🌼Capítulo 38🌼
Observando aquella cabaña de aspecto descuidado, pero lo suficientemente bien como para que alguien pudiera vivir, los instintos del alfa Min se encontraban cerca de la superficie, su oso golpeaba en su interior pidiendo ser liberado para ir por su pareja y liberarlo de su sufrimiento.
Jimin estaba ahí, lo podía sentir y las emociones que estaba sintiendo a través de su lazo lo estaban matando.
Su dulce cosita le necesitaba y ¿qué estaba haciendo él?
Se encontraba jodidamente escondido entre unos árboles, aprovechando el bosque que rodeaba la estúpida cabaña solitaria en la oscuridad cuando su único deseo era interrumpir y tomar lo que era suyo.
Pero el plan de rescate había sido planeado por Namjoon, y estaba siendo dirigido por este mismo, quien tuvo un éxito de cien por ciento en cada una de sus misiones, lo que significaba que tenía que ser paciente, le gustara o no.
Tomando una profunda respiración para apaciguar un poco a su oso, se movió intentando ocultarse más entre los árboles, con su mirada fija en la casa no muy lejos de él.
Alzando su mano, apretó el pequeño aparato en su oído sin quitar la mirada de al frente.
—¿Están seguros de que es aquí? —preguntó manteniendo su voz baja.
Claramente su instinto le decía que su pareja estaba ahí, pero era mejor si lo podía confirmar.
—Afirmativo —respondió alguien del equipo de rescate que había conseguido Solar.
Que resultó ser, el mismo que siempre acompañaba a Namjoon en sus rescates.
—Utilicen los binoculares infrarrojos y confirmen cuántas personas hay en el interior de la casa —ordenó la voz de Namjoon en su oído, quien desde la granja estaba dando las órdenes.
Pronto, las voces comenzaron a cantar confirmando dos figuras de adultos en la entrada y cuerpo pequeños que asumían que eran los niños en otra habitación, siete de ellos al menos.
—¿Y Minnie? —preguntó Yoongi ansiosamente.
—Confirmo dos cuerpos en otra habitación —anunció Solar—. Las ventanas están cerradas, por lo que no podría confirmar si se trata de tu pareja, pero... Yo diría que sí.
—¿Por qué? —preguntó con un mal presentimiento.
—Ya te dije, solo vemos el calor con estos binoculares, no te puedo decir exactamente qué es lo que están haciendo —se excusó, pero Yoongi percibió la mierda en ello.
—¿Cuándo entraremos? —cuestionó de manera brusca, sin poder contener más a su oso en su interior.
—¿La casa está completamente rodeada? —preguntó Namjoon tranquilamente.
—Sí, señor —respondieron al uniso todos.
—De acuerdo, avancen con precaución todos al mismo tiempo. Quiero que se dividan en tres equipos, uno que vaya directamente por los niños, otro por la puerta de entrada y el tercero a la habitación donde están los otros —ordenó—. Entren simultáneamente y no les den tiempo de reaccionar. Recuerden nuestras prioridades, los cachorros y un omega.
Recibiendo otra respuesta positiva, todos comenzaron a moverse con lentitud, y como un depredador acechando a su presa se acercaron a la casa.
Y a medida que se acercaba, las emociones que estaba sintiendo su omega estaban golpeando directamente al alfa Min.
—Solar, ¿dónde está esa habitación con las dos personas adultas en el interior? —cuestionó mientras avanzaba con sincronía junto a los demás.
—A tu izquierda, la ventana tiene una cortina horrible color naranja —anunció—. Pero tu estás destinado a la entrada —le recordó.
—Y puedes joder una mierda de que iré por ahí —respondió en un gruñido—. Acéptalo, hay más posibilidades de que mi pareja esté en esa habitación que en la entrada hablando cómodamente.
Solo recibió silencio unos largos segundos.
—Dejen que Yoongi vaya a donde quiera, los demás concéntrense en seguir las órdenes y cúbranlo —anunció Namjoon finalmente.
Con el permiso concedido, Yoongi fácilmente pudo deslizarse hasta que estuvo cerca de la ventana que Solar había mencionado, pero sin ninguna luz en el interior, era difícil vislumbrar lo que estaba sucediendo adentro.
—¿En sus posiciones? —preguntó Namjoon—. Vayan, ahora —ordenó cuando recibió una respuesta positiva por parte de todos.
Y con la experiencia de varios rescates respaldándoles, todos se movieron con sincronía, invadiendo la casa desde las puertas y ventanas, eliminando cualquier vía de escape con ello.
Sin poder tener la paciencia de cruzar la casa por la puerta, Yoongi interrumpió junto a otro hombre directamente por la ventana, rompiéndola a su paso mientras su compañero asignado le seguía.
Rodando por el suelo una vez cayó adentro, inmediatamente se levantó y sus ojos furiosos observaron a su alrededor, contemplando a Ji-Seok manteniendo inmovilizado a su pareja con un firme agarre doloroso en su cola, mientras sostenía en alto su otra mano con una correa, amenazándolo.
—Oso... —susurró su omega, con su rostro empapado en lágrimas.
Ese pareció ser el detonante que su animal necesitaba para soltar un profundo gruñido antes de que el rostro de Yoongi comenzara a desformarse y su cuerpo creciera, rompiendo su vestimenta.
Tomando la oportunidad, el pequeño omega se alejó apartándose del camino rápidamente, ocultándose en una pequeña esquina mientras el caos estallaba a su alrededor.
Tapándose sus orejas, el híbrido ardilla trató de hacerse lo más pequeño para que olvidaran su presencia mientras escuchaba los gruñidos, gritos de dolor y golpes por toda la habitación.
De pronto, hubo un repentino silencio que estremeció más al omega ardillita que cualquier otra cosa. Sintió como más personas entraban en la habitación y a pesar de que el movimiento quemaba toda su espalda, dejó de taparse sus orejitas y se abrazó las piernas con fuerza.
Cuando sintió una mano posarse en su hombro, saltó e intentó fundirse en la pared detrás de él, rehuyendo del tacto con miedo.
Y justo en ese momento, Min Yoongi realmente se odió a sí mismo por no haber contenido a su oso un poco más, lo suficiente como para no traumatizar más a su pareja.
Pero... Haber apreciado al maldito de Ji-Seok golpear a su omega había sacado lo mejor de él y simplemente no había podido controlar más a su oso. Para cuando había vuelto en sí otra vez, el estúpido seguía vivo a pesar de haber luchado contra la furia de su oso, pero tenía una pierna destrozada y un brazo inservible.
Y entonces, Yoongi lo vio.
Acurrucado en una esquina, con su cuerpo sangrante formando una pequeña bolita y su ropa casi destrozada, su pareja se escondía sin alzar su cabeza para averiguar qué estaba ocurriendo.
Acercándose, con miedo de haberlo asustado más de lo que ya estaba, el alfa Min había cogido el par de pantalones extra que su compañero le había tirado luego de asegurar a Ji-Seok, sin importar que era bastante obvio que no podría ir a ningún lado sin la ayuda de nadie.
—Oh, bebé... —murmuró con dolor Yoongi, admirando el pequeño cuerpo de su pareja temblar—. Soy yo, tu alfa, tu oso —expresó con preocupación.
Aquellas peludas orejitas se movieron suavemente.
—¿Oso? —preguntó su dulce chico en voz baja.
—Si, bebé, soy yo —respondió, dejando su mano sobre su cabeza, que era el único lugar donde no había una herida aparente.
Saliendo lentamente de su escondite, Jimin observó a su pareja y parpadeó un par de veces mientras sus ojitos se llenaban de lágrimas nuevamente.
—Yoongi —sollozó finalmente, y se movió lanzándose a los brazos de su pareja.
—Está bien, bebé, ya estoy aquí, amor —respondió el alfa, rodeándole con cuidado—. ¿Te duele mucho? —preguntó observando preocupado las heridas sangrantes de su espalda.
Eran en su mayoría hematomas con forma alargada y delgada por culpa del cinturón de Ji-Seok, algunos con la suficiente fuerza como para romper su piel, viéndose doloroso.
—No, Minnie bien ahora —respondió enterrando su rostro en el cuello de su pareja, buscando consuelo en su aroma—. Minnie aguantar golpe para que hombre malo no tocara las cositas a Minnie —explicó—. Solo Yoongi tocar ahí y Minnie saber que su oso vendría pronto —expresó.
La rabia invadió el cuerpo de Yoongi otra vez y observó sobre su hombro como los hombres de Namjoon ya habían asegurado al alfa, deteniendo la hemorragia y colocándole grilletes de plata en sus manos y pies, impidiéndole el cambio así.
—¿Está muerto? —susurró su pareja.
—Me hubiese gustado —gruñó Yoongi, empujando el rostro de su pareja hacia cuello, para que no observara al silencioso idiota.
—Oso... ¿Minnie puede dormir un poquito? —pidió suavemente, cerrando sus ojos.
—Cariño, aguanta un poco más hasta que te revise un médico, ¿bien? —pidió concentrándose en él nuevamente.
—Pero, Minnie cansado —lloriqueó suavemente.
—Lo sé, bebé, solo aguanta un poco más —pidió levantándose lentamente, haciendo una mueca cuando su pareja se quejó por lo bajo por dicho movimiento.
—Hay... Niños —pronunció su omega lentamente, con sus ojos cerrándose.
—Lo sé, ya estamos con ellos —respondió observándole preocupado mientras salía de la habitación.
—¡¿A dónde crees que van?! —cuestionó el supuesto tío de Jimin al verlos, comenzando a luchar contra las esposas que le habían sido colocadas y los hombres que le retenían.
Sin poder contenerse, Yoongi se acercó al desgraciado y le dio una patada que dobló su cabeza en un doloroso ángulo, callándolo con ello.
—Bien, si no lo hacías tú, yo lo iba a hacer pronto —bufó Solar apareciendo—. Desde la habitación en la que tenía encerrado a los niños que le escuchaba lloriquear —se burló.
—Necesito un médico —anunció, observándola.
—La que vino con nosotros está revisando a los niños ahora —respondió señalando la habitación detrás de ella.
Saliendo, Yoongi se dirigió directamente a la mujer.
—¿Los niños están heridos? —preguntó.
—Aparentemente no —respondió y le observó—. Pero ese chico sí, déjame verlo —pidió acercándose.
Minnie se quejó un poco cuando le removieron su ropa, gimiendo de dolor cuando tocaron su espalda lastimada y algunos puntos en su pecho.
—Con solo un examen rápido, puedo ver algunos hematomas, pero no siento ninguna costilla rota. Atrás... Nada que atente contra su vida en este momento, pero esos cortes y golpes deben de estar doliendo —expresó—. Me sorprende que no haya entrado en shock, probablemente si no tuviera la marca en su cuello, todo podría estar tomando esto peor, pero su lazo lo está manteniendo firme y en tierra —comentó alejándose y buscando en su mochila—. Puedo suministrarle algo para el dolor que le dejara fuera hasta que vuelva a su casa —anunció—. Es lo único que puedo hacer por el de momento, hasta tener un examen más exhaustivo —explicó.
—Minnie no quiere medicamento malo —protestó débilmente, manteniendo sus ojos cerrados.
—Cariño, no tendrás que probarlo —prometió Yoongi, observando a la mujer sacar una jeringa.
Jimin se quejó un poco cuando sintió un pinchazo en su brazo, pero su cuerpo pronto comenzó a relajarse en los brazos de su alfa, hasta que finalmente se quedó dormido.
—¿Qué pasa con los cortes en su piel? —preguntó.
—No se ven muy profundos, pero habrá que desinfectarlos y tratarlos —respondió—. Como dije, nada que atente contra su vida y que pueden esperar a ser tratadas para poder salir de aquí —prometió.
—Ya tengo un helicóptero esperando por ti, Yoongi —anunció Namjoon en su oído, recordándole que seguía con ellos a pesar de no estar presente—. Sigue a Solar, te llevará junto a los niños —ordenó y luego dio órdenes a su equipo de permanecer y sacarle información a los hombres capturados sobre quienes iban a ir a la casa para comprar a Minnie y seguramente a los otros niños.
A pesar de que deseaba quedarse para torturar a todos esos idiotas, Yoongi salió de la casa con su pareja entre sus brazos, creía en la justicia, en los hombres de Namjoon, y en que su amigo y hermana le darían una oportunidad de estar con ellos a solas más adelante para cobrar todo lo que hicieron sufrir a su omega.
Pero ya habría tiempo para eso, había logrado tomar venganza con Ji-Seok, y, en ese instante, solo debía de preocuparse en su pareja y que este mejorase.
—¿Tú eres un oso? —preguntó una de las niñas, la mayor, mientras caminaban en el bosque.
—Sí, soy un shifter oso alfa —asintió.
—Pero... ¿Eres el oso de Minnie? —insistió.
—Sí, lo soy —asintió otra vez y la niña sonrió.
—Si viniste —exclamó alegre, aun a pesar dentro de todo lo malo que les había ocurrido—. Cuando Minnie despertó, nos dijo que tú vendrías y lo rescatarías —explicó.
—Siguió diciéndolo cuando hombre malo nuevo se lo llevó —pronunció otro niño.
—Nunca le dejaría solo —musitó con su garganta cerrada mientras observaba a su pareja dormir entre sus brazos.
—¿Él bien? —preguntó otro niño—. Escuchalo nosotos gitar —explicó.
—Estará bien —prometió tensando su mandíbula, luchando con los deseos de su oso por volver y matar a cada uno de ellos.
—Descuida, te conseguiré un momento a solas con cada uno de ellos. Bueno, dos si no sobrevive el otro bastardo —prometió Solar tocando su hombro.
Asintiendo en agradecimiento, Yoongi observó al frente vislumbrando el helicóptero.
—Volveremos a casa, bebé —susurró, besando su frente.
Con la ayuda de Solar y el pequeño equipo que los había seguido para mantenerlos a salvo, todos subieron al helicóptero y se acomodaron en sus respectivos lugares.
—No puedes sostenerlo mientras estemos en pleno vuelo —advirtió el ayudante del copiloto—. Será peligroso para ambos en caso de que hubiera alguna complicación.
—No lo dejaré solo, está inconsciente —gruñó.
—Aquí —anuncio la mujer que los había revisado a todos—. Recuéstalo sobre la camilla, está fijada para que no se mueva durante el vuelo —instruyó.
—Tenemos que irnos antes de que estos supuestos compradores vengan —le recordó Solar.
No muy feliz de soltar a su pareja, Yoongi se levantó y lo dejó con cuidado en la camilla. Entre el sueño, Jimin se quejó cuando su espalda entró en contacto con el colchón, pero no despertó.
Observando como la mujer aseguraba a Minnie en la camilla, el alfa cambió de asiento sentándose más cerca de su pareja y lo observó durante todo el vuelo del viaje.
—Ya estamos cerca —gritó Solar después de lo que parecieron horas, llamando su atención.
Observándola, el alfa asintió y contempló como lentamente el helicóptero dejaba de avanzar y se mantenía en un mismo lugar, bajando con lentitud hasta que, con un suave estremecimiento, tocó el suelo.
Esperando que las hélices dejaran de girar, Yoongi se quitó el cinturón de seguridad y volvió a tomar a su chico entre sus brazos.
Despidiéndose y agradeciendo, el oso alfa se bajó y rápidamente se alejó de la gran maquina, permitiendo que esta se retirara nuevamente con los primeros indicios del amanecer.
Caminando hacia su casa, contempló a sus amigos salir a su encuentro con el alivio gravado en sus rostros al contemplar a su pareja entre sus brazos.
—¿Está bien? —preguntó Taehyung, acercándole para colocarle una manta encima a su amigo, lo cual Yoongi apreció.
—Un médico le revisó de forma superficial y dijo que sus heridas no eran profundas, pero que tenían que ser revisadas —respondió—. Le inyectaron algo para el dolor y desde entonces que no ha despertado —anunció.
—Bien, eh... ¿Quieres que lo revise? —preguntó nerviosamente Hoseok—. Entendería si quisieras llamar a alguien más.
—Tu eres el único más cercano de momento —respondió algo frío.
—Uh, sí, claro —asintió y observó a su esposa, quien no dejaba de observar a Jimin con sus ojos llenos de lágrimas.
Sus ojos se posaron entonces en el otro pequeño omega, quien se escondió parcialmente detrás de Jungkook sin ánimo de verlo, y Hoseok lo entendía luego de lo que había ocurrido.
—¿Quieres llevarlo al consultorio o a tu casa para poder revisarlo? —preguntó volviendo su atención a su amigo, o al menos eso esperaba.
—¿Dónde tienes todo lo necesario? —contestó en cambio.
—El consultorio nuevo ya está todo equipado —respondió.
—Allá vamos entonces —anunció cambiando de dirección.
—¿Minnie estará bien? —preguntó Tae, siguiéndole el ritmo junto a los demás.
—Solo alcanzaron a herirlo si es lo que te estás preguntando —respondió Yoongi—. Había otros niños, pero fueron llevados directamente a la sede del consejo —anunció.
No hubo más preguntas luego de ello, solo deseos de que Jimin se recuperara pronto.
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Hola mis copitos! solo quería pasar a saludar a todas esas gran mamás que existen en el mundo, espero que hubieran tenido un gran día en familia o solo con sus hijos 💕
Se me cuidan un montón mis copitos! se les quiere <3
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