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🌼Capítulo 7🌼


Yoongi contempló con una enternecida sonrisa como Jimin escuchaba atentamente todo lo que le hablaba EunHa respecto al cuidado de las ovejas, con sus tiernas orejitas peludas bien paradas en signo de atención y aunque no pudiera verlo, sabía que la colita de su pareja también estaría balanceándose si estos no tuvieran que sostener sus pantalones grandes.

Había sido algo difícil al principio, Minnie no había querido separarse de él al salir de la casa ni cuando habían llegado al corral, la pequeña cosita se había aferrado a su mano y se escondió parcialmente detrás de su espalda cuando la beta pelirroja se acercó a saludarle.

Sabiendo lo difícil que era para el dulce chico hablar y relacionarse con otras personas, ambos lo habían dejado pasar y EunHa comenzó con la explicación tan pronto como un trabajador se acercó con una oveja.

Poco a poco, sintiendo curiosidad y maravillado con cada palabra de la pelirroja mujer, Jimin había salido de su escondite y se paró al lado del alfa, observando con asombro el lanudo animal el cual EunHa acariciaba mientras hablaba.

Y cuando una pequeña oveja bebé llegó al lado de ellos en busca de su mami, el dulce chico finalmente soltó la mano de Yoongi y sin ningún rastro de timidez se acercó a EunHa tomando asiento en el suelo frente a ella, sus manitos moviéndose inquietamente en su regazo deseando tocarlas, pero sin saber si podía hacerlo.

Sus hermosos ojos viajaban de vez en cuando hacia las ovejas que los rodeaban, pero enseguida volvía su atención a EunHa, esforzándose por escuchar y aprender todo lo que le decía.

El alfa podía apreciar como debajo de su sudadera, que cabe destacar que ya había sido lavada y secada en su corta estadía, la colita de Minnie se movía suavemente en signo de felicidad.

Su pequeño estaba cómodo y feliz, y eso era todo lo que Yoongi deseaba.

Compartiendo una mirada con EunHa, le indicó con la cabeza que ya se iba y la beta le sonrió en respuesta antes de atender la tímida pregunta de Jimin respecto a la comida de la oveja.

Observando por última vez a su dulce cosita, el alfa finalmente se retiró silenciosamente y se dirigió hacia el garaje que estaba al lado de la casa principal.

—¿Escuche que ibas a salir? —preguntó Hoseok saliendo de la casa y siguiéndolo.

—Al pueblo, Minnie necesita ropa que le quedé bien y le prometí unos cuentos —explicó—. ¿Por qué?

—Necesito que pases a comprar unos medicamentos que ya se están por acabar y Ji-seok también encargó alimentos que se están acabando, podríamos esperar hasta que el Consejo envié el camión para reabastecernos, pero aún queda tiempo para eso y no quiero que algo me falte —explicó—. ¿Crees que puedas pasar por ellos o es un viaje rápido?

—Es un viaje rápido, no quiero que Jimin se preocupe de mi ausencia, pero puedo pasar por ellos —aseguró tomando la lista que le entregaba su amigo—. No tiene sentido que otra persona haga un viaje de más de dos horas cuando yo voy en la misma dirección.

—Por cierto, ahí también va una receta para una crema que ayudará a Minnie con los hematomas —informó—. Como me dijiste que la otra no estaba siendo muy efectiva pensé en esa, también le ayudará con la quemadura en la planta de su pie y tiene una especie de anestesia que le servirá ahora que ya terminó con los medicamentos, no quiero abusar mucho de ellos, pero en cambio te puse también unas vitaminas —indicó señalando los nombres en la lista—. Si no encuentras esa te puse una alternativa al lado.

—Gracias, aprecio eso —pronunció doblando y guardando el papel en su bolsillo antes de subirse a su camioneta—. Te veo en unas horas más, ten un ojo sobre Minnie mientras no estoy —pidió.

—Seguro —asintió el cambiaformas tigre alejándose cuando el alfa echo a andar la camioneta.

Saliendo de su propiedad, Yoongi condujo por el camino de tierra hasta llegar a la autopista principal que era el tramo más largo y luego giró hacia la izquierda y tomó el camino que iba hacia el pueblo que no demoró más de unos diez minutos.

Haciendo su primera parada en el centro comercial, Yoongi fue directamente hacia las tiendas de ropa y buscó para su dulce chico, escogiendo desde ropa interior, calcetines, camisetas, sudaderas, pantalones largos y cortos.

Y a pesar de que todos eran para la talla de alguien tan pequeño y delgado para Minnie, no creía que su pareja apreciara tantos colores oscuros en su ropa.

—Disculpe —detuvo a una empleada—. ¿Tiene ropa de esta misma talla en otros colores que no sean oscuros? —preguntó.

La mujer le observó y asintió lentamente.

—¿Pa-para mujer? —preguntó y aclaró su garganta con aparente temor.

Yoongi estuvo a punto de bufar ante el claro miedo de la mujer mayor hacia él que no había hecho nada más que preguntarle algo cortésmente, pero era obvio que hacer aquello solo empeoraría la situación por lo que solo se contuvo.

Si incluso algunos cambiaformas tenían miedo de él con tan solo verlo, especialmente los que eran un shifter pequeño, era obvio que un simple humano también lo tendría con tan solo observar su porte y por supuesto, su siempre expresión gruñona según Hoseok.

—Para un hombre —respondió finalmente—. Un joven de veinte años que prefiere los colores alegres —explicó.

—Claro —asintió—. Sígame por favor —pidió alejándose rápidamente.

Rodando sus ojos, Yoongi se quedó solo con un par de pantalones jeans y un set de ropa interior antes de seguir a la mujer que iba a sus buenos pasos alejada de él.

Manteniendo la distancia con la empleada, el alfa cruzó la habitación hasta contemplar finalmente la clase de ropa que sabía que le gustaría a alguien tan dulce como su chico.

Sudaderas y camisetas con estampados graciosos encabezaban la pared en la que se encontraban colgando en exhibición, a su lado, pantalones largos y cortos de distintos materiales y colores pasteles y otros fuertes estaban guardados.

Agarrando dos pares de cada prenda, Yoongi se fue muy satisfecho con sus brazos llenos hacia la caja, donde pagó por sus compras y salió con tres bolsas entre sus dos manos.

Volviendo al estacionamiento donde estaba su camioneta, hizo una parada más cuando pasó frente a una tienda de zapatos, en su mente rápidamente apareció el único par que estaba utilizando Minnie y sin dudarlo ingresó saliendo con una bolsa más en cada mano.

Luego de ello, su tercera parada fue la farmacia donde compró todo lo que Hoseok le había colocado en la lista, siendo en primer lugar la crema para los hematomas de Minnie y las vitaminas.

Terminando con ello, su última parada fue el supermercado, lo cual era bueno porque pronto el sol ya daría indicios de querer esconderse y el estómago del shifter oso protestaba por haberse saltado una comida tan importante como el almuerzo.

Tomando un carrito, Yoongi rápidamente recorrió los pasillos, deteniéndose en cada sección para agarrar todas las cosas en la lista de Ji-seok que afortunadamente no eran muchas.

Cuando pasó frente al pasillo de juguetes, se detuvo un momento y retrocedió para internarse en ese. Llegando casi al final, sonrió cuando contempló que los juguetes cambiaban por libros de cuentos infantiles, y otros para colorear.

Sin pensarlo dos veces, el alfa agarró tres cuentos distintos que se veían fáciles de leer y con dibujos bonitos, luego cogió tres libros para pintar de distintos temas, uno de animales, otro de trenes y el último de una serie animada que no reconocía, pero los dibujos eran tiernos por lo que seguramente le gustarían a su pareja.

—Lápices... Minnie necesita lápices y plumones para pintar —recordó siguiendo con su camino hasta que finalmente encontró lo que buscaba.

Sonriendo, tomó tres cajas de lápices, unos normales de madera, otro eran pulmones y por supuesto que crayones de cera, dos de ellos eran un set de 48 colores, menos los plumones que eran 62.

Oh sí, esos definitivamente le encartarían a su pequeña cosita. Yoongi ya podía apreciar su hermosa sonrisa de ojos invadiendo su tierno rostro.

Satisfecho con su compra, Yoongi se dirigió a la caja para pagar y sonrió al contemplar a Jungkook del otro lado guardando las compras dentro de bolsas.

—Hey, Kook —saludó luego de recibir su tarjeta de vuelta.

—Yoongi —sonrió el joven alfa tras apreciarlo—. Debí de suponer que solo uno de ustedes podría comprar tanto —bromeó.

—Ya sabes, hay demasiadas bocas que alimentar —se encogió de hombros.

—¿Necesitas ayuda para llevar todo a tu auto? —se ofreció y el shifter oso sabiamente asintió sin dudarlo.

—¿Qué sucede? —preguntó una vez ambos estuvieron fuera del supermercado.

—El tío de Jimin y su primo se han estado dando vueltas por todo el pueblo en busca de Minnie —informó ayudándole a subir las compras a la camioneta—. No parece que hayan avisado a la policía aún.

—Y no creo que lo hagan o entonces saldría a la luz como abusaron de Minnie —gruñó.

—De todas formas, mantendré un ojo sobre ellos —prometió el joven lobo.

—Solo ten cuidado con lo que sea que hagas, no me gustaría que resultaras herido de cualquier forma —expresó—. Por lo poco que sabemos, esos idiotas podrían ser muy fuertes.

—Lo tendré —prometió—. Por cierto, hoy es viernes y le prometí a mi papá que me iría a quedar con él —explicó observándolo una vez terminó de guardar todo.

—No hay problema —asintió—. Si no consigues un aventón con tus amigos avisa para mandar a alguien a buscarte y no te vengas en tu bicicleta —ordenó golpeando suavemente el hombro de Jungkook.

No había un transporte directo que lo llevara directamente a su granja después de todo, a menos que el chico tuviera su propio auto, cosa que sabía que no hacía, o utilizara una bicicleta lo cual no era bueno considerando que ya sería de noche para cuando fuera en camino.

—Por supuesto —asintió—. Gracias, vuelva pronto —se despidió con una sonrisa casi profesional.

Negando con la cabeza, Yoongi se subió a su camioneta y sacó de la bolsa unos sándwiches que se había comprado para calmar su apetito hasta volver a la granja.

Observando en el asiento de copiloto donde residían las compras que había hecho especialmente para su pequeña cosita, sonrió al apreciar también unas bolsas de dulces que no había podido resistir comprársela a Minnie.

Bueno, era para ambos en realidad, ya que él también tenía una debilidad por lo dulce desde que era un oso.

Tal vez por eso Jimin lo envolvió tan fácilmente alrededor de su dedo pequeño dedo meñique, él era una cosita dulce después de todo.

Negando con su cabeza ante su pensamiento, Yoongi terminó de comer y se colocó el cinturón de seguridad para poner en marcha su camioneta y así volver a casa, con Minnie.

Sonriendo bobamente, salió a la calle principal y aprovechó el único semáforo que tomaría para contestar una llamada.

—Aquí Min, ¿qué sucede Hobi? —preguntó tras colocar el altavoz en su celular.

Uh... ¿Te falta mucho? —preguntó logrando que el alfa frunciera el ceño de forma instintiva ante su tono.

—No realmente, voy conduciendo de vuelta —respondió volviendo a conducir cuando el semáforo cambió a verde.

Eso es bueno —suspiro en alivio el beta—. A decir verdad... Las cosas con Minnie se volvieron un poco difícil cuando dejó de prestarle atención a los animales que le enseñaba mi amada y se percató de tu ausencia —contó.

—¿Qué le pasó a Minnie? —preguntó con temor.

Nada malo —aseguró rápidamente su amigo—. Solo se nos perdió por sus buenos minutos, pero lo hemos encontrado encerrado en tu habitación sin querer salir, se ha saltado incluso el almuerzo anunciando que te esperaría cuando le prometí que ya venías en camino —explicó.

—Pero si el almuerzo ya fue hace horas —espetó no muy feliz.

Lo sé y por supuesto que no es bueno para él saltarse las comidas —suspiro—. Pero no hayamos forma de hacerlo salir o entrar sin forzar la entrada y eso sería contra producente en este caso. Ahora ha comenzado a llorar al ver que no llegas —informó—. Por eso decidí llamarte.

—Mierda, ya voy en camino —prometió.

Aunque se lo diga no dejará de llorar porque hace horas que le dije lo mismo —explicó culpable.

—¿Estás frente a mi habitación? —preguntó.

.

—Pon el alta voz —ordenó a lo que su amigo obedeció rápidamente—. Minnie pequeño, ya voy en camino bebé, solo aguanta un poco más —prometió con tono dulce.

No recibió más respuesta que silencio, lo que alteró a su oso volviéndolo inmediatamente en uno gruñón y muy preocupado.

Ya no está llorando —informó Hoseok soltando un suspiro de alivio.

—Que Ji-seok tenga nuestra cena preparada para cuando llegue —pidió—. Le haré comer hasta que su pancita duela —aseguró.

Te creo —se rió su amigo—. Te veo luego entonces.

—Nos vemos —se despidió y ni siquiera tocó su teléfono, solo esperó a que el beta terminara la llamada.

Girando hacia la entrada de su granja, Yoongi comenzó a recorrer el camino de tierra que lo llevaría a casa, con su Minnie que le esperaba impaciente en su habitación.

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