(Henry)

Me vestí a toda prisa, aunque procurando cierto esmero en mi arreglo, a pesar de todo quería que Neville me viera hermoso.

Al salir del hotel solicité que fuera por la entrada de servicio, en caso de que alguien estuviera pendiente de mis movimientos.
Me dirigí al juzgado y no quisieron darme informes. Tuve que sobornar a un guardia para que me diera la información que necesitaba para localizar a Neville.

Fue un viacrusis encontrarlo pero por fin dí con él, al llegar al penal, no me permitieron verlo, le tenían negadas las visitas.

¡ Carajo !.
Querían tenerlo incomunicado.

Pero eso no me iba a detener.
Recordé la tarjeta que me había dado Don Thomas, el político aquél que había sido mi cliente y que me dió su número telefónico.

— “ Por si necesitaba un favor alguna vez ” — había dicho él.

Pues bueno, hoy sería esa vez.
Así que llamé y me respondió una señorita, era su secretaria, la cual dijo que no me lo podía comunicar porque estaba ocupado.

— Le llaman de las oficinas de Manhattan — dije.

Sabía que entendería la referencia y así fue.
Después de explicarle y suplicarle que “ moviera sus influencias ” me dijo que lo que solicitaba estaba listo. Que me dejarían verlo pero solo unos minutos y que él me llamaría después.

Esperé un momento en la sala de visitas, hecho un manojo de nervios, que lugar tan deprimente era ése, no podía imaginar a Neville en un lugar así y menos si él era inocente, como mi corazón me gritaba, tocaba las puntas de mi cabello como para calmar un poco la ansiedad que ya se había apoderado de mi y de pronto apareció.

— ¡ Mauricio !.

Me levanté de la silla casi sin poder respirar, ni articular palabra, a pesar de lo desaliñado por estar ahí, se veía imponente como cuando lo conocí, la barba crecida aumentaba más ese aspecto salvaje que tanto me gustaba de él, su mirada se llenó de cierto brillo y confusión cuando me vió, pero en cuanto llegó a mi lado me abrazó con enorme fuerza y me levantó en brazos, antes de que pudiera decir nada, yo lo besé con avidez, abrazándome a él aún más fuerte, para después depositar pequeños besos en toda su cara.

— ¿ Cómo supiste que estaba aquí ?. No quería involucrarte en esto, pero no sabes lo bien que me ha hecho verte precioso — me dijo mientras tomaba mis manos y las besaba.

— Me enteré por el periódico hoy en la mañana, ¿ Porqué te metieron a la cárcel ?. Necesito saber que sucede — le rogué para que me explicara.

— Seamus hizo movimientos turbulentos con unos papeles que me pidió firmar cuando estaba muy distraído con la boda y ahora me acusan a mi. Quiere quitarme a toda costa mi fortuna, jamás pensé que me odiara tanto y Hanna...

— Hanna me fue a buscar al Manhattan's y amenazó a mi jefe para que me corrieran, además mandó a destrozar a mi apartamento — le interrumpí.

— ¿ Qué dices ? — preguntó Neville, confundido, para después maldecir —. ¡ Maldita sea !, ¿ Cómo carajos dió contigo ? — y dió un fuerte puñetazo en la mesa.

— Estoy seguro de que tú no dijiste nada sobre mi y ahorita no es lo importante — lo intente tranquilizar —. No sé qué vaya a ocurrir, pero antes de que se nos acabe el tiempo, necesito decirte que... ¡ Te amo !. Sé que suena loco, sé que tal vez no me creas por lo que soy...

Y me interrumpió con un beso igual de desesperado que mis palabras.

— Sé lo que sientes, te pude sentir la última vez que estuvimos juntos y el que me hayas venido a ver, habla por si solo — me dijo con suavidad —. Pero ahora no es seguro hablar aquí. ¿ Dónde estás viviendo ?. Te buscaré en cuanto salga de aquí y hablaremos de nosotros — me dijo Neville, mientras me daba otro beso en la mano que aferraba entre las suyas.

— Estoy en el Hotel Imperial, habitación 303.

— ¡ Se acabó el tiempo ! — dijo un guardia —. Debe de retirarse señorito.

Nos dimos un abrazo como si intentarámos meternos en el cuerpo del otro y me susurró al oido —:

— “ Ahora más que nunca tienes que creer en mi. Lo que me importa eres tú. Por favor no creas en lo que veas y oigas respecto a mi, necesito que confíes solo en mi ”.

Salí de ahí más tranquilo, pero aún seguía con dudas. Aún quedaban muchos cabos sueltos... Como por ejemplo...

¿ Cómo supo Hanna sobre mí ?.

Si Seamus estaba detrás del fraude y ella tenía que ver con eso, ¿ Para qué pelear por un hombre al que pensaba destruir ?.

¿ Será que pensaba traicionar a Seamus para ganarse el perdón de Neville?.

¿ O sólo era una estrategia más para terminar de hundirlo más ?.

El juicio sería en 3 días y por fin se definiría la situación de Neville, yo tenía que confiar como dijo, pero sentía en el pecho, una especie de alerta que me decía que no todo estaba asegurado como lo decía él.

El día del juicio estaba hecho un manojo de nervios y lo único que podía hacer es esperar, me consumía en la ansiedad, puse las noticias locales en espera de que dijeran algo sobre el caso y así transcurrieron las horas.

Me estaba quedando dormido cuando de pronto escuché en el televisor —:

“ Por fin queda libre el empresario Neville Lomgbotton, después de demostrarse su inocencia, aquí las primeras imágenes saliendo del penal, lo espera su hermosa prometida la señorita Hanna Abbott parece que pudieron arreglar sus diferencias y esta vez si habrá boda ”.

En la imagen se apreciaba a Neville saliendo del penal y a Hanna esperándolo, después de eso se dieron un abrazo y él la besó.

En ese entonces se me rompió el corazón...