•16•
Jungkook.
Mi polla tiene un apetito. Un enorme y muy particular apetito: Rubia, ojos como el cielo,con curvas que quizás ni ella sabe que las tiene y preferiblemente que no espere una historia amorosa de mierda.
Soy un maldito cretino, mi cabeza tiene un precio, no tengo tiempo para perderlo en relaciones.¿Que quiere? No fue suficiente ver lo que vio, mis reglas son simples. Según mi último terapeuta además de calificarme como sociópata, antisocial con conducta de riesgo, diletante del engaño y la manipulación, falta de autocontrol, impulsividad, también sufro de algolagnia, disfruto del dolor que causo en otros, un punto más donde Maggi es la excepción. Lastimarla a ella no trae ninguna satisfacción, por el contrario, solo una agonía incesante en mi interior.
Estar cerca de ella me vuelve estúpido e impredecible, eso arruina todo.
¡Mierda! La ansiedad comienza a consumirme, me importa y eso es una sentencia a muerte.
Tengo que hacer que me odie para protegerla. Aún si realmente ya no quiera estar cerca de mí, es para lo que soy bueno, arruinar cosas . Esto es estúpido. No puedo estar así,momentos perfectos en donde quiero protegerla de todos hasta de mí mismo.
Y momentos en donde quiero lastimarla para alejarla de mí. Y en otros donde no la dejaría ir nunca .
Debo poner mi mierda en orden.
Quisiera ponerla a temblar de miedo y de placer al mismo tiempo estoy enfermo de ella.
Estoy frunciendo el ceño ante el cristal de la ventana de mi camioneta,mientras el campo se agita. Algo apesta en éste lugar .
—Esto es un maldito desierto. —Le digo a Jimin— salgamos de aquí a kilómetros se nota que es una trampa .
Un llamado para una nueva entrega me hizo sospechar. La idea era venir solo para no arriesgar a nadie más.
Jimin da marcha a la camioneta para regresar a la carretera, cuando dos camionetas derrapan a toda velocidad hacia nosotros.
—¡Mierda! ¡Es una jodida trampa!
— Dime algo que no sepa—suelto irónico mientras giro mi cabeza analizando rápidamente la situación.
Jimin maldice y lo veo que con su mano libre saca el arma para cualquier movida de estos hijos de puta. El corazón se me acelera y sonrío como un loco mientras la sangre hierve en todo mi cuerpo. Mi pulso se acelera también y la adrenalina se apodera de mi mente.
Esto se pone divertido.
Escucho los primeros disparos que impactan en el blindaje de la parte de atrás de la camioneta.
Jimin mantiene la tranquilidad y dispara también.
—¡Dame el arma y conduce! —Mascullo.
—No, voy a matarlos ahora mismo.
Sin tiempo que perder, busco el arma que siempre guardo en la guantera y comienzo a disparar yo también.
Voy a demostrarles cómo se hace esta mierda.
—Conduce en reversa—Le ordeno y enseguida derrapa para quedar de
frente con los hijos de puta en un par de segundos. Muerdo mi lengua con diversión y les regalo una sonrisa.
Los dos comenzamos a disparar a quema ropa, ellos no se quedan atrás.
Le doy a los neumáticos a la primera camioneta e impacta rodando por todo el desierto, perdiendo el control.
Jimin ríe como un desquiciado, la otra camioneta se da por vencido y se detiene, es nuestra oportunidad para ir tras ellos.
—¡Frena! ¡Frena!
Doy un brinco entusiasmado y soy el primero en bajar de la camioneta y correr hacia ellos. Al fondo una tercera camioneta acelera tan cerca nuestro, haciéndonos caer al piso. Me levanto de nuevo y voy hacia los que aún siguen vivos, pero no por mucho tiempo.
—¡Daimon! —Me grita Jimin acompañado del sonido de un impacto.
Al instante veo caer un cuerpo,estaba por dispararme.Asiento en agradecimiento mientras le indico con señas que se posicione del otro lado. Él
asiente, mientras lo pierdo de vista. Me acerco cauteloso.
Dos de ellos están mal heridos y les quito el arma. El conductor se queja del dolor y me mira con miedo.
—¡¿Quién te mandó?! —Le exijo golpeando su cara.
Él se ríe de mí, es un maldito hijo de puta pero yo hubiera hecho lo mismo. Antes de que acabe con él, por fin se digna a hablar.
—Enviaste sus cenizas. Ahora te devolveremos el favor.
A mi mente viene el rostro de Jang el sobrino de Choi. Aquel que maté en la mansión. Ésta es la señal que estaba esperando.
—¿Por qué han tardado tanto? —bromeo.
La mafia que maneja mi padre está detrás de mí. Y no sabe que se trata de su misma sangre.
—Tu debilidad será tu fin—dice, mientras un hilo carmesí escapa de su asquerosa boca.
—No tengo una.
Lo suelto y cae sobre el pavimento.
—¡Mátame! —Me grita.
Me detengo y lo veo de reojo.
—No seré yo quien te mate. Ni que fueras tan importante asquerosa mierda.
Comienzo a caminar hasta mi camioneta, sus palabras calan en mi mente.
Escucho los disparos que me avisan que Jimin ha acabado con ellos.
Giro la llave poniendo la misma en marcha.
Jimin regresa a mí, a juzgar por su cara, sabe lo que nos espera.
—Fue una trampa.
—Has descubierto América,Jimin.—sueno irónico.
—Antes de dispararle al hijo de puta me ha dicho que no confiemos en nadie. ¿Sabes lo que significa?
—Significa que de ahora en adelante las personas que se nos acerquen,también serán una trampa. Que no te sorprenda que vaya a jugármelas todas. Ahora necesito un pase y putas, ¡debo celebrar!
Estoy cerca.
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Mis dedos están entrelazados en el cabello de una mujer, gimiendo cuando desliza su boca sobre mi polla. Me provoca, arrastrando su lengua alrededor de la punta de mi polla y mirándome, susurra—: ¿Te gusta esto? No contesto. Empujo su cabeza hacia abajo y exhalo cuando presiona sus labios contra mis bolas, cubriendo mi polla con sus manos, moviéndolas hacia arriba y hacia abajo. En las últimas dos horas, la follé contra la pared, la obligué a doblarse sobre una silla, y abrí sus piernas sobre el colchón mientras devoraba su coño.
Cuando ella me toma más y más en su boca, tenso mi agarre en su cabello mientras menea la cabeza arriba y abajo. El placer comienza a atravesarme, y los músculos de mis piernas se ponen rígidos,
Agarra mis rodillas y chupa más rápido, dejando que mi verga toque la parte posterior de su garganta. Sus labios permanecen envueltos alrededor de mí, sin dejarme otra opción que correrme en su boca. Y entonces traga.
Cada última gota.
Alejándose finalmente, se lame los labios y se recuesta contra el suelo.
—¿Quieres quedarte? Podemos pedir algo para comer y …
—No deberías decir eso—La corto antes de escuchar idioteces. Me levanto y subo la cremallera de mis pantalones. Me acerco al espejo que hay al otro lado de la habitación y ajusto mi corbata.
Miro por encima de mi hombro hacia donde está tendida sobre las sábanas de seda de la cama. Su piel color crema es lisa y suave; sus labios en forma de arco se encuentran ligeramente hinchados e inflamados. Sus ojos verdes se encuentran con los míos y lentamente se incorpora, abriendo las piernas y susurrando:
—Sabes que quieres quedarte.
Quédate…
Mi polla empieza a endurecerse, sin duda dispuesta a otra ronda, pero el mensaje de Jin diciendo que debo ir a la casa Watch me impacienta.
—No.—Echo un vistazo a mi reloj.—Recuerda no me llames si yo no lo hago.
—No lo puedo creer —Niega con la cabeza—. ¿Cuánto tiempo crees que podrás seguir haciendo esto? No sé tú nombre y ahora que lo pienso, jamás has preguntado el mío.
—No me jodas.—Me pongo la chaqueta—El mensaje fue claro,solo sexo.
— ¿Te mataría hablar conmigo durante unos minutos después del sexo?
«Mierda no va a callarse nunca»
Tomo mis llaves de la mesita de noche y camino hacia la puerta.
—Adiós. Cualquiera que sea tu jodido nombre. La próxima vez intenta no fastidiar y mantén esa boquita ocupada.
—¡Que te jodan!
—Tres veces fue más que suficiente. No, gracias.
—¡Todo esto te volverá un día, imbécil! —grita cuando salgo al pasillo—. ¡El Karma es una puta del infierno!
—Lo sé. —Me muevo hacia atrás—. Me la follé hace dos semanas…
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Tan pronto como llego a la casa Watch veo a los chicos en la entrada con sus armas. Eso no es buena señal.
—¿Qué carajos pasa?—pregunto llegando a ellos. Jin se acerca y mira sobre mi hombro las marcas en la camioneta de lo sucedido en la carretera.
—Entra, lo descubrirás con tus propios ojos.
Frunzo en ceño, sin entender una mierda.
Cuando me metí en todo esto, solo quería llegar a un objetivo, vengarme. Pero el tiempo me dió una familia,una que, aunque no la busqué, se ha convertido en mi vitalidad. Si éstos cretinos tocan a uno de los míos, voy a colgarlos hasta esperar que su carne se desprenda de sus huesos.
Pero la imagen que me recibe no es lo que esperaba. Una mujer, morena, hermosa,con ojos grandes, su rostro húmedo por lo que supongo ha estado llorando. Esa mirada de miedo, que solo trae a mi cabeza el recuerdo de Maggi aquella noche donde temía por su vida. El pecho se me hincha cada vez que mi mente pronuncia su nombre. Parezco un maldito puberto sintiéndome así ¿Qué mierda pasa conmigo? Debo de estar volviéndome loco para seguir recordando su nombre, su cuerpo semidesnudo en mi baño, su olor invadiendo mi cuerpo. Y las putas ganas que tengo de follarla.
—No eres el único que jode un plan.
La voz de Yoongi me vuelve a la realidad, me giro para verlo. No contaba con la posibilidad de que él estuviera aquí con una mujer que no sea su Italiana, aunque no creía que se quedaría de brazos cruzados. Manchas de sangre seca cubren sus manos, tiene un vendaje en su frente. Luce cansado y débil. Está lastimado,pero algo dentro de mi se alegra de verlo con vida. Camina hacia mí, cojeando. Mi querido amigo cortaré las pelotas de quién te haya hecho ésto.
—No recuerdo ningún plan de traer putas a la casa.—respondo.
Veo a la morena quien tiene los ojos puestos en Yoongi.
—Tampoco recuerdo el plan de traicionar a un amigo.—dice sin dejar de observarme.
Punto a favor, la verdad golpeando mi pecho. Sabía que esto pasaría.
—Un amigo que te sacó de la mierda,¿Realmente la quieres o es solo un capricho?
—¿A dónde quieres llegar? —gruñe.
—Es una italiana, conoce los movimientos de Takahashi. Podríamos infiltrarnos en su mansión.—interviene Tae.
Ignoro el comentario de Taehyung agregando otra pregunta a Yoongi.
—¿Realmente crees que siempre estarás bajo mi puño? No naciste para ello —declaro sin mirarlo, porque no puedo ver dolor en los ojos de alguien que siempre me ha importado. Aunque esto último jamás lo sabrá.
Me giro evadiendo miradas acusadoras, no necesito de esta mierda ahora. Y si lo hiciera, preferiría un lugar con menos gente detrás mío.
—¡Dios!—exclama Valerie.
Me giro en mi lugar,encontrándome a Yoongi con su Glock apuntando en mi dirección.
Sonreí.
—¿Esto significa que hemos terminado con el juego? —pregunté con sarcasmo.
—En ningún momento fue un juego, Jungkook.
Vuelvo a sonreir satisfecho, es fuerte, un asesino y tiene el alma podrida como la mía. Una pequeña extensión de mi. Algo que siempre ví en él.
Avanzo hasta la mesada de la cocina sintiendo la mirilla seguir mis pasos. Me detengo en el lugar de la morena rodeándola hasta quedar detrás de ella. Me inclino y aspiro su cabello cerrando mis ojos .
—Hola preciosa.—susurro en su oído.
Comienza a llorar sin consuelo. Levanto mi mirada con diversión y veo a Yoongi mojar sus labios. La tomo del cuello apretando con fuerza en un intento de escapar.
—Shhh,tranquila . Un mal movimiento y puedo romper tu cuello de cisne.
Vuelvo mi vista a Yoongi y sonrío.
—¿Te la has follado?
Da un paso firme hacia mí, sin apartar su mirada, ni su arma.
—Buen chico.
Suelto el tembloroso cuerpo de la chica y abro el último cajón sacando un revólver. Todos se tensan es sus lugares queriendo evitar lo que está apunto de suceder. Tengo solamente una bala y la introduzco en el tambor, para luego girarla y cerrarla.
Jugaremos.
La coloco sobre la mesa,dejándola en una posición donde estamos frente a frente y el revólver en el medio.
—Respira profundo, preciosa. — le guiño un ojo a la morena que está por entrar en pánico.
—¿Qué haces?—pregunta Yoongi desconcertado.
—Vamos a jugar con la muerte y cada uno hará una pregunta.
—¿Por qué lo haces de esta manera?—frunce sus cejas .
—Porque está claro que ninguno de los dos confía en el otro.—giro y lo miro.
Se me queda mirando por unos minutos. No le tiene miedo a la muerte,tampoco yo. Ahora su mirada es fría cuando dice:
—De acuerdo— guarda su arma en su cintura.
Ambos miramos el revólver , esperando quien la toma primero. Está claro que no dejaré que muera, por lo tanto, tomo el arma.
—Pregunte lo que quiera, señor Min. Cinco preguntas.
Sé que tiene millones de preguntas por hacer, pero la más importante no la hará, lo puedo ver en sus ojos.
—¡Basta! ¿No van a hacer nada?—súplica Valerie mirando al resto. Saben que no deben mover un dedo,nadie va a interferir por qué es así cómo lo resolvemos.
— ¿Fuiste al club sabiendo que no la entregarías?—Su voz suena firme y cargada de dolor.
—No es una pregunta muy inteligente de su parte, señor Min.—mantengo mi temple.
—Responde.
—No sabía que debía entregarla.
—¡Eso es mierda!
—Supongo que tendrás que ser más específico la próxima vez.
Apoyo el revólver en mi cien y tiro del gatillo. El clic es como una melodía sensual en mis oídos.
—¿Por qué no viniste a matarme la misma noche que no te traje a Donna?
—No pude hacerlo.
Click.
Nada.
Niego con mi cabeza ante su respuesta. Y veo que lo hace enfurecer más.
—Te creés mejor que tú padre ¿Cierto?
No me sorprende esa pregunta. Llevo el revólver a mi cabeza.
—No.—aprieto el gatillo— Soy peor.
Las miradas de todos empiezan a humedecerse por la tensión del momento.
—¿Enviaste a Taehyung a negociar con Nishimura proponiendo el intercambio?
Lo veo vacilar, no se esperaba que supiera eso. Y jamás se lo hubiera cuestionado,si él no me apuntaba primero.
—Yo puedo explicarlo—interrumpe Tae.
—¡Cierra la boca!—Le ordena Yoongi.
Un suspiro largo sale de sus labios mientras lleva el revólver a su cabeza.
—Si.
Y otro click suena como eco en mi interior.
Es la última, es mi turno de tirar del gatillo y sólo queda un intento más, el mortal. Pero su expresión cambia cuando dirijo la punta del cañón a la cabeza de la morena.
—Haga su pregunta, señor Min.
—¡Daimon!—intenta dar un paso.
—¡No hagas que me repita!— comienzo a perder la paciencia.
—¡Per favore non uccidermi!—solloza la italiana juntando sus manos, rogando.
—No lo hagas, Jungkook.
—Es tu jodida pista, es todo lo que tienes para llegar a Donna. Si la mato, te quedas con las manos vacías.
—¡Por dios!¡Paren esto!—dice Valerie queriendo avanzar y Taehyung la detiene entre sus brazos. Jimin los mira tensando su mandíbula.
—Haz la pregunta.—repito se que quiere hacerla , necesito que lo diga
—¡No!—Grita llorando la chica.
—Por favor, no lo hagas.—le pide Valerie a Yoongi.
Es mi ancla con el mundo, una debilidad la cual cargo en mis hombros y se que no me cansaría nunca. Pasan unos segundos hasta que su pregunta es la deseada.
—¿Iremos por Donna?
Estoy luchando por mantener la calma, con no perder el control,mi ira no está cooperando. Suspiro y lo analizo .Ver la herida en su frente,tampoco ayuda al torbellino en mi interior. Esto no debió pasar. Debo unir al equipo de nuevo.
—¡No!—respondo con dureza, tirando del martillo.
La morena se cubre con sus brazos, sus gritos que abarcan toda la estancia. Desvío mi puntería al suelo,disparando la última bala.
El sonido perdido en los cimientos.
Levanto la mirada mientras todos me observan. Sonrío con malicia,pasando mi lengua por mi labio, saboreando el éxtasis.
— Iremos por Takahashi ... y traeremos a Donna— sentencio.
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Ciao.
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