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Capítulo 8: Primera parada.

Flashback...

Hace once años...

En una isla del South Blue...

Narrador omnisciente

_ ¡Si les decimos que tienen que pagar los impuestos, deben pagarlos! _ se escuchan los gritos de un sargento marine hacia los pueblerinos de la isla.

_ ¡Por favor, se lo suplicamos! ¡Denos más tiempo para juntar lo que necesitan! _ se escuchaba rogar a un anciano por los demás que estaban con él, pidiendo más tiempo y otra oportunidad.

_ ¡¿Saben que ocurre a los que se oponen al Gobierno Mundial?! _ grita el sargento desenvainando su espada. Los marines que están con él observan el gesto y comienzan a apuntarles con sus fusiles.

_ ¡POR FAVOR, PIEDAD! _ ruega una joven madre, apegando más a su pecho su bebé en brazos, que lloraba asustado.

_ ¡PREPAREN! ¡APUNTEN,...! _ espeta el sargento, listo para fusilarlos.

_ ¡¡¡SARGENTO TOSHIRO!!! ¡¡¿¿QUÉ CARAJOS CREE QUE ESTÁ HACIENDO??!! _ se escuchan las exclamaciones de evidente enfado y molestia en la distancia.

El sargento se da media vuelta, poniéndose nervioso ante la imponente figura de su superior...

_ Comodoro Ryan... no esperaba verlo aquí. _ comenta con una sonrisa nerviosa.

El Comodoro Walker Ryan, próximo a título de Vicealmirante, es el más temido de los marines de menor rango que él. Se dice que es más fiero contra los marines que con los bandidos o piratas.

Su aspecto es bastante elegante para un "militar cualquiera". Su cabello rubio esta rasurado en la zona de sus sienes, mientras tiene un copete en la frente; sus ojos grises, daban profundas y frías miradas que podían estremecer a cualquier ser vivo. Su uniforme blanco, destaca lo pulcro y ordenado que es; y su imponente figura, con una altura de 2.24 metros, le da más... prescencia, lo hace destacar más. Y eso sin contar con su físico bien trabajado, producto del arduo entrenamiento marine.

Con un largo de 1.60 m solamente contando la hoja, no la empuñadura, su espada de hoja recta y de doble filo se encuentra colgada y ceñida a su espalda. Le da un toque de temor a su imagen, incrementado más con su constante gesto de desagrado, seriedad, y enfado en su cara.

Se dice que es muy poderoso, y eso que no es usuario de una Akuma no Mi. Se rumorea que iguala en fuerza al mismísimo Héroe de la Marina, el Vicealmirante Monkey D. Garp.

_ ¿Alguien puede explicarme que es lo que sucede aquí? _ interroga sin cambiar su cara de enfado. Da temor tanto a los Marines, como a los civiles.

_ Etto... ¡Los pueblerinos se niegan a pagar impuestos, señor! _ informa el sargento con firmeza, aunque en el interior de su ser sigue en un estado de nervios.

_ ¿Y qué con eso? _ cuestiona el Comodoro restándole importancia.

_ Solo seguimos órdenes. _ le comunica el Sargento Toshiro.

_ ¿De quién? _  Ryan cuestiona fríamente. Se acerca hasta quedar a escasos centímetros de distancia del sargento. _ ¡¡YO SOY SU SUPERIOR, Y NO EXPEDÍ UNA ORDEN DE MATAR A CIVILES INOCENTES!! _ le reprende severamente. Luego dirige su mirada hacia los demás marines. _ ¡¡¿¿Y USTEDES, QUE CREEN QUE HACEN??!! ¡¡BAJEN SUS ARMAS!! _ les ordena a todo pulmón, haciendo que los marines las bajaran, por temor a enojarlo aún más.

_ Señor, sino... _

_ ¡USTED, NO TIENE EL RANGO PARA DECIRME QUÉ HACER, SARGENTO! ¡RETÍRESE AL NAVÍO! ¡¡INMEDIATAMENTE!! _ le interrumpe. El sargento realiza el saludo militar nerviosamente, y raudamente se retira a su correspondiente navío. El Comodoro dirige su mirada hacia los pueblerinos, que se encuentran atemorizados con la prescencia del mismo.

_ Y ustedes... ¿Cuál es el inconveniente que les impide cumplir sus deberes como ciudadanos del Gobierno Mundial? _ les cuestiona seriamente, suavizando levemente el tono de voz, hacia los pueblerinos. Un niño da unos pasos al frente, colocándose delante del grupo. Su altura rondaba hasta por debajo de la cintura de Ryan.

_ ¡¿Quiénes son ustedes para tratarnos de esa manera?! _ cuestiona el pequeño con enfado. _ ¡Ya es suficiente tratar de lidiar con los bandidos! ¡¿Y ahora quieren que les paguemos impuestos?! Ya le he dicho al sargento, ¡Se supone que los Marines deben protegernos! ¡¿Qué pasó con eso?! ¡Ya perdí a mi padre, haciendo su trabajo de protegernos! _ exclama esto último con lágrimas en sus ojos. Mientras habla el niño, algunos lo sujetan para que no se abalanzara hacia el Comodoro.

_ Muchacho... ¿terminaste? _ Ryan pregunta fríamente. El niño se encuentra en un estado de ira, impotencia y tristeza, pero asiente callado con la cabeza en alto. _ ¿Cómo es posible que, de un montón de personas adultas, solo un niño tuvo las agallas de enfrentar lo injusto? _ expune seriamente, ligeramente molesto, y con la misma frialdad. Todos, a excepción de algunos, se quedan apenados por lo que les dijo el marine.

_ Díganme donde se encuentran los bandidos. _ les ordena el Marine.

_ Yo sé dónde están. _ responde el niño.

_ Bien. Nos guiarás. _ indica seriamente. Con una seña al cabo que se encuentra a su derecha, fue a conseguir refuerzos. _ ¿Cuál es tu nombre, joven? _

_ Maburo. Kaze Maburo. _ le responde con seriedad.

Momentos después...

Los bandidos, alrededor de 68 hombres, se encuentran festejando festejando, ajenos a todo lo que ocurre a su alrededor.

El Comodoro, se encuentra agazapado, cerca de unos arbustos con el joven; el teniente Kiraze, su hombre de confianza; y algunos marines más. Con unas señas a su hombre de confianza, empiezan a rodear a los bandidos.

_ Maburo, quédate aquí. _ le ordena con frialdad _ No te muevas de aquí. _

_ Pero quiero pelear. _ replica el joven.

_ No eres marine, estorbarías. _ le vuelve a decir con frialdad. Pero viendo que el joven insistía, decide por lo siguiente. _ Si quieres ayudar, avisa a los demás hombres nuestra ubicación. _ Dicho esto, el Comodoro se incorpora y camina hasta donde estan los bandidos, al mismo tiempo que el niño se retira a hacer lo comandado.

_ Buenas tardes, caballeros. _  saluda con seriedad y cortesía, haciendo que los bandidos reaccionen, algunos aún bajo el efecto del alcohol.

_ ¡¿Q-quién eres tú?! ¡Responde! _ exclama el aparente líder.

_ Oiga jefe, es un Comodoro de la Marina. _ le comunica uno de sus hombres con un poco de temor por el rango, ya que no cualquiera podía conseguir altos rangos en la Marina si no es lo bastante poderoso... o rico con alto rango social, que no es este caso.

_ Efectivamente, y por sus crímenes contra los ciudadanos de esta Isla, será arrestado inmediatamente. _ informa, manteniendo la seriedad y frialdad que le caracterizaba.

_ ¡Jajajaja! _ se carcajea el líder. _ ¿crees que tú solo nos vencerás a todos? _ cuestiona burlón. Los demás empiezan a rodearlo.

_ Ahhh... _ suspira pesadamente. _ Yo esperaba tener un combate mano a mano con usted... pero viendo que es un cobarde... _ el Comodoro espeta esto último con desprecio.

_ Esperen, muchachos. _ les ordena el líder. _ ¿Cobarde yo?... Le daré el placer de que yo lo mate. _ indica con una sonrisa cínica.

_ Entonces haremos así: si usted gana, nos iremos y el pueblo será suyo, y tendrá impunidad total con la Marina. _ El otro sonríe ante la propuesta. _ Si gano yo, todos se pudrirán en la cárcel. _ concluye el marine.

El bandido acepta y saca su sable. Ryan realiza lo mismo con su espada de doble filo que colgaba de su espalda. El bandido se acerca a darle un corte, pero Ryan con su arma  golpea la espada de su adversario con fuerza, haciendo que esta se quiebre al instante.

El líder queda impactado por el suceso, mientras que Ryan lo espera con la espada en su mano izquierda. El rufián se abalanza hacia él, sacando una daga de entre sus ropajes.

_ "SHIGAN"  _ exclama Ryan, y con sus dos dedos (índice y mayor), perfora la carne de su hombro derecho y ambas piernas, dejándolo incapacitado para seguir peleando. El bandido se encuentra quejándose de dolor.

_ He ganado, están todos arrestados. _ comunica con frialdad.

_ ¡MATENLO! _ grita con rabia el líder. El resto se abalanza hacia el mayor. Este solo niega con la cabeza

_ Nunca aprenden... ¡"SORU"! _ exclama el Marine, realizando pocos movimientos rápidos. En menos de cinco segundos acaba con diez bandidos, provocándoles cortes graves en sus cuerpos. Uno de los bandidos le efectúa disparos con su pistola. _ "KAMI-E" * _ empieza a esquivar las balas con suma facilidad. Al mismo tiempo que un bandido, armado con un mazo de gran tamaño, se acerca por detrás del marine, dispuesto a efectuarle un severo golpe. _ "TEKKAI" _ exclama, haciendo que el mazo se rompa ante el endurecimiento del cuerpo del mayor. Acto seguido, el marine propina un fuerte puñetazo a su agresor quien lo ataca por la retaguardia. _ Sería una lástima que la fiesta se acabara. _ exclama elevando un poco la voz.

Inmediatamente, los marines salen de sus escondites y comienzan a luchar contra los bandidos. En menos de cinco minutos, los bandidos fueron totalmente derrotados.

Llevan a sus muertos, heridos y los que se habían rendido, para ser entregados. Los pueblerinos reciben a los Marines con alegría, después de que vencieran a los bandidos.

_ No se preocupen. _ les comunica Ryan con su actitud habitual. _ Con las recompensas de los bandidos, sus impuestos han sido pagados. _ solo escucha los agradecimientos de los pueblerinos. Se dirige a su navío, cuando...

_ ¡Ryan-san! _ escucha los llamados del joven Maburo.

_ ¿Qué es lo que quieres, muchacho? _ pregunta fríamente, volteándose a ver.

_ Gracias... por todo lo que hizo. Me disculpo por juzgarlos mal. _ se disculpa sinceramente, dando una reverencia.

_ ¿Sabes cómo me lo puedes agradecer? _ indica seriamente el Marine _ Defendiendo a los demás de los abusivos. Hazte fuerte y cumple con eso. Así me lo agradecerás. _

_ ¡Eso haré, señor! _ exclama dando una posición firme. Ryan le dedico una pequeña sonrisa de lado, antes de voltearse y subir al navío.

Ese joven... le hace recordar bastante a su hermano Jack. Cuando lo encuentre
le contará sobre él...

Fin Flashback...

Actualidad...

Narra Ryan

_ ¡¡ISLA A LA VISTAAA!! _ Usopp exclama a todo pulmón.

Pasaron varios días desde que desperté de mi inconsciencia. Y lo único que he hecho estos días fue ver el mar, pescar con los jóvenes, charlar con Robin mis historias (aunque, sinceramente, a veces me pone nervioso estar con ella), trabajar en lo que podía en el navío, entre otras. Igual me encuentro un poco agotado... más bien cansado. Aunque no lo noten los demás, me cuesta dormir por mis constantes pesadillas.

Dejando de lado eso, me emociona el hecho de que haya una isla al fin. Después de tanto tiempo, puedo "estirar las piernas un poco".

Al llegar a la playa apartada de la pequeña ciudad que se encontraba a varios kilómetros de distancia, decidimos que: Luffy iría con Usopp y Chopper; Zoro con Nami y Robin; y yo con Sanji, mientras que Franky cuidará la nave. Pero antes de que se organicen, pierdo de vista a alguien...

_ O-oigan muchachos... _ les llamo, todos voltean a verme. _ ¿Y el espadachín... Roronoa Zoro? _ cuestiono confundido por no verlo con nosotros.

_ Seguramente se volvió a perder, jajaja. _ comenta Luffy carcajeándose.

_ ¿Y eso es normal? _ indago extrañado.

_ Sí, sí lo es. _ responden al unísono, haciendo que me caiga una gota de sudor en la nuca.

En fin... nos dirigimos al pueblo, separándonos en los grupos asignados. Sanji y yo debemos conseguir las provisiones, pero antes le pido buscar un banco entre ambos, de ser posible, una sucursal del "Banco Mundial".

Minutos más tarde...

Logramos encontrar una pequeña sucursal. Acuerdo con Sanji para reencontrarnos en el puerto en media hora.

Ingreso al banco a retirar el dinero que tengo en mi cuenta...

¿Qué? ¿No lo sabían?...

Guardé parte de mi salario desde los 15 años de edad, mientras trabajaba en la Marina, así que tengo bastante. Eso y otras inversiones que tuve... que no vienen al caso...

El trámite durá más de 30 minutos. Finalmente logro retirar todos los fondos que tengo guardado. Agradezco que la notificación no haya llegado a esta parte del mundo aún, ya que mi cuenta se encuentra congelada... clausurada, confiscada, o como le quieran decir.

Debo confesar que presioné un poco a los administradores que dudaban de la veracidad de mi cuenta... bueno me excedí cuando agarré a uno de los gerentes, por el cuello, cuando quería cerciorase de que era el propietario de la cuenta.

No tengo tiempo para eso...

Como sea... luego de la escena, me dirijo al encuentro con Sanji  en el lugar convenido. Observa extrañado los cinco maletines, a los que tengo unidos a una cadena, y a su vez esposados a mi brazo.

_ ¿Y esos maletines? _ cuestiona curioso.

_ Los ahorros de mi vida. _ le informo seriamente. Su asombro es evidente. _ Antes que digas nada, dime qué vamos a conseguir, y no escatimes en gastos. Yo pago. _ le comunico.

Estuvimos media hora rondando en el puerto, buscando los mejores ingredientes y especias, para luego ir al mercado con el mismo propósito.

Minutos después...

_ Oi, Sanji... ¿ese no es Zoro? _ le pregunto señalando al único peliverde, que se rasca la cabeza mirando a todos lados... como si estuviera perdido.

Parece que también me tendré que acostumbrar a esa escena.

_ Tsk... ese "marimo" _ murmura Sanji despectivamente. _ Es una brújula rota. _

Decido acercarme a Zoro, con los maletines y las bolsas de compras. Francamente, parezco una mula de carga.

_ Oe, Zoro. _ lo llamo, mientras él dirige su mirada hacia mí. _ Me contaron que tienes pésimo sentido de orientación... ¿cómo es eso posible? _

_ ¡Yo no me pierdo! ¡Simplemente todo mi entorno se mueve por si solo! _ exclama él con enfado.

_ ¿Sabes qué? No discutiré contigo. _ concluyo tajante, dispuesto a no comenzar una absurda discusión. Dirijo mi mirada hacia otro punto. Observo a Nami y Robin comprar sus atuendos en varias tiendas que están a unos metros de donde me encontraba.

Me contemplo a mí mismo, en el reflejo de una vidriera. La ropa me queda bien, pero no puedo usar siempre la misma.

Me temo que tendré que comprar más prendas. Además, tengo el pelo largo y barba medianamente espesa.

"Kami-e": aflojar el cuerpo, esquivar ataques, aflojando el cuerpo como un papel. Técnica de la Marina.

Voten y comenten... no sean tímidos.

Bye, Sayonara, Adieu, Aufwiedersehen, Chau!

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