queda de pie justo detrás de mí, Taehyung está a mi lado como si él estuviera asegurándose que entre y no trate de huir. Una vez que estoy dentro, el olor a cuero nuevo y ambientador de auto llena mis sentidos.
Una jaula de metal separa el asiento trasero de la parte delantera, al igual que un oficial de policía podría tener en su auto patrulla.
Ya me siento atrapada.
Oigo un sonido de clic cuando Yoongi bloquea todas las puertas después de que Taehyung está adentro.
Echo un vistazo a mi izquierda y derecha para ver que no hay interruptores de bloqueo dentro
de cualquiera de las puertas de los asientos traseros.
Me siento verdaderamente atrapada aquí.
Terminamos en la carretera interestatal, seguidos de cerca por Jungkook en el viejo camión destartalado.
-Te has convertido realmente en una piedra en el zapato -dice Taehyung desde el asiento de acompañante.
Echo un vistazo para mirarlo a los ojos en el espejo retrovisor.
No me gusta mucho.
No es que debería gustarme en absoluto teniendo en cuenta la situación, pero al menos con Yoongi, a pesar de todo, intenta no recriminarme y es lo que necesito en estos momentos.
Estoy al tanto que si yo no hubiese aparecido en sus vidas, Jung no tendría ninguna razón de hacer lo que hizo. Siempre pensé que en Soley podría volver a comenzar de nuevo.
Mis corazonadas eran completamente erradas, lo admito, pero JungKook nunca me lastimó.
Independientemente de lo que es o lo que ha hecho y qué complicaciones le he causado.
Yoongi, por otro lado, me da la sensación que es un poco más intolerante.
Trato de mantener mis ojos en el camino por delante, pero Taehyung me mira y es difícil no encontrar su mirada.
¿Porque siempre está mirándome?
Trago saliva y le digo: -No fue mi intención causarles ningún problema. -Los ojos de Yoongi se estrechan repentinamente en el espejo y atrapo su atención de inmediato-. Pero no entiendo por qué es un gran inconveniente para ustedes dos, ayudarme. -Traté de ocultar la amargura en eso, pero no lo hice tan bien.
-Daimon-dice Taehyung fríamente-. Debió haberte arrastrado de nuevo a Jung en el segundo que supo quién eras.
Aprieto los dientes y respiro fuertemente a través de mis fosas nasales.
-Pero no lo hizo -espeto-. Y eso me dice que es más humano de lo que tú eres aparentemente.
Mis palabras ácidas no lo perturban como había esperado que lo hiciera. En cambio, él hace algo que era lo menos que esperaba.
Sonríe.
-Oh, ya veo lo que crees que es esto -dice-. ¿Crees que lo has encantado de alguna manera con tus artimañas de niña inocente. No has hecho nada por el estilo, para que lo sepas. JungKook todo lo que hace, lo hace por el bien de nuestro equipo. Si él cree que es mejor no entregarte o no liberarte no tiene nada que ver con tu bienestar.
No quiero creer en él a pesar de que una pequeña parte de mí lo hace, pero me niego a dar a Taehyung la satisfacción de saber que él tuvo éxito en meterlo bajo mi piel.
-Mira...-estoy dispuesta a contestarle cuando Yoongi me interrumpe.
-Cierren la puta boca, los dos. Ahora.
Ruedo la barbilla y alejo la mirada de él, poniendo mis ojos únicamente en el camión que JungKook maneja delante de nosotros. Pronto, nos desviamos a la derecha y entramos en una polvorienta carretera sin asfaltar a la derecha de la autopista interestatal. El camino serpentea a través de varias secciones de arbustos de bajos y árboles jóvenes, pero sobre todo no hay nada más que tierra y una interminable extensión de terreno casi estéril trescientos sesenta grados alrededor de mí.
Algunas casas se encuentran encaramadas en la distancia en la cima de las colinas, pero me da la sensación de que esta parte de la tierra no se ha recorrido en un tiempo muy largo por aquellos que son dueños de ella, o cualquier otra persona para el caso.
La parte delantera de la SUV se eleva más alto sobre la tierra mientras nos dirigimos a una colina. Una vez que nos nivelamos en la cresta y el polvo empieza a asentarse.Veo cuatro camiones viejos, como el que conduce JungKook, estacionados al descubierto, esperando por nosotros.
Esperando por mi.
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