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•11• Parte 1

Noche de principiantes

Club Fetichista

Pueblo Garden Barón

23:00 P.M

Maggi.

El enorme edificio de piedra se cernía sobre los extensos terrenos como un castillo tenebroso o al menos para mí lo era.Después de que un hombre llamado César me comunicó que Jungkook ya estaba en Garden Barón y que él debía traerme solo a mi , los nervios y la decepción no me dejaron en paz hasta llegar. Esas clases de actitudes de su parte eran denigrantes simplemente soy basura para él.

Sacudí la cabeza ante esa vista intimidatoria del lugar, ante el pensamiento de lo que la noche me pudiera deparar allí una vez dentro.

Seis meses atrás volvía a la vida,me prometí a mi misma volver a empezar y eso incluía dejar de hacer cosas estúpidas. Me cuestioné una y mil veces si lo había dejado de hacer. Y ahora estoy aquí en mi pueblo natal con un asesino en un Club de BDSM.

¿Me he vuelto loca?

—Debe descender del vehículo—.César es de pocas palabras. En realidad no me habló en ningún momento.

—¿Ahora?—intento sonar piadosa.

—Si.— sonó firme y conciso .

—Podría esperarlo aquí,no tengo apuro...

—Salga del vehículo—sentenció.

Fue un poco directo pero no podía esperar menos de alguien que trabaja para él.

Mis manos temblaron en la puerta del auto no sabía si podría caminar con estos tacones de diez centímetros que Leslie insistió que me pusiera con un vestido largo blanco y ceñido con tirantes. Valerie se decidió por un labial rojo intenso, según ella era mejor que mi brillo.Me tomó varios minutos cuando visualizé mi cuerpo entero en el espejo,mi cabello suelto con algunas ondas en las puntas. Nunca me vestía así,no me dejaban mostrarme.

Mis pasos chirriando en el asfalto, avanzo por la puerta principal y él no está. Indago en mi lugar pero no lo veo.

Estoy sola.

Hay una pequeña sala de estar, donde un enorme guardia de seguridad está detrás de una mesa con una lista.

Me quedo de pie a esperarlo un tiempo más mientras veo a las demás parejas entrar.

Del montón de gente que se mueve alrededor,me llama la atención un hombre con cabello rubio,era atractivo pero su gesto era serio.

Aferró el brazo de la mujer que estaba llegando y la arrastró por la puerta principal. Ella se resbaló un poco, y él forzó su agarre.

―Maldita sea, eres lenta mueve el culo y apresúrate.

La mujer le sonrió nerviosa y prosiguieron su camino.

Los minutos pasaban y mis ojos se llenaron de lágrimas y el nudo en mi garganta que no me abandonaba.

Miro a mi alrededor asustada.

¿Y si no viene?

Están jugando conmigo y yo esperando como una idiota. Se burló de mí.

Se burlaron. Leslie, Valerie, seguro están riéndose de mí en alguna parte.

Vuelvo a salir a pasos apresurados intentando volver con César para irme de aquí.

Acomodo mechones de mi cabello que se interpusieron en mi rostro pero maldigo al chocar con un cuerpo enorme.

Esencia picante invadiendo mis sentidos. Me mareo un poco porque solo un hombre huele así de increíble. Busco sus ojos, al instante los detecto iluminados pero extraños ,como si la mierda que lo persigue desapareciera al verme.

Vestía pantalones negros hechos a medida y una camisa de seda negra que delineaba sus fuertes proporciones debajo,una chaqueta del mismo color. Su pelo está perfectamente peinado esta noche.

—¿Estás huyendo de mi, muñeca?—. Ladea la cabeza y sonríe ligeramente.

Todo en Jungkook es una obra de arte,pero su sonrisa roba cualquier ardiente pensamiento.No me pasa desapercibido el tono juguetón en su voz.

—Si, no. No lo sé— tartamudeo.

Nuestras miradas se encuentran y observa con atención mi rostro, me siento tímida, aliso mi vestido pero solo quiero secar mis manos transpiradas. No sé por qué sudan mis manos cuando su cuerpo está cerca del mío.

—¿Por qué tienes esa mierda en tus labios? —gruñe. Y su cara de asco se hace presente .

No me deja responder, acto seguido me extiende un pañuelo blanco.

—Quítatelo, no lo necesitas—. Sus ojos se oscurecen varios tonos. Estoy temblando bajo su mirada.

—Valerie dijo que se vería mejor.

—No lo uses, jamás.

—¿Por qué?

Sin entender,apoya su pulgar en mi boca y lo desliza, borrando una buena cantidad de labial.

—Por qué el color de tus labios es suficiente.

Los nervios y la angustia que sentía hace unos momentos le dan paso al calor incontrolable y éste se instala en mis mejillas.La voz ronca, pero entusiasmada del guardia nos interrumpe.

―Buenas noches, señor.

Jungkook se acerca entregando unos papeles, el guardia termina de mirarlos y se los entrega a otro hombre.

—Señor tomaré su chaqueta. Y ... ¿Señorita? Puede dejar sus zapatos conmigo, si gusta.

—¿Mis zapatos?—lo miré con extrañeza .

Jungkook me dirige una mirada de disgusto a lo cual accedo y me los quito sin quejarme.

—Gracias. Pasen por aquí, por favor— el guardia señala hacia una puerta en la pared derecha, el camina adelante, dejándome atrás.

Me hace sentir realmente como su sumisa, sin embargo... no es poder el que juega aquí, es su ego el que batalla.

Término de quitarme el labial y guardo el pañuelo en mis senos,avanzo por el frío piso y me coloco a su lado.

La duda no me dejará en toda la noche así que intento preguntar.

—¿Por qué no te pidieron que los entregues a ti también? —me mira con el ceño fruncido. —Los zapatos. — digo en voz baja señalando sus pies.

Sacude su cabeza negando y continúa caminando, lo sigo dentro de una gran habitación con una exuberante alfombra marrón oscura y cremosas paredes blancas.

Antes de que llegáramos a la puerta, me empuja con brusquedad en un pasillo,su mano detrás de mi cabeza impide que me estrelle contra la pared, los dedos de su mano se clavan en mi cintura.

―Habrá otros Doms principiantes ahí dentro— musita tan cerca de mi rostro que percibo en su aliento un licor dulce. Coloca un mechón de pelo detrás de mí oreja y desliza su pulgar en mí cicatriz mientras habla.—Recuerda que estás conmigo. No mires a nadie más. No hables con nadie.

―Bien.—contesto simplemente.

―No. Aquí es, si señor.

—Entiendo.

Da un respiro profundo y presiona más su pecho contra el mío, me mira de forma impasible, como si estuviera a punto de explotar. Muerde su labio y se acerca hacia mí oído.

— Nunca cometas el error de jugar con mi paciencia. Podría ser el último.—su mano se inclina un poco más hacia mi cadera, la amenaza clara, haciendo que mi pulso se acelere, sus ojos pegados a los míos, su voz un susurro contra mi piel—. Pero eso no quita mí deseo de ponerte de rodillas; justo aquí, justo ahora, ordenarte que abras esa jodida boca y tomes mi polla hasta lo profundo de tu garganta.

Dios mío.

¿Hace calor aquí?

Asentí, perdida en mis respiraciones.

— Cuida esa boca y no hables a menos que te de permiso.

—Si,señor.

—Repítelo.

—Si,señor.

Sus ojos brillaron con algo, algo que  no podía ubicar. Se aleja lentamente con una leve sonrisa y en su mirada solo hay una emoción extraña.

¿Éxtasis?

Mi respiración se había detenido incluso mientras un desconcertante placer se movía a través de mis piernas. Leslie tenía razón en el tema de tener las bragas húmedas.

Mis ojos se abrieron cuando pasamos a la enorme sala, miré a mi alrededor. Una barra circular de oscura madera instalada en el centro , luces rojas sobre las mesas sillas, sofás y mesas ratonas.

Unas cortinas creaban pequeñas zonas aisladas. No entendí la razón. En la esquina derecha había una pista de baile donde la música sonaba con un ritmo vibroso.

Mis pasos se iban desacelerando al darme cuenta de que los miembros del club estaban vestidos con ropa provocativa, cueros y látex muy ajustados.

Me trago la expresión de asombro cuando veo, a la que supongo, es la
administradora,desnuda de la parte de arriba con ...

Mi boca se abre pero la cierro al instante. Actúa normal.

—Señor,Dam. Señorita, Beth. Síganme por favor.

Tantos nombres para inventar y justo ese me eligió.

Jungkook me mira con risa burlona, sabe que estoy gritando por dentro como una niña. Y así es, es que ... Por dios, tiene pinzas en los pezones.

Evitar llevarme las manos a mis tetas apaciguando un dolor inexistente, fue todo un logro. Por más que haya leído al respecto luce mucho más grotesco ver éstas cosas en vivo y directo .

La mujer nos dirige delante nuestro, danzando sus caderas en un vaivén muy sensual y Jungkook no le quita los ojos del culo.

Más allá, otra pequeña zona estaba acordonada, intenté no detenerme pero mi respiración de asombro no cesaba,cuando veo a una mujer desnuda colgada de las muñecas esposadas.

Un hombre bajo y musculoso vestido sólo con pantalones de cuero negro tachonado estaba detrás de ella golpeando un delgado bastón sobre su palma abierta.

Probándolo.

Con un susurrante sonido, el palo de madera golpeó contra las nalgas desnudas de la pelirroja. El sonido me hizo temblar incluso antes del fuerte grito de la mujer.

Es consensuado, me repito.

El hombre se había detenido, y... la mujer se estaba riendo, su sensual voz,
obviamente,más excitada que adolorida a pesar de la marca roja rayando su piel. Echando un vistazo por encima del hombro, la pelirroja movió su trasero ante nosotros.

—Que disfruten la noche— dice la mujer indicándonos el lugar, es el rincón de las cortinas.

Es algo más íntimo pero al mismo tiempo las largas cortinas transparentes que simulan ser paredes no dejan nada a la imaginación, se podía presenciar todo lo que la pareja contigua hacía.

Un sillón de dos cuerpos y en medio una mesa ratona con dos vasos y una botella es toda la decoración.

—¿Vienes aquí conmigo o quieres participar con ellos?—-Tomó la botella  sirviendo en un vaso sin mirarme.—¿Whisky?

Las manos me sudan como un cerdo,mi corazón está a punto de un colapso nervioso y yo,no sé ni dónde estoy. Tampoco es como si pudiera pensar, todo lo que recuerdo es a él diciendo: Mi polla hasta lo profundo de tu garganta.

Nada tan directo como eso. Lo peor es que en algún punto muy perverso dentro de mí me encanta.

—Sí —. Aclaro mi garganta de forma educada y tomo asiento alejándome un poco.

—Tranquila, no voy a comerte.—Toma su vaso de whisky y bebe dejando húmedos sus labios,pasa la lengua lentamente en ellos mientras sonríe algo macabro pero increíblemente sensual.

Sacudo mi cabeza al notar que quede paralizada ante su gesto.

—Estoy tranquila—miento. El olor a sexo impregnaba el aire alrededor nuestro.

Otra vez una comisura de su labio se eleva.

Cristo, que no se note cuanto me gusta eso.

—¿Por qué estás nerviosa?—vuelve a hablar pacífico.

—Tú—digo sin controlar mi respuesta.

—¿Yo?

Un hombre interrumpe con una libreta en sus manos. Los nervios se están apoderando de mi cuerpo y antes de dejarlo hablar suelto mi orden presurosamente.

Veo la sorpresa en su rostro cuando pido una hamburguesa con doble queso, tomate, sin pepinillos y una Pepsi.

Jungkook está tratando de contener una risa mientras el mesero mira confundido y no comprendo.

—Los papeles están en orden. Libres de cualquier enfermedad.

Recibe la libreta mientras el hombre se retira sin decir más nada. No sé si morir de vergüenza o preguntarle cómo carajos hizo para falsificar una libreta de salud.

—¿Cómo...? —. Apunté a los papeles algo desconcertada.

—Contactos. ¿Te has informado?¿O solo aplastas el culo en el jardín a leer novelas?—chasquea su lengua algo molesto.

—¡Que gracioso! Tenía una jodida libreta,hay una mesa. Pensé que podía pedir algo para comer—crucé mis brazos molesta.

—¿Hambrienta?—dice mientras apoya la mano en su entrepierna y me guiña un ojo— Puedo dejarte que bebas Pepsi de aquí.

Tomo el vaso de whisky y bebo el líquido como si fuera agua, mantener una conversación con este hombre será difícil.Es intenso,solo llega y dice lo que piensa sin ningún tipo de filtro. Necesito controlarme, no puedo evitar el sonrojo que cubre mi rostro de forma vergonzosa, tampoco el martilleo frenético de mi corazón.

—Ese color en tus mejillas es ardiente. ¿Te sonrojas así en otras partes? Me gustaría ver eso...mucho.

Me atraganto y comienzo a toser.

—¿Siempre eres así?—Me limpio con el pañuelo que me dió en la entrada. La sangre corría por mis mejillas, llameando con vergüenza.

—Estuviste a punto de envolver esos lindos labios alrededor de mi polla, así que no intentes ser una niña buena conmigo—se inclina hacia adelante,toma mi mejilla en sus manos.

Trato de alejarme de él y clava los dedos en mi mandíbula ,me tira hacia atrás para poder mirarlo.

—¿Quieres saber qué es exactamente lo que le hago a las personas que se meten donde no deben?

—No —jadeé. Y no lo quería saber.

—Podría presentarte a alguien que puede decirte de primera mano, muñeca,pero ninguno de ellos está respirando en este momento—. Su voz se hizo más fuerte, su mirada fría como hielo se desliza por arriba de mi hombro, me suelta de su agarre, volviendo a su lugar.

Me giro para encontrarme con la llegada de sus hombres ,lo sé por que reconozco a uno de ellos.
El de pelo azul,rostro perfilado, su mirada hacia mí destila odio.
El otro hombre que está con él no lo he visto antes, es mucho mas alto,pelo castaño, moreno. También me mira y noto como muerde el interior de su mejilla.

Jungkook por su parte adopta de repente una actitud diferente,para nada el joven juguetón de hace un momento, es como si delante de ellos, necesitara colocarse una máscara.

Los dos cruzan sus brazos y permanecen vigilante a cada movimiento nuestro.

—¿Que pasa?—lo miro interrogante. Sus ojos se ponen con un aura fría.

Es distante y cruel—. Si estoy aquí es para hacer negocios, demostrar poder y crear alianzas. Eres mi carnada— suelta tosco .

Todo me gira, siento mis manos temblar sin control. Mi dignidad está otra vez herida y él solo sigue burlándose de mí.

— No — lo reto de forma automática abriendo mis ojos asustada. Van a matarme y regresar a Soley como si nada, podrían inventar cualquier cosa para mis tíos, luego de ellos no tengo a nadie más quien pregunte por mi.

Cometí un error .

—¿No?... Al suelo,ahora— su voz me hizo reaccionar.

Sabía lo que significaba , era una orden y aunque no era su maldita sumisa debía actuar como tal. Podía dejarlo como un gran idiota y no hacerlo. El nota que estoy dudando e inclina su cabeza invitándome a mirar hacia la entrada. Sonríe nuevamente con su tono sádico.

Me giro para observar a un hombre que llegaba a la gran sala.
Está vestido completamente con cuero negro, seguido por una mujer también descalza,con la cabeza gacha, sus muñecas esposadas.

De alguna forma ,muy suya, estaba diciéndome que podría ser peor , por lo tanto, me dejo caer al suelo, apoyándome sobre mis talones con la mirada baja justo al lado de sus pies.

Juro que si me acaricia la cabeza, me largo de aquí sin importar nada.

Podía sentir lo divertido que le parecía todo esto sin siquiera mirarlo. Es hermoso pero un maldito cabrón .

Noto por el rabillo de mis ojos las luces parpadeando, no puedo levantar la vista a menos que me lo permita. El sonido de la música se eleva y me percato que una especie de show va a comenzar.La voz entusiasta de una mujer se escucha a través de un micrófono.

Varios minutos después del monólogo mis rodillas duelen no estoy acostumbrada a estas cosas , sigo sin entender cómo puede causar placer esto. Elevo mis pestañas lentamente y
lo veo observarme,sentado con un pie arriba de su rodilla mientras la mueve, está inquieto.

Sus hombres permanecen detrás de las cortinas y cada tanto les dirige una mirada con ira.

—De pie— me ordena.

Una pareja se acerca con un carraspeo grueso , Jungkook pierde cualquier indicio de humanidad en su rostro.
Se levanta y me pongo de pie a su lado mientras veo esa sonrisa siniestra asomarse.

—Señor Nishimura—saluda fingiendo cordialidad.

—Daimon— le responde el otro.

Coloca sus manos en los bolsillos dirige su mirada hacia mí y descaradamente da un repaso de mi cuerpo, mojando sus labios cuando su mirada cae en mi escote.

—¿No vas a presentarme a tu acompañante?

—Beth—respondo sin medir las consecuencias.

Jungkook me fulmina con la mirada.

Mierda, Mierda...

Observo a la pareja que está frente a mi,cuando me doy cuenta que es el hombre rubio de la entrada, rodeará los veintiocho años, bien peinado, ojos cafés comunes, pero de alguna
manera asustan y una sonrisa de burla adorna sus labios, trata de lucir más alto adoptando una posición recta, es pequeño, bajo de estatura en comparación a Jungkook. La mujer a su lado es imponente, de una melena negra lacia y ojos de diferentes colores, uno es grisáceo y el otro una lucha entre verde y azul, sus labios gruesos pintados de un rojo a juego con su vestido, ahora trae un jodido collar de perro.

Mascota. Lo recuerdo, algunas sumisas toman la actitud de ser un animal de compañía.

Pero está mujer tiene su mirada perdida, ida en alguna parte, tiene moretones en el cuello, algunos más difuminados que otros y es flaca,extremadamente delgada. Algo no está bien aquí ,en realidad nada está bien en este momento y lugar. Siento que está aquí, obligada. En algún punto su aspecto me trae recuerdos hirientes.

—¿Beth? —dice mientras se rasca la barbilla prominente—¿Qué clase de sub eres? Si fueras mía, castigaría ese culo desobediente aquí mismo. Hablar sin que tú amo te ordene-soltó una carcajada— necesita disciplina .

Mis piernas flaquean con mi respiración irregular, cuando comienza acercarse a mi.

Miro sus ojos cafés donde solo destella altanería.

—Si quieres hablar de negocios mejor pasa al salón privado— sentencia Jungkook interponiéndose entre Nishimura y yo con sus puños apretados.

El castaño tensa su mandíbula y tira de la correa. La chica, su esclava en realidad, hace una inclinación de cabeza y discreta me da un repaso antes de marchar tras él.

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