•18•
Maggi
Al segundo en el que entré, la mezcla de humo de marihuana, alcohol derramado y sudor corporal eran tan fuertes que sentí que iba a vomitar. La mansión se veía ahora completamente irreconocible.
Cuerpos bailando llenaban el salón escasamente amueblado y los pasillos; la cocina se convirtió en una zona de bar donde la gente tomaba tragos espalda con espalda, y un montón de brillantes serpentinas verdes y azules colgaban del techo.
Valerie y yo pasamos algo de tiempo en la enorme sala, vislumbramos a Jimin ,se encontraba sentado en una mesa redonda con varias botellas. Otro chico está a su lado, sus ojos pesados revelan su estado de ebriedad. Val parece enfadada mientras nos acercamos a ellos.
— ¿Por qué mierda lo has dejado beber tanto?— le reprende.
—Val,¿Tu vestido es transparente? — Las palabras del chico salen con dificultad, intenta rodear su brazo en la cintura de la morena y ésta se aleja.
Jimin le resta importancia.
— Se ha tomado como agua cada trago que he preparado. No soy su maldito niñero.
—Como sea, tengo que ir al baño—anuncia Valerie.
El chico de ojos pesados larga un erupto levantándose de su asiento tambaleándose.
— Iré contigo en un momento.
Intenta avanzar y Jimin le coloca una mano en su pecho deteniendo su paso.
—Quieto.
Val pide a Jimin preparar algo mientras volvemos, él asiente,rodea sus dedos en mi brazo y yo la sigo sin cuestionar. La espero en la puerta del baño mientras dirijo mi atención a la pista para evitar la espera y observo a una chica saltando con los brazos al aire, intentando mantener el balance sobre sus stilettos rosa neón. El tipo con el que está sacude la cabeza hacia ella, riendo. Apartando la mirada me giro algo mareada por el humo y choco con un cuerpo femenino.
—¡Oh, no! ¡Perdona! —digo a la chica.
Ella trata de limpiar la cerveza que traía en sus manos de su top negro.
—¡Mierda! —gruñe—. Ahora voy a oler a cerveza.
—Lo siento, de verdad lo siento mucho.
Ella levanta la mirada, su pelo negro hasta los hombros. Trato de sonreírle, pero ella a cambio se queda mirando mi rostro.
Sí,es una cicatriz. Ignórala.
Parpadea, tiene unos bonitos ojos verdes, sus tetas son falsas pero no la hacen menos bonita.
Ella juega nerviosa con su piercing en la lengua.
—Lo siento, no mire por donde iba.
—No es tu culpa chica. Tenía un poco de prisa también.
Sonrió.
—Puedo buscarte algo para que te limpies—ofrezco.
—No hace falta.
Quita su pequeña chaqueta y luego el top quedando su sostén de encaje a la vista. Tira el top hacia atrás volviendo
a colocar la chaqueta.
Bueno, al menos me siento menos tonta.
—Ya está listo —chilla—: Será mejor que me dé prisa en buscar otra cerveza, sino mi hombre se pone gruñón. Por cierto,soy Nina.
Valerie abre la puerta acomodándose el vestido, los ojos de la morocha se dirigen a Val, sus labios se curvan en una excesiva sonrisa.
—Valerie, preciosa … tanto tiempo. -- Saluda apartando con su dedo meñique su corto cabello de la frente.
Val aprieta sus ojos, su expresión de disgusto es notoria. Mueve los labios para hablar pero se retracta apretando en una fina línea. Me toma del brazo ignorandola , le ofrezco a la tal Nina una apologética sonrisa antes de tropezar con mis pies mientras intento mantener el paso de Valerie.
Rodeamos la improvisada pista de baile, donde se escucha una canción erótica.
La gente tiene las manos en todos los sitios, piel con piel, y observar me
provoca una sensación extraña.
En la mesa hay cuatro vasos llenos de un líquido claro. Al lado de cada uno hay un vaso más alto lleno de un líquido marrón con una tajada de limón flotando en él.
—No sabía lo que querían tomar —explica Jimin al mismo tiempo que levanto el vaso de trago hasta mis ojos y escudriño el contenido—. Así que prepare chupitos de vodka y Long Islad. Tenemos intenso y semi-intenso.
—A mí me parece bien. — Dice Val levantando el chupito al aire. --¿Deberíamos brindar?
—¿Qué dices rubia, te unes a nosotros?—El tono juguetón de Jimin flota hacia mi.
Niego con la cabeza.
—No lo creo.
El chico delgado da un golpe en la mesa y la vibración inclina el salero.
—Hay una regla no escrita que dice que tienes que hacer un brindis si es propuesto.
Levanto el salero y limpio la sal derramada en la mesa.
Miro fijamente el alcohol frente a mí, preguntándome cuál es el gran
problema.
Solo distracción.
Valerie le dirige una mirada de advertencia al castaño.
—Déjala tranquila Hoseok, si no quiere, entonces no tiene por qué hacerlo.
Jimin apoya las manos en la mesa dejando ver sus brazos algo trabajados gracias a su camiseta negra sin mangas. Se inclina hacia mí y su mirada es comprensiva.
— Si quieres, sólo hazlo. Toma el vaso y diviértete por una vez en tu vida; pero si realmente no quieres, entonces mueve la cabeza.
Estoy en un sitio que explota con tensión sexual y aún así nada se compara como el club fetichista. Tampoco es la noche más desafiante que he tenido en términos de enfrentar mis miedos. Así que envuelvo los dedos alrededor del vaso y lo levanto.
— ¡A la mierda con esto! —Digo sobre la música.
Valerie aplaude y recoge su vaso.
—¡Maldición, si!.
El castaño que ahora sé que se llama Hoseok nivela su brazo para que su vaso esté sobre el centro de la mesa, justo debajo de la luz abovedada.
—Hasta el fondo.
Jimin levanta la mano y Val y yo lo seguimos.
—¿No debería alguien decir algo significativo o algo? —pregunta Val—. Para eso son los brindis.
Jimin ladea la cabeza, dando golpecitos sobre la mesa.
— Por ser libre.
Hoseok le sonríe.
—Por escapar.
Valerie se muerde el labio inferior y baja los párpados.
—Por ser capaz de respirar.
Los tres me miran y miro a Val clamando ayuda.
—Es tu turno, Maggi —Me dice—. Lo que sea que quieras decir, dilo.
Inspiro y lo suelto poco a poco.
—Por sentirse vivo.
Hay un momento entre Val y yo donde nuestras expresiones coinciden, luego los cuatro chocamos los vasos.
—¡Maldición! —Hoseok derrama algo en su mano y lo lame. Inclinando la cabeza hacia atrás, vierte el trago en su boca y luego estampa el vaso contra la mesa, señalándolo,dice—: Estoy listo para la segunda ronda.
Inhalando profundamente, llevo el borde hasta mi boca y el olor me quema la nariz mientras me trago el líquido. Este corre por mi garganta y el calor es soportable casi agradable para mí. Gimo y Jimin arquea una ceja con diversión.
—¿Necesitas que te dejemos sola un rato?
Suelto una risa ante su comentario.
Val tira la pajita sobre la mesa, agarra el vaso y se toma el resto del Long Island.
—Voy por otra ronda.
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Tiré al fondo otros dos tragos y me estremecí, apretando los dientes cuando el líquido quemó mi garganta.
Conversamos de cosas triviales mientras la ronda de chupitos continúaba.
—Tu cabello huele tan bien, Val— Dice Jimin mientras retuerce un mechón de su cabello ébano alrededor de su dedo—. Como a fresas.
— ¿Ustedes dos feos están follando?—Pregunta Hoseok.
Ellos ríen cómplices.
— Valerie no folla con ninguno de nosotros.
La voz ronca llega detrás de mí y es cuando me percato que Taehyung tiene apoyado el peso de sus brazos en el respaldar de mi asiento. Una sonrisa se curva en sus labios mientras se sienta.
— A menos que solo uses conmigo el discurso y ,cito tus palabras, el sexo es la causa número uno para arruinar cualquier amistad que existe entre hombres y mujeres.
Valerie arruga el ceño y la sombra de una sonrisa pliega sus labios. Lo mira con atisbo.
— ¿Por qué siento cierto lamento en tus palabras?
La morena apoya los codos en la mesa, toma la pajita que descansaba en el vaso y chupa la punta.—Lo lamento,no sabía cuánto te ha dolido mi rechazo.
Taehyung la observa mientras lleva un chupito a los labios, arquea el cuello hacia atrás y traga. Miro los músculos de su cuello mientras fuerzan el alcohol a bajar. Levanta la cabeza y se lame los labios con la mirada atada a la de Valerie.
— No lo lamentes, nena. Terminaras rogando.
La morena me mira a través de sus pestañas, tratando de contener su
rubor y se aclara la garganta.
— ¿Todavía te funciona eso? —le señala la entrepierna — Digo, hace un buen tiempo no he escuchado de ti hablar de echar un polvo. Podrías hablar con Seokjin para que te recete un medicamento para tu severo caso de Bolas Azules.
Estoy tomando mi trago y esnifo una risa, atragantándome con un trozo de hielo.
Hoseok me da un ligero golpecito en la espalda.
—¿Estás bien?
—Sí, estoy bien —Me ahogo, con la palma de la mano presionándome el pecho.
Taehyung se inclina también con los codos sobre la mesa, su rostro queda a pocos centímetros de Valerie, ella mira sus labios y vuelve a subir la mirada.
— Oh, es buena idea. Aunque ahora que lo pienso tampoco he oído de ti,nunca — comentó alargando esa última palabra— echar un polvo;creo que tener Telarañas en el Coño es una enfermedad mucho más grave.
Valerie dibuja una sonrisa sarcástica.
— Están empatados — Bromea Hoseok —Vamos,Val… di algo.
Taehyung sonríe victorioso.
Intercambio una mirada con Val y ella parece no saber que responder.
—¿Sabes que? Iré a bailar un poco— me hace un gesto para que me levante del asiento y su mirada vuelve a Tae —.Y tú — lo señala —. Espero que te mejores... no te preocupes prometo tener tu polla en mis oraciones.
—Gracias.
—De nada.—Exclama Val sobre la música estridente.
— Aunque preferiría que la tuvieras en tu boca.
Jesucristo.
Valerie alza una ceja.
—¿Por qué sigo hablando contigo?
—Porque el sonido de mi voz te moja.—le guiña un ojo.
Deja escapar un suspiro de resignación y se gira, me muevo detrás de ella por la pista de baile, pasando de lado entre las parejas y algún que otro chico que se frota contra mí en el camino. Val me localiza y me susurra algo que no llego a escuchar. Ella voltea la cabeza, me mira y sus párpados se alzan ligeramente. Sus pupilas lucen gigantescas bajo las borrosas luces, su piel pálida.
—¡Mierda!—gruñe.—Salgamos de aquí.
Camina hacia atrás, saliendo de la pista, volcándose al llegar al final, donde la multitud se cierra.
Con el alcohol todavía en control, cerré los ojos intentando no marearme, me incliné hacia adelante, agarrando un par de hombros para apoyarme, pero esos hombros se alejaron, haciendo que me tropezara.
—¿Esa es tu forma de pedirme un baile? —Un chico al azar se dio la vuelta y me atrapó antes de que pudiera caer.
—Lo siento… —Di un paso hacia atrás.
—No hay necesidad de disculparse. —Puso sus manos alrededor de mi cintura y me estabilizó—. ¿Mejor?
—Mucho… Gracias.
Miro a mi alrededor escaneando para ver si podía divisar a Valerie, cuando una ronda de hombres llama mi atención. Un moreno alto sonríe al resto con una botella en sus manos, sus hoyuelos están en total exhibición y entonces lo recuerdo.
Me quedo en mi lugar.
Mueve los pies, muévelos.
Alguien corre hacia mí y me tira al suelo.
—Lo siento —Se disculpa una voz profunda.
El círculo se rompe y capto un vistazo de Jungkook, su cadera apoyada contra la mesada, mi corazón se estruja cuando veo a la morocha de ojos verdes quien luce un sostén de encaje gracias a mi torpeza y mi pecho duele cuando noto lo cerca que está de ella.
Aun así, no la toca o siquiera la mira.
Y lo que estaba mirando, no me sorprende.
Porque está mirando fijamente hacia mí.
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Agradecida como siempre a mis pocos lectores pero fieles a esta historia.
Si les gustó, por favor dejen su voto.
Ciao.
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