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Sɪx

-¡YooooonGiiiii!

El ensordecedor grito de YooNa no sólo hizo que el recién mencionado se asustara, sino los trillizos y JiAh también ¡Incluso GaeJun se asustó y venía junto a su hija!

Con el paso de un mes, YoonGi pasaba más tiempo con los Kang que en su casa, a pesar de que sus padres se lo recriminaban pero se lo permitieron pues habían investigado la familia y además sabía que YoonGi no se atrevería a hacer algo que los perjudicara por muy rebelde que fuera. Por ello, muchas veces el chico ayudaba en el que consideraba su hogar yendo a buscar a los trillizos, cuidándolos y ayudándolos a hacer sus tareas en lo que JiAh llegaba del trabajo y se ponía a cocinar y GaeJun y YooNa aún no llegasen del trabajo y la escuela respectivamente...aunque esta última había estado muy metida en sus libros recientemente pues sus pruebas de admisión estaban cada vez más cerca.

Que YooNa llegara de la escuela, casi siempre junto a su padre ya que coincidían en el camino, y se encontrara a YoonGi en casa, más que una costumbre se había vuelto una de sus mayores alegrías.

Sin embargo, en aquella ocasión estaba emocionada de más pues tenía un buen chisme que soltarle a su amigo.

-Ve a ver si tú le puedes sacar algo a esta niña sin que chille en el proceso-rió GaeJun, yendo a saludar a sus hijos (YoonGi incluido) con un beso en la frente a cada uno-. Se ha pasado todo el camino soltando chillidos que estoy seguro ni ella misma entiende-negando con la cabeza, le regaló una sonrisa al chico mayor y este rodó los ojos.

-A ver, yo también quiero saber el chisme-JiAh salía de la cocina limpiándose las manos en su delantal. Inmediatamente su esposo fue hacia ella y le regaló un corto pero lindo beso en los labios.

Fue entonces que un chillido por parte de YooNa volvió a asustarlos a todos y YoonGi la miró como si tuviera tres cabezas cuando se tiró en el piso junto a él  y se abrazó a su brazo.

-¡Me abrazó, Yoon!¡Jeon JungKook, mi jodido crush, me abrazó!-chilló con emoción mientras movía enérgicamente su cuerpo hacia adelante y hacia atrás, arrastrando a su amigo consigo, claro está-. La cosa es la siguiente-ya más calmada, se reincorporó sobre el suelo, adoptando pose de indio y siguió hablando como si no hubiese dejado a YoonGi mareado y a los demás miembros de la familia casi sordos con su griterío-: Yo estaba guardando algunas cosas para nada relevantes en este momento en mi casillero cuando llegó el grupo de riquillos a molestarme. Me tumbaron la mochila y todas esas boberías de siempre, pero esta vez me arrastraron hasta el gimnasio, más específicamente la zona de la piscina y yo estaba muy asustada-a pesar de la euforia que mostraba en un inicio, ahora su semblante estaba serio, igual que el de sus contrarios. Incluso sus hermanos menores estaban ya susurrándose planes para darle su merecido a esos que osaron molestar de manera tan pesada a su hermana-. Estaba pasando un mal rato, e intentaba que me dejaran en paz, pero ellos no querían dejarme. La verdad el grupo no estaba completo, y por eso jugaron conmigo, jalándome el cabello y tirando las cosas dentro de mi mochila por todos lados. Cuando llegó el resto del grupo, incluido JungKook, fue que se decidieron y me pusieron en el borde de la piscina. Me empujaron y juro por todas las natillas del mundo que pensé que sería mi final pues yo no sé nadar ni un carajo y esa piscina es honda ¡Pero no!-allí estaba de nueva cuenta su alegría-¡Él me salvó!¡Me jaló hacia él y me abrazó!¡Se peleó frente a sus amigos justo frente a mí y los echó de allí!-de repente comenzó a patalear como niña pequeña-. Me ayudó a recoger mis cosas y me acompañó hasta la salida de la escuela para evitar que me volvieran a molestar ¡Y me sonrío antes de irse en el auto de su padre!

-¡Yah!¡Deja de chillar!-reclamó JungHee-¡Tú no puedes tener novio hasta los ochenta!

-¡Eso!-le siguió JiKyung.

-Y nos tienes que decir los nombres de esos pesados que te molestan-JaeHo mostró su mejor mueca de picardía-. Ya tengo un buen plan en mente.

-¡Nada de planes, traviesos!-reprendió JiAh y se acercó junto a su esposo hasta YooNa. Ambos se sentaron a su lado y le regalaron tiernas pero apenadas sonrisas-. Lamentamos que tengas que vivir ese tipo de experiencias y nosotros no podamos hacer nada al respecto...

-Pero nos alegra mucho que tu corazón haya elegido alguien tan amable para amar-le siguió GaeJun-. Deberías armarte de valor y decirle lo que sientes. No deberías quedarte con la duda de si tus sentimientos serán bien recibidos o no. No lo sabrás hasta que no lo intentes.

YoonGi, sin embargo, y aunque luego le comentó a su amiga lo mucho que se alegraba por ella, se mantuvo algo alejado de la situación, no sólo para darle espacio a los padres para que interactuasen con su hija, sino también para elaborar un plan que esperaba resultara como lo deseaba.

•°¯'•• - ••´¯°•

Aquella noche, como algunas otras más anteriormente, YoonGi no se quedaba a pasar la noche junto a los Kang, sino que debía asistir a cenas de negocios junto a sus padres.

La única diferencia entre las cenas anteriores y esa, era que en ella estarían los senadores de todas las regiones del país junto a sus familias; es decir, que Jeon JungKook, el "amor platónico" de YooNa, estaría allí cumpliendo su labor de buen hijo y YoonGi tenía una misión que cumplir.

La cena transcurrió como siempre, entre pláticas de negocios y uno que otro alardeo de los hijos de cada miembro de alto poder sentado a la mesa. Luego de ello, también como siempre, las mujeres y los hombres se dividían a hablar de modas y negocios respectivamente, mas algunos preferían mantenerse alejados.

Ese era el caso de YoonGi, quien estaba ubicado en el balcón del piso del restaurante que habían rentado para aquella cena. Estaba maquinando mil y un manera de acercarse al crush de su amiga sin parecer demasiado obvio, y aquello lo tenía metido dentro de una burbuja que sólo se explotó al momento de sentir una segunda presencia en el lugar.

-Perdone si lo molesto. Sólo venía a tomar un poco de aire.

-Tranquilo-sintiéndose afortunado, YoonGi le regaló una de sus medias sonrisas al chico a su lado-. Comprendo que es agotador fingir una sonrisa para todos cuando queremos estar en cualquier lado, menos aquí.

El recién llegado se mostró ligeramente asombrado, pero aún asi asintió e hizo una reverencia.

-Mi nombre es Jeon JungKook y tengo dieciocho años.

-Min YoonGi-reverenció de vuelta-, y tengo veinte años, aunque eso ya lo debes suponer. Digo, soy el hijo del presidente de Corea del Sur a fin de cuentas y me conocen hasta el mismísimo culo del mundo.

JungKook dejó escapar una risilla que YoonGi correspondió.

Pero no quería perder mucho más tiempo. Que aquel chico se hubiese acercado a él, aunque inconscientemente, lo tomaba como una bendita señal para que hablara de una vez y le diera un empujón a YooNa para ser feliz.

-Oye chico, me gustaría hablar contigo de algo-como se lo esperaba, JungKook asintió, mas no se esforzaba por ocultar su ceño fruncido-. Primero que nada, quiero que dejemos las formalidades de lado, y el por qué es el siguiente: Tú ayudaste a alguien muy importante para mí, y con sólo eso tienes todo mi respeto y confianza.

-¿Yo?¿Alguien importante?-el mayor quiso reír al oír el ligero tartamudeo de su contrario.

-Kang YooNa, la chica que justamente hoy salvarte de ahogarse porque la muy boba no sabe nadar y el grupito con el que andas la quiso tirar a la piscina.

Ahora el rostro de JungKook delató su asombro, más rápidamente sus mejillas se tornaron coloradas y sonrió con timidez.

-Eso...no fue nada. Yo...no podía soportar cómo la seguían molestando y esta vez llegaron al límite, así que simplemente hice lo que mi corazón me dijo.

-Pues tienes un corazón muy noble y generoso-asintió con orgullo, palmeando el hombro ajeno-. Su familia, ella y yo, estamos muy agradecidos contigo por eso y por ello necesito pedirte un favor.

El pelinegro muchacho asintió sin pensarlo y sonrió a su mayor.

-YooNa es muy tímida a veces. Su forma de agradecer va más allá de una simple palabra o una reverencia; así que no me sorprendería saber que está buscando la manera de acercarse a tí para invitarte a un picnic con sándwiches hechos por ella y las deliciosas natillas de su madre. Quizás hasta te invite a estudiar con ella para las pruebas de admisión o te ofrezca su amistad, como hizo conmigo. Cualquier cosa que pueda considerar a manera de agradecimiento ella es capaz de hacer, mas no estoy tan seguro de si tenga el valor de hablarte precisamente porque ya te explicaba lo tímida que es en ocasiones.

-¡Oh! Comprendo-asintió JungKook, aún sin borrar aquella sonrisa-. Quieres que me acerque a ella.

-Sólo si quieres, claro-se apresuró a decir y su contrario asintió con la cabeza.

-No tengo problema con eso. He de confesar que he pretendido acercarme a ella mucho antes. Sentía que debía reconfortarla de alguna manera por los tratos del grupo donde estaba que, dicho sea de paso no eran mis amigos ni nada por el estilo, pero hasta hoy fue que pude acercarme a ella. Tuve una pelea fuerte con mi padre por enemistarme con los hijos de sus socios, pero igual aceptó mi decisión.

-Te darás cuenta de la excelente persona que es Kang YooNa-de tan sólo recordarla llegando a casa toda emocionada porque su crush la había salvado, YoonGi sonrió, sorprendentemente para su contrario, ampliamente-. Te daré su número y cuando puedas la llamas. Suele acostarse tarde estudiando demasiado así que le vendría bien una llamada tuya para que la haga descansar un rato.

JungKook asintió, contento de ver la sonrisa que nadie jamás había visto en su mayor, y le extendió su teléfono.

-Lo haré. Quiero conocer a Kang YooNa.

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