☯19☯
(Harry)
Fueron horas desesperantes, las que decidieron si mi bebé se salvaría o no, en las que sufrí lo inimaginable pidiéndole a Dios que me dejara ser madre.
Ese bebé era lo único que yo tenía ahora, lo que me inyectaba las ganas de seguir viviendo, lloraba pensando en que jamás nacería, que la vida nuevamente me arrebataría la felicidad.
¿ Será que algunas personas nacemos marcadas para el dolor ?.
Que vienen a la vida solo a luchar pero jamás alcanzan la felicidad completa.
Como si fuera una película, los recuerdos me inundaron desde mi infancia y todo lo que pasé, hasta este día. Nada me parecía ahora tan grave como la posibilidad de perder a mi bebé.
El fruto del amor del único hombre que había amado y mi esperanza de tener por fin una familia y a quien darle todo el amor que tenía en mi ser.
Todo se derrumbó cuando escuché a uno de los doctores decir que era mejor prácticarme un aborto pues el golpe en mi cadera había sido tan fuerte que lo más probable es que el bebé no se pudiera salvar y urgía hacerme rayos X, y que dada mi condición, era imposible.
Después de esto no soporté más el dolor de mi alma y perdí la conciencia.
En la sala de espera Neville estaba abatido por el dolor, lloraba desconsoladamente y se culpaba por lo sucedido. Ni él ni Sirius se habían despegado de ahí, en espera de alguna noticia sobre mi salud y la del bebé.
Sirius sólo lo observaba con congoja, creo que porque a él también le dolía lo que le sucedía y porque se había encariñado con mi bebé.
En eso Neville se le acercó.
— ¿ Porqué él no me buscó para decirme lo que ocurría ?, ¿ Fue porque decidió iniciar una nueva vida contigo ? — preguntó desesperado —. Por favor ayúdame a entender, tenía derecho a saber sobre mi bebé. Te lo suplico, ¡ Estoy devastado ! — todo el semblante de Neville reflejaba dolor, tenía la cabeza agachada y las lágrimas parecían torrentes saliendo de sus ojos.
— Tienes que saber que entre Harry y yo solo existe una bella amistad. Es verdad que me he enamorado de él, pero jamás le he hablado de mis sentimientos, pues aunque ha sido muy reservado en cuanto a su vida pasada, era evidente que amaba a otro hombre, ahora sé que ese hombre eres tú. No puedo responderte porqué decidió no buscarte o decirte, eso solo te lo puede responder el, pero me gustaría que comprendieras, que desde que lo conocí ha sido un doncel extraordinario. Si pretendes recuperarlo solo te pido que seas un hombre a su altura.
Neville se sintió peor aún al saber que jamás había tenido nada que ver con Sirius, que sus celos le habían hecho una muy mala jugada, por la cuál ahora su hijo podría pagar consecuencias mortales.
No supe con exactitud el tiempo que estuve inconsciente, pero cuando desperté, toqué mi vientre de inmediato y una enfermera se acercó a mí para decirme que estuviera tranquilo, que habían detenido el sangrado y que mi bebé aún vivía, que debía estar lo más tranquilo posible y no alterarme, pues aún había riesgo y lo más importante, tenía que guardar reposo absoluto.
Sentí que volví a la vida al saber que dentro de mi aún vivía mi bebé, que se aferró a la vida y que sería un guerrero.
La ilusión regresaba a mi vida.
Descanse un poco más y al despertar Neville estaba en el cuarto, dormido, recargado sobre la cama y tomando mi mano.
A pesar de lo que pasó, sentí su dolor sincero y traté de entender su frustración, porque yo también la había sentido.
En ese momento despertó y besó mi mano.
— ¿ Cómo te sientes precioso ?. Perdóname, sé que no has de querer verme aquí, pero necesitaba estar cerca de ti y de mi bebé — se le notaba tanto amor y arrepentimiento en la mirada que no supe que responderle al momento.
— ¿ Sabes que ha dicho el doctor ?.
— Aún no ha pasado todo el peligro pero parece que el bebé quiere vivir, el que preocupa ahora eres tu por el golpe, pero ahorita debes tener reposo absoluto hasta que pase todo. Yo estaré aquí contigo.
— Discúlpame por no decirte que esperaba un hijo tuyo, pensé que ya estarías casado con Hanna y no querrías consecuencias de la última vez que hicimos el amor — le dije.
— Nada tengo que disculparte, perdóname tú a mi precioso por haberte hecho tanto daño en una estúpida venganza con esa mujer que ni valía la pena. Puse en riesgo tu vida y la de nuestro hijo por no controlar mis celos, al pensar que ya te había perdido, además ya has pasado por mucho. Solo te corresponde ser feliz y quiero saber si estoy incluido en tus planes. Porque aunque te amo con el alma, si decides continuar solo, lo respetaré. Esa será la mayor muestra de amor que tenga hacía ti y al bebé. Me alejaré de ustedes, si eso significa su felicidad — decía Neville y las lágrimas no dejaban de brotarle.
— Lo único que deseo ahorita es recuperarme y que mi hijo esté totalmente fuera de peligro. No me importa nada más y no tengo cabeza para nada más. Y también quisiera ver a Sirius, si es que está por aquí.
— No se ha despegado de aquí, ya me explicó todo. Iré por él — dijo y salió de la habitación.
Cuando Sirius entró sentí de inmediato una tranquilidad y una sensación de bienestar que me reconfortó el alma. Me saludo cariñosamente preguntando como me sentía y reiterando su apoyo hacía mi.
Él transpiraba lo que yo necesitaba en esos momentos y los siguientes meses de mi embarazo: paz.
— No sé como agradecerte tanto apoyo, quiero que sepas que te quiero muchísimo y que me alegro tanto de verte — le dije esbozando apenas una sonrisa.
— Harry, sé muy bien tus afectos hacia Neville y sé que jamas te he hablado de mis sentimientos, pero también sé que no eres ciego y sabes que estoy enamorado de ti. No me interesa lo que hayas hecho antes de conocerte, me importa lo que eres tú ahora, un doncel extraordinario y amo a ese bebé que esperas. Sé que arriesgo todo al preguntarte esto pero, ¿ Quieres casarte conmigo ? — decía sitrius, mientras me mostraba un hermoso anillo.
— Sí.
Respondí sin dudarlo.
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