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8. Culpa a la puerta

~•~ 14 de febrero ~•~

Los últimos días me ha costado más trabajo de lo normal el levantarme, esa es la razón por la cuál ahora voy corriendo a mis clases, voy díez minutos tarde, lo cual no es mucho pero considerando que me desperté hace quince minutos eso se resume en que tome la primera ropa que ví, salí sin desayunar o peinarme y que pasaré el resto del día luciendo completamente desarreglada.

Cuando veo el edificio de mi carrera me emociono al ver que aún alcanzo a llegar a mi clase de comercio a las 9am. Camino rápido sin prestar atención, así que básicamente choco de frente con Pamela que hoy luce muy formal con un vestido negro y su largo cabello rubio atado en un peinado alto.

— Kei que gusto verte, ya me tenías preocupada — hace una pausa repasando mi aspecto, estoy por aclarar que se me hizo tarde y que por eso luzco tan "atlética" pero ella me sorprende sonriendo y asintiendo con aprobación. — me alegra ver que te avisaron que nuestra presentación se adelanto para hoy, yo casi me desmayó cuando ayer el maestro dijo que por ser San Valentín hoy nos toca exponer en la sala de negocios nuestro proyecto del consumismo, en fin ya está todo el material listo te veo en díez minutos, nos va a ir muy bien, y que linda te ves por cierto.

Tras decir eso se fue sin dejarme decir ni una palabra, además me quedé muda, ese proyecto es importante y a mi nadie me aviso, conozco qué debo decir, pero no sé cómo conseguiré arreglarme lo suficiente en díez minutos.

Espera ¿Qué? ¿Ella dijo que me veía bien? Pamela no mentiría, por la simple razón de que me llevo bien con ella y que somos equipo el resultado del trabajo nos afecta a ambas.

Pienso en esa conversación mientras camino al baño, quizá pueda peinarme al menos. Al entrar estoy preparada para todo, excepto para lo que ví.

Traigo un vestido negro a juego con el de Pamela, salvó que yo tengo accesorios en color verde como mis ojos. Mis uñas están perfectamente arregladas, al igual que mi cabello que está peinado en una estética trenza, mi maquillaje es digno de una sesión fotográfica, yo ni siquiera se arreglarme así, no entiendo como pasó.

Cualquiera que entrará al baño pensaría que soy una presumida por estarme observando tanto, es sólo que mi imagen me deja impresionada además de un tanto asustada. Nunca tuve complejos respecto a mi cuerpo, soy un poco morena, lo suficientemente delgada, en fin nada muy llamativo, pero hoy mi piel se ve tersa y suave, además, no sé si es el vestido, pero mi cintura se ve muy bien formada, mis caderas más sobresalientes al igual que mi busto. Tengo tres meses de embarazo ya estaba lista para comenzar a subir de peso, no se supone que sea a la inversa, ahora me siento más delgada y... hermosa.

No puedo perder más tiempo en el baño, tengo cosas que hacer, ya después buscaré una explicación. Por suerte mi cambio de imagen no incluía tacones, dudo que el maestro nos baje calificación, ya que para este punto todos en la escuela saben de mi embarazo. Al principio me sentía un poco avergonzada, después lo acepte y me di cuenta que estaba siendo ridícula, todos mis compañeros me tratan con mucha "delicadeza" son amables y atentos, lo único malo es que no hay forma que los chicos de fútbol me dejen volver a la cancha mientras exista la posibilidad de que me lastimen.

La presentación salió excelente igual que el resto de mis clases. Las chicas se pasean con globos y rosas, aunque para ser 14 de febrero me parece que las cosas van un poco lentas con las parejas. A la salida veo a Dylan esperándome afuera de su carro, a veces va por mí en especial cuando salgo tarde, yo lo he ignorado por completo estos últimos meses, así que hoy como todos los días me subo al asiento trasero sin siquiera saludarlo.

— Que bien te ves, el verde es mi color favorito — dijo Dylan mientras se subía y arrancaba el coche. Yo no le respondí pero hice una nota mental de no volver a usar el color verde.

— ¿Quieres ir a cenar? — lo preguntó algo tímido, pero igual lo ignore. Él suspiro y se estacionó frente a mi casa, yo tome mis cosas y entre con Dylan detrás de mí.

No ví a Melanie por ningún lado lo cual es extraño puesto que ya pasan de las 6pm, me dirijo a mi habitación ya que prefiero esperarla ahí que abajo con el chico que ya se toma mucha confianza para entrar a mi casa.

— Melanie va a quedarse hasta noche en su trabajo por eso fui por ti, me quedaré unas horas y después pasaré por ella.

— ¿Cómo sabes lo que hace Melanie? — creo que sone más molesta de lo que planeaba, pero ni siquiera lo pude contener, culparé a las hormonas.

— Por que ella habla seguido conmigo y me pidió que fuera por ella — lo dijo con una sonrisa de superioridad, justo esa sonrisa que tanto odio, me dan unas ganas de golpearlo con mi mochila hasta que le tumbe unos cuantos dientes.

— Perfecto espera en tu coche entonces — azotó mi mochila y jaloneo la puerta de la salida sin éxito, parece trabada.

— Keilahy te puedes lastimar, te ayudo a abrirla — mueve el picaporte con suavidad pero obteniendo el mismo resultado.

Pasamos los siguientes veinte minutos intentando abrir la bendita puerta sin lograr nada, a menos que estar sudados y cansados, sentados en el suelo se catalogue como una mejora.

— Eres hombre no se supone que los hombres saben arreglar estas cosas.

— Soy veterinario no cerrajero.

— Hay que llamar a uno entonces — saco mi celular solo para darme cuenta que no hay señal. — demonios no hay señal, utiliza el tuyo — le digo un poco más alterada de lo normal, no sé si estoy ansiosa porque se vaya o me siento así porque está muy cerca.

— Es inútil tampoco tengo señal, pasemos al plan "b" yo cocino y tú me gritas desde el horno — lo dijo tan casual dando medio vuelta para dirigirse a la cocina que ni siquiera me pude enojar, en su lugar solté una pequeña carcajada para seguirlo.

Resultó que cenamos juntos y llegado el punto en el que nos estábamos peleando por el helado, pelea que gane, escuche la puerta abrirse dejándome ver a una Melanie furiosa.

— ¿Por qué no contestan sus celulares? Tuve que tomar un taxi y ustedes cenando tan tranquilamente.

¡Estúpida puerta!

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Isa

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