🌼Capítulo 5🌼
Sentado en la camilla en aquella extraña habitación de un bonito color celeste en las paredes, Minnie movía sus piernas de adelante hacia atrás mientras respondía como todo buen niño todas las preguntas que le hacía médico Hoseok.
Yoongi le había dicho que era hermoso, y ese pensamiento era lo único que llenaba la cabecita de este dulce chico, sacándole una sonrisa tiernamente radiante. Y cada vez que recordaba cómo le habían acariciado sus peludas orejitas, otra sonrisita volvía, ya que el hombre chocolate le había hecho cosquillas y no las tiraba hasta que le doliera como su primo.
Cuando había llegado el momento de que le revisaran y tocaran su cuerpo, todos sus pensamientos alegres hicieron ¡puff! Y entonces el miedo ocupó su lugar, pero Yoongi inmediatamente estuvo a su lado y se sentó con él en la camilla, cambiándolo a su regazo y rodeando su cuerpo con sus brazos.
Entonces, Minnie se había sentido seguro de nuevo y aunque no estaba muy convencido de mostrar su colita y orejitas al hombre con sonrisa similar a un corazón, cedió cuando el médico le prometió una paleta por ser un buen chico.
Él era un buen niño y Minnie quería su paleta.
—¿Dónde te duele? —preguntó Hoseok queriendo atender los lugares que más le dolía al pequeño hombrecito.
Minnie se encogió de hombros suavemente.
—¿Todo? —respondió inclinando ligeramente su cabeza, esperando que fuera la respuesta correcta.
El agarre de aquellos fuertes brazos se estrechó un poco más a su alrededor y el pequeño hombrecito se acurrucó felizmente en ellos, eran tan cálidos como los de su mami, pero incluso mejores.
—¿Y dónde te duele más? —preguntó Yoongi cerca de sus orejitas humanas, sacándole una pequeña risita risueña por su cálido aliento chocando con ellas.
—Uhm... —musitó pensando seriamente—. Aquí —tocó sus piernas—. Y aquí —su abdomen—. Y aquí —intentó tocar su espalda.
—De acuerdo, ¿por qué no empezamos entonces por tus piernas? —propuso el beta a lo que Minnie negó y luego asintió al recordar su paleta—. ¿Puedes ayudarle a quitarle los pantalones? —pidió observando a Yoongi y les dio algo de privacidad dándole la espalda.
—Vamos bebé, pantalones afuera —dijo aflojando el agarre de sus brazos.
Bajando del regazo del señor chocolate, Jimin levantó la sudadera y mostró su peluda colita que rodeaba su cintura sosteniendo sus pantalones, cuando esta dejó de hacerlo, la prenda cayó fácilmente por sus piernas y Minnie soltó un pequeño suspiro feliz cuando pudo estirar su colita luego de tanto tiempo.
Soltando la sudadera, esta cayó cubriendo su ropa interior y un poco más allá.
Los ojos del alfa inmediatamente fueron hacia las delgadas piernas, la tristeza le invadió al descubrir que los hematomas estaban en todas partes de diferentes tamaños, y en cada uno había una carita sonriente con un plumón de distinto color.
—Son bonitos, ¿no? —sonrió Jimin—. Duelen al principio, pero cuando Minnie dibuja carita ya no, es un truco que enseño mami —explicó tocando suavemente el gran hematoma que estaba en su muslo izquierdo cerca de la rodilla.
—Son bonitos —asintió Yoongi conteniendo su tristeza y rabia—. Sin embargo tus piernas también serían muy hermosas si no los tuviera —aseguró.
Jimin soltó una pequeña risita que cubrió con sus manitos.
—Yoongi me gusta —exclamó alegre, volviendo a subirse al regazo del alfa con toda confianza.
Justo entonces, Hoseok se dio vuelta y admiró con tristeza lo mismo que el alfa.
—Dibujas muy bien, Minnie —halagó el beta, tomando cuidado de sus piernas.
—Gracias —sonrió la pequeña cosita, hinchando su pechito de forma orgullosa.
Hoseok palmó con cuidado los moretones, deteniéndose cada vez que Jimin se estremecía y Yoongi le gruñía por lo bajo, mirándole como si lo quisiera asesinar.
Y el proceso siguió hasta que el shifter beta revisó cada parte del cuerpo de Minnie, incluso su colita y orejitas.
—Has sido un buen chico, Minnie, aquí está tu premio —anuncio Hobi cuando finalmente terminó.
—¡Sii! Minnie buen niño —exclamó terminando de colocarse apresuradamente la sudadera para recibir su paleta—. Soy un buen niño —sonrió mostrándole su dulce a Yoongi.
—Un muy buen niño —le sonrió el alfa, acariciando con ternura su cabello y orejitas.
Observando a su dulce pareja concentrarse en comer su paleta, el shifter oso observó a su amigo.
—¿Y bien? ¿Por qué no está sanando cuando algunos hematomas son de hace semanas? —cuestionó.
—El sistema curativo para los híbridos es diferente al de los cambiaformas completos —pronunció Hoseok—. Sí, tal vez es un poco mejor al de los humanos comunes, más resistente a decir verdad, pero nada comparado con nosotros. El proceso de curación de Minnie en este momento es como el de un humano prácticamente debido a la mala alimentación y como según nos contó, es bastante difícil que tuviera una oportunidad de sanar cuando los golpes eran pan de cada día en su vida —explicó con tristeza—. Al igual que otros, Jimin lo ha tenido muy difícil.
—¿Qué es lo que tengo que hacer para que mejore? —preguntó Yoongi con preocupación, no era bueno que las defensas y sistema de curación de su pareja estuviera tan débil como el de un humano, cualquier cosa le podría ocurrir.
—Lo primero sería cuidar su desnutrición, le daré un menú especial a Ji-Seok que lo ayudará con eso —aseguró—. Respecto a sus demás heridas, no sentí que algo estuviera roto, pero eso no significa que sea menos doloroso para él por lo que te daré unos medicamentos y una crema —anunció Hoseok—. Le ayudarán con la quemadura en su pie.
—¿Hay pan horneado? —preguntó Minnie con su cabeza ligeramente inclinada hacia atrás mientras movía su pequeña nariz.
—¿Mi bebé ya tiene hambre? —cuestionó cariñosamente el alfa, a lo que el pequeño hombrecito asintió efusivamente.
—¿Qué tal si tomas una ducha y luego almorzamos? —propuso.
Automáticamente, el pequeño hombrecito arrugó su nariz y negó.
—¿No te quieres bañar? El agua podría ayudarte con tus dolores musculares —explicó Hobi.
Jimin volvió a negar con su cabeza.
—A Minnie no gusta el agua helada —refunfuñó comiendo su dulce con expresión gruñona que despertaba ternura pura en los dos contrarios.
—No te tienes que bañar con agua helada cariño, en mi baño hay una tina que puedes llenar con agua caliente y podríamos pedirle algunas burbujas a EunHa —pronunció y observó a Hoseok—. ¿Creo que escuché a tu pareja decir algo de un baño de espumas? —preguntó.
—Sí —asintió—. Creo que también hay unos patitos de hule que dejó su sobrino cuando nos visitó, podrías pedírselos si quieres, sé que te los prestaría con gusto —le sonrió el beta.
—¿Burbujas? ¿Patitos? ¿Bañera? —repitió Minnie inclinando su cabeza visiblemente confundido.
—Ven, te mostraré mi tina —anunció Yoongi tomando su mano y entrelazando sus dedos, percatándose de sus uñas largas y sucias.
Tal vez podría trabajar en ello también.
—Te llevaré las cosas a tu habitación —anunció Hoseok mientras se retiraban del consultorio.
—Espera —exclamó Jimin, logrando que el señor chocolate se detuviera automáticamente y le observara preocupado.
Soltando su mano, Minnie corrió al interior de la habitación y tomó su gorra para volver a colocársela en su cabecita otra vez, cubriendo sus orejitas.
Sonriéndole dulcemente a Hoseok que le esperaba en la puerta, volvió con Yoongi y tomó su mano entrelazando sus dedos nuevamente.
—Bebé, si sabes que no es necesario que uses gorros aquí, ¿no? —preguntó el alfa retomando el paso.
—Pero primo dice que orejitas y colita de Minnie fea, por eso esconder siempre —explicó comiendo felizmente su paleta.
—Tu primo es un idiota cariño —espetó con una sonrisa—. Yo digo que tus orejitas y colita son hermosas y no las tienes que ocultar, nadie te va a decir lo contrario aquí —prometió mientras subían las escaleras.
Minnie juntó levemente sus cejas.
—Pero a Minnie gustan gorros —expresó.
—Entonces puedes seguir usándolos —asintió Yoongi, ya pensando en unos gorros más cómodos para su dulce chico.
—Me duele mi colita, pero si la saco mis pantalones se caen —reveló observando como pasaban la habitación en la que había despertado más temprano.
—Arreglaremos eso, en la casa común debe de quedar algo de ropa que te quede buena mientras tanto —aseguró y abrió una puerta que no estaba muy lejos.
Cruzando la puerta, Minnie admiró con grandes ojitos la gran cama con colcha roja que estaba al medio de la habitación, siendo lo que más le llamaba la atención.
—Cama grande —chillo apuntándola con su paleta—. Mucho más que la de tío —exclamó y le observó con grandes ojitos.
—Me gustan las camas grandes, quiero dormir cómodo y tener mucho espacio me lo permite —explicó con una sonrisa, siguiendo de cerca las reacciones del pequeño hombrecito mientras seguía explorando su habitación.
Maravillado, Minnie admiraba desde las paredes pintadas de café oscuro, la gran ventana con cortinas azules, los muebles, el clóset, la cómoda, la TV y...
—¡Libros! —exclamó cruzando la habitación rápidamente para detenerse frente al estante llenos de libros que era desde el suelo hasta el techo.
Al tomar uno, su pequeña naricita se arrugó con disgusto al encontrarse con una aburrida hoja en blanco llena de letras pequeñas, sin dibujitos ni colores divertidos.
—¿Qué ocurre, bebé? —preguntó el alfa inmediatamente.
—No cuento —explicó mostrándoselo—. A Minnie gusta muchos dibujos y colores bonitos —suspiró volviendo a dejarlo en su lugar.
—Entonces te compraremos muchos cuentos —anunció Yoongi logrando que la bella sonrisa volviera al pequeño y hermoso rostro tierno.
—Gracias —pronunció rodeándolo con sus brazos, apoyando su cabeza en el hombro del dulce alfa—. ¿Baño? —preguntó.
—Cierto —asintió Yoongi y tomando su mano lo guio al baño.
Deteniéndose al medio de la habitación, Jimin observó curioso como de similar era el lugar al de su tío, pero tal vez más grande y con muchas más cosas.
También estaba muy limpio, y era un bonito color entre el azul y gris que predominaba en las paredes y el suelo, los muebles de madera tallada eran similares a los que estaban en la habitación de Yoongi.
—¿Minnie? —llamó el alfa.
Lamiendo su paleta, Minnie observó en su dirección y contempló con curiosidad como el hombre chocolate estaba arrodillado al lado de una cosa que se llenaba de agua.
—Esto es una tina, ven aquí bebé y toca el agua para saber si está a la temperatura perfecta para ti —indicó.
Asintiendo, Minnie fue en silencio al lado del alfa y tocó el agua con la punta de sus dedos. Sus ojos se agrandaron al sentir el agua cálida que no le quemaba la piel.
—Me gusta —sonrió dulcemente, volviendo a comer de su paleta.
—Muy bien, entonces ya puedes meterte —indicó cortando el agua cuando tuvo suficiente—. Hoseok ya está aquí con lo que te prometió, solo espera un poco bebé —pidió levantándose y saliendo del baño para encontrarse con su amigo.
—Hey, aquí están las cosas que prometí —pronunció alzando una mano—. EunHa dijo que podían quedarse con ellos, a su sobrino le compraron otros y no los extrañará —explicó.
—Gracias —asintió Yoongi recibiendo las dos bolsas entre sus manos, revisando una encontró una botella y los patitos de hule amarillo chillón.
En la otra estaban los medicamentos y crema que dejó sobre su cama, le aplicaría la crema a Jimin después de que se bañara y le daría los medicamentos tan pronto colocara algo de comida en su estómago.
—Por cierto, respecto a Minnie y su problema mental...
—No está mal de la cabeza —gruñó ferozmente a su amigo.
—Lo siento, me expresé mal —alzó sus manos de forma inocente—. De todas formas, sabes que con preguntas y un chequeo general no puedo determinar mucho sobre la lesión en su cabeza, pero sinceramente no creo que hay algo que podamos hacer por él si como nos dijo, es algo que ocurrió cuando era un bebé —explicó—. Para este momento si hubiera algo realmente malo ya se habría mostrado, pienso que su manera de hablar se debe simplemente por estar solo.
—Está bien, no me molesta como es —anunció con decisión.
—Y otra cosa, aunque se exprese de aquella forma, no significa que sea debido a que es un niño mentalmente, Minnie es un adulto con su conocimiento reducido debido a su tío y primo —le recordó—. Jimin no es un niño, es adulto por lo que no debes de asustarte cuando el calor del apareamiento te comience a afectar y desees otras cosas —indicó con una sonrisa antes de alejarse.
Aclarando su garganta, Yoongi cerró la puerta de su habitación y respiró profundamente. No le sorprendía que Hoseok hubiese adivinado su oculta preocupación, era su mejor amigo y quien más le conocía, pero eso no indicaba que debía de sentirse cómodo con ello.
—¿Señor chocolate? —llamó su pequeña cosita y Yoongi inmediatamente se puso en marcha.
Entrando al baño, el aliento golpeó fuera de sus pulmones cuando contempló el maravilloso cuerpo completamente desnudo de su pequeño.
Jimin era pequeño, delgado hasta el punto en que sus costillas eran visibles y con demasiadas contusiones cubriendo su hermoso cuerpo, cada una de ellas con carita sonriente sobre ellos.
Sentimientos de rabia, ternura y compasión le invadían mientras observaba la bonita sonrisa en el rostro del pequeño hombrecito, quien totalmente ajeno a su situación jugaba con el agua arrodillado al lado de la tina. Su paleta yacía olvidada en el suelo a medio terminar.
Y a pesar de lo que le había dicho Hoseok, su oso entendía que no era momento para iniciar el apareamiento aun cuando sabían que tenían a su pareja frente a ellos, primero debían de ayudar a Minnie en muchas cosas antes de pensar en ello.
—¿Qué haces ahí afuera, bebé? —preguntó acercándose, arrodillándose a su lado.
—Minnie buen niño, esperar —explicó con una dulce sonrisa.
—Oh, muy bien —sonrió acariciando su cabello antes de meter su mano en la bolsa y sacar el frasco que ayudaría a obtener un baño de espuma.
Con silenciosa curiosidad, Minnie observó cómo le echaba el líquido al agua y chilló aplaudiendo felizmente cuando montones de burbujas bonitas comenzaron a aparecer en el agua tras agitarla suavemente.
Entonces, para mejorar más las cosas, el señor chocolate dejó en el agua espumosa bonitos patitos de hule que cuando los apretaban, chillaban.
—Adentro bebé —indicó Yoongi levantándose.
Tomando la mano que el alfa le ofrecía, Minnie se metió en la tina soltando un dulce gritito sorprendido cuando el agua calentita cubrió sus piernas sin quemarle.
—Ahora, siéntate lentamente —indicó el contrario y el pequeño hombrecito obedeció.
Aferrándose a la mano de Yoongi, Jimin se agachó hasta que su desnudo trasero y colita tocaron la dura superficie. El agua inmediatamente le cubrió hasta sus clavículas, envolviéndolo con calidez y burbujas.
—Ahora, te dejaré-...
—¡No! —exclamó asustado, sosteniendo firmemente la mano de Yoongi con sus dos manitos.
—Está bien, bebé —dijo inmediatamente, ubicándose más a su lado—. Me quedaré aquí contigo y te ayudaré a bañarte mientras juegas —propuso.
—¿Lo prometes? —preguntó con sus lindos ojos verdes observándolo esperanzado.
—Lo prometo —asintió.
Entre la espumosa agua, una pequeña mano apareció en forma de puño con solo su dedo meñique alzado.
Imitándolo, Yoongi enganchó sus dedos y con aquella simple acción, obtuvo una hermosa sonrisa en el bello rostro.
Y el alfa supo enseguida que, con aquel simple gesto, Jimin ya lo tenía envuelto profundamente alrededor de su pequeño dedo.
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Espero que tengan un lindo fin de semana mis copitos! se me cuidan <3
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