☯20☯
(Harry)
En la entrada del cuarto estaba Neville presenciando la escena, callado con la cabeza baja.
Aceptando lo que había dicho de no interferir en mis decisiones.
Sirius me besó la mano y me dió un beso en la frente mientras me daba las gracias.
Yo estaba sorprendido de haber aceptado tan pronto su propuesta, pero no estaba pensando como doncel sino como madre.
Amaba a Neville, lo amaba demasiado pero me había hecho mucho daño y no sentía paz con él, no había paz a su lado.
Desde que lo conocí había experimentado dudas, confusión, desasosiego y desilusión, aún cuando me había explicado sus motivos, eso no cambiaba las cosas ni nada de lo que había pasado. Ahora no nada más era yo, también estaba el bebé y debía pensar en él antes que en nadie más.
Mi hijo había sido la única felicidad verdadera que había tenido en la vida y no lo pondría en riesgo por dejarme llevar por el amor. Aunque me dolía, con Sirius estaría mejor.
Jamás le quitaría a Neville su derecho como padre, sabía que los dos lo amarían y cuidarían de él por igual.
Sirius se despidió y me dijo que necesitaba hablar con Neville.
Cuando quedamos a solas, se acercó, tomó mi mano y lloró en silencio...
— Sé que has tomado la mejor decisión, aunque me siento destrozado no tengo nada que reclamarte. Te amo y te amaré siempre. Eso no cambiará. De todas maneras velaré siempre por ti y por mi hijo. Sirius es un gran hombre y su calidad humana es impresionante. Espero que te haga feliz.
— Mi corazón te pertenece a ti, es tuyo y siempre lo tendrás pero necesito tranquilidad y esa no la voy a tener contigo. Lo único que quiero es que mi bebé nazca y tenerlo en brazos. Perdóname si te hago daño con mi decisión — le dije entre lágrimas.
— Perdóname tú a mi precioso, por haberte hecho tanto daño. Mereces toda la felicidad. Tengo que regresar por unos asuntos, estaré de vuelta en unos días, sé que te dejo en las mejores manos.
Transcurrieron los días hasta que pasó el peligro y por fin pude irme a casa, solo debía guardar reposo. Sirius me llevó y me instaló en mi cuarto, cuidaba de mi como un ángel, sin embargo sabía bien que había un tema pendiente...
— Cariño, no sé si es el mejor momento pero me gustaría que pusiéramos fecha para la boda, el tiempo que tu decidas está bien — me dijo.
— Me gustaría esperar a que nazca el bebé, pero antes de eso tenemos que hablar sobre mi y mi pasado...
Toda esa tarde le relaté lo que había sido mi vida, sin omitir nada, si me iba a casar con ese hombre tenía que conocer todo sobre mi y decidir si me aceptaba así.
Me escuchó atento a cada cosa que decía, no me reprochó nada en ningún momento y cuando terminé de contarle le pregunté si aún así pensaba en casarse conmigo.
— ¿ Qué es lo que tendría que pensar cariño ?. Todos hemos tomado decisiones equivocadas algunas veces, hay cosas de las que no estaremos orgullosos pero que nos ayudaron a crecer en su momento. Tu pasado te ha forjado pero no te define. Anduviste entre la porquería sin embarrarte en ella, veo en ti más honestidad y valor, que la que tienen infinidad de donceles que no pasaron por lo que tú y son ambiciosos y traicioneros. Mereces todo lo bueno cariño, me siento afortunado de que hayas aceptado ser mi compañero.
Neville regresó después de unos días y fue a verme.
Me dijo que se mudaría a la ciudad para estar cerca de mi, durante el tiempo de mi embarazo.
Lo miraba y me seguía dejando sin respiración, ¿ De verdad podría soportar tenerlo cerca y casarme con otro ?.
¿ Tomé la decisión correcta al aceptar a Sirius?.
¿ Me apresuré ?.
Los meses transcurrieron sin mucha novedad y con bastante tranquilidad, mi vientre estaba enorme y me costaba moverme, ya estaba en días de dar a luz y esos dos hombres extraordinarios siempre cuidando de mi. Hasta parecía que habían forjado alguna especie de amistad.
Había intentado sentir algo más que cariño por Sirius sin éxito, al contrario cada día me sentía más perdido de amor por Neville y éste jamás volvió a hablarme de amor, pero me lo demostraba con cada acto.
Que loca situación.
Los dolores de parto comenzaron una mañana y me llevaron de inmediato al hospital, fueron las horas más desesperantes de mi vida, hasta que oí el llanto de mi bebé.
— Es una hermosa y sana niña — dijo el doctor.
Neville lloró junto conmigo por la felicidad de ver el fruto de nuestro amor en esa personita.
Cuando la tuve en brazos supe que todo valdría la pena por ella.
— ¿ Cómo la llamaremos ? — preguntó Neville.
-Luna.
Cuando Sirius la conoció también lloró de felicidad, la quería como su hija, no tenía dudas de eso, pero no fue intrusivo con el derecho de Neville, guardo una respetuosa distancia.
Estando ya de regreso en casa, el tiempo transcurría rapidísimo, entre los cuidados Luna y mi recuperación pasó el primer mes y empezaron mis preparativos para la boda que sería sencilla y en dos semanas.
La mañana de mi boda estaba muerto de nervios, no podía creer lo que haría, mientras me maquillaba, Neville entró a la habitación, me tomó en brazos y me dió un largo y apasionado beso, reafirmando más mi amor por él, me sentí danzar entre nubes por un momento y estaba a punto de flaquear cuando se separó.
— Prometí acompañarte siempre a ti y a la niña pero debes comprender que no estoy listo para verte unir tu vida a otro hombre. No podría soportarlo. Ésta es mi despedida y la mayor muestra de amor de mi parte. Espero que seas inmensamente feliz precioso — y salió de la habitación sin darme oportunidad de responder nada.
Tenía ganas de decirle que no me casaría, que quería quedarme con él, pero fue mejor que se fuera, yo no podría hacerle eso a Sirius, le había dado mi palabra y la cumpliría.
Cuando llegué a la iglesia con mi vestido blanco, mi cabello recogido, la cara tapada por el velo y una joyeria sencilla pero elegante, me paré en la puerta, por un momento quise salir corriendo, pero la marcha nupcial comenzó en ese momento, obligándome a caminar hacia el altar. Sirius me esperaba ahí, con su traje negro y su sonrisa franca.
Cada paso que daba hacia él, era oír crujir a mi corazón, evité a toda costa mirarlo, pero cuando llegué a su lado me tomó de la mano para enlazarla en otra que no era la de él.
Levanté la mirada y mis ojos se encontraron con los de Neville.
Lucía un traje color gris que lo hacía ver más guapo de lo habitual....
¡¡ Oh por Dios !!.
¿¡ Qué estaba ocurriendo !?.
Sirius me dio un fuerte abrazo y me dijo —:
— No podría jamás arrebatarte la felicidad, sé que te casas porque me diste tu palabra y te libero de ella. Siempre podrás contar conmigo y Luna tendrá todo mi amor. Pero hoy tienes que casarte... Con Neville — dijo y me dió un beso en la mejilla y a él un abrazo.
No lo podía creer...
¡¡ Uniría mi vida al hombre que amo !!.
¡¡ Al único que he amado !!.
Fue una ceremonia hermosa, en la que fue inevitable no llorar pero de felicidad.
Cuando el sacerdote dijo —:
— ¡ Los declaro marido y doncel !.
Neville me besó, mientras me decía —:
— ¡ Por fin eres mi esposo !.
Salimos de la iglesia con Luna en brazos y felices.
No podía creer todo lo que estaba pasando.
Por fin tenía mi propia familia, la que tanto anhelé. Por fin la vida me sonreía abiertamente.
Todos y cada uno de los pasos que di a lo largo de mi vida, todas y cada una de las lágrimas derramadas, me habían llevado hasta donde estaba en ese momento:
A mi felicidad.
Mi nombre es Harry James Potter Evans, fuí pirostituta y ésta fue mi historia.
♥Fin♥
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