(Henry)

— « ¡ Genial ! » — Pensé.

Lo poco de valor sentimental que tenía, ahora estaba perdido.
No quise preocuparme más.

Avisé a Hermione que había llegado y me sumergí en mi cama para descansar, eran las 9 am.

Desperté a las 4 de la tarde y apenas me dió tiempo para comer algo y ensayar mi rutina para esa noche. Después me di un baño y me fui al Manhattan's, el Night Club donde trabajaba, para comenzar con la transformación de cada noche, el maquillaje recargado, las extensiones de cabello, el brillo en el cuerpo, la lencería super sensual, el vestuario de brillantes y las plataformas imposibles que estilizaban más mi figura.

Me miré en el espejo de mi camerino y me sentí satisfecho.

El Manhattan's era uno de los Night Club más reconocidos de la ciudad y a mi me parecer el mejor. Tenía salones privados para los clientes Vip de alto rango que quisieran discreción extrema, la pista de baile contaba con dos tubos de aproximadamente 5 metros en los que bailábamos. Había sillas de piel y una barra demasiado extensa en bebidas, los colores que predominaban en el lugar era; el rojo y el dorado, dando la ilusión de vivir en una navidad eterna.

Me gustaba ese lugar.
Me iba muy bien y amaba el baile, además no podía desviarme de mi objetivo al ahorrar dinero.

Hermione entró a mi camerino algo eufórica y de inmediato me di cuenta que estaba drogada, sabía que tenía ese problema y me dolía ver fracasar todo lo que hacía por ayudarla.

Nos habíamos conocido años atrás cuando llegó a pedir trabajo en el lugar en el que yo estaba antes y la rechazaron porque no tenía conocimiento del baile, ni experiencia alguna sobre este trabajo.

Así que yo la amadriné... ¿ O la apadriné ?, me confundo....
Bueno, como sean...

Así que la preparé, sabía muy bien lo que es no tener a nadie que te ayudara y su vida había sido tan difícil como la mía... Quizá un poco más dura.

— No es posible que estés así Hermione, aún no has comenzado a trabajar. Deja que te ayude a arreglarte.

— Estoy bien Chérie mon mien, solo necesitaba alivianarme un poco. Vamos ayúdame — me rogó dijo.

La noche transcurría espectacular, había bastantes clientes y yo estuve ocupado con un político local de esos que necesitan chicas hermosas para beber tragos con sus amigos y pasarla bien.

Esa noche solo baile en el salón privado, el político había pedido todo mi tiempo así que no salí al salón general por esa noche.

Por fin dieron las 5 am, mi hora de salida y me sentía exhausta.
Aunque todavía tenía que cuidar a Hermione que se había excedido en drogas y tragos.

Pedí un taxi para poder irnos y ya cuando nos disponíamos a abordarlo, vi que Neville estaba afuera, no le di importancia, imaginé que había ido otra vez y esperaba a alguna de mis compañeras o compañeros de trabajo.

En realidad estaba más preocupado por Hermione.

— Creo que necesitas ayuda con tu amiga —  me dijo mientras se acercaba a nosotros.

— Oh no, no te preocupes, me las puedo arreglar solo. De todos modos, gracias.

— He esperado por ti toda la noche, permíteme llevar a tu amiga a ti, a su casa. No soy un secuestrador, ¡ Te lo aseguro ! — bromeó Neville.

Eso me sacó una sonrisa y aunque iba contra las reglas acepté el ofrecimiento...